Se le erizaron los pelos del cuerpo cuando sin querer al escuchar una frase de él, volvieron viejos miedos a su rejuvenecida mente. Creía que andaba ya en otra fase, fase de superación. Pero esa frase que él pronunció la dejó helada. No supo que decir, quedó enmudecida, asustada, perpleja por lo que estaba volviendo a sentir.
Creía haber superado tragos amargos, frases de naturaleza neutra pero hirientes para su descuidado corazón, frases que no han de hacer daño cuando se pronuncian pero que sin embargo traen consigo cataratas de pensamientos perturbantes y un anuncio del principio del fin.
Ella le amaba, él le había hecho olvidar pasados nublados, su nuevo rostro traía juventud al corazón de ella, pero una frase maldita contagió de negatividad la ansiada calma conseguida hasta el momento.
Esa frase maldita, ya la escuchó en otros labios y en un principio esa frase maldita no era mas que un inocente comentario de algún pequeño cambio en la vida del que pronunció la frase.
Mas tarde esa frase hizo sucumbir el amor.
Hoy había vuelto a escuchar si no la misma frase, si una con un contenido tan similar, que ella no pudo sino cerrar sus ojos y dejar que le invadieran esos viejos miedos.
Sabia ahora que él, más temprano que tarde, la acabaría abandonando por otra persona.
Sea cierto o no ella a partir de ahora hará en su vida cosas que le lleven al fin de la relación para cumplir inconscientemente su profecía.
No es la primera vez que le ocurre y seguramente esta no sea la última.
Si empiezas a pensar cosas negativas sobre un suceso, frase o persona harás lo que sea para cumplir tus expectativas y cuando las hayas cumplido dirás con cierto aire adivinatorio: "sabia que acabaria ocurriendo". Pero TU ERES LA VÍCTIMA Y EL VERDUGO. Tus viejos miedos matarán a los nuevos rostros.
Delirios sobre el amor,el enamoramiento, la sexualidad, las relaciones interpersonales, los celos, el equilibrio, las emociones, el deseo, el humor, la imaginación y la conducta humana.
domingo, 27 de abril de 2008
martes, 22 de abril de 2008
Espejos
Salió a la calle para despejar su inquieta mente, no quería pensar en nada solo caminar y olvidar. El recuerdo esta bien para causas positivas, pero cuando se trata de injustas infelicidades uno prefiere el olvido, pero es que lo malo nunca se olvida, desaparece por un tiempo y en el sueño mas remoto vuelve a aparecer ese recuerdo malvado. Por eso salió a caminar porque sabia que si intentaba dormir aparecería de nuevo en forma de pesadilla incesante.
Pero antes de salir a la calle debió de haberse quitado los ojos, haberlos dejado en su mesilla en un vaso de agua. Pero se los acabó llevando, que remedio.
Caminara por donde caminara solo veía espejos. Espejos con un solo rostro. Espejos con una sola mirada. Espejos con una sola melena oscura. Espejos con una sonrisa perturbadoramente atrayente, eso fue lo que le atrajo de ella.
Solo habían espejos andantes con los cuerpos de otras mujeres y con el rostro de ella. La veía por todos lados. Cualquier melena oscura le recordaba a ella. Ella podía estar en una heladería tomando un helado acompañada de otro hombre y a la misma vez paseando un carricoche o jugando con una pelota o dándole de comer a las palomas.
Solo son espejos se decía así mismo, pero sino miraba bien corría el riesgo de que uno de aquellos espejos realmente fuera ella y el no se percatara, así que miraba cada uno de los rostros que reflejaban los espejos.
Poco después, cansado de observar, volvió a casa, rompió los espejos que tenia y se arrancó los ojos.
Hoy es una persona normal que vive acompañado de un nuevo rostro, pero que quizás ese nuevo rostro algún día vuelva a ser reflejo de miles de espejos. Hoy es feliz.
Pero antes de salir a la calle debió de haberse quitado los ojos, haberlos dejado en su mesilla en un vaso de agua. Pero se los acabó llevando, que remedio.
Caminara por donde caminara solo veía espejos. Espejos con un solo rostro. Espejos con una sola mirada. Espejos con una sola melena oscura. Espejos con una sonrisa perturbadoramente atrayente, eso fue lo que le atrajo de ella.
Solo habían espejos andantes con los cuerpos de otras mujeres y con el rostro de ella. La veía por todos lados. Cualquier melena oscura le recordaba a ella. Ella podía estar en una heladería tomando un helado acompañada de otro hombre y a la misma vez paseando un carricoche o jugando con una pelota o dándole de comer a las palomas.
Solo son espejos se decía así mismo, pero sino miraba bien corría el riesgo de que uno de aquellos espejos realmente fuera ella y el no se percatara, así que miraba cada uno de los rostros que reflejaban los espejos.
Poco después, cansado de observar, volvió a casa, rompió los espejos que tenia y se arrancó los ojos.
Hoy es una persona normal que vive acompañado de un nuevo rostro, pero que quizás ese nuevo rostro algún día vuelva a ser reflejo de miles de espejos. Hoy es feliz.
sábado, 19 de abril de 2008
Maneras de decirtelo
Cuando mis manos rocen tu espalda insinuante
no me digas que pare
sino que siga adelante,
cuando mi boca empiece a bajar por tu cintura
no me digas que me detenga
sino que siga con dulzura.
Cuando mi cuerpo se una al tuyo
sintiendo la piel junto a la piel
no me digas que deje de hacerlo
sino que siga unido y fiel,
cuando mi amor haya penetrado
en la belleza triangular de tu cuerpo
no me digas que no lo haga
sino que no deje de hacerlo.
Cuando entre un baile de sabanas
tu y yo nos encontremos
en la noche mas oscura,
no me digas que ya no siga
sino que siga con locura.
Y cuando parezca que ha acabado
esta fiesta de amor desenfrenado
no me digas que me aleje
sino que me quede por siempre
a tu lado.
viernes, 18 de abril de 2008
Dos litros de tristeza
Hoy he salido a la calle a comprar dos litros de tristeza. A la gente no le suele gustar el sabor de la tristeza, dicen que lo encuentran muy amargo, quizás tengan razón pero cuando bebes la suficiente cantidad corres el riesgo de que te acabe gustando ese sabor amargo.
Con mis dos litros de tristeza en las manos decidí irme a la estación del tren a ver pasar a aquel tren que un día me transportaba a mi a lugares infinitos, hoy son otros pasajeros los que disfrutan del viaje. Hay estaba mi tren pasando una y otra vez ante mi, la tristeza comenzó a inundarme y cerré mis ojos.
Cuando los abrí me encontraba en aquella cama de aquella habitación que ya no me pertenecía, todo era igual pero tan distinto, decidí mirar debajo de la cama por si encontraba algún rastro de sudor de cuando ese lugar también era mio. No quedaba nada. No había nada. Solo yo en aquel rincón de la cama abrazado al viento y observando por ultima vez esa habitación. Cuando salí por la puerta supe que tenia que salir a la calle a comprar dos litros de tristeza.
jueves, 17 de abril de 2008
invernar
¿Por qué tantas parejas abandonan su idilio de amor en verano?
Pasamos de una pareja medio estable en invierno a pequeños escarceos amorosos en verano.
Mi teoría es que las parejas invernan. Cuando llega el frío, nos apetece tener a alguien al lado dándonos calorcito tumbados en una cama o sillón viendo la tele y con unas mantas por encima, es una de esas sensaciones realmente agradables que a todos nos encantan (siempre hay excepciones,claro).Por ello buscamos a alguien con quien invernar hasta que el frío se aleje de nuestras casas.
Conforme el calor se acerca ese compañero de invernación empieza a ser una carga pesada. Con el buen tiempo todo cambia, miras fuera y ves a la gente con menos ropa, nuestras hormonas empiezan a despertar y las personas sonríen más y nos damos cuenta que es hora de hacer algunos cambios.
La mayoría aguanta la primavera con su compañero de invernación pero cuando llega el verano es hora de distanciarse (no aguanto más, quiero ser libre y no tener que dar explicaciones),por ello tantas parejas abandonan su idílico romance de invierno.
Esta teoría es científicamente nula, se basa en una ensoñación mientras sufría un proceso de resaca, así que dale el valor justo, pero quien sabe si algo de verdad lleva, ¿no?.
miércoles, 16 de abril de 2008
Reflexión
No quiero convertir este blog en un escaparate del youtube pero este video creo que merece la pena realmente, porque puede ayudar a que reflexiones un poco sobre algo, pero solo puede ayudarte.
(dedicado a esa chica llamada Sabina)
la indiferencia
¿Por qué esta tan subestimada la indiferencia?. No hace mucho fui a una conferencia sobre "amor y literatura" donde nos hablaban del amor (poco y mal), nos hablaban del odio (contraponiendolo al amor, craso error)pero ni una sola palabra sobre la indiferencia. Es un error creer que lo contrario del amor es el odio, ya que en nuestros cerebros se generan las mismas sustancias en cantidades parecidas (neurotransmisores) cuando experimentamos ambas sensaciones.
Sin embargo cuando sentimos indiferencia, en nuestro cerebro cambia radicalmente el estado de los neurotransmisores comparados con el amor o el odio.
La indiferencia es lo más opuesto al amor.
Si quieres dañar a alguien no lo odies solamente ignoralo.Lo que siente la persona que ignora es un gran alivio mental, mientras que el sentimiento del ignorado es un cumulo de sensaciones desagradables como son el rechazo, la frustración, el odio e incluso el amor, si la persona ignorada estaba enamorada antes del ignorador.
Esta especie de consejo (odio los consejos): "si quieres dañar a alguien ignoralo" , solo es recomendada para las personas más malvadas, si no eres una persona tan malvada pues simplemente dale celos.
martes, 15 de abril de 2008
delirios sobre el amor
El AMOR tiene una sola puerta y muchas ventanas. Por ello es que podemos asomarnos varias veces antes de decidir entrar. La puerta de la entrada esta cerrada con una cerradura que necesita una clave para ser abierta. Mucha gente desea esa clave a veces sin preguntarse si quiera si en verdad quieren entrar. Aquí en estos escritos no recibirás la clave sino que abriremos tu incertidumbre sobre el amor. Recibirás preguntas a tus no respuestas y responderemos a la nada. DELIRIOS SOBRE EL AMOR es una forma de divagar, de no encontrar respuestas, ni claves, ni verdades , solo incertidumbres e interrogantes inconscientes. Te animo a entrar en este mundo y que reflexiones sobre verdades relativas.
CAPRICHO e IMPERFECCIÓN.
No sabemos de que caprichos esta hecha la piel del ser humano. El ser humano es imperfecto y nos lo demuestra por su afán de búsqueda continua, por ese intento de reconstrucción en el que se ve envuelto.
Ella salía a pasear por la playa en busca de guijarros moldeados por la presión y roce del mar con la arena. Se decía a si misma que en cuanto encontrara esa piedra perfecta dejaría de buscar. Dejaría de buscar.
Murió rodeada de piedras imperfectas. Imperfectas para ella. Murió con la sensación de no poder encontrar nunca su piedra esperadamente perfecta. Por más que creía que por fin la había encontrado poco después se daba cuenta que a lo lejos semicubierta por la arena, resplandeciente, se encontraba otra piedra más bella que la anterior pero más imperfecta que la siguiente. Ella murió triste e inconformista.
¿Cuando el ser humano ha de dejar de buscar la perfección en lo que le rodea? ¿Cuándo el ser humano dejará de ser ese ser caprichoso rodeado de perfectas imperfecciones?
Tu piel se mueve en busca de respuestas, quizás se conforme con respuestas superficiales y entonces única y exclusivamente se mueve por impulsos caprichosos de lo que tiene ante sus ojos. No profundiza, no se relaja. Porque lo superficial no llena, fatiga y vacía nuestra mente. Corroe. Lo superficial hace que estés en continua búsqueda. Crees que lo que has encontrado te relaja, te hace madurar, crecer, pero es un espejismo absurdo y lo que realmente consigue es que tu cuerpo y mente se vuelva caprichoso, no realista, imperfecto y frustrado. Vas de aquí para allá, de lo vacío a lo incompleto.
Dejas atrás a quien te quería por que no estabas preparado y buscas una nueva piel a la que crees más perfecta pero que sin embargo la embriaga la misma imperfección que te llevo a buscarla, tu superficialidad.
Las personas caprichosas son imperfectas, las personas que solo buscan y nunca encuentran son imperfectas.
No es bueno conformarse con todo lo que te rodea, no es bueno. Hay que buscar, desechar, confirmar y elegir, pero siempre lejos de la superficialidad caprichosa. Siempre lejos de la absurda creencia que solo lo nuevo es bueno. Porque lo nuevo solo deslumbra por su novedad intrínseca, cuando lo nuevo envejece, te vuelve vacío, te vuelve inútil y cambiante, en busca de algo nuevamente nuevo pero igual de imperfecto. La perfección no existe y por ello corremos el riesgo de volvernos caprichosos.
EL ÚLTIMO BESO.
Él se despertó con una extraña enfermedad. En la cama postrado con los ojos bien abiertos, mirando al techo blanquecino, se dio cuenta que había perdido completamente la sensibilidad de sus labios. No sentía nada. No podía entender como la noche antes se encontraba bien, aunque presintiera que algo le iba a pasar a sus labios gastados, aun así no podía explicarse que sus labios dejaran de sentir.
No sentía nada, la besaba y ya no sentía el calor de aquellos labios juntos y húmedos que le reconfortaban en las noches más oscuras. No podía sentir la ternura, no podía sentir el placer de besar suavemente la tímida y delicada boca de ella.
La enfermedad de él no era física, ni siquiera era una enfermedad.
Él sabía que su último beso había llegado. La besó por última vez y se marcho de su lado.
Ella se levantó pensando que no había más besos en su bolsita de los besos. Tenía la teoría de que los besos se gastan, si besas demasiado los gastas muy pronto y si no besas nunca se acaban secando. Los besos se guardan en una bolsita muy cerca del pecho, entre el corazón y el alma y se alimentan de sonrisas cómplices, miradas profundas y abrazos sinceros. Si no los alimentas se secan y desaparecen. Pero los besos no se secaron esta vez sino que se gastaron. Por más que buscaba y buscaba dentro de su bolsita, ya no quedaba más de un beso para él. Ella le miró, le dio el último beso y se alejó para siempre de su lado.
Él y ella no se conocen. Viven a mas de mil kilómetros de distancia, pero ambos sabían y sentían lo mismo, que una vez que los besos se acaban solo queda alejarse.
Uno no sabe cuántos besos le quedan por dar a determinada persona. Pero un día te levantas y sabes que algo ha cambiado, que no te quedan más besos por dar a esa persona. Puedes llegar a pensar que quizás en un futuro, al verle renacerán desde el olvido hasta el recuerdo esos besos que se esfumaron por tanto gastarlos o porque se secaran y puede que así ocurra, que todo renazca. Pero hoy no hay besos, hay vacio y tristeza por tener la bolsita seca y desolada. Tristeza por haber perdido la sensibilidad de tus labios, los besos dejaron de saber igual y se fueron apagando hasta llegar al olvido.
CAPRICHO e IMPERFECCIÓN.
No sabemos de que caprichos esta hecha la piel del ser humano. El ser humano es imperfecto y nos lo demuestra por su afán de búsqueda continua, por ese intento de reconstrucción en el que se ve envuelto.
Ella salía a pasear por la playa en busca de guijarros moldeados por la presión y roce del mar con la arena. Se decía a si misma que en cuanto encontrara esa piedra perfecta dejaría de buscar. Dejaría de buscar.
Murió rodeada de piedras imperfectas. Imperfectas para ella. Murió con la sensación de no poder encontrar nunca su piedra esperadamente perfecta. Por más que creía que por fin la había encontrado poco después se daba cuenta que a lo lejos semicubierta por la arena, resplandeciente, se encontraba otra piedra más bella que la anterior pero más imperfecta que la siguiente. Ella murió triste e inconformista.
¿Cuando el ser humano ha de dejar de buscar la perfección en lo que le rodea? ¿Cuándo el ser humano dejará de ser ese ser caprichoso rodeado de perfectas imperfecciones?
Tu piel se mueve en busca de respuestas, quizás se conforme con respuestas superficiales y entonces única y exclusivamente se mueve por impulsos caprichosos de lo que tiene ante sus ojos. No profundiza, no se relaja. Porque lo superficial no llena, fatiga y vacía nuestra mente. Corroe. Lo superficial hace que estés en continua búsqueda. Crees que lo que has encontrado te relaja, te hace madurar, crecer, pero es un espejismo absurdo y lo que realmente consigue es que tu cuerpo y mente se vuelva caprichoso, no realista, imperfecto y frustrado. Vas de aquí para allá, de lo vacío a lo incompleto.
Dejas atrás a quien te quería por que no estabas preparado y buscas una nueva piel a la que crees más perfecta pero que sin embargo la embriaga la misma imperfección que te llevo a buscarla, tu superficialidad.
Las personas caprichosas son imperfectas, las personas que solo buscan y nunca encuentran son imperfectas.
No es bueno conformarse con todo lo que te rodea, no es bueno. Hay que buscar, desechar, confirmar y elegir, pero siempre lejos de la superficialidad caprichosa. Siempre lejos de la absurda creencia que solo lo nuevo es bueno. Porque lo nuevo solo deslumbra por su novedad intrínseca, cuando lo nuevo envejece, te vuelve vacío, te vuelve inútil y cambiante, en busca de algo nuevamente nuevo pero igual de imperfecto. La perfección no existe y por ello corremos el riesgo de volvernos caprichosos.
EL ÚLTIMO BESO.
Él se despertó con una extraña enfermedad. En la cama postrado con los ojos bien abiertos, mirando al techo blanquecino, se dio cuenta que había perdido completamente la sensibilidad de sus labios. No sentía nada. No podía entender como la noche antes se encontraba bien, aunque presintiera que algo le iba a pasar a sus labios gastados, aun así no podía explicarse que sus labios dejaran de sentir.
No sentía nada, la besaba y ya no sentía el calor de aquellos labios juntos y húmedos que le reconfortaban en las noches más oscuras. No podía sentir la ternura, no podía sentir el placer de besar suavemente la tímida y delicada boca de ella.
La enfermedad de él no era física, ni siquiera era una enfermedad.
Él sabía que su último beso había llegado. La besó por última vez y se marcho de su lado.
Ella se levantó pensando que no había más besos en su bolsita de los besos. Tenía la teoría de que los besos se gastan, si besas demasiado los gastas muy pronto y si no besas nunca se acaban secando. Los besos se guardan en una bolsita muy cerca del pecho, entre el corazón y el alma y se alimentan de sonrisas cómplices, miradas profundas y abrazos sinceros. Si no los alimentas se secan y desaparecen. Pero los besos no se secaron esta vez sino que se gastaron. Por más que buscaba y buscaba dentro de su bolsita, ya no quedaba más de un beso para él. Ella le miró, le dio el último beso y se alejó para siempre de su lado.
Él y ella no se conocen. Viven a mas de mil kilómetros de distancia, pero ambos sabían y sentían lo mismo, que una vez que los besos se acaban solo queda alejarse.
Uno no sabe cuántos besos le quedan por dar a determinada persona. Pero un día te levantas y sabes que algo ha cambiado, que no te quedan más besos por dar a esa persona. Puedes llegar a pensar que quizás en un futuro, al verle renacerán desde el olvido hasta el recuerdo esos besos que se esfumaron por tanto gastarlos o porque se secaran y puede que así ocurra, que todo renazca. Pero hoy no hay besos, hay vacio y tristeza por tener la bolsita seca y desolada. Tristeza por haber perdido la sensibilidad de tus labios, los besos dejaron de saber igual y se fueron apagando hasta llegar al olvido.