lunes, 26 de diciembre de 2011

Efecto Zeigarnik: La mejor manera para olvidar tus relaciones amorosas pasadas.

Kurt lewin (1890-1947), sus aportaciones e ideas influyeron considerablemente sobre la Psicología Social, aportando originalidad y autonomía a esta. De las aportaciones que hoy siguen vigentes y que se utilizan tanto en educación, como en marketing y de manera prosaica e inconsciente por todos nosotros, se encuentra este curioso efecto llamado Zeigarnik. El nombre proviene de la descubridora y alumna aventajada de Lewin, Bluma Zeigarnik.
De manera concisa puede definirse este efecto como la tendencia a recordar tareas inacabadas o interrumpidas con mayor facilidad que las que han sido completadas. Debido a que se genera una tensión psicológica, una preocupación basada en la motivación por terminar aquello que se empezó.
Bluma se interesó en este fenómeno al observar a un camarero que recordaba la lista de pedidos pendientes y sin embargo olvidaba con facilidad los platos que acababa de poner en las mesas. Por lo que más tarde decidió estudiar este fenómeno en el laboratorio, a través de un experimento, donde a una serie de sujetos se les daba unas tareas, la mitad de estas eran interrumpidas antes de que pudieran acabarlas, después se les pedían que recordaran la totalidad de las tareas llevadas a cabo. Los datos mostraban que estos sujetos recordaban más las tareas inacabadas que las acabadas. Como conclusión podemos decir que las personas recordamos mejor las tareas incompletas o a falta de termino que las completadas, debido a que se genera una tensión psicológica en nosotros, con ideas recurrentes y molestas a cerca de la tarea inconclusa, que solo es liberada cuando terminamos el ejercicio. Los seres humanos nos movemos por una motivación de terminación, necesitamos terminar aquello que hemos comenzado. No podemos dejar a medio una serie, pues el efecto “continuará…” provoca en nosotros una necesidad motivada por una tensión psicológica, que nos invita u obliga a ver otro capítulo, a ver terminar la película o terminar el libro de intrigas a las 3 de la mañana pese a que deberíamos dormir para ir a trabajar o a clase.
EFECTO ZEIGARNIK en educación.
Este efecto se utiliza en educación para provocar que los alumnos estén motivados, por ejemplo dejar una pregunta abierta al final de clase para que el alumno la tenga en mente hasta ser resuelta el próximo día. Resultan beneficiosos, en este ámbito educativo, los alentadores descansos de entre estudios, pues hacer un estudio de un tirón, una lección entera, bloquea este efecto, por lo que conviene mejor ir poco a poco y dejar algo a medio y descansar, pues nuestro cerebro seguirá en segundo plano trabajando con el tema inconcluso. Salir a hacer deporte, jugar a la videoconsola, charlar un rato antes de terminar un tema puede llegar a ser más beneficioso que terminar el tema de una sentada sin descansos. Estudia, descansa haciendo cualquier otra cosa o duerme un poco, antes de terminar una lección o tema, pues gracias al efecto Zeigarnik, retendrás mejor la información.
EFECTO ZEIGARNIK en Psicología clínica
En cuanto a posología clínica o psicopatología este efecto también se tiene en cuenta a la hora de tratar los traumas. Pues para superar un trauma debemos ser conscientes de que hemos alcanzado una meta o hemos concluido definitivamente una etapa de nuestra vida, por ello solemos necesitar responder al porqué de los sucesos, para entenderlos y poder ponerles punto y final, necesitamos cerrar etapas y fases teniendo la información necesaria que produzca en nosotros la sensación de culminación. Piense que termina una relación amorosa de manera traumática, lo primero que necesita saber es el porqué de la ruptura, necesidad que se ve agravada por el efecto Zeigarnik, ya que nuestro cerebro necesita poner punto y final, sino estaremos torturándonos todos los días con pensamientos obsesivos, pues la puerta sigue sin cerrarse por falta de información pertinente. Por ello para dar por terminada una relación y que no suponga un trauma indefinido, debemos tener la sensación de fin de etapa, nunca se puede terminar una relación teniendo la sensación de que se puede volver, pues no dejaremos descansar a nuestra mente, ni a nuestro cuerpo, exponiéndolo a dosis desenfrenadas de dopamina y estrés.
EFECTO ZEIGARNIK en marketing, películas y series de TV
Por último este efecto se utiliza en marketing y publicidad, en series y películas. Las series más recordadas son aquellas que nos dejan capitulo a capitulo una tensión, una necesidad de saber lo que va a pasar, la necesidad de terminar aquello que se empieza, (recuerde las temporadas de Lost, como cada capítulo te dejaba nuevas incógnitas que te alentaban e incluso obligaban a ver otro capítulo). Para muchos el final de Lost, les provocó una sensación de frustración y tomadura de pelo y en esta sensación entra en juego el efecto Zeigarnik, pues muchas de las incógnitas lanzadas se quedaron sin respuesta para siempre, provocando que nuestro cerebro no pueda cerrar esa fase, esa serie, con la posterior frustración y desencanto. Sobre esta última cuestión el efecto Zeigarnik, nos lleva a otro efecto o situación relacionada llamado: cliffhangers.
Los cliffhangers
Los cliffhangers (literalmente: “al borde del abismo”) es una frase o imagen que utilizan las series, películas y videojuegos para engancharnos a ellos, es un efecto shock que genera el suspense necesario para motivarnos a saber qué ocurrirá a continuación, es el efecto de no poder dejar de ver el siguiente capítulo de una serie, eso es un cliffhangers. Estamos genéticamente diseñados para que estas situaciones nos atraigan, necesitamos saber cómo acaban las cosas que vemos empezar, necesitamos cerrar fases y etapas. Esta necesidad la desata la dopamina que estimula los centros del placer y de búsqueda de recompensa, convirtiéndonos en adictos al fin y al cabo de una serie que nos abruma con incógnitas, desenlaces abiertos y sorpresas de última hora. Un capitulo malo que no cumple nuestras expectativas, provoca que generemos menos dopamina y por ello no lo apreciamos como emocionante y reforzador o por lo menos no tanto como otros capítulos. Como todas las drogas, existe el efecto de habituación, por lo que necesitamos mayor cantidad de alicientes para sentir el mismo placer que las primeras veces. Es por lo que muchas series suelen venirse abajo para nosotros, pues deben seguir proporcionándonos placer, siendo cada vez más geniales, de lo contrario nos habituamos y perdemos el interés. Así funcionan las series, las drogas y el amor.
Por todo lo explicado hasta ahora concluyo que es normal que cuando un amor nos deja, solamos engancharnos a otras cosas que nos vuelvan a producir felicidad (emisiones continuas de dopamina), unos utilizan drogas (sabiendo que las drogas tienen un gran efecto adverso a medio plazo), otros se regocijan en series o películas, otros hacen deporte y otros comen chocolate….
Deja solo a medio aquellas cosas que quieras recordar por siempre, culmina lo que no quieras recordar.
Según lo expuesto y teniendo en cuenta el efecto Zeigarnik, te lanzo una pregunta para que reflexiones y la comentes en el futuro: ¿cuál parece la mejor manera de olvidar una relación amorosa infructuosa?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Dos Planetas

Pese a que éramos dos seres de dos planetas distintos conseguimos atraernos mutuamente, no dimos importancia a que tu vivías en un entorno de viento frio y húmedo y yo en un hábitat de viento cálido y seco, pensamos que eso no tendría relevancia y continuamos besándonos, abrazándonos, intercambiando sensaciones, fluidos y agitando nuestros sistemas nerviosos, tan distintos y dispares como la noche y el día, en la noche más oscura y el día más radiante. Continuamos, sabiendo que algún día uno de los dos decidiría volver a su planeta, volver a su vida normal, a sentir el frio o calor de su estado lúcido, de su existencia vacía. Poco a poco, los besos se dicotomizaban, explosionaban, se separaban, mi calor interior se hacía evidente y tu frio genético también y esos besos se resbalaban inevitablemente en una sensación de beso en un espejo y no en un rostro humano. Sabíamos al fin que aquello no podía continuar, pese a que yo cerraba los ojos para no verlo, pues aun sentía que era cómodo vivir sin saber la verdad, pero ella estaba allí, evidente, clara, absoluta, despeinándonos, jugando con nuestros cuerpos y separándonos al fin, como un ente travieso, que confirma nuestra sospechas. Somos de dos planetas tan distintos, que solo nosotros creímos que funcionaria y solo nosotros comprobamos que no sería así.

domingo, 13 de noviembre de 2011

La Paradoja de la Espontaneidad

Para describir con claridad en qué consiste esta paradoja recurriré a un ejemplo sencillo y de fácil entendimiento. Imagínese que a usted le encantan las flores y tiene una pareja/amig@ intim@ que desearía que un día viniera con un ramo de rosas para agasajarle, pero ese día nunca llega por lo que decide dar un paso y decirle la siguiente frase: “nunca me regalas flores”. A la mañana siguiente su pareja vuelve a casa con un ramo de rosas para usted y la paradoja de la espontaneidad hace su efecto, en vez de estar alegre y sentirse querida/o, se frustra y no le agrada el ramo, pues cree que ha sido porque usted le ha incitado y no por decisión natural, espontanea de su pareja, puesto que lo ve al fin y al cabo como algo falso e impuesto. Pretender que alguien haga algo espontaneo pidiéndoselo provoca un efecto adverso y contrario, pues lo percibimos como falso y desnaturalizado.

Ahora bien, ¿es lógico creer que la otra persona debe percibir lo que queremos a cada instante sin pedirlo explícitamente?

No es lógico, es un error de atribución, una distorsión cognitiva. No podemos pretender que la otra persona haga cosas por nosotros si no sabe que tal cosa puede sernos agradable, siempre es preferible pedir que esperar en silencio, porque de lo contrario nuestras expectativas nunca se cumplirán y provocaremos en nuestra pareja una sensación de indefensión aprendida (haga lo que haga está mal, así pues no haré nada)y como resultado nos mostraremos irritados, frustrados, dolidos y decepcionados y nuestra pareja se sentirá indefensa, sin saber que ha pasado, pues no conoce ciertamente nuestras apetencias y gustos, ya que no se lo comunicamos explícitamente, este efecto de creer que la pareja debe leer nuestra mente para satisfacernos es uno de los problemas más comunes y dañinos de las parejas con mala comunicación.

Entonces, sí pedimos algo que deseamos que hubiera sido espontaneo y provocamos la paradoja de la espontaneidad o sí no lo pedimos y nos frustramos porque nuestra pareja no hace lo que pretendemos para satisfacernos, ¿estamos ante un callejón sin salida? No estamos ante un callejón sin salida, debemos tener claro en primer lugar que las cosas que se quieren o se desean deben de ser factibles para ser realizables por tu pareja, no tengas pretensiones inalcanzables. Por otro lado la opinión de algunos expertos y de la cual yo parto, es que es más útil y sano pedir lo que deseamos sabiendo que al principio parecerá que nuestra pareja lo hace de forma forzada, pero se trata de un aprendizaje del que participaremos ambos miembros de la pareja.

Aprendemos a expresar lo que deseamos, a escuchar al otro, a obsequiarlo de manera efectiva, si mostramos lo que queremos, nuestra pareja aprende a satisfacernos y a la larga lo que parece forzado y no natural se convierte en espontaneo y verdadero. Por último debemos evitar actitudes encaminadas a la pretensión de cosas (deseos) que provoquen una situación paradójica, como la de querer algo anhelado, que una vez que se obtiene, se rechaza, “si pretendes que te quiera, cuando te quiera, no vas a querer creértelo”.

Ser comunicativos, expresar sentimientos, evitar tener la creencia de que nuestra pareja debe saber lo que deseamos sin pedirlo y evadir en la medida de lo posible la paradoja de la espontaneidad, puede llevarnos sin duda alguna a mantener una relación más sana y feliz.

El pescador

Y soy aquel pescador, paciente, inmóvil, tranquilo, que descansa bajo la sombra viendo como la tempestad arrasa con mis esperanzas de lograr un sustento. Los demás pescadores, uno a uno van abandonando su puesto, pues saben que con este tiempo nada se puede hacer pero yo me he negado en rotundo, no creo en tiempos, ni en lugares, ni en épocas mejores, creo en el mañana, imagino que el rio, la mar, vuelve a su cauce, a su dulzura natural, al salitre embaucador y que el sol brilla, que yo también brillo. Pero el mar, el rio, anda muy revuelto, sin esperanzas y yo sin el cebo que atraía al mejor pescado, a las mejores ideas, a las más nobles intenciones, me quedo solo, con una botella medio vacía que representa mi estado mental, mi situación agónica personal, porque no sirvo para otra cosa, no se me dan bien otras labores que no sea esperar pacientemente a encontrar lo que un día hallé, a esperar de nuevo lo que ya ha zarpado a otros mares y ríos menos revueltos, más novedosos, menos parecidos a mí esencia, a mi olor, a mi tiempo, a mi ser. Y debo levantarme y recoger mis enseres, debo claudicar por fin, pues la lluvia esta borrando lo poco que quedaba de mi y siento como me evaporo, como me transformo en un ser escamado, resentido, apocopado, hundido, como las piedras que voy tirando al mar, al rio, en forma de despedida amarga. Ya no volveré a pescar en este mar, en este rio que tanta riqueza y abundancia me dio en su día. Emigro a otras rutas y me duelen los pies pues mis botas estan ya viejas y quebradizas por haber visitado a otros tantos ríos y mares que creía idóneos y que al igual que este se volvieron bravos, extraños y distantes. Quizás mi destino no sea el de pescador, quizás sea el de lobo solitario, terrestre y taciturno, que no encuentra nunca una luna que le acoja, quizás sea un ser errante y errático o tal vez un alma de difícil comprensión que añora la simpleza pero que solo se conforma con lo complejo. Me despido de una vez por todas del mar, del rio y me alejo, dándole mi última lagrima como despedida silenciosa pero despedida al fin y al cabo….

domingo, 16 de octubre de 2011

El tacto. Hambre de piel.

Investigaciones sobre distintas culturas demuestran que italianos y españoles son más táctiles, es decir, los españoles tendemos a tocarnos más entre nosotros, que otras regiones como los norteamericanos, canadienses o los bretones, pero aun así ¿nos tocamos los unos a los otros lo suficiente? ¿Necesitamos ser tocados más a menudo? ¿Estamos satisfechos con la calidad táctil de nuestras relaciones?

El tacto es el sentido más antiguo del ser humano, recorre nuestra basta existencia, nos recubre por completo, nos acoge y delata. Es uno de los grandes centros del placer, solo piense en la última vez en la que alguien recorrió suavemente con la boca, su indefensa oreja, recordará como se le erizaban los pelos de la parte del cuerpo correspondientes al lado de esta oreja, recordará un inmenso, agradable, silencioso y acogedor placer táctil, una delicia para los centros de placer de su cerebro. El tacto representa la sensualidad y por ello no nos tocamos con la suficiente calidad temporal, pues el tabú del sexo recorre nuestro sistema de creencias absurdo y nos encauza hacia una postura reacia sobre el tacto, incluso podríamos decir que esta sociedad es más sexual que sensual, más directa que táctil. Y es una pena, porque nos obliga a caer en los que algunos investigadores han denominado “hambre de piel”, la necesidad imperiosa de querer ser tocados y de tocar a los demás, de reunirnos con otros seres humanos con la excusa de sentirnos unidos, porque el contacto nos hace conscientes de que existimos y de que los demás también existen y con el tacto nos hacemos visibles a ellos.

La falta de sentirnos tocados puede inducir al consumo de drogas, pues con los psicotrópicos se abren ante nosotros centros placenteros de nuestro organismo, experiencias extrasensoriales, táctiles y reveladoras. El “hambre de piel” puede estar detrás de la necesidad de muchas personas de utilizar drogas para suplirlo o calmarlo. Como puede comprobar creo que la opción más correcta seria relajar el tabú sexual del tacto y potenciar en todos los individuos unas creencias favorables hacia tocar y ser tocados como algo común, normal y natural.

Nos tocamos al saludarnos, mostrando que no somos peligrosos, que somos de fiar, porque solo tocamos a personas que nos parecen no agresivos, individuos que sabemos que no nos harán daño. Nos tocamos para despedirnos, indicando que queremos volver a vernos, que seguimos unidos a pesar de la distancia que comenzará a rondar justo cuando nos separamos, nos tocamos cuando queremos sexo, porque es imprescindible, sensual y necesario, nos tocamos poco, no queremos demostrar vulnerabilidad ante los demás, somos fuertes, no necesitamos abrazos, besos ni caricias, pero a la vez esta postura nos devuelve un puñado árido de soledad, vacio y “hambre de piel”.

Reivindico la necesidad de abrazarnos más, de sentirnos unidos como una energía sinérgica, donde el todo es mayor que la suma de las partes, donde nos sintamos vivos, cómodos con la sensualidad, donde dar besos en la frente, mejilla, ojos o boca no sea solo como un indicador de sexo, sino de unión entre personas que se reconocen mutuamente, que desean expresar que están vivas, que quieren, que nos son cobardes, me indigna pensar que una persona pueda sentirse incomoda por ser besada en la frente, y no porque invada su espacio vital, sino porque se sienta vulnerable, necesitamos mitigar nuestra hambre de piel, necesitamos por fin estar más unidos ante las dificultades, ante las injusticias, ante la desesperación, necesitamos por ello ser sinceros, abiertos y completamente táctiles.

Abraza, besa, toca a los demás y deja que ellos te toquen, porque al fin serás visto, sentido y querido como persona, como la persona que merece ser entendida en todos los niveles y sobre todo a nivel afectivo. Toca y deja tocar y empezaras a ser tu mismo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El Lek (zona de juego).

La palabra lek es una palabra que deriva del sueco y significa juego. Es el territorio donde los machos se exhiben para atraer a las hembras. Estos leks han sido estudiados por zoólogos y etólogos durante décadas. En los rituales humanos también se observan estas zonas de juego, un lugar por excelencia catalogado como lek, es la discoteca. Ya en la adolescencia humana podemos observar comportamientos característicos, pues es en esta época donde las hormonas recorren el cuerpo de forma más evidente y voluptuosa, provocando que los jóvenes se junten en plazas y parques y actúen de forma característica, exhibiéndose, gritando, haciendo alardes de fuerza y en definitiva haciéndose notar y provocando que las jóvenes les miren, mientras estas aparecen sentadas tranquilas y observadoras. Esa imagen pictórica y llamativa es un autentico lek, una zona de juego, de exhibición, de conquista, de dejarse ver y en definitiva una zona de poder y dominio. Porque un lek es un lugar donde hay dominantes y dominados, los dominantes en la especie animal se denominan machos alfa, son los fuertes o los más hábiles, los más llamativos o los que mejor cantan, según a la especie animal a la que nos refiramos. En los humanos, es en la adolescencia la época que mejor queda representado el lek. Para los adultos, este proceso es más sereno y requiere de otros espacios mejor definidos, como una discoteca. La discoteca es una zona de juego por excelencia, esto es tan así que incluso las personas que no quieren jugar, por el hecho de formar parte de ese entorno ya están jugando consciente o inconscientemente. La única forma de no participar es no entrando en la discoteca. Para algunas personas saber conscientemente que una discoteca es una zona de juego, les puede deprimir, enfadar e incluso crearles frustración, llegando a pensar que los hombres son simples y burdos y las mujeres malas y arpías, dado que al entrar a la discoteca forman parte de un juego al que no quieren participar, pero es una realidad, si entras estas en el juego, eso se debe asumir, para evitar frustraciones y malos estados de ánimo. Pues incluso siendo consciente de que no se va a participar, ya es una manera de entrar y participar en el juego. Un ejemplo seria un chico que decide entrar en una discoteca con la intención única de tomar una cerveza, se sienta, no mira a nadie, esta relajado y en ese momento entra una chica que cansada de lo que se cuece siempre en las discotecas decide que también está harta dejugar, no quiere más moscardones, solamente tomarse un cubata . Ambos están cerca, relajados, sin ganas de conocer a nadie, sin querer participar, pues en el momento en el que sus miradas se crucen, sin ninguna otra intención que el mero conocimiento de quien tienen al lado, en ese instante están más que dentro del juego, están jugando. No se puede evitar el juego, por mucho que uno quiera huir de él, la única forma es no entrar. Incluso cuando yo mismo decido que no quiero entrar en el juego se que de una manera u otra estoy jugando a no jugar, por el hecho de que mi sola presencia provoca cambios en los demás. Provoca miradas, pensamientos, gestos. No deseo jugar pero los demás ya me han incluido en el juego, pues estoy dentro.

Y como todo juego tiene sus reglas. La regla básica es que es una competición, una lucha no salvaje, un hacerse notar por encima de los demás. Quien no entienda esta regla, no sabe jugar, se frustra al ver a otros pisarles objetiva o subjetivamente, consciente o inconscientemente, suave o bruscamente, se enfada cuando después de unos minutos u horas de conversar con una chica, llega un chico y en cinco minutos se eleva por encima de los demás y es elegido como la mejor opción del momento. Una discoteca es un lek, un lek es un juego de exhibición, poder y dominancia, un terreno llamado a la lucha intelectual y emocional por la conquista.

Mucha gente al hacerle consciente de que una discoteca es un lek, suelen enfadarse, suelen verlo machista, escandaloso, animal, pueril, retrogrado e incluso enfermizo. No son conscientes de que el ser humano es un animal territorial que busca pareja a través de la muestra de lo que es y de lo que puede conseguir. Estas personas no quieren oír hablar de la comparación del hombre con el animal, son dos conceptos que no les casan, que no deben ir juntos. Piensan en la superioridad del ser humano, piensan erróneamente.

Los hombres se exhiben a las mujeres, con su físico, su intelecto, su inteligencia emocional, las mujeres se exhiben también y a la vez eligen, si les apetece, al mejor postor que se encuentre disponible en aquel momento. Nos seducimos mutuamente con miradas, con gestos, abrazos y palabras. Es un juego con reglas casi siempre implícitas, excitantes, llamativas y duras. No es apto para los que no saben perder, para los que se frustran con facilidad, para los débiles emocionales. Se debe aceptar el juego y dejarse fluir por él como una gota más de un inmenso rio de sensaciones, neurotransmisores, de juegos no verbales y verbales, un juego de seducción, dominancia y sobre todo de autoestima.

viernes, 29 de julio de 2011

Capitulo dos: Mi primer pasado.

Me solía despertar continuamente en casas ajenas, de chicas que sucumbían a mi verborrea nocturna, que se sentían seguras conmigo, solían decirme que nada más conocerme era como si ya me conocieran de hace tiempo, se sentían a gusto, relajadas, incluso hasta las más tímidas, esa era mi especialidad, mi tela de araña confeccionada con esmero y sabiduría, la prisión psicológica que las envolvía y las hacía sentirse distintas pero seguras. Y por ello dormía con frecuencia en casas ajenas, me gustaba quedarme mirando los cuadros, los escritorios, como estaban colocados los libros, los detalles, pensando que estaba en aquel extraño sitio y que seguramente jamás volvería a pisar esa casa, esa habitación llena de una vida en concreto, de un mundo personal intransferible, me gustaba observar, quedarme tumbado en la cama semidesnudo observando los cuartos ajenos de las chicas dormidas. Tenía sexo, sexo que solía ser regular, porque las noches siempre se acompañaban de abundante alcohol y eso mermaba mi capacidad de deleitarme y de sentir plenamente. Pero no me interesaba el sexo, no era un Casanova, sino más bien un Don Juan, no buscaba sexo sino no sentir la soledad de mi cuarto, no sentir que no había alguien que se había fijado, aunque fuera una noche fugaz, en mí. El sexo era secundario, a veces casi innecesario, solo lo usaba como arma para que después me dejaran dormir abrazado a ellas, como si fueran los mejores amores de mi vida, a pesar de que apenas las conocía, que apenas sabía nada de ellas y que tampoco me interesaba saber más allá de cómo eran los detalles de su cuarto. Aun tengo recuerdos nítidos de los lugares en los que he estado durmiendo, en los que he entregado mi cuerpo por dormir arropado a un olor femenino, lugares que jamás volveré a pisar.

Cuando no conseguía embaucar a ninguna chica solía recurrir a amigas que me dejaban un trocito de su cuerpo, un trocito de su cama y un trocito de su olor, y me quedaba tan relajado, como un niño pequeño en brazos de su madre, de su apego seguro, dormía con una sonrisa apacible, descansaba de la soledad una noche más. Cuando tampoco tenía a esas amigas “salvanoches” y sabia que esa noche dormiría solo, me entraba una gran tristeza interior, me sentía derrotado, acabado, solo, tremendamente solo y apenas podía reconciliar el sueño, me acurrucaba tenso, desesperado y en posición fetal, a la espera de una mañana mejor.

He vagado tantas noches en busca de amor, mis dos compañeros de viaje en aquellas épocas eran la seguridad en mí mismo y el alcohol. Bebía tanto como deseaba encontrar a alguien, bebía para embaucarlas con mayor seguridad y ellas también bebían, bebían mucho. El alcohol potencia en las mujeres las ganas de sexo y apretando teclas adecuadas se puede conseguir dormir abrazado a cambio de su deseo sexual exacerbado por el consumo de copas.

Incluso mucho después de estos inicios que estoy relatando, cuando ya estaba más sano mentalmente, he seguido utilizando el alcohol para enamorar mejor a las chicas que ya sí que quería tener conmigo por siempre jamás, no fallaba, pues solíamos pasarlo genial acompañados de una buena copa, pero esa es otra historia que ahora no toca contar porque debo ir por pasos.

Mi primer pasado se basó en la búsqueda desesperada de una cama y una chica bonita para no quedarme solo, para no sentir que mis huesos se helaban a causa de la soledad. El alcohol era mi escudero fiel, mi fuente de soltura y creatividad.

sábado, 23 de julio de 2011

Cuatro historias de amor

A continuación una historia en capitulos, basada quizás en hechos reales o completamente ficticia....

Capítulo uno. Primeras reflexiones
Cuando basas tu vida en el amor solo pueden pasarte cosas o muy buenas o muy malas, no hay término medio. Entre las buenas está ser ese centro de atención, ser la prioridad para otra persona, su primer y último pensamiento, el disfrute del buen sexo, las caricias, la dopamina levitando incansable por tu sistema nervioso, la alegría de sentirte vivo, alcanzar la sensación de poder llegar a ser tú mismo. Luego viene el bajón como si de cualquier tipo de droga se tratara, viene la desilusión, el desengaño, la pérdida de idealización, la realidad y es cuando te abandonan, te dejan atrás como un pequeño recuerdo que apenas se recuerda por la falta de entusiasmo y la indiferencia. Y si a eso le sumamos que a veces te dejan por otros más activos, más emocionantes, descubrimientos nuevos, el bajón se hace tan insoportable como el mono de una potente droga, como el delirium tremens del alcohol, con las convulsiones mentales de un ser abocado al fracaso emocional. Lo peor de todo es que la gente normal, la gente que no basa su vida en el amor, puede reponerse con mayor facilidad, puede pasar página haciendo otras tantas cosas que puedan llenarles, el problema de basar la vida en el amor es que cuando lo pierdes te sientes perdido demasiado tiempo, o quizás un breve espacio de tiempo pero demasiado profundo, ensordecedor y caótico, perdido en el abismo más oscuro de la oscuridad más tenebrosa.
Cuando basas tu vida en el amor, estas abocado al sufrimiento, a la desesperación ,a la continua búsqueda de felicidad inalcanzable más allá de los meses necesarios para que descubran que esa emoción se evapora y es momento de avanzar hacia nuevas casillas, nuevas vidas por descubrir, nuevos trenes a los que subirse.
Yo he basado mi existencia en el amor, en el chute de sustancias cerebrales, en la sensación de ser admirado, querido, adorado, idolatrado, idealizado, sucumbido al deseo más animal. Esta es la droga que me ha mantenido vivo desde los 17 años más o menos, la droga que me ha matado tantas veces.
Y en todo este juego no hay término medio, y no lo hay por la sencilla razón de que al inicio es todo una inmensa alegría, el descubrir a la otra persona continuamente, que poco a poco se vaya habituando a ti y tu a ella, esa emoción inicial que siempre parece la mejor de todas, pues crees estar con la mejor persona del mundo, esa emoción ilusoria que te llena de vida, de fuerza, de esperanza, y todo esto solo puede ser algo muy bueno y buscado como refuerzo positivo por nuestro cerebro, el está contento contigo y tú con la vida. Demasiada felicidad que solo puede llevar al final a demasiada desilusión, tristeza y abandono. Porque la vida es una sucesión de prioridades que van cambiando a lo largo de la existencia y el amor también es una prioridad momentánea, todo muta, del bien al mal, del mal al bien, del todo a la nada y de la nada se vuelve a comenzar de cero.
No llevo bien esa premisa básica de la vida, no me gustan los cambios drásticos, ni saber que uno es una prioridad para alguien hasta que la moda interna de su pequeño cerebro le indica que es momento de avanzar dejando los lastres que te hunden, y no me gusta sobre todo cuando ese e lastre soy yo.
Y yo he jugado mucho, nunca me dejaba vencer, siempre estaba atento a las señales del fin para precipitarme como grasa resbaladiza antes de que me dejaran atrás a mí, solía ser lo que se llama un rompecorazones, utilizaba todo lo que iba aprendiendo del amor para conseguir mis propósitos y que las personas incautas se enamorara de mí y en eso era realmente bueno. Me jactaba de no haber sido nunca el abandonado, siempre era el “abandonador” malvado, el cruel pero con clase, el que necesitaba el cambio, el que pronunciaba frases del tipo: “no eres tu soy yo”. Leía todo lo que la ciencia moderna investigaba sobre el amor, me levantaba pensando en el amor y me acostaba penando en el amor, mi cerebro solo tenía conexiones neuronales basadas en la premisa: “conocimientos sobre el amor”, el resto de neuronas no servían para nada. Solo era feliz cuando conseguía enamorar a alguien, era un ser triste cuando me sentía solo, cuando nadie quería marcar mi número de teléfono para saber cómo estaba, sin amor era un ser completamente desequilibrado, un ente paralizado, una masa que se deformaba a cada minuto, que se restablecía para ir a la caza de la siguiente víctima a enamorar. Con el amor a mi lado me equilibraba, me volvía sensato, incluso independiente, era capaz de dejar de pensar en el amor, solo lo vivía, me sentía libre, feliz, lejano a la soledad y a la muerte, me sentía yo mismo. Como algunos alcohólicos que piensan que cuando no beben no son ellos mismos porque están cohibidos y taciturnos y que cuando le dan los primeros tragos empiezan a sentirse alegres, vivos y saben desenvolverse en la vida con soltura, sintiéndose ellos mismo con una fuerza embaucadora, ese era yo cuando estaba enamorado, un ser real, equilibrado, capaz de hacer cosas con alegría, motivado, creativo, vivo.

Continuará....

domingo, 3 de julio de 2011

Concepto de Androgínia.

¿Qué es la androginia?


Entendida como la posibilidad de que un hombre o mujer pueda mostrar características femeninas o masculinas según las circunstancias que le rodean, la capacidad de entender mejor al otro sexo, compartiendo formas de pensar y actuar. Es decir los seres humanos ya no son dicotómicos u opuestos o bipolares, sino que se acercan, se mezclan y se entrelazan.

Bem, (1974), reintrodujo el concepto de Androginia psicológica. Definió la androginia como: “la capacidad de un individuo para exhibir rasgos y comportamientos "instrumentales" o típicamente masculinos (independencia, asertividad, liderazgo,) y "expresivos" o típicamente femeninos (contacto social, sensibilidad, empatía) observando que quienes tienen esta capacidad de comportarse androgínicamente, son psicológicamente más saludables”.

La evolución de la humanidad está dando un paso más allá al comprender la relevancia de este concepto. Pues tener la capacidad de mostrar rasgos femeninos y masculinos positivos, conduce a un pensamiento y actitudes más sanos y completos, pudiendo llegar a empatizar con ambos sexos, alejándose de los extremos peligrosos de lo esencialmente masculino y femenino. Para matizar un poco esta evolución, debemos saber que la genética y el dimorfismo sexual siguen presentes tanto en el hombre como la mujer y que partimos de una base genética diferenciada, con lo que la sociedad debe ir reeducando para adaptar la biología a las características socialmente aceptadas.

Y si nunca existió un hombre completamente masculino o una mujer completamente femenina, en la sociedad actual es aun más difícil ver alguno de estos extremos en estado puro.

Es en el Postmodernismo cuando empezamos a observar con fuerza este concepto de androginia, para Iris Luna esta etapa de la historia permite “el surgimiento de una sociedad en la que los rasgos o atributos antes asignados a cada sexo, se presenten indistintamente en ambos géneros (…) La androginia cobra una especial importancia, pues permite que los individuos presenten un abanico amplio de posibilidades que les hacen más fácil adaptarse al convulsionado medio contemporáneo en el que los roles tradicionales y los estereotipos dejan de ser funcionales; no se trata sólo de la profusión de imágenes externas ya habituales en nuestra cultura (varones usando cabellos largos, zarcillos, ó mujeres con pelo corto, cuerpos escuálidos y atuendos antes masculinos), también se puede evidenciar cierto malestar de encarnar un modelo binario "hombre" o "mujer", el rechazo claro de identidades prefijadas, y la necesidad de desarrollar múltiples y variadas estrategias de funcionamiento”.

Hoy hombres y mujeres somos más parecidos que nunca, tenemos los mismos derechos, deberes y libertades y nuestros comportamientos son más homogéneos, somos seres socialmente andróginos. Esta reflexión nos puede conducir a plantearnos la siguiente pregunta:

¿Cuáles son las características masculinas y femeninas deseables para nuestra sociedad actual?

Si bien como vengo comentando, nuestros comportamientos y características se están homogeneizando, podemos reflexionar sobre cuáles son las características masculinas y femeninas más positivas que deben tener los seres humanos en general, ya seamos varones o mujeres.

1. Características positivas de carácter típico masculino

• Liderazgo, entendido este como capacidad de hacer lo correcto y lo positivo para los demás, además de saber guiar al grupo a la consecución de metas positivas y relevantes.
• Originalidad/ creatividad, la capacidad inventiva y creadora masculina
• Tenacidad: la perseverancia es uno de los rasgos positivos de las características típicas masculinas.
2. Características positivas de carácter femenino:
• Ternura, afectividad, sensibilidad: capacidades básicas positivas
• Empatía, la capacidad de conectar con los demás, de ponerse en el lugar del otro.
• Solidaridad, la capacidad de altruismo y colaboración.
• Madurez, la madurez es un aspecto característico femenino.

Estas son algunas de las características básicas que tanto hombres como mujeres deben poseer en nuestra sociedad actual.

Para autores como Michael Sky (1993), la sociedad está en plena transformación y afirma que debemos pasar del pensamiento típico masculino de individualidad, agresividad, dominación a un pensamiento más cargado de atributos femeninos como: la empatía, la colaboración, el dialogo y la comunicación. Para él las sociedades han sufrido mucho, han soportado el abuso de poder, la violencia, el individualismo característico del pensamiento masculino y que ya es hora de dejar paso a un pensamiento más femenino cargado de empatía y colaboración altruista, que conllevará la modificación de pensamientos egoístas a pensamientos más sociales y comprometidos.

Estos argumentos nos llevan a reflexionar sobre cuáles son esas características indeseables y que conviene erradicar de nuestras sociedades.

1. Características negativas de carácter masculino:

• Competitividad, debemos erradicar el pensamiento competitivo y transformarlo en pensamiento colaborativo-cooperativo
• Agresividad, eliminar la agresividad y transformarla en diálogo constructivo
• Egocentrismo/ Individualidad, disminuir la individualidad y trabajar más en colaboración a través de la comunicación positiva
• Dominancia, erradicar el sentimiento de poder y dominancia típico masculino y transformarlo en empatía, colaboración y descentralización del poder.

Opino lo mismo que Michael Sky, ya es hora de cambiar estos atributos masculinos como la competitividad, la agresividad, la individualidad y el placer por el poder y el dominio y transformarlos en un pensamiento de corte femenino, como son la solidaridad, la empatía, la colaboración y la comunicación positiva. Bastante ha sufrido la humanidad con el abuso de poder, el individualismo y las continuas competiciones absurdas. Es la hora del entendimiento, de la comunicación y de la colaboración.

Pero también se le achaca un potencial negativo a algunas de las características tradicionales femeninas, que además deben ser erradicadas en la sociedad actual.

2. Características negativas de carácter femenino:

• Pasividad, debemos pasar de la pasividad a una actitud activa prococial
• Dependencia, de la dependencia típica femenina debemos pasar a la interdependencia de hombres y mujeres en un continuo estable.

Debemos erradicar estos comportamientos o atributos tanto en hombres como en mujeres, pues nuestras sociedades actuales demandan otros tipos de roles en los seres humanos, somos más abiertos, plurales, comprensivos, alejados de lo puramente femenino o puramente masculino, eliminando las barricadas que producen los extremos opuestos y alcanzando y desarrollando individuos con características positivas más entremezcladas y homogéneas, respetando las barreras de lo que los hombres desean en las mujeres y viceversa.

Tanto hombres como mujeres tienen atributos deseables, por lo que debemos apostar por el carácter andrógino del ser humano pues tiene un poder positivo ya que ayuda a empatizar mejor con el sexo opuesto, ayuda a mejorar la comunicación, a eliminar barreras sociales y a alcanzar una mejor colaboración y cooperación.

Para terminar y con el propósito de aclarar términos expongo las definiciones de feminidad y masculinidad que se pueden encontrar en Wikipedia:

Feminidad:
es el conjunto de cualidades que se manifiestan en mayor medida en las mujeres en una cultura particular. Es un concepto que alude a los valores, características y comportamientos tanto aprendidos, como a características especificamente biológicas.

Se entiende por feminidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría mujer. Algunos ejemplos de esos atributos son la comprensión, la debilidad y vulnerabilidad, la muestra de afecto, la educación y los cuidados de la descendencia, etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las mujeres han sufrido una gran presión social para responder delante de las demás con comportamientos asociados a esos atributos.

Masculinidad: Se entiende por masculinidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría hombre. Algunos ejemplos de esos atributos son la fuerza, la valentía, la virilidad, el triunfo, la competición, la seguridad, el no mostrar afectividad etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las personas consideradas hombres han sufrido una gran presión social para responder con comportamientos asociados a esos atributos.

Feminidad y masculinidad son en definitiva dos formas de pensar, actuar y sentir que ha de tener cada sexo según el rol al que pertenecen, como hemos visto las particularidades que conllevan ambos conceptos son modificables, no son inmutables, pues las sociedades van evolucionando arrastrando a estos conceptos y modificándolos, alcanzando en la actualidad al concepto de androginia ya comentado.

La androginia es positiva, salvando siempre los rasgos masculinos y femeninos deseados por el otro sexo como atractivos. Debemos erradicar una serie de atributos de ambos sexos para que la sociedad evolucione favorablemente y debemos mantener otros, que son los que nos dirigen a sociedades más plurales, comunicativas y colaborativas. Tenemos la obligación de pasar de un modelo contaminado masculino a un modelo de preferencias femeninas, para alcanzar las metas de una sociedad democrática, tolerante, altruista y empática.

jueves, 30 de junio de 2011

La seducción: ¿debemos enseñar a seducir?

Si Erich Fromm nos convencía de que amar es un proceso artístico, saber amar es un arte, de la seducción podemos decir exactamente lo mismo, la seducción es un arte que se ha de ir trabajando a lo largo de la vida.

Para la Real Academia de la Lengua Española, seducir significa:
(Del lat. seducĕre).

1. tr. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo.

2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual.

3. tr. Embargar o cautivar el ánimo.

Estas definiciones de seducción nos pueden llevar a creer que la seducción solo es un engaño, que conlleva un propósito concreto, obtener placer sexual y nos empuja a cautivar al otro. Entonces, ¿deberíamos enseñar a las personas, a nuestros hijos, adolescentes y mayores a saber seducir? Si lo apreciamos desde este ángulo del engaño, parecería que la respuesta debería ser negativa, no obstante saber atraer a las personas no ha de conllevar una malicia o persuasión maligna. Parece aquí que enseñar a seducir se podría traducir como a enseñar magia negra, una magia maligna que provoca que los demás se enamoren en contra de su voluntad. Pero también podemos entender la seducción como magia blanca, como una forma normal de acercamiento entre dos seres humanos, positiva, placentera y beneficiosa.

Otras definiciones de seducción pueden acercarnos de forma más sistemática a la realidad de lo que consiste y conlleva seducir:

Una definición la podemos obtener de la página web: www.psicologiacientifica.com, donde seducción significa:

“Un conjunto de expresiones y manifestaciones, aspectos psicofísicos y comportamentales, que emanan de la forma de ser de la personas (nadie da lo que no tiene), con el fin de conseguir una interacción con los otros. Todas las personas pueden ser seductoras, deseamos gustar a los demás, ser queridas y reconocidas, ser valoradas, como padre o madre, como profesional, como amiga o amigo.
Para seducir empleamos el arte de sugerir, mostrar o insinuar, para ello utilizamos miradas, palabras que acarician, silencios persuasivos, gestos y contactos oculares, etc.

Como vemos la seducción tiene un carácter universal, seducir está inscrito en la naturaleza humana y sus señales son instintivas, además de poder moldearlas y modelarlas a través del aprendizaje. El proceso de la seducción es una forma de llamar la atención, una disposición que activa la conducta y promueve actitudes para conectarse con el otro desde uno mismo a través de la comunicación verbal y no verbal.”

Desde este punto de vista parece que seducir es un proceso normal, universal, que forma parte de todos los seres humanos y que conlleva tanto un trazado innato como un bagaje que ha de ser aprendido, para mejorar los resquicios innatos de nuestro fuero animal. No se observa señal alguna de esa magia negra que empecé comentando, sino que se toma como un proceso normal que puede ser aprendido para mejorar nuestras relaciones o inicios de relaciones posteriores. La seducción se produce por la necesidad de conexión con los demás, de querer mostrar como somos, la necesidad de ser aceptados y de sentirnos especiales a través de la comunicación tanto verbal como no verbal.

La autoestima influye directamente en el placer de la seducción, con una autoestima adecuada podemos hacer frente a esa forma especial de comunicación, podemos mostrarnos como somos y actuar con confianza, produciendo un efecto atractivo a los ojos de los demás. Debemos perder el miedo de lo que piensan los demás sobre nosotros para poder seducir.

La página web: www.psicologiacientifica.com, concluye:

“Consideramos que la seducción implica la manifestación de nuestra intimidad ya que representa un conjunto de manifestaciones y expresiones del yo, una serie de actos expresivos, comunicativos y relacionales, cuya intencionalidad es interactuar con los otros. Se trata, pues, de una comunicación auto reveladora en la que se exteriorizan aspectos de uno mismo, como son: pensamientos, sentimientos, emociones y deseos, poniendo en evidencia del otro la disposición activa de los mismos. Por ello el proceso de seducción puede darse en cualquier ámbito de la vida (…).
A la hora de seducir es necesario conocerse uno mismo, con las aptitudes y limitaciones de nuestro propio yo, reflexionando sobre la propia seducción, sin frenarla, sino encauzándola como un proceso más del hecho de ser persona.”

Para Carlos Yela las pautas de seducción que conducen al enamoramiento implica (Yela, 2000):

“Aumentar en la frecuencia de encuentros con esa persona, compartir situaciones de alta actividad fisiológica y potenciar el atractivo físico propio teniendo en cuenta los gustos del otro sexo. Para ello, los esfuerzos se centran en mostrar una adecuada comunicación no verbal, un lenguaje un tanto ambiguo y lúdico, características sociales deseables (simpatía, prestigio, relevancia social), características personales deseables por el otro, similitudes de actitudes, gustos, opiniones y que los deseos y necesidades de uno y otro son complementarios, y se llevan a cabo progresivas autorrevelaciones personales de forma paulatinamente creciente tanto en frecuencia como en profundidad.”

La seducción implica pues, mostrar lo mejor de nosotros mismos, intentando ser lo más parecido al otro en aspectos lúdicos y relevantes, se puede entender como un engaño encubierto, al mostrar solo nuestra parte buena visible, dejando nuestras oscuridades en el fondo del baúl, provocando que la otra persona nos idealice, nos magnifique y acabe enamorándose, con las consiguientes frustraciones a largo plazo, de ver como se desvanece ese ser maravilloso cuando la realidad pesa más que la seducción, el autoengaño y la idealización.

Por ello es importante educar a los jóvenes en el arte de seducir, no solo para que sepan interactuar con el sexo que les atrae, sino para que también tengan en cuenta, que la seducción conlleva, un pequeño engaño perceptivo, una idealización y una actitud de solo observar lo positivo que hay en el otro, para que sepan que el tiempo y la comunicación continua modifica estos patrones ideales y seductores, mostrando a cada uno como es en realidad. Efecto que no ha de ser positivo ni negativo, es tan solo un hecho que acontece en la vida de las parejas de modo natural, el conocimiento otorga la razón y el entendimiento de saber en verdad como son los demás una vez pasada la época de la seducción y la idealización. La otra persona tiene más formas de ser de las que nos creíamos en un primer momento y este proceso tan complejo han de aprenderlo nuestros adolescente, para no vivir una vida de continuos fracasos amorosos cuando descubren que el otro está cambiando, pues el cambio es un proceso normal y la seducción es el primero de los procesos que se han de conocer y aprender.

En este momento estoy en disposición de ofrecer mi propia definición del concepto de seducción basándome en lo comentado hasta ahora:

“La seducción es un proceso básico de las relaciones humanas, basado en patrones tanto universales como aprendidos, cuya finalidad es lograr una conexión especial con otro ser humano, promoviendo sensaciones de autorrealización, intimidad, acercamiento y de unión. Este proceso provoca que nos mostremos socialmente aceptables, deseables, potenciando nuestro atractivo físico y social de cara a la persona que queremos seducir. Puede inducir a la idealización y a una visión reduccionista de las características del otro.”

La seducción es un proceso básico, quiere decir que es un continuo, que se ejerce a lo largo del tiempo, que va modificándose como se modifican las etapas de las relaciones, es básico porque acontece a todos los seres humanos de manera natural y universal.

También es un proceso aprendido, pues si bien se parte de una base innata, debemos practicar el arte de la seducción para mejorar y alcanzar un mayor conocimiento propio, un conocimiento de los demás y de las relaciones de pareja optimo. Aprender a seducir mejora la calidad de las relaciones y de las interacciones con el sexo que nos interesa.

La finalidad es lograr una conexión con otro individuo, una comunicación especial, que nos refuerza y alimenta, para sentirnos unidos y realizados.

Conlleva una parte de engaño, pues solo mostramos aquello de nosotros que nos interesa dar a conocer, potenciamos nuestro atractivo social y físico pudiendo provocar una idealización en el ser a seducir y una visión reducida de cómo somos en realidad.

Esto último nos puede inducir a pensar que el término seducir puede tener una connotación negativa, según se considere mayor o menor cantidad de engaño. Si el engaño no pasa del simple juego del coqueteo, de mostrar uno algunas cartas que le interesan y no hace daño a terceras personas, debemos entender que la seducción es tan solo una parte más de las relaciones de pareja, que alimenta el contacto y es un aliciente reforzador para seguir conociendo al otro.

Por ello creo firmemente que las personas, nuestros jóvenes y no tan jóvenes deben aprender pautas de seducción que les ayuden a mejorar sus interacciones con los demás, que sepan usar esas armas en pro de mejorar la calidad de sus relaciones y no como mero divertimento donde alguien pueda salir mal parado. Debemos enseñar que ofrece la seducción y como esta pasa también por etapas, que los jóvenes sepan que es un proceso más de la evolución de una pareja y sobre todo hacerles entender que el comportamiento de una persona que seduce, es solo una mínima parte de su forma de ser, siendo esta parte un juego de pequeños engaños perceptivos y que con el paso del tiempo la persona que seduce pasara a un estado más relajado y no por ello está engañándonos vilmente, ni es una mala persona, haciéndonos llegar a pensar que la relación deba acabar. Pues con este pensamiento los jóvenes verán frustradas muchas relaciones, por esta distorsión cognitiva de creer que la persona que seduce, realmente es así y todo el tiempo, como un rasgo estable de personalidad.

Para no dejar que los jóvenes se confundan y se frustren debemos enseñar pautas de seducción y todo lo que implica seducir a alguien.

viernes, 24 de junio de 2011

Dejadme olvidar

Dejadme, dejadme, estoy bien. No me hagáis más hablar del mismo tema, ¿es que solo existe esa cara de estupefacción en todos los rostros que saben lo que ocurre? ¿Es que solo hay un tema del que se me puede hablar? Solo hace aumentar mi frustración y tristeza. Soy más cosas que un trozo de carne pegado a ella. Soy una persona, un ente, pero ahora estoy infravalorado. No hay conversaciones en las que no salga un mismo nombre, con una misma problemática y una falsa esperanza, que todo el mundo me da, diciéndome: “esas cosas que te cuentan ahora de ella no son tan verdad como parecen”. Porque nadie quiere creerlas, ya que piensan que si una pareja así acaba de esa forma tan triste, es que el amor está muerto, que todos corren el mismo riesgo y por ello nadie lo acepta. “Una pareja modelo”, no paran de decirme, ejemplares, cariñosos, perfectos. Nadie lo cree y va a pasar ya un mes. Ya casi me sentía alegre, como que por fin sacaba un brazo del fango, como que podía ver un nuevo cielo azul hay fuera en la oscuridad, pero me traéis un nefasto regalo cuando me preguntáis como estoy o si se algo de ella, o si una extraña viene a contarme lo feliz que es ahora ella sin mí, o como cuando me recordáis las cosas que le gustaban, o cuando bromeáis con mi nombre y el suyo, o cuando tan solo me miráis con cara de pena, o cuando el maldito facebook me la escupe, día tras día, cruel y exasperante. Así no se puede avanzar, así solo estoy triste de nuevo, así no puedo sonreír sincero. Y me quedo quieto oyendo como me decís, “estáis matando el amor verdadero”. Como si yo fuera participe de los últimos acontecimientos, yo ya estoy fuera de todo, incluso de mi mismo. También veo su mundo pasar y saludarme, la gente con la que ella va, con la que en ese momento no está y eso también me pone triste. La veo feliz con mis amigos, como si nada hubiera pasado y eso también me pone triste. Y no sé que es peor, marcharme para olvidar todo esto que me pone triste a un lugar que me pondrá triste porque ella no estará o quedarme viendo como me recordáis a ella, sin querer, como si yo ya estuviera recuperado y feliz. No sé que es peor. S i me voy sé que al principio sufriré porque no me acompaña, pero sé que el paso del tiempo borrará mi tristeza y empezaré a vivir cosas nuevas allí, relegando su trazo a mero recuerdo borroso. Si me quedo, lo estaría haciendo por ella, por la incapacidad de no poder irme. Ya incluso había dejado de escribir, de necesitar desahogarme, porque me estaba apaciguando, con vuestra ayuda, vuestras conversaciones al Messenger, con vuestras cervezas al son de la noche, con vuestro calor, con vuestras historias, con vuestras esperanzas. Pero dejar de preguntarme por ella y si yo lo hago no contestarme nada, esperad a que se me pase y callaos. Gracias por vuestras conversaciones reponedoras, sé que no estoy solo, que hay mas mundos dentro de mi pequeño mundo, que todos podemos volver a ser felices, solo hay que reposar, aceptar y olvidar.

lunes, 20 de junio de 2011

Game over

Juego a olvidarte, a cambiar de nombre por si aun sigo siendo el mismo, en el mismo lugar, la misma ciudad y la misma cara de tonto que se me quedó al conocer la verdad. Juego a ir a los sitios solo o acompañado por otras sonrisas, a los mismos sitios que pisamos, que tocamos. Juego a mirar como si nada pasara, como ausente y dispuesto a cualquier plan que me haga ser más fuerte. Juego a querer hacer fuego poniendo una papeleta en blanco, por si tengo la mala suerte de que no se me cumple de nuevo mi deseo. Juego a estar bien por fuera, a cambiar mis logos, mis premisas y mis pasiones. Juego a equivocarme gravemente, mientras me bebo unos tragos de algo que me despeje la conciencia. Juego a convertirme en alguien cordial, que sonríe de nuevo, que expresa confianza en sí mismo, alguien que no ha sido abandonado. Juego a hablar despreocupado, como si no me afectara nada ya, juego a imitarte en eso. Juego a juegos venenosos, que no van a ningún lado, juego a engañarme creyendo que el afecto esta en otras partes, me creo mis propias mentiras y dejo de confiar en la buena suerte. Juego antes de que ponga Game over definitivamente.

jueves, 16 de junio de 2011

El país de las decisiones difíciles.

Ella estaba dejando de ser feliz, no lo entendía pues tenía todo lo que deseaba, todo menos una cosa, poder salir a conocer el mundo, ser independiente. Tenía algo que mucha gente lleva añorando toda su vida encontrar a una persona que la quisiese de verdad, absolutamente entregado, cariñoso y real, muy real. Pero ella estaba desconcertada porque quería vivir y sabia que sino salía al exterior por el tiempo que fuera necesario se arrepentiría toda la vida, pero claro si salía podría perder a la persona que mejor la había tratado desde entonces. Tuvo que trasladarse del país de la felicidad y despreocupación al país de las decisiones difíciles. Serian muchos consejos los que oiría, como: “chicos hay a montones pero experiencias de la vida a esas edades no tantas”, lo que no sabía era que el amor no se encuentra tan fácilmente como uno piensa, que el olor que te transporta a la calma placentera no lo tienen todos los chicos que conocerá, que las frases mágicas no puede pronunciarlas cualquiera y es que en la vida al final solo se acaban conociendo dos o tres personas realmente importantes como para vivir con ellas por siempre. Pero ella se ahogaba, tuvo que parar, cerrar sus ojos y decidir.
Ahora comienza a ser libre, a dejar atrás lo que llegó a ser, a empezar a ser otra nueva persona transportando sus antiguos aprendizajes, volviendo a sonreír. Deja atrás paralizado a aquel chico que había decidido compartir su vida, no mirar más allá de los ojos de ella, un chico alegre, noble y fiel.
Ella a veces piensa como hubiera sido su vida con él. Él piensa, piensa y piensa en cómo rehacer su vida de nuevo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Burbuja de recuerdos

Me siento raro, como dentro de una burbuja de recuerdos, por las calles que paso queda una esencia de lo que fui en cada lugar, de la esquina donde conocí a quien quiso saber de mi poco más tarde. Y paso por allí muy a menudo apenas lo pensaba, pero hoy me quedado mirando la calle por si te volvía a ver y te enamoraba de nuevo o para saber si ese no era el día correcto para pasar por allí. ¿Siempre estará ese lugar en mi retina guardado? ¿Se modificaran mis visiones a lo largo del tiempo? ¿Mantendré la esencia de un recuerdo único de mi vida? ¿Pasearé por allí inconsciente?
Solo si el sol derrite mi mente o si una nube descarga su rayo en mi o si un científico loco decide cortarme cachitos de mi memoria, solo así podré olvidar lo que significo aquel lugar, para dos insignificantes transeúntes alocados que no sabían a lo que se enfrentarían dos años más tarde.
Es una burbuja de recuerdos, que me atormenta a la vez que me devuelve a la añoranza de un pasado feliz. Una burbuja que puede que explote algún día o por el contrario se solidifique convirtiéndose en una parte más de mi existencia.

lunes, 13 de junio de 2011

Cosas que he aprendido y reaprendido últimamente.

1. He aprendido a que las cosas que parecen inmutables pueden llegar a modificarse en cualquier momento.
2. He aprendido a que en cualquier instante todo puede cambiar, para bien o para mal, lo que pasa es que si cambia para mal deja unas secuelas en el cuerpo transcendentales y dolorosas
3. He aprendido a creer en las palabras solo en el momento en el que son dichas, no más allá. Porque las frases eternas tampoco existen y si crees en ellas, te harán mucho daño cuando la persona que la pronuncio ya no la quiere cumplir.
4. He reaprendido a que los “nunca haría” tal cosa es una más de las falacias de la existencia humana.
5. He aprendido que las personas geniales también son humanas
6. He aprendido que la diferencia de edad mal llevada es un problema importante en la pareja
7. He aprendido que las pequeñas diferencias se hacen grandes cuando decae la pasión
8. He aprendido a no sobrevalorar tanto el amor y el enamoramiento
9. He aprendido que las personas se van volviendo más egoístas conforme pasa el tiempo en una relación, van primando mas sus necesidades personales que la de la pareja, no es malo ser egoísta, cada uno ha de elegir que quiere en cada instante, pero si es perjudicial para tener una pareja estable en el tiempo
10. He aprendido a hacer caso más a mi instinto, porque puedo ser capaz de oler los problemas mucho antes de que estos se manifiesten dolorosamente, se leer los rostros y cuerpos, aun incluso cuando ellos ni siquiera saben que piensan en verdad, aunque a veces me equivoque, pero en las grandes causas suelo acertar.
11. He aprendido a no sobrevalorar el sexo cuando no aparece lo suficiente, a ser paciente y entender a la otra persona, cuando sufre una crisis pasional normal
12. He aprendido a querer y sentir cosas que nunca creía que sentiría, eso me hace a la vez feliz y desdichado.
13. He aprendido que el alcohol destruye las relaciones de pareja a medio plazo, pues aumentan las discusiones y hace enardecer a las personas de manera estúpida.
14. He aprendido a valorar los conocimientos de las otras personas, como a usar mejor mi ordenador o tener inquietudes que nunca creí que tendría
15. He aprendido que la confianza es difícil de mantener cuando la vida te da palos, pero que no se puede juzgar a los nuevos amores por el mismo rasero que a los anteriores, apartar los aprendizajes negativos y las generalizaciones banales
16. He aprendido a echar de menos sin rencor.
17. He aprendido que soy una persona valiosa, aunque ahora mismo no lo sienta.
18. He reaprendido a reír y a llorar por amor
19. He aprendido a tener una visión más real de cómo funcionan las parejas, espero que no influya negativamente en mi pasión y entrega posteriores.
20. He reaprendido a querer a una persona más de tres míseros meses, a saber entregarme a ella y ser fiel
21. He aprendido a ser yo mismo
22. He aprendido que la rutina es tan placentera como castigadora cruel
23. He aprendido a que tendré que seguir aprendiendo cosas nuevas y reaprendiendo otras continua e incansablemente.
24. He aprendido a no viciar mi relación con pensamientos negativos, premoniciones y con ideas que acabo inculcando en mi pareja y provocando que al final yo tenga razón porque se cumplen
25. He aprendido a que no debo boicotear una relación que me importa superlativamente
26. He aprendido a no odiar, aunque me hagan el daño más profundo y mortal
27. Tengo que reaprender a reconducir mi vida lo más pronto posible.

ESCALOFRÍO

Nunca antes había sentido tanto dolor como el que siento, la razón es porque nunca antes había sentido tanta alegría de vivir, tanto equilibrio, tantas ganas de hacer cosas con una persona en concreto. Me estremezco y no es una manera de hablar, me estremezco y me entran escalofríos muy extraños, supongo por la falta de sueño y de alimento. He dicho tantas tonterías últimamente para intentar recuperarla que incluso la he alejado más, jugársela a la última carta no se lo recomiendo a nadie, si quieres que aun conserven una buena imagen de ti. Pido perdón absoluto y espero que el tiempo pase y borre mi error y que al final gane lo positivo que un día vio en mí sobre las tonterías últimas que he cometido. No quiero divagar filosóficamente, no quiero metáforas, ni hipérboles, esto es solo dolor sincero, duro y agónico.
Todas las personas de mi alrededor, se quedan incrédulas al saber nuestro fracaso, no se lo esperan, creen que éramos perfectos el uno para el otro y lo éramos salvo en la diferencia horaria de nuestras vidas. No sé si algún día estas dos vidas de tiempos separados puedan llegar a correlacionarse, a ir a la par, ni siquiera sé si ella lo desea ya, pues su idea romántica en un principio fue esa, alejarse, vivir y volver para quedar serena y en paz consigo misma y conmigo.
Todo está lejano y solo quiero dormir, dormir 8 meses y despertar sano, alegre, pensando solo en las cosas buenas del pasado y olvidando los desperfectos de no ser seres perfectos.
Y miro a mi hurón, el también se ha quedado sin novia, sin amiga de juegos, sin compañera de paseos, él no lo sabe, pero seguro que lo intuye mientras salta juguetonamente.
Y miro la cartelera del festival al que fuimos y falta la estrella más importante que hace que los conciertos tengan sentido.
Y miro las carteleras del cine y ya ninguna película es lo suficientemente buena para entrar.
Y miro como se aleja queriendo besar otros labios que no son los míos, esos labios que decían palabras sin sentido como tachiseti o chililio o hachimomo, nuestro propio vocabulario enriquecido con sonrisas cómplices.
Y no quiero que me traigan esa pizza que inventamos, con los ingredientes perfectos, porque ya no tengo hambre.
Y no quiero bañarme en la playa donde comíamos patatas de bolsa, mientras escuchábamos reggae.
Y no quiero subir a la casa que olía de aquella manera especial, olía a felicidad, esa casa ahora vacía, con una jaula menos y un hueco más.
Y no quiero pensar que me olvida o que me odia o que no siente nada de nada si le hablo, no quiero pensar que me borra, que le da a eliminar a todas las fotos digitales que nos hicimos, eliminar el tuenti, Messenger o facebook, que se vaya de mis delirios, de mi vida.
Quiero recoger las maletas y salir hacia otro mundo, pero ahora estoy estancado en la parálisis de mi dolor, de mi pena y sobre todo de mi gran decepción porque ella ya no es ella, sino su sombra borrosa y cambiante. Cuando te vuelva a ver no seremos iguales a quienes fuimos.

jueves, 9 de junio de 2011

HOY

Hoy estoy roto, completamente roto, sin fuerza, triste como nunca, trágico. Porque te recuerdo con fuerza, porque hoy es un día clave, no es ayer, ni es mañana es simplemente hoy, 9 de Junio. No me quedan fuerzas, ni una lagrima más. Me quedo mirando la pantalla de mi ordenador, taciturno, expectante, silencioso, no ocurre nada, absolutamente nada. Y pierdo la noción de la existencia, te echo de menos, quizás creías que me iría enseguida a ser aquel que fui antes de conocerte, pero mi interior te espera, pausado, cansado, pero con una ilusión extraña, casi mágica, que es lo que me mantiene en pié. No vas a acertar, no me dirás te lo dije, sabias que harías eso. No. Te respeto y aguardo porque fuera pese ser casi verano, para mi hace frio, la gente está congelada, es de mentira, esta borrosa, no es gente.

Hoy es un día triste, porque me recuerda que no podré batir mi record de felicidad, no podrás ser la primera que más tiempo estuvo a mi lado, sonriente, abrazable, somnolienta.

Debo dejarte tranquila. Al menos me queda mi rinconcito de delirio, para soltar lo que mi cerebro no deja de decirme, para escaquearme de mi mismo, pensando en mi mismo.

Espero que se apacigüe pronto este estado de tristeza que parece infinita, bien porque me seguirás siendo fiel bien porque habré aceptado la derrota. Pero hoy es un día triste, muy triste.

martes, 7 de junio de 2011

En la espera

Mosaico de desilusiones rondan mi percepción, inestabilidad latente, oscura, extensa, sin nombre, sin lugar. Obsesión por saber donde esta mi me mente porque mi cuerpo vaga a la deriva, con el hambre del que no desea comer porque hasta incluso respirar se lo debía al pasado, con la sed del que no desea beber pero que lo necesita para embriagar su estado. Melancolía por saber que lo mejor se pierde poco a poco, se desgrana, se desanima, se inunda de otros pensamientos que no están en mí. Quizás aun sufra pero parece que el tiempo se lo lleva, leve, calmado, distante, quizás mañana se vuelva con fuerza, pero ese quizás me ahoga, me desintegra, me marchita y me anima a seguir con vida, como un autómata de las nuevas tecnologías, no olvido. Si supiera rezar rezaría, por nuestros cuerpos, porque se unan, sean individuos, indivisibles. Me duelen hasta los codos de esperar una señal de salida o de entrada o de mención honorifica por el que sufre por la inquietud de lo joven. Necesito una noticia como el reportero que se queda sin trabajo, necesito un fuego como el bombero que no sabe que apagar, necesito una luz como el barco a la deriva, necesito un beso como el enamorado que añora. Mañana de nuevo a pelear por seguir con vida, por no morir desalentado, por intercambiar colores grises con lilas, con fotos que esperan a seguir donde le corresponde, a mirar el perfil de la vida que ya no me pertenece, por momento o por toda la eternidad, lejano pero cada vez más cerca de la verdad. Y mientras escribo, me olvido, es extraño pero cierto, olvido que estoy triste, mientras escribo viajo, me desnudo y camino, mientras escribo no estoy en mi mente sino en mis palabras, pero como todo lo bueno también esa sensación se diluye cuando no me queda nada que decir y vuelve la espera, la espera, la espera. Un día más un peldaño menos. Y el verano se acerca con ganas, con sol, con su alegría intrínseca, con su mar, con las colchonetas de colores, con las ganas de pasear donde sea hasta la hora que sea y tú, tú seguramente lejos, disfrazada de otra, jugando a otros juegos y bailando nuevas canciones que no están en mí ambiente.

sábado, 4 de junio de 2011

Empezar de cero

Empezar de cero, no se puede empezar nunca de cero cuando se llevan ya tantos números a la espalda, pero tengo que respetarte y respetarme a mí mismo. Hemos sido uno, indisolubles, inalterables, inmutables, con derecho a más que a roce, a más que a todo lo que se le permite a un desconocido. Pero hoy empezamos a ser desconocidos el uno para el otro.

lunes, 30 de mayo de 2011

780 días

780 días de esperanza, 780 días con ganas de vivir, por ti y por mí, 780 días en los que he estado envuelto en una nube de grandilocuentes expresiones de amor, 780 días esperando que nunca cesaran en su empeño de seguir sumando. 780 días soñando despierto, alegre, equilibrado, juguetón, erótico, somnoliento, visionario, sonriente y vivo, muy vivo. 780 días que se pasaron en un suspiro, en un ayer inolvidable, en una gran amalgama de colores, sabores, sentidos y expresiones metafísicas, donde el dolor dolía poco, la razón daba vueltas y mi ser era un trocito tan tuyo como mío. 780 días plenos, con sus soles, sus nubes, su lluvia y su viento, da igual si aquí o allí, si lejos o cerca, si tarde o temprano. 780 días viéndote sin pestañear, atento a ti, solo a ti. 780 días donde pude cambiar lo que no te gustaba, lo perezoso, lo equivocado, lo esperpéntico que hay en mí. 780 días dándote el calor que necesitabas en invierno y el soplo de aire fresco que pedias en verano. 780 días con sus lujurias y sus calmas, con sus penurias y sus grandezas, tantos días como pude ofrecerte. 780 días para amarte y un triste nuevo día tan solo para obligarme a olvidarte.

domingo, 29 de mayo de 2011

Sin brújula

Me fumé el cigarro de la derrota mientras miraba por el balcón pensando que será de mi vida de ahora en adelante. ¿Cuántas derrotas más le quedan a mi cuerpo desgastado? ¿Cuántos sueños rotos, distorsionados por la dopamina me quedan por soñar? ¿Qué efecto producirá en mí la decisión de seguir adelante sabiendo que no tengo la brújula que me indicaba mi destino? Y no soy distinto a los demás, sufro cuando me golpean, rio cuando me dicen algo agradable, suspiro cuando siento ese globo hinchado de felicidad en mí. Soy normal intento pensar, un tipo normal que pierde el sueño.
Y es que querer cosas distintas en aspectos mundanos nos distorsiona el ego, nos hace recapacitar, maduramos, envejecemos y morimos, es ahora cuando más miedo le tengo a la muerte, porque no hay nadie que me llore, no hay nadie que me coja la mano y diga yo te recordaré siempre, tengo miedo de que otros ojos no sean los tuyos, de creerme esas verdades que se las lleva el tiempo, de creérmelas de nuevo.
Es una pesadilla, solo eso. Mañana seguro que estaré sonriendo de nuevo camino hacia tu casa. Negación es lo que necesito, negar para seguir adelante negar que soy un negado que no puede mantener el mismo rumbo más de dos años. Y me flagelo, porque recuerdo todas los intentos inconscientes de boicotear lo nuestro, todas esas razones que te dije por las que no deberíamos estar juntos ahora me golpean la cara para que despierte, yo era el realista y tú la entusiasmada, pero un día nos dimos la mano y los papeles cambiaron, yo idealicé mi futuro y tu lo serenaste con dolorosa realidad, pero la realidad siempre podemos cambiarla nosotros, somos dueños de pequeños cambios que hacen que nuestra vida cambie sustancialmente, somos dueños de decir quiero bajarme de esta nube, quiero equivocarme y sentir que debo volver. Pero el camino se diluye, se extingue a cada paso que damos en dirección opuesta al otro y por ello ni el mar salado podrá curar mis heridas porque era contigo con quien me bañaba, con quien jugaba, con quien reía y lloraba. Si al menos nos odiáramos, si al menos fuéramos postes indiferentes a los sentimientos del otro, el rio correría suavemente, pero no es así. Ya no estábamos juntos pero volvíamos de la mano, ya no estábamos juntos pero nos decíamos te quiero, ya no estábamos juntos y por ello cayeron las últimas gotas de energía, las últimas señales de que aquello era amor de verdad.

jueves, 19 de mayo de 2011

Sigamos el mismo camino

No me va quedarme paralizado, no me va tener que esperar a que una luz nos ilumine, no me va ser distinto a la fuerza, no me va cambiar la foto por otra forzada donde nada es lo que parece. No me va.
Me va pensar que he hecho cosas mal pero que tienen redención, me va bien quedar en cinco minutos para darte todo lo que se me ha privado darte por el bien de los dos, me va sonreír y no sentir un nudo en la garganta porque quiero y no puedo, por no parecer un desquiciado que a los cinco minutos de estar lejos quiere volver, quiere silencio y amor. Me va todo lo que me iba cuando empecé a conocerte, no me va cambiar los muebles porque huelen a desesperanza y pasado. Me va cada lagrima que significa que si te pierdo me pierdo y todo queda difuso, me van esas lagrimas porque te están valorando, queriendo, casi tanto como yo. Si te vas se va el sentido, la gracia, el consejo, la dosis perfecta, el sonido de lo único, de lo irremplazable, todo se va contigo y me deja desnudo, sin pelo, sin piel, sin carne, sin hueso.
El sexo me da igual, porque sin ti no hay sexo posible. Me da igual que envejezcamos a distinto ritmo, me da igual si aun no estás embarazada, me da igual todo, si me sigues queriendo.
Quieres mejorar en la distancia para volver reforzada de amor, pero ¿y si por querer ir a Londres acabas en Paris?, quieres recorrer un trozo de camino sola, para arreglar el mapa, pero tengo miedo de que cambies de destino cuando comiences a andar sola, sin mi sonrisa cerca de ti. Porque todo cambia, todo se modifica, deseo que vuelvas ahora y nos inmortalicemos con palabras y actos firmes, que sigamos el mismo camino, sea a Londres o a Paris….

viernes, 6 de mayo de 2011

La importancia del equilibrio mental en las relaciones de pareja, ¿es tu pareja equilibrada?

En una relación de pareja la base de la solidez de esta se basa en una premisa necesaria y casi suficiente que ambas partes deben poseer: equilibrio mental, es decir ser personas equilibradas. La Real Academia Española define equilibrio como: “Ecuanimidad, mesura, sensatez en los actos y juicios”. Dándole un sentido más psicológico puedo definir equilibrio como:

“estado mental estable caracterizado por los siguientes ingredientes: inteligencia emocional, madurez y autoestima adecuada, a su vez la inteligencia emocional se divide en: autocontrol emocional y empatía; la persona equilibrada tiene una tendencia a poseer estos ingredientes estables a lo largo del tiempo y en alza, lo que le permite estar adaptado a las circunstancias y asentado en la realidad en la que vive”.

A continuación explico esta definición paso a paso.

Es un estado mental, pues el equilibrio proviene de una mente sana con una cognición adecuada y un juicio aposentado en la realidad que le lleva a cometer actos y conductas sensatos.

Es estable ya que para que tenga sentido este estado debe perdurar en el tiempo y no ser una ráfaga de nitidez en el mundo de la locura sino una tendencia solida perdurable, que nos hace pensar que tal persona es equilibrada continuamente y no que está equilibrada en un momento concreto.

Eso no quiere decir que una persona equilibrada no tenga momentos de desequilibrio o inestabilidad pues las pruebas de la vida nos someten a todos a tensiones que nos descolocan, la diferencia esta pues en el grado de este desequilibrio momentáneo y en ser conscientes de que se está desequilibrado, es decir, se puede producir un desequilibrio no drástico y a la vez esa persona sabe que está en un momento malo y que pronto con algo de tiempo y calma volverá a equilibrarse, si por el contrario la persona sufre algún desbarajuste mental drástico y no es consciente de ello, sino que lo cree como parte de su personalidad o que son los demás los que tienen un problema y no él (en el caso de la pareja: la persona desequilibrada cree que es el otro el que no está bien porque no le comprende) es entonces cuando esta persona tiene un problema con el equilibrio mental.

La persona equilibrada posee inteligencia emocional, caracterizada por: el autocontrol emocional y la empatía.

El autocontrol emocional se caracteriza por el control de las emociones, la persona sabe cuando debe estar triste o alegre, en el grado oportuno y en las circunstancias pertinentes, un ejemplo seria una persona se enfada con su pareja porque esta se ha olvidado de algo, si posee autocontrol emocional, se enfadara en la justa medida y con la persona adecuada, no pagándola por ejemplo con los hijos o amigos. Autocontrol emocional no es reprimir las emociones sino expresarlas en su medida de manera adecuada, no es callarse por no montar jaleos, sino explicar que le ocurre sin histrionismos o desmesura. Es saber regular el estado emocional interno y evocarlo de manera adecuada provocando que la otra persona entienda su situación sin inducir o minimizando que el otro pueda ponerse a la defensiva o rechazar su conducta por inadecuada, desmesurada o inhibida.

La empatía, es la capacidad que tenemos para ponernos en lugar del otro, si vemos a alguien triste nos sentimos tristes porque somos seres empáticos, comprendemos al otro y nos ponemos en su lugar. Muchas discusiones de pareja se prolongan más de lo debido porque por el fragor de la batalla perdemos la capacidad de empatía y nuestro ego desea superar al ego en este caso del rival con el que discutimos, lo que provoca que un simple debate aparentemente inocuo se convierta en un gas mortífero cuando perdemos la capacidad de empatizar con el otro y deseamos ganar el combate a costa de derramar sangre y provocar heridas (en el sentido figurado, no hablo de maltrato físico) a veces incurables por las barbaridades que podemos llegar a decir en pro de la victoria, que en definitiva se convierte en derrota y en la futura pérdida del ser querido. La empatía es necesaria pues con ella podemos conseguir decir frases sentidas del tipo: “entiendo lo que dices y si me pasara a mi me sentiría igual o peor pero no comparto cierta cosa que has dicho”, con la empatía podemos comprender al otro aunque no estemos de acuerdo con su postura o conducta, y tan solo por sentirnos comprendidos damos la batalla por terminada con una bandera de la paz como estandarte.

La madurez es crucial. El amor no es cosa de niños ni de adolescentes, es única del ser adulto maduro y con madurez en este caso me refiero sobre todo a la capacidad de las personas a adaptarse a los cambios que acontecen en el día a día. La relación de pareja sufre cambios como todo lo que acaece en la tierra, nada es inmutable e inalterable, todo se modifica, cambia para bien o para mal, nacemos, crecemos y morimos, todo pasa por fases de oxidación, de desgaste o de reconstrucción, como expondría Woody Allen: “no poder meter de nuevo la pasta de dientes en el tubo…” (“SI LA COSA FUNCIONA” 2009).

Una persona que no se adapta a los cambios, que le provoca estrés, que se altera, que se desajusta ante ellos, es una persona que sufrirá persistentemente y en las relaciones de pareja: por supuesto. No podemos vivir siempre con nuestra pareja como si estuviéramos en la etapa de enamoramiento profundo, en la etapa de “estamos conociéndonos y es emocionante”, de “lo dejo todo por ti”, pues con el paso de tiempo las relaciones se estabilizan y comenzamos a volver a abrirnos al mundo, a cambiar, que no quiere decir en absoluto a dejar de querer, que es el pensamiento típico de los que viven solo del enamoramiento y cuando este se apacigua creen falazmente que el amor y la relación ha muerto cuando únicamente ha cambiado, evolucionado. Nuestra pareja debe estar abierta a los cambios, debe ser madura o se sufrirá más de la cuenta. Una pista para detectar a una persona inmadura, seria que ante cualquier cambio lo vivirá como una amenaza para la relación, del estilo: “si te vas seguro que lo acabamos dejando”, “si haces esto seguro que es porque me quieres menos”, son expresiones de miedo al cambio por la creencia que el cambio comporta una fractura en la relación.

Y debemos tener una autoestima adecuada para ser felices y hacer feliz al otro. La frase manida de “si no eres capaz de quererte a ti mismo serás incapaz de querer a los demás” sigue completamente actualizada y pese al manoseo popular-cultural continuo de la que es víctima, es una frase veraz y necesaria a tener en cuenta si queremos tener una relación de pareja sana y una vida feliz. Una persona con baja autoestima (entendida la autoestima como la percepción positiva o negativa sobre uno mismo medida en grados, otra definición valida seria: la autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo) no confía en sí misma, no se respeta y se valora de manera negativa lo que provoca errores cognitivos y pensamientos del tipo: “sé que acabará dejándome porque no soy suficiente para él/ella” , a su vez este pensamiento puede ser consciente, es decir lo verbalizamos, lo tenemos presente o inconsciente, no sabemos que está ahí pero a través de ciertas acciones como boicotear la relación, lo sacamos y exteriorizamos.

Si pensamos en ello de manera consciente, provocaremos lo que se llama profecía autocumplida, pues tenemos en mente una idea como puede ser: “me va a dejar” y al tenerlo tan presente vamos realizando actos que provocan esta conducta en el otro, nos distanciamos, cambiamos para peor, desconfiamos, nos volvemos celosos y acabamos agotando a nuestra pareja y esta nos acaba dejando con lo que termina reforzando nuestro pensamiento inicial: “ya sabía yo que acabaría dejándome” cuando en realidad la pareja era muy feliz al principio y ni se le hubiera ocurrido dejarlo, pero lo acabamos provocando y hacemos cumplir la profecía.

Si pensamos en ello de manera inconsciente (“me va a dejar pues no soy bueno para él/ella”) lo que estaremos haciendo sin saberlo a ciencia cierta es boicotear la relación, por ejemplo con discusiones provocadas continuamente sin saber muy bien él porque, alejamientos emocionales ambiguos, te quiero pero te castigo no hablándole o haciendo algo que te molesta, en definitiva intentamos provocar tensiones de diversa índole para que al final nos acaben abandonando y nuestro inconsciente pueda decir: “ya sabía yo que acabaría dejándome”.

Una pista para saber si alguien tiene la autoestima baja puede ser pillarla diciendo continuamente y sin motivo aparente cosas del tipo: “¿me sigues queriendo?, noto que últimamente no me quieres tanto” o los celos injustificados, que provocan conductas obsesivas o tristeza continua si te ven hablando con personas del sexo contrario.

Por último he de decir que todos estos ingredientes del equilibrio mental comentados, fluctúan, varían, cambian en una misma persona, según las circunstancias, las etapas y el desarrollo personal, por ejemplo podemos ser persona maduras pero de vez en cuando dejamos salir al niño caprichoso que llevamos dentro y nos enrabietamos por algo que queremos y nuestra pareja no nos da, la diferencia es que somos conscientes de ello, sabemos volver a encauzar nuestra madurez y podemos expresarlo verbalmente.

Nos podemos dejar llevar de vez en cuando sin que suponga un rasgo estable de desequilibrio o un problema serio para la relación.

Para más información sobre relaciones de pareja, madurez y autoestima recomiendo el libro:

Branden, N (2009) La psicología del amor romántico. El amor romántico en una época sin romanticismo. Paidós: Barcelona

Ahora que has leído en qué consiste el equilibrio mental, deberías pensar en tu relación de pareja, en ti y en tu pareja y hacerte las siguientes cuestiones:

 ¿soy una persona equilibrada mentalmente?
 ¿Es mi pareja una persona equilibrada mentalmente?
 ¿Es mi relación de pareja una relación equilibrada?

Del fruto de estas reflexiones podrás sacar conclusiones claves para el futuro de tu relación, que puntos fuertes tenéis y que ámbitos debéis de modificar para alcanzar la felicidad y una relación estable y sana.
¡Buena suerte!


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miércoles, 13 de abril de 2011

¿Es correcto enseñar a nuestros adolescentes una educacion afectivo-sexual?

Para responder a esta cuestión vamos a poner de relieve dos posturas enfrentadas, como es el caso de una madre (Belén) preocupada por los cambios de sus hijos adolescentes que desea que alguien la asesore en lo referente al afecto y sexualidad para ayudar a sus hijos y la postura de un profesor de literatura que se opone a este tipo de educación afectivo-sexual pues según su punto de vista, esta educación incita al alumnado a mantener prácticas sexuales sin control e irresponsables. ¿Qué postura es la más adecuada, buscar asesoramiento y educación afectiva-sexual o no hablar de estos temas por miedo a que los alumnos/hijos se vuelvan unos promiscuos incurables?

La postura adecuada es la de Belén, pues ante determinadas etapas evolutivas que implican cambios en todos los niveles del ser, se hace necesario guiar el proceso a través de la formación, información y asesoramiento pertinente, pues los adolescentes sufren cambios a nivel fisiológico y social y estos cambios a veces comportan incomprensiones por parte del que los sufre y de los familiares allegados, que no saben cómo afrontar con los jóvenes los cambios que acontecen.

Es normal y sano que Belén este preocupada, que quiera informarse y recibir orientaciones pertinentes antes los cambios adolescentes para poder ayudar a sus hijos en lo concerniente a estos cambios biológicos, emocionales y sexuales.

La orientación que puede recibir Belén se puede realizar a través de una consulta directa con el orientador del centro donde estudian sus hijos utilizando el modelo de Counseling, o a través del tutor siendo este informado previamente por el orientador, utilizando así el modelo de Consulta o si el Departamento de Orientación del centro tiene establecido un programa sobre la educación afectivo-sexual de los adolescentes, puede llevarse a cabo desde este, siendo el modelo de Programas el utilizado para esta labor.

Los motivos por los que se debe realizar una educación afectivo-sexual en adolescentes son varios, destacando:

 Los jóvenes deben saber que es el amor y el enamoramiento, los cambios que estos procesos producen en el organismo y en la personalidad, deben tener afectos positivos hacia los demás y hacia sí mismos, aproximarse al autocontrol de las emociones, saber distinguir entre la diversa gama de emociones y alcanzar una sana empatía hacia las personas de su sexo y del sexo contrario.

 Es importante educar a los jóvenes en la autoreflexión y afirmación de su identidad sexual, para que alcancen una sexualidad adaptada, libre y madura a lo largo de su ciclo vital. Alejando así al adolescente de mitos, falacias, sentimientos de culpa y ansiedad provocados por una mala información y una deficiente autoreflexión.

 Los adolescentes necesitan conocer mejor su cuerpo para que puedan alcanzar la autoestima necesaria, tan importante en esta etapa de su desarrollo, pues una autoestima deficiente puede acarrear ansiedad, depresión, trastornos alimenticios y diversos problemas emocionales. Debemos pues, fomentar conductas saludables y placenteras en lo que respecta al autoconocimiento corporal y el conocimiento del cuerpo de los demás.

 Hay que enfatizar el componente afectivo de los seres humanos, pues somos seres sociales y debido a ello buscamos el afecto sano de los demás, debemos enseñar a los jóvenes a distinguir entre afectos positivos como el amor y otros negativos como la dependencia afectiva, para que ellos mismos puedan defenderse de relaciones toxicas, que afectaran negativamente su salud, sus relaciones sociales, sus estudios y trabajos.

 Los adolescentes deben ser conscientes de la importancia de la comunicación en la pareja, han de entender la comunicación como uno de los eslabones del buen funcionamiento y de una relación adecuada y sana, pues la comunicación es la vía del conocimiento mutuo, del conocimiento de los sentimientos del otro, de los sentimientos de uno mismo, porque al comunicar, los demás aprenden de nosotros y nosotros mismos aprendemos y nos hacemos conscientes de lo que nos ocurre, de lo que queremos y de lo que denostamos. Tenemos que hacerles ver a los adolescentes que deben escuchar a sus parejas para que sepan que quieren de ellos, para que logren un conocimiento real y autentico de su relación interpersonal.

 Hemos de enseñar que el amor verdadero es equilibrado, dulce, amable, responsable, maduro y plenamente satisfactorio, pues pese a que ambos lados de la pareja contienen defectos estos son salvables y los que no lo son se hacen entendibles y aceptables. Eso no quiere decir que las parejas no discutan, todas lo hacen y mucho, la diferencia está en que unas son tolerantes, realizan quejas entendibles, no críticas a la persona y no imponen su ego continuamente sobre el otro y las otras parejas son las que discuten con el mero objetivo de estar por encima del otro, no toleran quejas y no saben parar a tiempo su estado de enfado.
Las primeras son felices, las segundas destructivas.

 Es importante educar en aspectos como el respeto y la igualdad entre sexos, disminuyendo y en el caso optimo, eliminando toda discriminación por razón de género. La discriminación y el rechazo al otro sexo, puede ser síntoma grave de un proceso de misoginia o androfobia. Debemos educar en el respeto, la tolerancia y el afecto positivo sobre las personas del mismo sexo y del sexo contrario. Así también estaremos previniendo las conductas machistas o feministas (en el sentido peyorativo, pensamiento radical) de nuestros adolescentes.

 También es importante que los adolescentes interioricen actitudes positivas hacia la sexualidad, a través de la reflexión y el autoconocimiento, aportando un entorno seguro, cómodo y afectivo en donde los jóvenes puedan expresar sus dudas, temores y cuestiones sobre este tema del afecto y de la sexualidad.

 Por último deben conocer las medidas anticonceptivas disponibles a su alcance, han de aprender a perder el miedo a pedirlas y debemos eliminar mitos y falacias sobre los métodos anticonceptivos que aparecen en la cultura popular. Estos jóvenes han de conocer las diversas enfermedades de transmisión sexual, sus efectos y causas, para que puedan prevenirlas y si las padecen que puedan reconocerlas y avisar lo antes posible a su médico.

Por todos estos motivos se hace necesario educar afectiva y sexualmente a nuestros adolescentes, pues queremos generaciones de chicos y chicas con pensamientos sanos, adecuados, exentos de teorías implícitas equivocadas, de mitos y falacias que entorpecen el conocimiento saludable del afecto, del sexo y por ende del conocimiento de uno mismo y de los demás, apoyados siempre en la tolerancia, respeto y la democracia.

Por ello la idea del profesor de literatura es errónea, en tanto que no se ofrece una educación para que los jóvenes sean unos irresponsables sexuales, sino todo lo contrario, se realiza una educación afectivo-sexual para que los adolescentes alcancen una madurez y una alta responsabilidad en sus actos emocionales, afectivos y sexuales. No se incita a los adolescentes a una práctica sexual a lo loco, más bien a que sepan controlar sus emociones, sus afectos y su sexualidad y hagan uso de ella de manera adecuada, responsable y sin sentimientos de culpa ni ansiedad.

Por otro lado es cierto que muchas campañas que se llevan a cabo de información y formación a adolescentes en este tema no acaban de lograr unos resultados óptimos, pues como nos avisa Goleman, la información y la formación pierde efectividad si no va acompañada de programas de inteligencia emocional, cercanos y capaces de cambiar patrones de conducta erróneos de nuestros adolescentes. Para este autor los componentes eficaces de un programa de prevención son :

 Habilidades emocionales:
• Identificar y etiquetar sentimientos
• Expresar sentimientos
• Evaluar la intensidad de los sentimientos
• Controlar sentimientos
• Demorar la gratificación
• Control de impulsos
• Reducir estrés
• Conocer la diferencia entre los sentimientos y las emociones

 Habilidades cognitivas:
• Hablar con uno mismo: dialogo interno
• Saber leer e interpretar indicadores sociales
• Dividir en pasos el proceso de toma de decisiones y resolución e problemas
• Comprender el punto de vista de los demás
• Comprender las normas de conducta
• Mantener actitud positiva ante la vida
• Tener conciencia de uno mismo

 Habilidades de conducta:
• No verbales: expresión facial, tono de voz etc.
• Verbales: enviar mensajes claros, saber escuchar, etc.

Una vez trabajados estos aspectos de forma previa a cualquier tipo de prevención educativa podemos entablar las bases de la educación afectivo-sexual y trabajar el tema afectivo y sexual de manera más completa y eficaz, es decir primero asentamos las bases expuestas por Goleman (los alumnos aprenden los tres tipos de habilidades) y después ya estamos capacitados para educar en el afecto y la sexualidad de nuestros jóvenes, pues tendremos unas bases más fiables de eficacia.

Por último y para ayudar a Belén en cuanto a las cuestión que plantea sobre cómo saber cuáles son las dudas y problemas más frecuentes en la adolescencia y siguiendo el hilo de los motivos por los que asesorar y orientar al adolescente, puedo decir que estamos obligados a educar afectivo-sexualmente puesto que nuestros adolescentes suelen tener una serie de dudas y temas que les interesan, que corresponde resolver con información y formación adecuada. Estos temas son los siguientes:

1. Para sus hijos de 13 y 14 años los temas que pueden ser de interés son:
1) Conocer los cambios físicos y psicológicos que se están produciendo
2) Diferenciar entre pubertad y adolescencia
3) Conocimiento de los órganos masculino y femenino
4) Masturbación
5) Identidad sexual
6) Edad en la que se puede tener la primera relación sexual
7) Saber si en la primera relación sexual puedes quedarte embarazada
8) Preocupación social por no tener aun relaciones afectivas o sexuales.

2. Para jóvenes de 15 años en adelante los temas de interés son:
1) Las fases del sexo
2) Los juegos sexuales
3) Conceptos relacionados con la sexualidad: sensualidad, seducción, coito, etc.
4) Métodos anticonceptivos y ETS
5) Centros de planificación familiar
6) Posturas y actividades sexuales
7) La importancia del tamaño del pene
8) Si la masturbación es una conducta anormal
9) Saber que posturas son las mejores
10) Diferencia entre coito y orgasmo
11) Que son las fantasías sexuales
12) Que es la eyaculación precoz y la impotencia
13) Aspectos sobre la homosexualidad, adicción al sexo, edad para usar anticonceptivos, etc.

Para finalizar todo lo comentado debemos tener en cuenta un factor clave a la hora de llevar a cabo un programa de prevención: la familia.

Pues la familia es el motor de la socialización del adolescente, donde se transmiten creencias, valores, actitudes y también errores cognitivos, mitos y falacias. Por ello debemos tener en cuenta a la familia tanto para formarla como para informarla, pues a veces se hace tan necesario educar a los jóvenes como a los padres.

jueves, 10 de febrero de 2011

La escuela ideal

Mi escuela ideal sería aquella independiente del Estado y de los gobiernos de turno que cambian las leyes según su parecer, desde un punto de vista político y alejado de la ciencia pedagógica, que impone como han de ser las nuevas instituciones y sus profesores pero que no aportan las ayudas y recursos necesarios para llevar a cabo las reformas, no mejoran la formación inicial del profesor para que este adquiera su identidad como tal, sobre todo en lo que respecta a secundaria, y no regulan adecuadamente la formación continua, siendo el sistema de “cursillos” el que esta instaurado, quedando este sistema incompleto, sesgado y de corto alcance, no mejorando sustancialmente las capacidades y nuevas competencias que han de adquirir los profesores. Y por su puesto mi escuela ideal al estar fuera de gobiernos, adquiere mayor autonomía tanto para la organización en sí, como para los docentes, pues estos al fin adquieren mayores responsabilidades y derechos sobre la educación, pasando de ser una “semi-profesión” como la denominan algunos sectores a una profesión de pleno derecho.

Mi escuela ideal se basa en el aprendizaje colaborativo tanto de los profesores como de los alumnos, todos colaboran en el proceso enseñanza-aprendizaje, para que en definitiva los alumnos alcancen la autonomía y auto-regulen su aprendizaje. Me gustaría que todos los profesores se adscribieran a lo que algunos entendidos lo han llamado “comunidades de aprendizaje docente”, donde los centros escolares dejan de ser islas individuales de cada profesor y todos colaboran conjuntamente y reflexionan sobre como están aprendiendo los alumnos y evalúan los procesos tanto del aprendizaje de los discentes como de la enseñanza de los docentes. Con este plan se consigue que los profesores remen todos en conjunto sobre el mismo rio y con el mismo barco, se preocupen por cuidar en conjunto todos los detalles de la educación, se conviertan en seres creativos e innovadores y asuman una identidad de profesor (que nada tiene que ver con ser un especialista licenciado en matemáticas, pues uno no es matemático, sino profesor de matemáticas, se han de preocupar no de transmitir información sino de educar).

En definitiva un centro influenciado por las ideas de Rousseau respecto a que la escuela se convierta en un lugar agradable, preocupado por el niño, visto este como el centro de la educación y utilizando los recursos naturales que el mundo nos ofrece, los niños saldrán a menudo de los muros de la institución para estar en contacto con la naturaleza y con los recursos naturales disponibles y siempre se realizara el proceso de enseñanza-aprendizaje bajo los intereses y aprendizajes previos del alumnado, pues la motivación intrínseca de estos es el motor que ha de mover todo el proceso, quedando el profesor como guía, orientador y ofrecedor de recursos para que los alumnos elijan que quieren aprender, cuando y como.

Las nuevas tecnologías sustituirán a la saliva, la pizarra y el libro de texto, tres elementos conservadores y obsoletos de nuestra educación actual. La saliva del profesor dejara de ser el elemento clave de la enseñanza, quedando relegada a un segundo plano, pues por fin la información no solo la tienen las instituciones, sino que vuela “libre” como esporas por doquier y la misión del profesor es canalizar esa información y lograr que el alumnado sea critico con ella y sea capaz de discernir y modificar esta información para pasarla a conocimiento y destilarlo definitivamente en sabiduría. La saliva solo se usa para guiar el proceso y no para ser el centro del proceso. La pizarra y su alérgico polvo de tiza, queda relegada por las nuevas tecnologías y sus infinitas posibilidades educativas, los centros poseerán ordenadores individuales para cada alumno, se ahorrará papel y se eliminará el libro de texto, pues este solo es una manera sutil de adoctrinar al alumnado y al profesor, pues ir más allá de él parecía convertirse en un pecado capital y no terminar sus contenidos una falta grave que conllevaría a penitencia extrema. Todo eso se acabó, los ordenadores son el instrumento clave y la información que de ellos emana, el cáliz sagrado, donde los alumnos elegirán los temas a desarrollar, las películas que quieren ver (pues los gobiernos si dejaran que se descarguen contenido cultural gratis para todos los alumnos: películas, libros en pdf, etc.) y podrán elegir las conferencias más interesantes de los científicos, deportistas y personas de la cultura que desean escuchar.

Pues otro elemento clave de mi escuela ideal, es crear una sala teatro-conferencia, donde cada cierto tiempo y elegido por el alumnado, una eminencia en los deportes, en la ciencia actual o cualquier persona de interés, de una charla a los alumnos referida al tema que quieren tratar, (por ejemplo si se está hablando de futbol, traer a un futbolista de elite para la charla, si se habla de ciencia traer a Punset etc). Pues de nuevo el gobierno de turno fomentará esta posibilidad sobre todo a través de los recursos económicos pertinentes. La motivación y el interés del alumnado no está en seres inalcanzables, difuntos de la historia, sino en aquellos que pueden ver y oír, estos si son el ejemplo a seguir para nuestros discentes.


Por último esta escuela ideal, no tiene muros, los padres son libres de entrar y de salir, de acompañar a sus hijos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, de acudir a las charlas sobre los temas de interés, los ciudadanos utilizaran cada rincón del centro como armazón cultural, la escuela ya no se ve como aquel lugar que solo huele a niños y profesores, ahora huele a cultura general y a infinitas posibilidades de aprender sea uno niño, adolescente, adulto o sénior. Pues si queda claro que el ser humano es un ser educable a lo largo de todo su ciclo vital, no tienen sentido cerrar las aulas a tan solo ciertas edades, pues esto contradice la novedosa sabiduría científica al respecto.

Y que mejor lugar que el centro escolar para seguir formándose toda la vida.