lunes, 28 de julio de 2008

El punto de no retorno



Mucha gente se pregunta si es posible huir del amor, si es posible no enamorarse de ciertas personas. Mi respuesta es que ciertamente podemos negarnos al amor y no enamorarnos de ese individuo que se acerca con intenciones "malignas y cautivadoras".

Sabes perfectamente que para negarle el amor a alguien lo básico es no verlo, alejarte, no escuchar las encantadoras palabras atrayentes que salen de su boca, no prestarle la más mínima atención. Aquellos que sueñan con adelgazar ese kilito que le sobra, huyen del chocolate (que por cierto es sustituto del amor, como ya dije en alguna ocasión) lo borran del frigorífico, si salen a comprar no pasan por las estanterías de la zona del engorde.

No es fácil huir de lo que atrae, al intentar huir, lo que tenemos en nuestra cabeza todo el tiempo es al objeto del que procuramos escapar, esto se convierte en una especie de ironía: queremos borrar al objeto a amar y para borrarlo lo que hacemos es recordarlo.

Pero se consigue, se consigue sí y solo sí aún no hemos llegado al punto de no retorno.

El punto de no retorno es aquel punto espacio-temporal al que llegamos cuando conocemos a esa persona de la que no queremos enamorarnos y es demasiado tarde para echarnos hacia atrás y deshacer el hechizo que nos cautivó.

Al punto de no retorno se llega escuchando a esa persona, mirándola, riendo a su lado, llega un momento en el que sin saber porqué ya no puedes dejar de pensar en ella, ahí es cuando has caído dentro del punto de no retorno, cuando se te cuela en tu cabeza y se convierte en el objeto a adorar y a analizar.

Por ello si no quieres enamorarte de esa persona, por las circunstancias que sean, intenta no llegar al punto de no retorno o se te complicaran tus expectativas de no amarle.

Escapa, busca otras aficiones, haz ganchillo, submarinismo, pero no estés mirando el móvil cada cinco minutos para ver si te ha mandado un mensaje, porque te caerás y te quedaras colado sin poder volver atrás.

domingo, 20 de julio de 2008

Hoy cerraré fuerte mis ojos

Hoy cerraré fuerte mis ojos para huir de la verdad, de cualquier realidad que haga más daño a este cuerpo gastado.
No puedo relajarme, no me concentro en nada.
Te pondras guapa para que él te vea. Me encerraré encogido hasta que el tiempo pase.
Le sonreiras y hablareis del pasado. Me quedaré quieto esperando tu regreso.
Recordaras. Volveras con noticias.
Temblaré al oirte decirme que pasó. Me encontraras con los ojos cerrados, asustado, pensativo, ensimismado, aturdido, inquieto, cansado, esperando un abrazo y una frase: " aún me tienes a tu lado".

El pasado a veces desbarata los planes del futuro, por eso es que me tienes aqui con los ojos fuertemente cerrados hasta que pase esta tormenta, a la que tu llamas calma, porque necesitas cerrar esa puerta que se quedo abierta en el tiempo.
No puedo abrir los ojos, no puedo. Regresa pronto.......

domingo, 13 de julio de 2008

El enamoramiento, qué es, por qué y para qué nos enamoramos. Una visión genética del enamoramiento.

Voy a hablaros de nuevo de manera técnica sobre el proceso de enamoramiento.
Para entender este proceso hay que hacerse dos preguntas básicas:
¿Por qué y para qué nos enamoramos?

Contestando a ambas podemos llegar a algunas conclusiones básicas.

En primer lugar hay que diferenciar entre amor y enamoramiento ya que ambos son dos procesos distintos de un mismo continuo, en el enamoramiento se produce un torrente de sensaciones y cambios en las sustancias de nuestro cerebro, donde la intimidad y la pasión son las protagonistas y el amor es la vuelta a la serenidad de esos cambios y donde el compromiso juega un papel mayor.
En un primer momento nos enamoramos, sentimos ese aluvión de sensaciones y cambios homeostáticos, este proceso declina entre los 22 y 33 meses (sí, el enamoramiento tiene fecha de caducidad) y a continuación y si todo marcha bien aparece el amor, donde tomamos una postura más relajada ante la relación y donde cobran más fuerza palabras como compromiso, compañerismo, cariño, serenidad.

En este texto voy a hacer referencia sólo al enamoramiento, al proceso inicial por el cual nos enganchamos a alguien como si de una droga se tratase, porque no hay mucha diferencia en nuestro comportamiento de cuando nos enamoramos a cuando estamos enganchados a alguna droga, podríamos llamar al enamoramiento como droga natural.

A continuación haré alusión a las preguntas que al principio mencionaba e intentaré darles respuestas.

¿Por qué nos enamoramos?
Bien, nos enamoramos porque se producen unos cambios homeostáticos en las sustancias que hay en nuestro cerebro. Tres tipos de cambios químicos son los más importantes a la hora de enamorarnos: cambios dopaminérgicos, norepirefrinérgicos y serotoninérgicos.

Cambios dopaminérgicos (DA): el aumento de la dopamina hace que focalicemos nuestra atención en la persona amada, miramos a la persona amada como algo único y novedoso ya que la DA favorece el aprendizaje de estímulos nuevos. Si en la relación con nuestra pareja surgen obstáculos, los sentimientos se intensifican porque la percepción de la adversidad hace aumentar aún más la producción de DA (Efecto Romeo-Julieta).
La DA en concentraciones elevadas produce euforia, insomnio, obsesión, ansiedad, aceleración de los latidos del corazón, que son algunos de los procesos por los que pasan los enamorados. La DA está relacionada con todas las adicciones por eso no es de extrañar que quiera referirme al enamoramiento como si de una droga se tratase. Un efecto parecido a la DA lo produce la ingesta de chocolate.

Cambios norepirefrinérgicos (NE): el aumento de ésta se asocia con el recuerdo minucioso de los detalles sobre la persona amada y de lo que hemos vivido junto a ella, también produce euforia e insomnio.

Cambios serotoninérgicos (5-HT): la disminución de ésta se asocia con el pensamiento obsesivo, provoca que cuando estamos enamorados no podamos dejar de pensar en la persona amada. Los amantes se vuelven obsesivos, produciendo continuas cavilaciones sobre el amante.

Otras sustancias también juegan un papel importante, pero yo sólo mencionaré su nombre en este artículo para no recargarlo demasiado: feromonas, endorfinas, adrenalina, acetilcolina, feniletinamina, cortisol, oxcitosina y vasorpresina.

Son estas sustancias las que producen nuestras conductas a veces estrambóticas y alteradas cuando nos enamoramos, la causa por la que nos enamoramos es por la producción y cambios de estas sustancias en nuestro cerebro. Para tener una visión más cercana de este proceso leer el libro de Helen Fisher POR QUÉ AMAMOS.

¿Para qué nos enamoramos?
La respuesta a esta pregunta se puede responder con una palabra: GENES.
El enamoramiento sirve para que nos fijemos en alguien y podamos reproducirnos.

Reproducción genética.

El enamoramiento es el dulce relleno de locura que nos proporciona la naturaleza y el orgasmo el caramelito de recompensa para que volvamos a tener sexo con otra persona, es el refuerzo positivo que hace que volvamos a intentarlo una y otra vez.
Somos genes andantes, máquinas semipensantes manejadas por genes con una sola meta: seguir reproduciéndose. Intentamos controlar a estos pequeños "seres" que habitan dentro de nosotros a través de procesos culturales o plastiquitos de látex, pero ejercen una fuerza brutal sobre nosotros, sólo tienes que pensar en el momento en el que estas besándote acaloradamente con la persona amada y verás hacia dónde te llevan esos impulsos de un momento a otro (los genes son duendes que controlan nuestro cuerpo para poder reproducirse y hacen que te acalores con unos cuantos besos).
Nos enamoramos para que nuestros genes puedan seguir reproduciéndose.
Estos duendecillos son listos ya que hacen que nos sintamos atraídos por personas sanas.
¿Te preguntaste alguna vez por qué ciertas personas te atraen y otras no? La respuesta a esto también está en los genes.
Nos atraen las personas simétricas, porque la simetría es signo de buenas defensas inmunológicas, las personas simétricas son el reflejo de salud y de un buen sistema inmunológico. Nos atraen los rostros que proyectan salud, éstos suelen ser rostros bellos, por ello es normal que nos sintamos atraídos por lo bello ya que es signo de buena salud.
Otros factores como puede ser la inteligencia también son signo de buen sistema genético.

Otras teorías indican que el olor corporal de las personas juega un papel importante a la hora de enamorarnos, percibimos olores del otro que nos pueden transportar a sensaciones de seguridad y tranquilidad y son estos olores los que preferimos. ¿No se ha preguntado nunca por qué al besar y oler a alguien de repente ha dejado de gustarle? Es como si supiera que esa persona no es para usted. Pues bien en este caso, el factor olor (y con él, el sabor) parece ser uno de los determinantes que hacen que una persona nos guste más o menos. Existe la teoría de los 4 tipo de olores corporales A, B, C y D, si usted posee un olor tipo A, se verá atraído por personas tipo A, les atraerá pero menos los del tipo B y así sucesivamente, y seguramente le repulse los del tipo D. Este es un factor que está siendo estudiado en la actualidad, pero parece cuanto menos interesante. Y por supuesto, los genes en lo comentado en este párrafo, serian los responsables de seleccionar el tipo de olor que nos atrae, pues un olor atractivo, seria signo de buena conexión genética entre ambos sujetos.

Así que nuestros genes dictan en gran medida de quién nos tenemos que enamorar, son nuestros cupidos personales, una vez elegido el sujeto del que nos enamoraremos nuestro cerebro empieza a efectuar cambios en sus sustancias (DA, NE, SE, etc..) y entonces quedamos enganchados al amado, poco después nos sentimos acalorados por sus besos y nuestros genes intentan que nos reproduzcamos con o sin éxito (el poder del látex), así una y otra vez. Si no funciona con un amado poco después nos desenamoramos y buscamos otro amado genéticamente bueno, porque hay una teoría que dice que cada 4 o 5 años queremos cambiar de pareja, es decir que no somos monógamos por naturaleza, en todo caso seriamos seres monógamos seriales (dejamos una pareja para comenzar una nueva aventura con otra pareja) por otro lado la monogamia sería un resultado de la fuerza que ejerce la cultura en nosotros, nuestro sistema genético dicta que tenemos que cambiar de pareja porque así habrá un mayor éxito en la supervivencia de nuestros genes si están repartidos entre varias parejas que en una sola y neutro acerbo cultural nos dicta que tenemos que ser fiel a una sola pareja en la salud y en la enfermedad.
Por ello todo este proceso del enamoramiento se complica más si tenemos en cuenta que no sólo están los genes también tenemos una cultura que nos arrastra a determinados comportamientos.

Sólo menciono aquí la parte genética de la conducta de enamoramiento, pero como bien ha de saber, existe un bagaje cultural que por supuesto influye en cómo, cuándo y por qué nos enamoramos, lo que algunos expertos como Richard Dawkins denominan “memes”, que viene a ser todo lo que aprendemos culturalmente y que influye en nuestra conducta posterior. Los genes hacen que queramos sexo y reproducirnos y un meme seria ponernos un condón para prevenir que esto no ocurra. Genes y memes suelen ser contrarios, cuando uno quiere una cosa, el otro desea la contraria, en otras palabras, si los genes son seres impulsivos, los memes los controlan para que no hayan desfases en nuestra conducta perjudiciales a nivel social y moral. En definitiva, toda conducta humana se desarrolla gracias a los genes y memes de manera indisoluble.

DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.