lunes, 20 de enero de 2020

El “pin parental” y la educación sexual.

Semanas agitadas, debates con posturas mejor y peor argumentadas. He leído todo lo que ha caído en mis redes sobre este tema, de un bando y del otro. Y me siento preparado para dar mi visión del asunto como experto en educación (sin ánimo de caer en la falacia ad verecundiam) y como sexólogo Presidente de una asociación que se dedica a la educación sexual (ASSEX).

Me caracterizo por seguir el lema “máxima caute” Spinozista, donde la cautela se convierte en una guía a la hora de hacer comentarios públicos. De ahí que no me prodigue mucho en el campo de mostrar mi opinión de forma pública. Por cautela, pero también por  vergüenza de errar, pues otro de los lemas que tengo presentes cada vez que voy a hablar en público es “la ignorancia es muy atrevida” donde saber un poco de algún tema te lleva a creer que sabes más del mismo pero conforme lo estudias detenidamente, te das cuenta lo poco que conoces y la de veces que has errado el discurso, por creer que sabias más de lo que en realidad controlas.

A estos dos lemas, le acompaña un último que dice “creyendo que haces un bien puedes estar haciendo un mal mayor”. Este lema nos compele a pensar dos veces (o las que hagan falta) sobre aquello que queremos defender y hacer que se aplique, pues hay momentos que defendemos una causa que puede parecernos justa pero que si se aplicara podría causar más daños que beneficios a nivel global. A todo esto se suma la idea de pensamiento complejo de Edgar Morín, el cual nos indica que tendemos a fragmentar el conocimiento, a ser reduccionistas con la realidad y defender la parte como si fuera el todo, con lo cual nuestra visión es estereotipada, basada en nuestros anhelos desiderativos más que en evidencias y hechos probados. Morín apuesta por un pensamiento complejo que convive con las contradicciones y con los opuestos, porque cada opuesto ofrece una realidad parcial que tampoco podemos desestimar para generar una complejidad mayor, más cercana a la certeza.

Estos argumentos nos trasladan a Karl Popper, que nos dice que el único modo de analizar la validez de un argumento es mediante el error por medio de la falsabilidad (comprobar donde nuestro argumento puede fallar). Mostramos pocas habilidades para comprobar la falsabilidad de nuestros argumentos, no buscamos evidencias que contradigan lo que pensamos, sino que vamos detrás de datos que confirmen nuestros juicios, lo que acaba conviertiendose en un “prejuicio de confirmación” (solo buscamos donde queremos encontrar la verdad). En definitiva, nos sentimos mejor encontrando evidencias que confirmen la verdad de nuestras creencias que buscando hechos que las falseen. Necesitamos más Sócrates (tábano de Atenas) que nos cuestionen y menos fariseos que nos adulen.

Esta última reflexión me conduce hacia el “efecto burbuja”. Los algoritmos de algunas redes sociales están diseñados para buscar qué es aquello que nos complace para así mostrárnoslo evitando y eliminando lo que no nos gusta (medido en clics y “me gustas” etc) Esto provoca que acabemos encerrados en una burbuja donde solo aparecen elementos que confirman nuestras opiniones. Si a eso le sumamos que solo seguimos a gente que piensa como nosotros, periódicos digitales que nos dan lo que queremos oír y un largo etcétera, al final nuestro cerebro empequeñece y nuestra brutalidad y fanatismo aumenta. Por ello, yo intento seguir a periódicos dispares y mantener amistades que manifiestan ideas contrapuestas con el objetivo de no radicalizarme y para tener contrariadas a redes sociales como Facebook (objetivo: que les cueste catalogarme).

Teniendo todas estas premisas en cuenta estoy en disposición de ofrecer mis argumentos al respecto del “pin parental”.

Comenzaré por uno de los puntos más delicados y que ha suscitado un mayor debate: “Los hijos no pertenecen a los padres” versus “los hijos no pertenecen al Estado”. Estas dos proposiciones expuestas en negativo son reduccionistas por separado y alimentan un efecto reactancia. Si a alguien que cree tener un derecho (“yo decido cómo educo a mis hijos”) se le dice que no lo tiene, se produce una reacción emocional que se manifiesta cuando sentimos que alguien nos está coartando nuestra libertad de expresión o de conducta y por ello decidimos  actuar en contra de las reglas que nos están imponiendo. Son cuatro los elementos por los que se produce este efecto de reactancia: 1. Libertad percibida (“yo decido como educar”), 2.Amenaza a la libertad (me obligan a actuar en contra de lo que pienso y siento), 3. Reactancia: reacción emocional ante esta pérdida, 4. Restablecimiento de la libertad: conductas para proteger la propia libertad que siento sustraída.

Promover un debate en términos negativos puede ser perjudicial (por el efecto mencionado) para el desarrollo del mismo. Los hijos pertenecen tanto al Estado como a los padres. No es negar derechos y deberes sino otorgarlos a ambas partes.

La familia puede escoger el tipo de educación que proporcionarán a sus hijos, así lo dice la misma declaración de Derechos Humanos en su artículo 26.3 “Los padres tendrán derecho preferente  a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”. Luego veremos que entienden los Derechos Humanos por educación  y que pasa si los padres están haciendo otra cosa distinta a educar, basándonos en los mismos Derechos Humanos.  

Y también, el Estado es garante del bienestar de los hijos, puesto que si una familia es negligente, este puede retirar la custodia y en determinados casos la propia patria potestad (sabiendo que se puede restablecer si el padre/madre se ajusta de nuevo a sus deberes) Uno de los deberes fundamentales que tiene un padre o una madre siguiendo el art.154 del Código Civil es la de  “Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral”

Así pues, es reduccionista apelar a que los hijos no son de los padres tanto como decir que los hijos no son de Estado, pues ambos comparten obligaciones con respecto a los menores. Tanto el Estado es garante del bienestar de los hijos como la propia familia. Por cierto, recordemos que no inscribimos a nuestros hijos en el registro de la propiedad sino en el registro civil.

Ahora bien ¿qué entienden los Derechos Humanos por educación? ¿Incluso el Código Civil cuando dice “procurarles una formación integral”? ¿Si en un hogar se está haciendo otra cosa distinta a como los Derechos Humanos y el Código Civil entienden la educación, siguen siendo las familias los garantes de la educación de sus hijos/as?

Según el art. 26.2 La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a la libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

En este sentido una familia educa, siempre y cuando favorezca el entendimiento de la diversidad, de la tolerancia y respeto a los demás lejos de xenofobias, racismos, transfobias, homofobias, aporofobias, discafobia y toda discriminación de cualquier tipo.

Por otro lado, una familia educa siempre que fomente el pleno desarrollo de la personalidad humana, lo que en educación denominamos desarrollo integral y que el mismo Código Civil nos insta a ello. Uno de los elementos básicos de este desarrollo o formación integral es el pensamiento crítico que es el azote de cualquier adoctrinamiento. Para educar siguiendo los Derechos Humanos, hemos de ofrecer todas las posibilidades religiosas, ideológicas, conceptuales y de valores en su conjunto para que el menor pueda ir decidiendo su propio camino. Una familia que profesa una religión concreta, ha de proveer a su hijo tanto de los ideales de esta religión como hacerle participes de otras tantas, pues este es el camino del pensamiento crítico. Si una familia no provee de todas estas armas intelectuales a sus hijos, están faltando a la educación entendida por los Derechos Humanos. Y como no estamos obligados a entender y saber de todo, es aquí donde la Escuela Pública entra en juego. Porque ¿qué ocurre si una familia en vez de seguir estas pautas, acaban solo proveyendo de conocimientos concretos y específicos a sus hijos sin la posibilidad de que estos vean otras formas de entender la vida?  Para ir al rescate de estos menores está la escuela pública y el Estado aquí es cuando vela por ellos.

Siguiendo las ideas del filósofo y ensayista Carlos Fernández Liria, la escuela pública tiene confinada, en sí misma, una maravilla contra el adoctrinamiento, el sistema de oposiciones (sin entrar en los formatos de exámenes y sus controversias). A la escuela pública se llega por méritos independientemente de la ideología de cada cual. Y esta es una gran noticia contra el adoctrinamiento. Como afirma Liria, en una misma escuela podemos encontrar a un profesor de Lengua de VOX, una profesora de Matemáticas de PODEMOS, un Jefe de estudios que profesa la religión católica, una profesora de Educación física atea, un profesor de Valores éticos  homosexual etc, que impregnarán al centro de opiniones, comportamientos y filosofías dispares, fomentando así una escuela democrática y plural. Esto juega a favor de nuestros jóvenes pues aprenden a entender y convivir en la diversidad y el respeto, promoviendo que tengan que reflexionar sobre cuestiones diversas. El clima de un centro es tanto más democrático y ofrece una visión real de la sociedad, cuanta más diversidad haya en el mismo.

Las distintas leyes de educación desde 1970 (LGE 1970, LOGSE 1990, LOCE 2004, LOE 2006, LOMCE 2013) han intentado procurar el desarrollo integral del ser humano, promoviendo los llamados temas transversales (ahora elementos transversales). En ellos se trabajan temas tan variados como la educación vial, la educación para el consumo responsable, la educación para la salud, la educación en igualdad y la educación sexual entre otras. Todas las leyes, ya sean establecidas por PSOE o por PP, han tenido en cuenta este desarrollo integral. Por lo que es un imperativo legal hasta la fecha, el llevar a cabo actividades en los centros que fomenten el pleno desarrollo de la personalidad y no la mera instrucción (solo conocimientos científicos). Y esto además se entiende como un principio de calidad de la educación.

Por otro lado,  la escuela pública está diseñada para que cualquier tema que entre en un aula haya pasado antes por los filtros democráticos del centro. Si un Orientador/a quiere que en 4ºESO se den actividades y charlas sobre educación sexual, este no lo lleva a cabo por su cuenta y riesgo, tiene que pasar por una serie de filtros. No es factible que las ideas que se le ocurren a un miembro determinado de un centro educativo se lleven a cabo por las buenas.

Los pasos podemos resumirlos en estos. Un orientador/a propone charlas de educación sexual para 4ºESO, está propuesta está dentro del Plan de Acción Tutorial- PAT (documento donde se establecen qué actividades se van a llevar a cabo en el currículo y en la hora de tutoría, en cada uno de los grupos-clase, en los que un tutor concreto se responsabiliza de un grupo particular, por ejemplo Juan tutor de 4ºA). La propuesta se hace a la CCP (Comisión de Coordinación Pedagógica, cuyos miembros son el Director, Jefe de estudios, los jefes de departamento de cada área/materia y el Jefe de departamento de orientación). En esta reunión se debate y se llevan a cabo las directrices pertinentes sobre el PAT y en este caso sobre dichas charlas. Una vez que se han hecho las modificaciones pertinentes que se han acordado en las reuniones de la CCP, el PAT (que lleva entre otras cuestiones las charlas de educación sexual) se muestra al Claustro de profesores para que den su visto bueno (el Claustro se compone del director y de la totalidad de profesores del centro). Cuando todos están conformes,  el PAT se aprueba y forma parte del Proyecto educativo del centro (PEC). El PEC es el documento oficial del centro donde aparecen las señas de identidad de este, su filosofía, los recursos, los objetivos que se proponen cumplir, etc. Por otro lado el Consejo escolar también establece las directrices para la elaboración del PEC, por lo que este es otro filtro para que todo lo que se trabaja en una escuela haya sido aprobado/revisado antes por todos los agentes de la comunidad educativa (el consejo escolar lo forman: el Director, Jefe de estudios, cinco maestros elegidos por el claustro, tres representantes de los padres de alumnos, un representante del PAS, un representante del Ayuntamiento, el Secretario del centro) Todo estos datos aparecen en el Real Decreto 82/1996 de 26 de enero, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de las Escuelas de Educación Infantil y de los Colegios de Educación Primaria. Para Secundaria tenemos el Real Decreto 83/1996 de la misma fecha.

Como podemos observar, para que en un centro educativo se dé una charla de educación sexual, antes ha tenido que ser revisado por todos y cada uno de los integrantes mencionados. Esto quedará expuesto en el Proyecto Educativo (PEC) del centro en cuestión. Este documento es público y suele estar colgado en la página web del centro educativo, cualquier padre o madre puede solicitarlo.

Por todo ello, cuando un padre se niega a que su hijo reciba una charla en la escuela donde se encuentra este, está siendo incoherente con el mismo PEC y con lo acordado democráticamente por todos los miembros. Una familia antes de inscribir a su hijo en un colegio debería echarle un ojo a este documento para luego no encontrase sorpresas.

Así pues, el “pin parental” es una forma de menoscabar la profesionalidad del profesorado y de los filtros democráticos que ya tiene previsto cada uno de los centros educativos.

Las Leyes de educación (todas las promulgadas desde 1970) nos instan a fomentar el desarrollo integral. El profesorado cumple esta labor; la educación va más allá de la Instrucción o eso es lo que hasta ahora habíamos acordado democráticamente. Quizás el debate sea Instrucción o Educación en las aulas. Pero mientras sea el desarrollo integral de la personalidad el objetivo fundamental de la educación y lo que en democracia hemos aceptado (amparados por los Derechos Humanos y Civiles) el profesorado tiene la OBLIGACIÓN de seguir fomentando actividades y charlas de educación en igualdad, sexualidad, salud, tecnologías, drogodependencia, etc. para TODO el alumnado sin que medie ningún “pin parental” al respecto.

Con respecto a esto de las actividades en educación sexual y en igualdad, no es una locura trasnochada que se le ha ocurrido a nuestro Gobierno en particular. Es una petición de la ONU y la OMS para todos los países. Podemos encontrar en el documento que la OMS ha elaborado “Estándares de Educación Sexual para Europa” el modelo de educación sexual integral, las consideraciones y principios al respecto. Pueden hallarlo en el siguiente enlace: Enlace de la OMS

Recordemos que en países como Alemania, negar la posibilidad de los hijos a participar en charlas de educación sexual puede estar penado hasta con cárcel: Aquí el enlace de la noticia

Por lo que no se trata de preservar o introducir una identidad ideológica, puesto que países de corte más liberal tanto como socialdemócratas, entienden la educación sexual como un derecho e incluso una obligación para con sus ciudadanos. Va más allá de una perspectiva ideológica concreta y se asume como para todos los seres humanos.

Si solo aprendemos lo que nos ofrecen en un lugar determinado, si nos apartamos de otras posibilidades, caeremos en pensamientos simples, reduccionistas y parciales de la realidad. El fanatismo se cura con pensamiento crítico. El Estado ha de velar por una educación pública que ofrezca distintas oportunidades y formas de entender la sociedad. Unas veces se acercarán más a lo que sentimos y creemos y otras darán una visión opuesta, lo cual nos ayuda a entender mejor qué es el ser humano.

En lo que respecta a la educación sexual, si las familias conocieran en qué consiste la educación sexual integral, posiblemente ciertos miedos por desconocimiento se rebajarían y la angustia, de algunas familias, se disiparía. Hemos de ser transparentes con respecto a la temática de las charlas de educación sexual y resolver las dudas que puedan tener las familias al respecto. Son nuestros aliados, no nuestros enemigos. Familia y escuela son aliados en la educación de los niños/as y hemos de trabaja de forma conjunta, complementándonos para alcanzar el objetivo de este desarrollo integral.

Por último, podemos reivindicar que las personas externas al centro educativo que den charlas sobre materias concretas sean expertas en la temática. Para la educación sexual sería recomendable que estas charlas (en lo que respecta a las impartidas por personal externo al centro) las ofrecieran personas expertas en Sexología (Máster en esta materia) y tituladas en Ciencias de la Educación y/o de la Salud (Medicina, Enfermería, Psicología, Pedagogía, Psicopedagogía y otras carreras afines). Los centros educativos tienen que asegurarse de cuál es el perfil profesional que acude a sus aulas a impartir talleres, pero para ello no hace falta la construcción de un “pin parental”, pues con los filtros ya comentados, que se utilizan en los centros educativos, es más que suficiente. 

DELIRIOS Y LOCURA

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Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
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