sábado, 11 de abril de 2015

¿Podemos mantener relaciones eróticas mientras estamos dormidos? La sexomnia existe.

Cuando deseamos disfrutar de una relación erótica y tenemos la oportunidad de hacerlo, llegado el momento, nuestros sentidos se agudizan, la piel cambia y se ruboriza, focalizamos nuestra atención en todo el proceso erótico, pues uno se hace completamente consciente de las modificaciones de su cuerpo y mente, estamos realmente despiertos, pero ¿podemos mantener relaciones eróticas estando dormidos y no acordarnos de lo sucedido al día siguiente?


La ciencia parece dar una respuesta afirmativa. A la conducta de mantener relaciones eróticas con uno mismo o con otra persona, mientras estamos dormidos, se le ha denominado sexomnia: la persona realiza actos eróticos dormida, de forma  inconsciente y al despertar no recuerda lo sucedido.

En el DSM-V[1], dentro de los trastornos del sueño-vigilia, aparecen las parasomnias, definidas como trastornos del despertar del sueño no REM. Y dentro de las características de las parasomnias aparecen el sonambulismo y los terrores nocturnos. Estas características, según el DSM-V, son (hemos obviado los terrores nocturnos, pues se alejan de la pretensión de este artículo):

Parasomnias[2]:
A. Episodios recurrentes de despertar incompleto del sueño, que generalmente se producen durante el primer tercio del período principal del sueño, y que van acompañados de una (…) de las siguientes características:
1. Sonambulismo: Episodios repetidos en los que el individuo se levanta de la cama y camina durante el sueño. Durante el episodio de sonambulismo, el individuo tiene la mirada fija y en blanco; es relativamente insensible a los esfuerzos de otras personas para comunicarse con él y sólo se puede despertar con mucha dificultad.
B. No se recuerdan los sueños o el recuerdo es mínimo (p. ej., solamente una única escena visual).
C. Amnesia de los episodios está presente.
D. Los episodios causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Dentro del sonambulismo, en el DSM-V, se especifican dos tipos: Con ingestión de alimentos relacionada con el sueño y con comportamiento sexual relacionado con el sueño (sexsomnia).
Por lo que para el DSM-V, la sexomnia se sitúa dentro de los trastornos del sueño-vigilia, en el apartado de parasomnias, en la modalidad de sonambulismo, en el subtipo: con comportamiento sexual relacionado con el sueño.

Es un comportamiento nuevo para la ciencia médica (se conoce desde hace aproximadamente diez años), poco estudiado y que requiere de más investigación. De momento se afirma que alrededor de un 19% de la población mundial padece de sonambulismo[3] y un número menor de personas padece sonambulismo con comportamiento sexual relacionado con el sueño, por lo que el porcentaje de sexomnia es realmente bajo en lo que respecta a la población mundial.

La prevalencia de este trastorno es superior en hombres que en mujeres, los datos hallados afirman que: “el 11% de los hombres y hasta el 4% de las mujeres han tenido algún tipo de contacto o experiencia sexual involuntaria mientras duermen[4]”.

Las conductas típicas, durante el sueño, que realiza una persona con este trastorno son:
  • Caricias: a sí mismo o a la persona que duerme a su lado.
  • Masturbación: a sí mismo o a la persona que duerme a su lado.
  • Gemidos
  • Búsqueda de relación sexual, a veces de carácter agresivo.
Otros síntomas no sexuales relacionados que pueden aparecer son:
  • Bruxismo
  • Micciones nocturnas (enuresis).
  • Apnea del sueño
  • Terrores nocturnos
Los elementos que pueden provocar la aparición del trastorno pueden ser la ansiedad, el estrés, privación de sueño y/o el consumo de alcohol y de drogas. No queda constatado que el deseo de mantener relaciones eróticas, antes de dormir, sea uno de los elementos que inciten la aparición de la conducta. Pero en la actualidad se desconocen las causas de la sexomnia, por lo que se requieren nuevas investigaciones a este respecto. El tratamiento que se propone es de corte psicológico a través de intervención terapéutica, y psiquiátrico, recomendándose el uso de Clonazepan, si el resto de medidas no fueran suficientes.


El estudio pionero con el que se acuño el termino de sexomnia, fue realizado por el Neuropsiquiatra Colin Shapiro, en Canadá, desde la Asociación de Psiquiatras de Canadá, dando como resultado un artículo titulado: Sexsomnia—A New Parasomnia?”[5], del cual podemos extraer lo siguiente:

Objetivo: Describir una parasomnia distinta que implica una conducta sexual, lo que hemos llamado sexomnia.
Método: Se han utilizado una serie de casos, como base para la descripción de la sexsomina.
Resultados: Se describen once pacientes con distintos comportamientos de  naturaleza sexual durante el sueño. La sexomnia tiene algunas características distintivas que lo separan de sonambulismo.
Conclusión: Aparece un número significativo de pacientes con este comportamiento inusual de parasomnia, que se identificaron sólo después de que se les hicieran preguntas específicas, lo que sugiere que el comportamiento es más común de lo que se pensaba”.

La televisión ha dado cuenta de este hecho, apareciendo la sexomnia en series como “House”, concretamente en la primera temporada (capítulo 1x17, titulado: Role Model), donde House comprueba que una paciente ha tenido un aborto espontáneo, pero esta le dice que llevaba un año sin mantener relaciones sexuales, por lo que el doctor acaba descubriendo que ella padecía sexomnia. Desde esta perspectiva televisiva, podría parecernos que la sexomnia es un trastorno inventado para dar juego a cualquier serie que usa el morbo médico como entretenimiento, pero como hemos comprobado, parece factible que lo que le sucede a esta paciente ficticia, pueda extrapolarse a la vida real, aunque como hemos visto, el número de casos de este trastorno es escasamente común.

Por último, transcribo una entrevista real, realizada por mí, a una mujer (la llamaremos P), que presumiblemente (no está diagnosticada médicamente) padece de sexomnia:

¿Recuerdas haber tenido algún episodio de sonambulismo en tu vida?
P: Sí, recuerdo unas 4 ó 5 veces en las que me he despertado en la cocina, andando por el pasillo de casa o dando saltos en la cama.
¿Cómo definirias lo que te ocurre (sexomnia)? ¿Cómo te diste cuenta? ¿Qué conductas realizaste?
P: Lo he vivido de dos maneras: Una en la que estoy soñando con algo erótico y me empiezo a tocar a mi o a mi acompañante, y otra en la que directamente me despierto manteniendo sexo con penetración, normalmente sentada encima de mi pareja.
Con respecto a cómo me di cuenta, era muy evidente, me despertaba tocándome, masturbando o practicando sexo con mi pareja. Normalmente me ha pasado en noches en las que he tenido sexo y he dormido con mi pareja o en las que he tenido ganas de tener sexo y las circunstancias me han privado de ello.

¿Cómo lo vives? ¿Qué sientes? ¿En algún momento eres consciente de lo que ocurre?
P: Es algo que vivo con naturalidad, y que manifiesto a la persona que duerme conmigo desde el principio. No es algo que me perturbe o me haga sentir mal. Normalmente cuando comienzo a tocarme o a tocar a mi pareja, el juego sigue hasta que en algún momento comienzo a ser consciente y por lo general terminamos satisfactoriamente. Pero si es cierto que el alguna ocasión me han despertado con un "¡¿Qué haces? ¿Ahora?", aunque no es lo habitual (jajaja). También es cierto que cuando he dormido con alguna persona que no era mi pareja, he intentado mentalizarme antes de dormir e incluso poner alguna almohada por medio.  
¿Crees que podría afectar a tu vida cotidiana o de relaciones de pareja?
P: No, mi pareja actual disfruta con sorpresa de esos momentos. Lo único malo es la falta de sueño.

La sexomnia, parece existir más allá de las series de televisión, es un trastorno descubierto recientemente, del que se requiere más investigación. La sexualidad se expresa a través de todas las facetas de nuestra vida y parece, que para algunas personas, también, la exhiben mientras duermen profundamente.



[1] Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la APA. Manual utilizado por  psiquiatras y psicólogos.
[2] DSM-V: publicada el 18 de mayo de 2013. (Pág:214)

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