Un día descubrí que a veces estamos tumbados en un lugar que creemos que nos pertenece y apenas lo valoramos, pasamos sobre él como sombras creídas, repletas de nosotros mismos, sin percatarnos que de un día para otro ese lugar será inaccesible para nosotros y por ello, no podemos darnos cuenta del maravilloso encanto que puede tener ese rincón, en mi caso hablo de habitaciones.
Una vez, la última que dormí en aquella habitación que creía que en parte me pertenecía, sin ser presuntuoso creo que por entonces un trocito de ella también era mio, me di cuenta tumbado boca arriba y temiéndome venir un final de historia romántica, que ese podría ser mi último día allí acostado en esa cama que me acunaba y me puse a observar los detalles de aquella habitación, sus colores, los adornos de las paredes, la ropa sucia del suelo, los ositos de peluche tirados a un lado esperando a que yo me levantara de esa cama para que ellos pudieran volver a adornarla, las sombras que se creaban, los contrastes de luz natural con artificial, su olor, ese olor característico y especial que une a la habitación con la persona que en ella habita, los cojines de colores azules, en definitiva todo lo que en ese momento me rodeaba, de lo que estaba envuelto y creía que también me pertenecía pese que aquella habitación no era mía.
Todo lo observaba y empecé a pensar que quizás nunca más me encontraría ahí acostado, tranquilo, relajado, pensando que estaba como en casa, que jamás pisaría las baldosas de ese suelo que en ese momento me eran tan familiares, que nunca más besaría a esa chica tumbada en aquella cama, nuestra cama, todo eso me entristecía de sobremanera.
Y así ocurrió, nunca más supe de aquella habitación aunque la recuerdo con todo detalle, gracias a que me quedé observándola para inmortalizarla en mi recuerdo, ya no puedo volver a pisarla porque mi presencia allí esta vetada.
Ahora cuando duermo en cama ajena, suelo mirar alrededor, observar con detalle donde duermo por sí algún día me destierran de allí, valoro cada minuto que paso en esa habitación porque no se cuando será la última vez que la pise, siempre pienso: "¿será esta la última vez en la que yo que me encuentre en este lugar?".
¿Cuántos rincones se habrán olvidado ya de mi?, ¿Cuántos rincones me quedan por observar?, ¿Qué lugar será el definitivo del cual nunca me echaran ni del que yo querré huir?
En este momento te digo que valores aquel rincón donde te encuentras acostado con tu ser amado, por si en un futuro no pudieras regresar a él.
¿Recuerdas ahora esos lugares únicos a los que no vas a poder volver porque tu presencia allí ya no es grata o esos lugares que uno mismo abandonó por cuenta propia pero que siguen grabados en nosotros por todo aquello que vivimos en esa estancia?. Un lugar que te pertenecía pero que te borró de su lista de bienvenidos, aquellos sitios en los que has estado y nunca más volverás a estar.
5 comentarios:
Que gran texto.
Yo soy de los que también cree que esa apariencia estado temporal en la que nos desembolvemos y existimos guarda importantes cuotas de energía que pueden causar nostalgías y anhelos, mas por la gente que ocupo con nosotros esa estancia que por la misma en sí.
Repito, un gran texto.
Saludos a deshora.
Hubo un tiempo en que viajaba mucho, cuando despertaba en cada habitación deiferente me costaba trabajo recordar en donde estaba.
Cuando abandonaba el lugar me quedaba la sensación de ir abandonando un poco de mi en cada estancia visitada.
besos!
Tengo la facultad de cerrar los ojos y al abrirlos estar en un lugar en el que jamás volveré a estar... Siempre tranquila, eso sí, pero con un dejo de tristeza en mi mirada... Ese que nunca desaparece de mis ojos...
La interioridad...
Un día ese espacio es nuestro otro día lo dejamos ir o nos hacen partir.
Los espacios guardan cargas emocionales y energías que al recordar te llenas con nostalgias, alegrías y recuerdos que ya no volverán, pero que son parte de tu memoria emotiva a la cual puedes visitar cada vez que necesites de ese espacio y de los momentos que viviste ahí.
La contemplación es una buena herramienta para apropiarnos de lugares, recuerdos y reflexiones.
Saludos!
escribes re-lindo.
a mi me parece bonito ver como intentamos poseer los lugares y ellos acaban poseyéndonos a nosotros...al final cada pequeño rinconcito significa algo o te recuerda a alguien especial.
ojalá encuentres un sitio en el que quedarte para siempre, eso es lo que al fin y al cabo todos queremos no? :)
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