lunes, 4 de febrero de 2013

Erotofilia y erotofobia. Dos maneras opuestas de entender las relaciones eróticas.

Vamos a entender por relaciones eróticas toda aquella conducta con contenido sexual que va más allá de la penetración, abarcando a esta, pero añadiendo los abrazos, caricias y besos, entre otras conductas y gestos de carácter amatorio, dando importancia por igual a todas ellas, no distinguiendo entre preliminares y la penetración, pues todo forma un conjunto con igual relevancia.

Los seres humanos somos seres sexuados y sexuales, donde el sexo es una parte heredada de la conducta animal, puesto que la gran mayoría de especies se reproducen a través del dimorfismo sexual, es decir con dos tipos de órganos diferentes (los del macho y los de la hembra), pero los humanos vamos más allá del puro acto animal, por lo que distinguimos entre sexo y sexualidad.

Si el sexo es algo innato, ya que tanto seres humanos como animales lo llevamos a cabo de la misma manera, la sexualidad es puramente humana, es un elemento básico de nuestra personalidad, abarca mucho más allá de la  genitalidad, invadiendo todos los espacios de la vida de una persona, su yo, su psicología y sus relaciones sociales. La sexualidad tiene muchas funciones que se expanden más allá de la reproducción, pues con ella encontramos momentos para el placer, para la intimidad, para la comunicación, para el afecto, para la ternura…., comprendiendo todas las etapas de la vida de una persona, desde su nacimiento hasta su muerte.

Y como parte integrante de nuestra personalidad y en gran medida acotada por la cultura en la que vivimos, podemos mantener posturas a favor o en contra de la sexualidad. Si mantenemos una postura a favor, diremos que somos personas erotofílicas y por el contrario si tenemos ideas y creencias en contra de la sexualidad, podremos decir que somos erotofóbicos.

Así pues podemos definir la erotofilia como la actitud positiva que mantenemos con respecto a todo lo sexual y erótico, no albergando sentimientos de culpa, ni rechazo sobre estas conductas, por lo que las personas erotofílicas pueden hablar abiertamente de sexo, sin sentirse mal por ello. Mientras que podemos definir erotofobia como la actitud negativa hacia todo lo sexual y erótico, que conlleva a que las personas se sientan culpables al hablar de sexo o mantener conductas de esta índole. Como indica la página www.fobias.net, la erotofobia es: “un persistente, anormal y injustificado miedo al amor sexual o a las preguntas de índole sexual. Este término es utilizado por los psicólogos para describir la sexualidad en la escala de la personalidad. Los erotofóbicos tienen altos puntajes en una escala que se caracteriza por expresiones de miedo y culpa respecto al sexo. Es poco probable que hablen de sexo, tienen más reacciones negativas con respecto al material sexualmente explícito y tienen relaciones sexuales con menor frecuencia y con menos compañeros a lo largo del tiempo[1]”.

El catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca, Félix López Sánchez, en su libro: “La educación sexual (2005)” nos ofrece un cuestionario para saber si tendemos a conductas erotofílicas o erotofóbicas, en el cual debemos responder en una escala que va desde máximo acuerdo (1) a máximo desacuerdo (7), según nuestra opinión sobre el ítem seleccionado. Hay una escala reducida, en la que se acortan el número de ítems utilizados.

Desde la educación afectivo-relacional partimos de una concepción erotofílica de la sexualidad, puesto que esta pertenece al mundo de la salud emocional y física, y por ello debemos apartar mitos y creencias erróneas que durante siglos han hecho tanto daño a la humanidad, cargándonos de miedos irracionales y sentimientos de culpa que hemos de desterrar de una vez por todas. Todos merecemos ser felices en todos los ámbitos de nuestra vida, y en este, en el sexual, tan importante como es para el ser humano, tenemos que  concebir a la sexualidad desde el lado positivo, pues es una fuente de riqueza, placer y salud, tan grande como el propio ser humano.



[2] Datos del cuestionario hallados en: López, F. (2005) La educación sexual. Biblioteca Nueva: Madrid.

DELIRIOS Y LOCURA

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Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.