Nuevos vestigios culturales nos
acompañan cruzando desde occidente a oriente y viceversa. Entremezclamos
saberes en esta nueva cultura globalizada. La diversidad se hace patente cuando
nuestros memes[1]
y genes revolotean de un lugar a otro, desde el punto cero hasta sus antípodas.
Nuestras formas de pensar, de creer, de actuar se modifican, sobre todo en
aquellas mentes plásticas, que desean absorber, criticar e interiorizar.
Nuestra sexualidad, pese a ciertos intentos malintencionados de momificarla, también
es plástica, también cambia, mediatizada por estos devenires científicos en
ocasiones, y/o meramente por modas populares.
Descansaba en el suelo pedregoso
del Festival Rototom Sunsplash[2], observando la charla que Orlando Rodrigo, instructor de meditación
y terapeuta transpersonal, daba sobre mindfulness[3]. Comentaba que el ser
humano nunca se detenía a pensar en su presente, en el ahora, que siempre
vivimos, o bien, anclados al pasado o pensando en qué vamos a hacer mañana. Nunca
nos detenemos en el aquí, en cómo me siento ahora, qué estoy viviendo, qué
percibo. Nos dejamos invadir por los estímulos, tenemos la mente en mil sitios,
no saboreamos nada. No nos detenemos a paladear el café de la mañana, solamente,
sin leer periódicos, ni charlar, ni ver la televisión, únicamente concentrándonos
en el sabor amargo y dulce, degustando cada sorbo.
Para que entendiéramos hasta que
punto hay que disfrutar del ahora, centrándonos tan solo en aquello que
hacemos, nos ponía el ejemplo de que hasta para ir al baño a defecar, nos
llevamos libros, móviles o cualquier elemento para pasar el rato, en vez de
detenernos en disfrutar del hecho tan humano-animal y placentero que es
expulsar nuestros excrementos. No somos capaces de poner nuestra conciencia
plena en nada de lo que hacemos.
En ese instante, me surgieron dudas
sobre ciertas posturas sexuales que quizás no puedan disfrutarse completamente,
puesto que debemos hacer varias cosas a
la vez y nos cueste poner la atención plena en lo que estamos sintiendo. Me
vino a la cabeza la postura del 69.
Como sabemos, en esta postura practicamos
un doble “sexo oral” (felación-cunnilingus, felación-felación,
cunnilingus-cunnilingus), requiere por tanto la participación de dos personas
para llevar a cabo dicha postura placentera. Si atendemos al hecho, de que para
mantener la conciencia plena, debemos detenernos en aquello que estamos
haciendo o sintiendo, dejando otros estímulos fuera, para realmente sentir un
gozo centralizado ¿es posible estar en lo que se está, si al mismo tiempo que
paladeas el manjar que tienes delante, tienes que estar atento a las caricias húmedas
que estas recibiendo?
Desde la visión del mindfulness,
posiblemente nos estén avisando de que quizás esta carismática postura, no es
la ideal para sentir un goce completo, pues al mismo tiempo dos placeres tan
intensos pueden estar dificultando la conciencia plena de lo que nos llevamos
entre manos (bocas). Puede ser más placentero concentrarte en practicar por
entero un cunnilingus, que la otra persona lo sienta plenamente, que tú degustes
siendo consciente de lo que haces y cómo lo haces y después, si ambos lo desean,
recibir tú esas caricias placenteras ¿Ha sido toda la vida un timo esto del 69?
¿Se pueden hacer dos cosas a la vez sintiéndolas plenamente? ¿Hemos sido
conscientes de este “medio-disfrute” o realmente es una exageración lo que nos
propone el mindfulness?
Sea como fuere, toda práctica
llevada a cabo desde la elección mutua, desde el respeto a uno mismo y al otro
y desde la visión erotofílica del placer sexual, es bienvenida, “bienpracticada”.
Podemos incluir o no el “69” en nuestras vidas, siempre que disfrutemos, que
despleguemos nuestro potencial mapa erótico, que hallemos placer en dar y
recibir, sea este plenamente consciente o no.
[1]
Este término fue acuñado por Richard
Dawkins en su libro “El gen egoísta”
para designar a la unidad de información cultural que los seres humanos vamos transmitiéndonos,
como paralelismo al término genes.
[2]
Festival de reggae que se celebra en Benicàssim.
[3]
“Mindfulness es una cualidad de la mente
o más bien la capacidad intrínseca de la mente de estar presente y consciente
en un momento determinado, en un momento en que cuerpo y mente se sincronizan
totalmente en un instante de realidad presente” (Instituto Mindfulness,
2011).
Fantastico artículo, y un magnifico blog.
ResponderEliminarOs animo a que continueís publicando.
Un fuerte saludo.
Carla Mila