Toda historia de amor se compone como mínimo de dos canciones, la primera y la última, el inicio de la relación y su triste final.
Aun recuerdo aquella canción que escuchaba cuando me enamoré por primera vez, todavía se me erizan los pelos, es algo increíble, porque ya aquella historia está completamente acabada pero ese recuerdo se sigue grabando en mi cuando escucho de nuevo esa vieja melodía.
Una canción que te llena de felicidad recordar cuando estas con tu pareja, pero que sin embargo cuando la historia culmina, ya no puedes escucharla, es como si te clavaran mil puñaladas en el corazón, sin concesión alguna, sin remedio, sin piedad, sin resentimientos, y no puedes escuchar esa melodía, a veces ni siquiera otra canciones del grupo que la cantaba ni nada relacionado con ello.
Hace bien poco tuve que salir corriendo de aquel lugar nocturno cuando presentí que iba a sonar esa mal intencionada canción, tan solo fue escuchar el inicio de los acordes y ya me recorrió por mi cuerpo una sensación de tristeza y de desasosiego enormes, acompañada de otra sensación de ansiedad que hacia que aquel lugar se volviera cada vez más pequeño hasta que parecia que conseguía atraparme con sus paredes, encerrado con esa insoportable canción que tanto me gustaba en antaño. Salí de allí con la cara descompuesta con una pequeña lágrima recorriendo mi mejilla, huyendo de aquel mal tratador lugar, huyendo de mis recuerdos, huyendo de ella, huyendo de todo. Esa maldita canción primera queda grabada para bien o para mal en tu maltrecho cerebro, en tu imborrable recuerdo.
La última canción, es una canción de cura, que sirve para calmar tus heridas, una canción con la que llorar la perdida, con la que llorar tu desgracia, una melodía que dicta compasión hacia ti mismo, que te reclama tanto como tu a ella, es un sonido que te lleva de nuevo a la calma, la canción que te sirvió para olvidarla y comenzar de nuevo, esta canción tampoco se olvida en la vida y pasará un tiempo, largo tiempo y al escucharla viajaras al final del verano en el que ella te dejó y recordaras como con esa canción olvidaste el sufrimiento.... solo una sensación de superación y nostalgia invadirá tu cuerpo en ese momento, después.... después querrás escuchar nuevas canciones.
Cada historia de amor en la que he actuado como protagonista ha tenido marcada su historia con sus dos canciones, como bien mencionas, hasta hace poco era un martirio escuchar la canción terrible con la que me acordaba de él. Asi que la evite a toda costa, hace una semana la escuche y sin pensar la empeze a tararear. Cuando me di cuenta, note que ya no incluia los recuerdos de ese tiempo.
ResponderEliminarLa primera fue "No One's Gonna Love You" de Band of Horses... Con esa canción recuerdo mucho el día que vi a Amaury; a partir de ese día ya no pensaba en otra cosa que no fuera él...
ResponderEliminar"Like a Friend" de Pulp fue la última. Es una rola que nomás cada que la escucho vienen a mi mente las mil preguntas que quedaron sin respuesta alguna.
Hay una canción intermedia, "On Call" de Kings Of Leon que me apachurra el corazón cada que sus notas acuden a mis oidos...
Definitivamente la música es algo que nos acompaña en cada etapa de la vida, pero hay veces que duele más de lo que debería...
Me digo gusto leerte, y es que es tan común eso de asociar canciones al amor, mas aún al primero, todas las canciones te identifican, para el comienzo hay una y para el termino otra, nostalgica, corta venas, que te hunde y te saca de nuevo a flote con un hermoso final diciendo soy fuerte esto pasará... o a veces pasa que buscas estas canciones para llorar, para recordar y pensar en aquellos tiempos que parecian los mejores.
ResponderEliminarLa música sin duda nos acompaña día a día, le da un toque a cada cosa y nos remece gracias a nuestra memoria auditiva-emotiva.
Lindo escrito
Gracias por compartir
Saludos!
=)
hay siempre una banda sonora en nuestras vidas y aquella canción misteriosa de la que nunca supimos el nombre.
ResponderEliminarSaludos a deshoras.