domingo, 27 de abril de 2008

Nuevos rostros, viejos miedos

Se le erizaron los pelos del cuerpo cuando sin querer al escuchar una frase de él, volvieron viejos miedos a su rejuvenecida mente. Creía que andaba ya en otra fase, fase de superación. Pero esa frase que él pronunció la dejó helada. No supo que decir, quedó enmudecida, asustada, perpleja por lo que estaba volviendo a sentir.
Creía haber superado tragos amargos, frases de naturaleza neutra pero hirientes para su descuidado corazón, frases que no han de hacer daño cuando se pronuncian pero que sin embargo traen consigo cataratas de pensamientos perturbantes y un anuncio del principio del fin.
Ella le amaba, él le había hecho olvidar pasados nublados, su nuevo rostro traía juventud al corazón de ella, pero una frase maldita contagió de negatividad la ansiada calma conseguida hasta el momento.
Esa frase maldita, ya la escuchó en otros labios y en un principio esa frase maldita no era mas que un inocente comentario de algún pequeño cambio en la vida del que pronunció la frase.
Mas tarde esa frase hizo sucumbir el amor.
Hoy había vuelto a escuchar si no la misma frase, si una con un contenido tan similar, que ella no pudo sino cerrar sus ojos y dejar que le invadieran esos viejos miedos.
Sabia ahora que él, más temprano que tarde, la acabaría abandonando por otra persona.
Sea cierto o no ella a partir de ahora hará en su vida cosas que le lleven al fin de la relación para cumplir inconscientemente su profecía.
No es la primera vez que le ocurre y seguramente esta no sea la última.
Si empiezas a pensar cosas negativas sobre un suceso, frase o persona harás lo que sea para cumplir tus expectativas y cuando las hayas cumplido dirás con cierto aire adivinatorio: "sabia que acabaria ocurriendo". Pero TU ERES LA VÍCTIMA Y EL VERDUGO. Tus viejos miedos matarán a los nuevos rostros.

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