lunes, 5 de enero de 2009

Sobre la felicidad.

Aquella extraña, con nombre alegre, difícil de alcanzar pero alcanzable a ratos, huidiza, blanca, resplandeciente, de pequeños pasos o de grandes proezas, que cada uno la siente a su manera o dice a verla sentido alguna vez, cuando era joven, cuando estaba enamorado, hoy mismo a las 15.33 cuando recibió esa noticia, ayer.

Pero ¿qué pasa con aquellos seres infelices que solo son felices cuando se sienten infelices por qué cuando son felices sienten que algo falla y no saben vivir?.

Solo encuentran la felicidad sintiéndose infelices, acobardados, tristes, mal consigo mismos, pero con esa cierta sabiduría de que así están tranquilos porque conocen muy bien a la tristeza, a esa compañera de viaje y ya no pueden separarse de ella porque si lo hacen se sienten mal, desnudos, a la intemperie, desprotegidos de su manto de infelicidad. Se vuelven creativos, mágicos, audaces cuando esa tristeza les invade de nuevo, vuelven a ser ellos mismos, se sienten fuertes siendo tan débiles y frágiles, tan acabados pero tan llenos de creatividad, se aposentan en sus bares a beber, a regozijarse en su dolor, saben que están tan mal como cómodos, los infelices que solo son felices siendo infelices.

Peor aun ¿qué pasa con los neutros, con los que no quieren ser felices por no ser infelices en potencia?, esos seres vacíos, neutros, los medio muertos, los zombis, ese submundo, esa subespecie, los que son realmente tristes por dentro porque prefieren no vivir a vivir mal, los quietos, los detenidos en el tiempo, los que no sonríen para mañana no tener que llorar, ¿qué ocurre con ellos?, son los seres más inhóspitos, para ellos la felicidad supone un obstáculo, una infelicidad posterior, no seas un casi muerto, no lo prediques entre los tuyos, no lo contagies como un virus mortal.

La felicidad es una extraña que duerme en casa ajena. Es una cautivadora, un sueño fugaz, algo relevante para despertar cada mañana, una ilusión, es la manera elegida para vivir o soñar que la vives. La felicidad solo existe en los cerebros de los que están predispuestos a sentirse felices.

1 comentario:

  1. la felicidad en sí es fácil, se adapta casi a cuelquier gusto, casi a cualquier circunstancia, aveces los dificiles somos nosotros.

    Buen 2009 saludos desde la oscuridad.

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