El efecto Forer o también conocida o nombrada como
la falacia de la validación personal, consiste
en la aprobación y credibilidad que algunos individuos dan a las descripciones
de personalidad que han sido realizadas para ellos concreta e individualmente,
pero que en realidad solo son manifestaciones generales de tipos estándar de
personalidad, lo suficientemente vagas e imprecisas que podrían atribuírsele a cualquier
sujeto. Se produce cuando alguien cree conocernos y da una descripción de
nosotros a la que creemos cierta, dejándonos incluso con la boca abierta y
estupefactos, pero en realidad estas afirmaciones se basan en rasgos generales
de personalidad que la gran mayoría de personas posee o cree que poseer. A las
ciencias ocultas, la adivinación y las personas que leen cartas, se les atribuye
o se les achaca que utilizan este efecto en beneficio propio, como una forma de
engañar al cliente.
El
estudio de este efecto proviene del psicólogo Bertram Forer
R. que en 1948, realizó una investigación utilizando como “conejillos
de india” a sus alumnos. La investigación consistía en darles a cada uno de los
estudiantes una descripción de su personalidad, basados en diversas pruebas y
análisis, la tarea de los alumnos era puntuar el análisis de personalidad
obtenido a través de una escala entre cero (muy mal análisis) a cinco
(excelente análisis). Lo particular de esta investigación fue que todos los alumnos recibieron el mismo
análisis de personalidad, el cual decía lo siguiente:
“Tienes la
necesidad de que otras personas te aprecien y admiren, y sin embargo eres
crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas debilidades en tu personalidad,
generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes una considerable capacidad sin
usar que no has aprovechado. Disciplinado y controlado hacia afuera, tiendes a
ser preocupado e inseguro por dentro. A veces tienes serias dudas sobre si has
obrado bien o tomado las decisiones correctas. Prefieres una cierta cantidad de
cambios y variedad y te sientes defraudado cuando te ves rodeado de
restricciones y limitaciones. También estás orgulloso de ser un pensador
independiente; y de no aceptar las afirmaciones de los otros sin pruebas
suficientes. Pero encuentras poco sabio el ser muy franco en revelarte a los
otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras que otras veces
eres introvertido, precavido y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a
ser bastante irrealista[1]s”.
El
promedio de respuesta de los alumnos fue de 4.25 (recuerde que el excelente se
situaba en 5), por lo que la gran mayoría de los estudiantes creyó que las
conclusiones se referían a él solo y que acertaban en gran parte. La conclusión
que se sacó de la investigación fue que hay una serie de declaraciones sobre
los demás que pueden aplicarse a cualquiera, unos rasgos comunes de personalidad
que todos creemos poseer.
Las
variables que tienen que darse para que los sujetos puntúen alto, en descripciones
generales de personalidad como la que acabamos de ver, según Dickson y Kelly (Dickson, DH y W. Kelly. 1985. El efecto Barnum en la evaluación de
la personalidad: una revisión de la literatura. Los informes psicológicos, 57:367-382)
son:
- El individuo está convencido
de que el análisis de personalidad es individual y solo va dirigido a él.
- El individuo confía y cree
en la profesionalidad y autoridad del evaluador. La persona puede apoyarse
en la creencia de que si una persona importante o sabia en la materia afirma
tal cosa, esta debe ser cierta.
- El análisis de personalidad
enumera más atributos positivos que negativos, pues de esta forma se
reafirman nuestras ilusiones y esperanzas sobre lo que deseamos ser.
Parece
que los seres humanos estamos predispuestos a escuchar una serie de atributos
que damos como propios, pues necesitamos tener unas ciertas ideas sobre
nosotros mismos que nos reconforten, dándole sentido a nuestras experiencias,
anhelos y esperanzas. En definitiva, la gente tiende a aceptar afirmaciones a
cerca de ellos mismos, si estas afirmaciones cumplen con el deseo de la persona
de que sean ciertas. Y los demás pueden aprovechar estas necesidades para
manipularnos.
En
cuanto al enamoramiento y el efecto
Forer, podemos decir que al principio de conocer a alguien, este puede
manipularnos consciente o inconscientemente, realizando afirmaciones de cómo somos,
haciendo que nos sintamos comprendidos, aceptados y dejándonos atónitos por
creer que el otro, en poco tiempo nos conoce mucho, pero en realidad lo que
está usando es este efecto para conquistarnos o en el peor de los casos,
manipularnos. Por ello no debemos dejarnos embaucar por personas que creen que
nos conocen bien en tan solo un par de citas, pues quizás lo único que estén
haciendo es un tipo de manipulación (que como decimos puede ser inconsciente,
por lo que la persona lo usa pero no sabe muy bien la finalidad o consciente
donde el sujeto sabe perfectamente que desea conseguir), usando rasgos
generales de personalidad que creen ver en nosotros, pero ahora sabemos que
estos rasgos son tan generales que pueden aplicarse a cualquier persona.
Está
claro que para conocer a alguien, lo que más necesitamos es tiempo y
dedicación, por lo que es recomendable que ponga en duda, estas afirmaciones
que nos hace el otro si solo hemos concertado unas pocas citas.
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