Descubrió que solo podía ser feliz si estaba con más de una chica a la vez. Puede que esto sonara machista pero tenia su explicación. Cada vez que intentaba estar con una sola chica esta le acababa abandonado.
Toda relación empezaba de una manera muy romántica, muchos besos, muchos abrazos en cualquier lugar de la ciudad, en cualquier momento del día a cualquier hora. Eso a ellas les parecía romántico, pensaban que él era un cielo, un encanto, un soñador pero poco después ese idilio se acababa convirtiendo en una pesadilla. No porque él fuera malo sino porque es difícil aguantar tanto romanticismo y acababan dándole la vuelta al prisma. En los primeros meses el prisma le enfocaba a él como un cielo romántico y meses más tarde al darle la vuelta al prisma, él era visto como un empalagoso. La misma chica distinto pensamiento.
La culpa de esto la tenía su dependencia afectiva que le hacia necesitar estar abrazado al amor constantemente. Cuando estaba con una sola chica ella tenía que aguantar todo el peso de su dependencia y este peso que al principio era grácil se convertía en verdadero plomo.
Entonces descubrió que si estaba con dos o más chicas, en cada una repartía su desmedida necesidad de amar y ellas no le abandonaban porque recibían el amor que necesitaban en su justa medida y el prisma nunca llegaba a cambiar a la visión empalagosa.
Juzguen ustedes mismos. Él quizás este enfermo. Quizás sea solo un pobre diablo.
Lo importante es que no juegue con los sentimientos de los demás y no pregone a cada una de las chicas amor eterno ni fidelidad absoluta. Él sabe cuales son sus cartas y ellas también deberían saberlo.
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