Delirios sobre el amor,el enamoramiento, la sexualidad, las relaciones interpersonales, los celos, el equilibrio, las emociones, el deseo, el humor, la imaginación y la conducta humana.
martes, 7 de junio de 2011
En la espera
Mosaico de desilusiones rondan mi percepción, inestabilidad latente, oscura, extensa, sin nombre, sin lugar. Obsesión por saber donde esta mi me mente porque mi cuerpo vaga a la deriva, con el hambre del que no desea comer porque hasta incluso respirar se lo debía al pasado, con la sed del que no desea beber pero que lo necesita para embriagar su estado. Melancolía por saber que lo mejor se pierde poco a poco, se desgrana, se desanima, se inunda de otros pensamientos que no están en mí. Quizás aun sufra pero parece que el tiempo se lo lleva, leve, calmado, distante, quizás mañana se vuelva con fuerza, pero ese quizás me ahoga, me desintegra, me marchita y me anima a seguir con vida, como un autómata de las nuevas tecnologías, no olvido. Si supiera rezar rezaría, por nuestros cuerpos, porque se unan, sean individuos, indivisibles. Me duelen hasta los codos de esperar una señal de salida o de entrada o de mención honorifica por el que sufre por la inquietud de lo joven. Necesito una noticia como el reportero que se queda sin trabajo, necesito un fuego como el bombero que no sabe que apagar, necesito una luz como el barco a la deriva, necesito un beso como el enamorado que añora. Mañana de nuevo a pelear por seguir con vida, por no morir desalentado, por intercambiar colores grises con lilas, con fotos que esperan a seguir donde le corresponde, a mirar el perfil de la vida que ya no me pertenece, por momento o por toda la eternidad, lejano pero cada vez más cerca de la verdad. Y mientras escribo, me olvido, es extraño pero cierto, olvido que estoy triste, mientras escribo viajo, me desnudo y camino, mientras escribo no estoy en mi mente sino en mis palabras, pero como todo lo bueno también esa sensación se diluye cuando no me queda nada que decir y vuelve la espera, la espera, la espera. Un día más un peldaño menos. Y el verano se acerca con ganas, con sol, con su alegría intrínseca, con su mar, con las colchonetas de colores, con las ganas de pasear donde sea hasta la hora que sea y tú, tú seguramente lejos, disfrazada de otra, jugando a otros juegos y bailando nuevas canciones que no están en mí ambiente.
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