Delirios sobre el amor,el enamoramiento, la sexualidad, las relaciones interpersonales, los celos, el equilibrio, las emociones, el deseo, el humor, la imaginación y la conducta humana.
domingo, 13 de noviembre de 2011
El pescador
Y soy aquel pescador, paciente, inmóvil, tranquilo, que descansa bajo la sombra viendo como la tempestad arrasa con mis esperanzas de lograr un sustento. Los demás pescadores, uno a uno van abandonando su puesto, pues saben que con este tiempo nada se puede hacer pero yo me he negado en rotundo, no creo en tiempos, ni en lugares, ni en épocas mejores, creo en el mañana, imagino que el rio, la mar, vuelve a su cauce, a su dulzura natural, al salitre embaucador y que el sol brilla, que yo también brillo.
Pero el mar, el rio, anda muy revuelto, sin esperanzas y yo sin el cebo que atraía al mejor pescado, a las mejores ideas, a las más nobles intenciones, me quedo solo, con una botella medio vacía que representa mi estado mental, mi situación agónica personal, porque no sirvo para otra cosa, no se me dan bien otras labores que no sea esperar pacientemente a encontrar lo que un día hallé, a esperar de nuevo lo que ya ha zarpado a otros mares y ríos menos revueltos, más novedosos, menos parecidos a mí esencia, a mi olor, a mi tiempo, a mi ser.
Y debo levantarme y recoger mis enseres, debo claudicar por fin, pues la lluvia esta borrando lo poco que quedaba de mi y siento como me evaporo, como me transformo en un ser escamado, resentido, apocopado, hundido, como las piedras que voy tirando al mar, al rio, en forma de despedida amarga. Ya no volveré a pescar en este mar, en este rio que tanta riqueza y abundancia me dio en su día. Emigro a otras rutas y me duelen los pies pues mis botas estan ya viejas y quebradizas por haber visitado a otros tantos ríos y mares que creía idóneos y que al igual que este se volvieron bravos, extraños y distantes.
Quizás mi destino no sea el de pescador, quizás sea el de lobo solitario, terrestre y taciturno, que no encuentra nunca una luna que le acoja, quizás sea un ser errante y errático o tal vez un alma de difícil comprensión que añora la simpleza pero que solo se conforma con lo complejo.
Me despido de una vez por todas del mar, del rio y me alejo, dándole mi última lagrima como despedida silenciosa pero despedida al fin y al cabo….
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, es valioso.