viernes, 14 de junio de 2013

Ley de transparencia en las relaciones de pareja ¿Debemos contárnoslo todo?

Según 20mintuos. es, hay 93 países en el mundo que poseen leyes de transparencia[1]. Estas se pueden definir como una serie de leyes que regulan el acceso de los ciudadanos a obtener información sobre los gobiernos y sus administraciones, información que atañe por ejemplo al dinero que los gobiernos gastan provenientes de los contribuyentes. En definitiva, son unas leyes que intentan desterrar la opacidad de las gestiones de los gobiernos.

Si transferimos esta idea al mundo de las relaciones de pareja, la ley de transparencia supondría que la perspectiva ideológica de las parejas debe asentarse en el pilar de la sinceridad, por lo que han de contárselo todo o por lo menos ser lo más honestas que puedan.

La honestidad es un pilar básico en toda relación sana que se precie, pero para ser honestos, ¿debemos contar absolutamente todo lo que nos acontece, pensamos o sentimos? Algunas emociones, a veces, son fugaces, ilusorias e incluso nos pueden llevar a conclusiones falaces, entonces ¿por qué atormentar a nuestra pareja diciéndole todo lo que se nos pasa por la cabeza en un momento determinado?

Para muchos expertos en terapia de pareja, lo ideal sería poder quedarnos, para nosotros, ciertos pensamientos, sensaciones y emociones, ya que al contarlos puede que perjudiquemos a la pareja y a la relación, sabiendo además, que gran parte de estas emociones o sensaciones pueden ser pasajeras. ¿De qué le sirve a nuestra pareja saber que hay un/a nuevo/a compañero/a de trabajo que es guapísimo/a o graciosísimo/a? Conociendo a nuestra persona amada podemos obviar cierta información que pueda serle perjudicial, asentándonos siempre en el pilar de la honestidad, sin llegar a mentir, ni a falsear la realidad, de modo que acabemos manipulando a nuestra pareja, puesto que hay información que puede soslayarse, pero otras informaciones son necesarias para que la relación se inscriba en la sinceridad, ejemplo: no es lo mismo ver a un compañero de trabajo bello que empezar a tener una aventura con él.

Lo importante es saber calibrar donde está la honestidad no dañina, de la falta de respeto con respecto a la información que deseamos dar al otro. Cada pareja tiene sus propias leyes y acuerdos, sus propios puntos débiles y grandezas.

En definitiva, si utilizamos una ley de transparencia en nuestra relación, quizás esta debería contener una clausula con la que podamos reservarnos cierta información que pueda dañarla o deteriorarla,  pues no todo lo que se cuenta a la pareja va en beneficio de la relación.

martes, 11 de junio de 2013

Libros sobre el amor y psicología (tercera parte)

A continuación llega una nueva entrega de los últimos libros que he leído sobre psicología, sexología, amor y parejas, con la intención de seguir recomendando buenas lecturas para las personas interesadas en estas temáticas. Esta vez queda dividió en 4 secciones, una dedicada al amor, otra a la sexología y la terapia de pareja, otra sobre diferencias entre hombres y mujeres y un último apartado sobre otros temas interesantes de psicología.

Psicología del amor.

Valentis, M. y Valentis, J. (2005). Inteligencia romántica. Cómo ser inteligente también en el amor. Amat: Barcelona.
Utilizando las nuevas bases ideológicas de la inteligencia emocional, ambos autores explican cómo conseguir ser hábil en el amor, a través del uso de la empatía y de lo que ellos denominan inteligencia romántica. Incluye un test para comprobar si el lector es una persona inteligente en la vida y en el amor.

Pallares, E. (2012). Psicología del amor. Para comprender mejor esta fortaleza humana. Mensajero: Bilbao.
Pallares disecciona que esto del amor, basándose en las grandes teorías que circulan al respecto. Es un buen libro para iniciarse en la ciencia del amor, pues toca aspecto como los celos, la adicción al amor, la sexualidad, el amor biológico, la idealización y un largo etc. Recomendado para los que quieren una dosis amena sobre lo que se conoce científicamente en relación al amor.

Mellody, P (2012). La adicción al amor. Cómo cambiar su forma de amar para dejar de sufrir. Ediciones Obelisco: Barcelona.
No sabía si incluirlo o no, pues es de los pocos libros que me he dejado a medio ya que me resulto extremadamente tedioso, quizás porque no era el momento de leerlo. Pese a parecerme aburrido, tiene de curioso que la autora explica una teoría de la adicción basada en su propia historia personal.

Sexología y terapia de pareja.

Kaplan, H. (2010). Manual ilustrado de terapia sexual. La solución a los trastornos sexuales más comunes. Debolsillo: Barcelona.
Kaplan es una de las grandes autoras y estudiosas de la terapia sexual. Este libro sirve tanto para los expertos en sexología como para cualquier persona que desee introducirse en esta temática. De corte psicoanalista y centrada en la fuerza de la imaginación y la fantasía como grandes herramientas para tratar diversas problemáticas sexuales.

López, F. (2009) La educación sexual. Biblioteca Nueva: Madrid.
Un libro muy interesante tanto para padres, sexólogos y educadores, pues Félix nos ayuda a entender la importancia de la educación sexual tanto en el entorno familiar como en el escolar. Aporta un cuestionario sobre erotofilia y erotofobia.

Diamon, J. (2011) ¿Por qué es divertido el sexo? La evolución de la sexualidad humana. Debolsillo: Barcelona.
Un libro muy ameno que basa sus postulados en los conocimientos de la Psicología evolutiva y la antropología humana. Comenta la importancia del sexo más allá de la reproducción, lo que denomina el “sexo recreativo” y cómo este llegó a ser tan importante para nuestra especie. Habla de los papeles masculinos y femeninos en la sexualidad.

Kahr, B. (2010) Sexo y fantasías. La investigación más completa y reveladora sobre nuestro mundo sexual interior. Mr-ediciones: Madrid.
Es la investigación más exhaustiva sobre fantasías sexuales realizada en Gran Bretaña. Pone de manifiesto todo tipo de fantasías que los ingleses tienen, intentando aportar un significado psicoanalítico de lo fantaseado. Pone de manifiesto que  una de las fantasías sexuales que más se repiten, es fantasear con otra persona en la cama mientras se realiza el acto sexual con la pareja.

Barash, D. y Lipton, J. (2001) El mito de la monogamia. La fidelidad y la infidelidad en los animales y en las personas. Siglo Veintiuno: Madrid.
Aporta conocimientos científicos para demostrar que el ser humano no es monógamo, se basa en la psicología evolutiva, la antropología y la etología. Todo lo que nos aguarda tanto fuera como dentro de nosotros es pura competición, pues los genes desean competir para replicarse.

Judson, O. (2011) Consultorio sexual para todas las especies. Introducción a la biología evolutiva del sexo. Drakontos Bolsillo: Barcelona.
De una manera pedagógica y divertida, esta autora pasa consulta sexológica a muchas especies animales para que entendamos sus rarezas y sus maneras de reproducirse, desde las bacterias a los grandes mamíferos, hace un recorrido sexual de muchas especies animales para después compararlo con la especie humana. Cotilleos de la sexualidad animal.

Mesón, N. (2012) Amor, sexo y mentiras. Divalentis.
A través de la narración de diversas historias, Nieves Mesón hace un recorrido por varios pensamientos de diversidad de personas sobre el amor, posicionándose tanto desde la postura masculina como de la femenina. Son narraciones muy esclarecedoras que se pueden utilizar en terapia de pareja para que los pacientes puedan sentirse identificados.

Costa, M. y Serrat-Valera, C. (2010) Terapia de parejas. Alianza Editorial: Madrid
Un libro clásico de la terapia de pareja en España, de corte profundamente conductual que ofrece diversas herramientas útiles para trabajar con pacientes. De lectura indispensable para toda persona que desee ejercer como terapeuta de pareja.

Diferencias entre hombres y mujeres.

Gray, J. (2006) Lo que tu madre no te dijo y tu padre no sabía. Técnicas avanzadas para disfrutar de uniones más gratificantes. Debolsillo: Barcelona.
Otro libro de diferencias entre hombres y mujeres de la saga del célebre John Gray. Sigue investigando entre las diferencias que provocan que hombres y mujeres no nos entendamos, lo que suele incitar numerosos conflictos. Es más ameno que su popular libro “Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus”.

Baron-Cohen, S. (2005) La gran diferencia. Cómo son realmente los cerebros de hombres y mujeres. Amat: Barcelona.
Aporta mucha información científica para dar validez a su teoría sobre las diferencias entre hombres y mujeres, defendiendo que las mujeres son más empáticas y los hombres más sistematizadores. Hace un gran estudio sobre el autismo, como pilar de la sistematización pura.

Otros temas de Psicología

Rojas-Marcos, L. (2010) El sentimiento de culpa. Punto de lectura: Madrid.
La autora nos acerca al mundo del sentimiento de culpa inherente al ser humano, pues este nos afecta en todos los ámbitos posibles: desde la sexualidad, la afectividad, la agresividad etc. Pero el mensaje que uno acaba sustrayendo es sumamente positivo y constructivo.

Goleman, D. (2006) Inteligencia social. Kairós: Barcelona.
Basado en los avances sobre el conocimiento cerebral, Goleman aporta su teoría sobre la inteligencia señalando que el ser humano está diseñado para ser social, su cerebro está programado para comunicarse con los demás de forma efectiva y afectiva. Habla del amor, de la sexualidad, de las relaciones de pareja desde la base de la neurociencia y la psicología evolutiva. 

jueves, 6 de junio de 2013

¿Cómo afecta el consumo de alcohol a las relaciones sexuales y de pareja? Alcohol, sexo y pareja.

El alcohol es uno de los desinhibidores más usuales que utilizamos en sociedades como la nuestra. Sirve como lubricante social ya que nos permite desconectar el control de impulsos, promoviendo una socialización sin trabas y sin preocupaciones, puesto que la capacidad de raciocinio como de autocontrol se inhiben. Pero el consumo prolongado de alcohol puede afectar a nuestra sexualidad y a nuestras relaciones con los demás, incluyendo la pareja.

Según un estudio publicado en “Alcoholism: Clinical & Experimental Research[1], indican que un consumo moderado de alcohol puede aumentar hasta cuatro veces los niveles de testosterona, lo que provoca que nos pongamos tanto agresivos como que aumente nuestro deseo sexual.

En un primer instante, parece que el alcohol puede acrecentar o al menos despertar nuestro deseo sexual, aunque la controversia entre los científicos y expertos parte de si en realidad esta aparición del deseo sexual proviene de los aumentos de testosterona o de la propia desinhibición que provoca el alcohol. Para rebatir la hipótesis del aumento de la testosterona como factor del despertar del deseo sexual, se llevó a cabo un estudio, en el que dos grupos de personas (grupo a y grupo b) consumían cerveza, lo que no sabían era que uno de los grupos la bebía sin alcohol, los resultados finales indicaron que ambos grupos se habían sentido desinhibidos, con lo que se demostró la importancia del  efecto placebo y de la sugestión cuando creemos que estamos bebiendo alcohol; esta creencia puede influir en el comportamiento, promoviendo conductas desinhibidas, por lo que sería la desinhibición y no el aumento de testosterona la que promovía el despertar del deseo sexual. Pero la pregunta se hace evidente ¿Puede que estas personas que creían que consumían cerveza con alcohol, tal sugestión les provocara un aumento de la testosterona? Es decir al creer que consumían alcohol se desinhibieron por efecto de la sugestión y pudiera que su organismo a la vez, aumentara sus niveles de testosterona promoviendo un deseo sexual acrecentado.

Al fin y al cabo lo importante es que algunas personas notan en su organismo un despertar de su deseo sexual cuando consumen alcohol y esto podría explicarse de forma multicausal (como la gran mayoría de acontecimientos que afectan al ser humano), siendo producto tanto de la desinhibición como de los cambios en los niveles de testosterona.

Lo que sí parece más evidente para los científicos y expertos es que tanto el consumo abusivo y/o prolongado de alcohol conlleva riesgos para nuestra sexualidad (en el caso de la aparición del deseo sexual se necesita una ingesta leve o moderada, pues si la dosis es muy alta tal deseo se inhibe).

Una ingesta elevada de alcohol provoca una serie de inconvenientes en el hombre:

·         Dificultades en la erección, el pene puede quedar semi-erecto o completamente flácido.
·         Retraso en la eyaculación, al hombre le cuesta eyacular, por lo que puede pasar mucho tiempo intentándolo con un resultado ínfimo.
·         Sensación de orgasmo anestesiada, puesto que las sensaciones placenteras que emanan del cerebro se insensibilizan, dificultando así la sensación de placer.

 A la mujer también le afecta del siguiente modo:

·         Disminuye la lubricación, la vagina no se lubrica adecuadamente.
·         Retraso del orgasmo y menos intenso, como en el caso del hombre.

Y un consumo prolongado de alcohol puede afectar a nuestro organismo, aunque en algunos casos de forma reversible.
Entre los problemas que causa este consumo extendido de alcohol en el hombre son:

·         Disminución de la testosterona, científicamente queda comprobado que el consumo del alcohol prolongado afecta negativamente a la testosterona, provocando el efecto contrario que cuando el consumo es leve, disminuye el deseo sexual y provoca feminización: disminución del tamaño de los testículos y aumento de pecho. También puede provocar disfunción eréctil.

Y a las mujeres afecta del siguiente modo:

·         Cambios en el ciclo menstrual y esterilidad.

Y el consumo de alcohol no afecta solo a la sexualidad sino a las relaciones de pareja también. Como hemos visto la ingesta de alcohol puede provocar mayores niveles de agresividad, con lo que podemos ponernos violentos con nuestro ser amado.

Cuando estamos ebrios y nuestro control de impulsos ha caído, podemos empezar a sacar todos los resentimientos, inseguridades, problemas internos que llevamos, atacando a nuestra pareja y haciéndole mucho daño. El peor momento para discutir cualquier cuestión es bajo los efectos del alcohol, pues entre otras cosas, no podemos discernir racionalmente, digamos que es la vía inferior de nuestro cerebro (la presidida por la amígdala y que controla el miedo y la agresividad, entre otras emociones) la que gobierna nuestro estado, somos viscerales, impulsivos, repetitivos hasta la médula y carecemos de empatía y de sentido común, todo este coctel lo único que provoca es que la pareja quede resentida, dolida y con la sensación de que no se conoce al otro, ni a la relación. Toda pareja que discute bajo los efectos del alcohol corre el riesgo de resentirse hasta el extremo de que ya nada vuelva a ser como antes y la relación quede rota y vista para sentencia. Y el alcohol promueve la discusión en pareja, por lo que  pareja y alcohol son dos elementos que no funcionan a la hora de mantener una relación sana y equilibrada. Ya nos avisa la campaña de publicidad de la FAD sobre los efectos nocivos del alcohol con respecto a nuestras relaciones interpersonales[2].

Podéis ver el spot aquí: 

sábado, 1 de junio de 2013

Relaciones abiertas y patriarcado. Una dicotomía actual.

En la actualidad y pese a los innegables y rápidos avances de nuestra sociedad moderna, seguimos arrastrando el yugo del patriarcado.  Cuando hablamos de este concepto nos referimos a la distribución desigual del poder entre mujeres y hombres que provoca otra serie de contrariedades como las que  llegan a afectar incluso al tipo de relaciones amoroso-eróticas que deseamos mantener.


El patriarcado impone un tipo de relación estándar y normalizado, para todo buen ciudadano que se precie como tal, dejando el resto de relaciones marginadas, atropelladas y rechazadas, puesto que no cumplen con los cánones que la sociedad, religión y cultura marcan como deseables.

Y entre los tipos de relaciones denostadas encontramos las denominadas relaciones abiertas. Podemos definir relación abierta al acuerdo que se establece entre dos personas donde ambos  son libres para mantener otro tipo de encuentros, que suelen ser eróticos, con otras personas, sin que esto provoque una escisión o problema en la relación de origen. Podemos establecer diversos tipos de relaciones abiertas, pues va a depender del contrato verbal (o incluso firmado, según las preferencias de la pareja) que ambos estipulen, siendo los más corrientes:

  • Mantener relaciones eróticas esporádicas con personas diferentes, no siendo siempre con la misma, para no correr el riesgo de que la relación se resienta a causa de un nuevo enamoramiento.
  • Mantener relaciones eróticas sin ningún tipo de restricción, pues cada persona es libre de decidir sobre su propia vida, somos libres de decidir si deseamos abandonar una relación en cualquier momento.
  • Mantener relaciones eróticas y afectivas con otras personas, pudiendo originarse tríos amorosos (tríos en el sentido afectivo y no sexual de la palabra, aunque también puede dejarse espacio para esta circunstancia).
Las relaciones abiertas se nutren de la libertad máxima de elección por parte de ambas personas, puesto que esta sensación de libertad es la que promueve que sigan queriendo permanecer juntas, no notan el yugo del compromiso impuesto y se saben libres para volar hacia donde les apetezca y esta sensación les devuelve las ganas de volver con su compañero, amándole, deseándolo y respetando su libertad.

Pero cuán difícil se torna decir a la sociedad que uno forma parte de una relación abierta, pues al nombrar estas palabras, las caras de los oyentes se modifican hacía gestos de incomprensión, rareza, estupefacción, con un insustancial talante atónito, morando en sus pensamientos frases del tipo: “Ufff, yo no podría jamás formar parte de una relación abierta”, ambientando el dialogo con preguntas del tipo: “¿y no te sientes celoso/a? ¿Pero os lo contáis todo después? Y las preguntas se tornan evidentes ¿Por qué se nos hace tan difícil comprender que hay personas que viven felices en este estado libre? ¿Por qué no podríamos formar parte de una relación abierta?


Respetando que cada cual elije un tipo de relación que vaya más con sus preferencias, personalidad y tipo de apego, deberíamos plantearnos que hilos mueve el patriarcado para hacernos tan difícil asumir este tipo de relaciones. Lo primero que pensamos al oír “relación abierta” son las dificultades que creemos que emanan de ella, dificultades que intuimos que antes o después acabarán con este tipo de relación, como si las relaciones estándar no adolecieran de procesos precarios, rupturas y malentendidos. Toda relación sea de la forma que sea, conlleva unos riesgos, conflictos e irregularidades que con motivación y persistencia pueden ser remediados, acomodados, entendidos y solucionados; ningún tipo de relación está exento de problemas.
Por otro lado hay demasiados ojos desconfiados, ya que lo diferente provoca miedo y rechazo, y el patriarcado odia con gran firmeza, todo aquello que se aleja de sus cánones, pues para este, mantener una familia nuclear de padre y madre basada en el respetuoso matrimonio es lo ideal, ya que al firmar este acuerdo queda sellado su amor eternamente, pero el ser humano se compone de cambios y transformaciones y algunas personas que conocen sus necesidades saben que el matrimonio para ellas es como un yugo acosador que no les deja respirar el aire puro de la libertad.

Así pues, todo tipo de relación es respetable, desde el matrimonio hasta la relación abierta, siempre y cuando los participantes se encuentren bien consigo mismos, sientan que siguen creciendo y que sus vidas son plenas.

Al patriarcado le conviene que no andemos jugando con los tipos de relaciones, prefiere que nos cuestionemos toda relación que no sea la estándar, que la veamos con prejuicios e ideas distorsionadas, que no deseemos formar parte de ellas, desea que las mujeres sean sumisas y castas. Para el patriarcado no es asumible que una mujer desee mantener relaciones con más de un hombre y que encima él lo consienta, la mujer no ha de salirse de la línea recta de su pureza y devoción hacia un solo hombre. Las relaciones abiertas enturbian la mente de los que conviven en ellas, están desviados, son rechazables. El hombre que se precie como tal debe mantener una familia donde su esposa se deba a él y a sus hijos, con las relaciones abiertas la mujer pierde el sentido de la familia y se pierde así misma. Y así hasta un sinfín de axiomas falaces que se han ido insertando en nuestra piel y que roza nuestro ADN, menos mal que siempre hay personas a las que les gusta romper las reglas del juego cuando ven que estas amordazan a algunos de los jugadores.

DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.