Vamos a entender por relaciones eróticas toda aquella
conducta con contenido sexual que va más allá de la penetración, abarcando a
esta, pero añadiendo los abrazos, caricias y besos, entre otras conductas y
gestos de carácter amatorio, dando importancia por igual a todas ellas, no
distinguiendo entre preliminares y la penetración, pues todo forma un conjunto
con igual relevancia.
Los seres humanos somos seres
sexuados y sexuales, donde el sexo es una parte heredada de la conducta animal,
puesto que la gran mayoría de especies se reproducen a través del dimorfismo sexual, es decir con dos
tipos de órganos diferentes (los del macho y los de la hembra), pero los
humanos vamos más allá del puro acto animal, por lo que distinguimos entre sexo y sexualidad.
Si el sexo es algo innato, ya que
tanto seres humanos como animales lo llevamos a cabo de la misma manera, la
sexualidad es puramente humana, es un elemento básico de nuestra personalidad,
abarca mucho más allá de la genitalidad,
invadiendo todos los espacios de la vida de una persona, su yo, su psicología y
sus relaciones sociales. La sexualidad tiene muchas funciones que se expanden
más allá de la reproducción, pues con ella encontramos momentos para el placer,
para la intimidad, para la comunicación, para el afecto, para la ternura…., comprendiendo
todas las etapas de la vida de una persona, desde su nacimiento hasta su
muerte.
Y como parte integrante de
nuestra personalidad y en gran medida acotada por la cultura en la que vivimos,
podemos mantener posturas a favor o en contra de la sexualidad. Si mantenemos
una postura a favor, diremos que somos personas erotofílicas y por el contrario si tenemos ideas y creencias en
contra de la sexualidad, podremos decir que somos erotofóbicos.
Así pues podemos definir la erotofilia como la actitud positiva que
mantenemos con respecto a todo lo sexual y erótico, no albergando sentimientos
de culpa, ni rechazo sobre estas conductas, por lo que las personas
erotofílicas pueden hablar abiertamente de sexo, sin sentirse mal por ello.
Mientras que podemos definir erotofobia
como la actitud negativa hacia todo lo sexual y erótico, que conlleva a que las
personas se sientan culpables al hablar de sexo o mantener conductas de esta índole.
Como indica la página www.fobias.net, la
erotofobia es: “un persistente, anormal y
injustificado miedo al amor sexual o a las preguntas de índole sexual. Este
término es utilizado por los psicólogos para describir la sexualidad en la
escala de la personalidad. Los erotofóbicos tienen altos puntajes en una escala
que se caracteriza por expresiones de miedo y culpa respecto al sexo. Es poco
probable que hablen de sexo, tienen más reacciones negativas con respecto al
material sexualmente explícito y tienen relaciones sexuales con menor
frecuencia y con menos compañeros a lo largo del tiempo[1]”.
El catedrático de Psicología de
la Sexualidad de la Universidad de Salamanca, Félix López Sánchez, en su libro: “La educación sexual (2005)” nos
ofrece un cuestionario para saber si tendemos a conductas erotofílicas o
erotofóbicas, en el cual debemos responder en una escala que va desde máximo acuerdo
(1) a máximo desacuerdo (7), según nuestra opinión sobre el ítem seleccionado.
Hay una escala reducida, en la que se acortan el número de ítems utilizados.
Desde la educación afectivo-relacional partimos de una concepción erotofílica
de la sexualidad, puesto que esta pertenece al mundo de la salud emocional y
física, y por ello debemos apartar mitos y creencias erróneas que durante
siglos han hecho tanto daño a la humanidad, cargándonos de miedos irracionales
y sentimientos de culpa que hemos de desterrar de una vez por todas. Todos
merecemos ser felices en todos los ámbitos de nuestra vida, y en este, en el
sexual, tan importante como es para el ser humano, tenemos que concebir a la sexualidad desde el lado
positivo, pues es una fuente de riqueza, placer y salud, tan grande como el
propio ser humano.
[1]
Datos hallados en: http://www.fobias.net/Erotofobia.html
[2]
Datos del cuestionario hallados en: López,
F. (2005) La educación sexual. Biblioteca Nueva: Madrid.
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