viernes, 4 de enero de 2013

La importancia de la honestidad en las relaciones afectivas.

Según la Real Academia Española la palabra honestidad hace referencia a aquel que es decente, decorosorecatadopudorosorazonablejustorecto honrado. Es una cualidad humana que ensalza la sinceridad y la verdad. La persona honesta busca la verdad para sí mismo y para los demás.

El pensador chino Confucio distinguió tres tipos de honestidad:

Ø  Li (nivel superficial): acciones encaminadas a cumplir los propios deseos, demostrando sinceridad en ello.
Ø  Yi (nivel profundo): conocido como la bondad. No se persigue el propio interés sino alcanzar el principio moral de la justicia, a través de la reciprocidad. La persona es honesta consigo misma con respecto a sus obligaciones y deberes.
Ø  Ren (nivel más profundo): conocido como empatía, donde la persona ha de autocomprenderse primero para después poder comprender a los demás. Se basa en la frase: “trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”.

Así pues una persona honesta busca la verdad, la ofrece y para ello se basa en la bondad de sus acciones, apoyándose en la reciprocidad y la empatía, alcanzando dicha honestidad cuando primero se conoce a sí mismo para después conocer y respetar a los demás.

Y en las relaciones de pareja la honestidad ha de ser la base de su vínculo, de la que se parte y a la que se llega con sinceridad, esfuerzo y motivación. Y como hemos dicho, esta se alcanza primero, conociéndose uno mismo, sabiendo que se desea de la vida, estando al tanto de nuestras propias emociones, sensaciones y sentimientos, no camuflándolos ni engañándonos a nosotros mismos, ni reprimiéndolos. Pues cuando reprimimos o camuflamos lo que sentimos o necesitamos, estamos autoengañándonos y engañando a nuestra pareja, fomentando el alejamiento y la separación, ya que al esconder lo que deseamos o sentimos, vamos acrecentando una bola de frustración y desdicha la cual acaba explotando y arrasando con nosotros, con la pareja y en definitiva con la relación.  

Entonces debemos mostrarnos sinceros con el otro, exponiendo que necesitamos y que sentimos, no de forma impulsiva, sino eligiendo el momento adecuado con la intensidad conveniente, controlando pero no reprimiendo. Si lo hacemos de esta forma, nuestra pareja sabrá en todo momento quiénes somos y qué necesitamos, nos conocerá y reconocerá y la relación podrá ser fluida, reciproca, empática y envuelta en complicidad, y todos estos ingredientes ayudan a que nuestra historia de amor sea sana y saludable.

Y recuerda: “Tú eres lo mejor que te ha pasado en la vida”, si aprendes a conocerte y a quererte, podrás ser honesto contigo mismo y con los demás, y alcanzarás la intimidad y madurez necesaria para mantener un vinculo sano con las personas que te rodean, entre ellas, tu pareja.

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