Mucha gente se pregunta si es posible huir del amor, si es posible no enamorarse de ciertas personas. Mi respuesta es que ciertamente podemos negarnos al amor y no enamorarnos de ese individuo que se acerca con intenciones "malignas y cautivadoras".
Sabes perfectamente que para negarle el amor a alguien lo básico es no verlo, alejarte, no escuchar las encantadoras palabras atrayentes que salen de su boca, no prestarle la más mínima atención. Aquellos que sueñan con adelgazar ese kilito que le sobra, huyen del chocolate (que por cierto es sustituto del amor, como ya dije en alguna ocasión) lo borran del frigorífico, si salen a comprar no pasan por las estanterías de la zona del engorde.
No es fácil huir de lo que atrae, al intentar huir, lo que tenemos en nuestra cabeza todo el tiempo es al objeto del que procuramos escapar, esto se convierte en una especie de ironía: queremos borrar al objeto a amar y para borrarlo lo que hacemos es recordarlo.
Pero se consigue, se consigue sí y solo sí aún no hemos llegado al punto de no retorno.
El punto de no retorno es aquel punto espacio-temporal al que llegamos cuando conocemos a esa persona de la que no queremos enamorarnos y es demasiado tarde para echarnos hacia atrás y deshacer el hechizo que nos cautivó.
Al punto de no retorno se llega escuchando a esa persona, mirándola, riendo a su lado, llega un momento en el que sin saber porqué ya no puedes dejar de pensar en ella, ahí es cuando has caído dentro del punto de no retorno, cuando se te cuela en tu cabeza y se convierte en el objeto a adorar y a analizar.
Por ello si no quieres enamorarte de esa persona, por las circunstancias que sean, intenta no llegar al punto de no retorno o se te complicaran tus expectativas de no amarle.
Escapa, busca otras aficiones, haz ganchillo, submarinismo, pero no estés mirando el móvil cada cinco minutos para ver si te ha mandado un mensaje, porque te caerás y te quedaras colado sin poder volver atrás.
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