jueves, 30 de junio de 2011

La seducción: ¿debemos enseñar a seducir?

Si Erich Fromm nos convencía de que amar es un proceso artístico, saber amar es un arte, de la seducción podemos decir exactamente lo mismo, la seducción es un arte que se ha de ir trabajando a lo largo de la vida.

Para la Real Academia de la Lengua Española, seducir significa:
(Del lat. seducĕre).

1. tr. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo.

2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual.

3. tr. Embargar o cautivar el ánimo.

Estas definiciones de seducción nos pueden llevar a creer que la seducción solo es un engaño, que conlleva un propósito concreto, obtener placer sexual y nos empuja a cautivar al otro. Entonces, ¿deberíamos enseñar a las personas, a nuestros hijos, adolescentes y mayores a saber seducir? Si lo apreciamos desde este ángulo del engaño, parecería que la respuesta debería ser negativa, no obstante saber atraer a las personas no ha de conllevar una malicia o persuasión maligna. Parece aquí que enseñar a seducir se podría traducir como a enseñar magia negra, una magia maligna que provoca que los demás se enamoren en contra de su voluntad. Pero también podemos entender la seducción como magia blanca, como una forma normal de acercamiento entre dos seres humanos, positiva, placentera y beneficiosa.

Otras definiciones de seducción pueden acercarnos de forma más sistemática a la realidad de lo que consiste y conlleva seducir:

Una definición la podemos obtener de la página web: www.psicologiacientifica.com, donde seducción significa:

“Un conjunto de expresiones y manifestaciones, aspectos psicofísicos y comportamentales, que emanan de la forma de ser de la personas (nadie da lo que no tiene), con el fin de conseguir una interacción con los otros. Todas las personas pueden ser seductoras, deseamos gustar a los demás, ser queridas y reconocidas, ser valoradas, como padre o madre, como profesional, como amiga o amigo.
Para seducir empleamos el arte de sugerir, mostrar o insinuar, para ello utilizamos miradas, palabras que acarician, silencios persuasivos, gestos y contactos oculares, etc.

Como vemos la seducción tiene un carácter universal, seducir está inscrito en la naturaleza humana y sus señales son instintivas, además de poder moldearlas y modelarlas a través del aprendizaje. El proceso de la seducción es una forma de llamar la atención, una disposición que activa la conducta y promueve actitudes para conectarse con el otro desde uno mismo a través de la comunicación verbal y no verbal.”

Desde este punto de vista parece que seducir es un proceso normal, universal, que forma parte de todos los seres humanos y que conlleva tanto un trazado innato como un bagaje que ha de ser aprendido, para mejorar los resquicios innatos de nuestro fuero animal. No se observa señal alguna de esa magia negra que empecé comentando, sino que se toma como un proceso normal que puede ser aprendido para mejorar nuestras relaciones o inicios de relaciones posteriores. La seducción se produce por la necesidad de conexión con los demás, de querer mostrar como somos, la necesidad de ser aceptados y de sentirnos especiales a través de la comunicación tanto verbal como no verbal.

La autoestima influye directamente en el placer de la seducción, con una autoestima adecuada podemos hacer frente a esa forma especial de comunicación, podemos mostrarnos como somos y actuar con confianza, produciendo un efecto atractivo a los ojos de los demás. Debemos perder el miedo de lo que piensan los demás sobre nosotros para poder seducir.

La página web: www.psicologiacientifica.com, concluye:

“Consideramos que la seducción implica la manifestación de nuestra intimidad ya que representa un conjunto de manifestaciones y expresiones del yo, una serie de actos expresivos, comunicativos y relacionales, cuya intencionalidad es interactuar con los otros. Se trata, pues, de una comunicación auto reveladora en la que se exteriorizan aspectos de uno mismo, como son: pensamientos, sentimientos, emociones y deseos, poniendo en evidencia del otro la disposición activa de los mismos. Por ello el proceso de seducción puede darse en cualquier ámbito de la vida (…).
A la hora de seducir es necesario conocerse uno mismo, con las aptitudes y limitaciones de nuestro propio yo, reflexionando sobre la propia seducción, sin frenarla, sino encauzándola como un proceso más del hecho de ser persona.”

Para Carlos Yela las pautas de seducción que conducen al enamoramiento implica (Yela, 2000):

“Aumentar en la frecuencia de encuentros con esa persona, compartir situaciones de alta actividad fisiológica y potenciar el atractivo físico propio teniendo en cuenta los gustos del otro sexo. Para ello, los esfuerzos se centran en mostrar una adecuada comunicación no verbal, un lenguaje un tanto ambiguo y lúdico, características sociales deseables (simpatía, prestigio, relevancia social), características personales deseables por el otro, similitudes de actitudes, gustos, opiniones y que los deseos y necesidades de uno y otro son complementarios, y se llevan a cabo progresivas autorrevelaciones personales de forma paulatinamente creciente tanto en frecuencia como en profundidad.”

La seducción implica pues, mostrar lo mejor de nosotros mismos, intentando ser lo más parecido al otro en aspectos lúdicos y relevantes, se puede entender como un engaño encubierto, al mostrar solo nuestra parte buena visible, dejando nuestras oscuridades en el fondo del baúl, provocando que la otra persona nos idealice, nos magnifique y acabe enamorándose, con las consiguientes frustraciones a largo plazo, de ver como se desvanece ese ser maravilloso cuando la realidad pesa más que la seducción, el autoengaño y la idealización.

Por ello es importante educar a los jóvenes en el arte de seducir, no solo para que sepan interactuar con el sexo que les atrae, sino para que también tengan en cuenta, que la seducción conlleva, un pequeño engaño perceptivo, una idealización y una actitud de solo observar lo positivo que hay en el otro, para que sepan que el tiempo y la comunicación continua modifica estos patrones ideales y seductores, mostrando a cada uno como es en realidad. Efecto que no ha de ser positivo ni negativo, es tan solo un hecho que acontece en la vida de las parejas de modo natural, el conocimiento otorga la razón y el entendimiento de saber en verdad como son los demás una vez pasada la época de la seducción y la idealización. La otra persona tiene más formas de ser de las que nos creíamos en un primer momento y este proceso tan complejo han de aprenderlo nuestros adolescente, para no vivir una vida de continuos fracasos amorosos cuando descubren que el otro está cambiando, pues el cambio es un proceso normal y la seducción es el primero de los procesos que se han de conocer y aprender.

En este momento estoy en disposición de ofrecer mi propia definición del concepto de seducción basándome en lo comentado hasta ahora:

“La seducción es un proceso básico de las relaciones humanas, basado en patrones tanto universales como aprendidos, cuya finalidad es lograr una conexión especial con otro ser humano, promoviendo sensaciones de autorrealización, intimidad, acercamiento y de unión. Este proceso provoca que nos mostremos socialmente aceptables, deseables, potenciando nuestro atractivo físico y social de cara a la persona que queremos seducir. Puede inducir a la idealización y a una visión reduccionista de las características del otro.”

La seducción es un proceso básico, quiere decir que es un continuo, que se ejerce a lo largo del tiempo, que va modificándose como se modifican las etapas de las relaciones, es básico porque acontece a todos los seres humanos de manera natural y universal.

También es un proceso aprendido, pues si bien se parte de una base innata, debemos practicar el arte de la seducción para mejorar y alcanzar un mayor conocimiento propio, un conocimiento de los demás y de las relaciones de pareja optimo. Aprender a seducir mejora la calidad de las relaciones y de las interacciones con el sexo que nos interesa.

La finalidad es lograr una conexión con otro individuo, una comunicación especial, que nos refuerza y alimenta, para sentirnos unidos y realizados.

Conlleva una parte de engaño, pues solo mostramos aquello de nosotros que nos interesa dar a conocer, potenciamos nuestro atractivo social y físico pudiendo provocar una idealización en el ser a seducir y una visión reducida de cómo somos en realidad.

Esto último nos puede inducir a pensar que el término seducir puede tener una connotación negativa, según se considere mayor o menor cantidad de engaño. Si el engaño no pasa del simple juego del coqueteo, de mostrar uno algunas cartas que le interesan y no hace daño a terceras personas, debemos entender que la seducción es tan solo una parte más de las relaciones de pareja, que alimenta el contacto y es un aliciente reforzador para seguir conociendo al otro.

Por ello creo firmemente que las personas, nuestros jóvenes y no tan jóvenes deben aprender pautas de seducción que les ayuden a mejorar sus interacciones con los demás, que sepan usar esas armas en pro de mejorar la calidad de sus relaciones y no como mero divertimento donde alguien pueda salir mal parado. Debemos enseñar que ofrece la seducción y como esta pasa también por etapas, que los jóvenes sepan que es un proceso más de la evolución de una pareja y sobre todo hacerles entender que el comportamiento de una persona que seduce, es solo una mínima parte de su forma de ser, siendo esta parte un juego de pequeños engaños perceptivos y que con el paso del tiempo la persona que seduce pasara a un estado más relajado y no por ello está engañándonos vilmente, ni es una mala persona, haciéndonos llegar a pensar que la relación deba acabar. Pues con este pensamiento los jóvenes verán frustradas muchas relaciones, por esta distorsión cognitiva de creer que la persona que seduce, realmente es así y todo el tiempo, como un rasgo estable de personalidad.

Para no dejar que los jóvenes se confundan y se frustren debemos enseñar pautas de seducción y todo lo que implica seducir a alguien.

1 comentario:

killer.Onion dijo...

Pero, aquí habría que distinguir entre enseñar la teoría, el concepto de seducción y lo que conlleva,
o enseñar a moldear esas actitudes y comportamientos que se llevan a cabo en la seducción (estilo SexCode),
lo cual sería muy distinto, ya que ni siquiera muestras tu "mejor personalidad", es otra diferente. Eso es muy feo, divertido pero feo x)

DELIRIOS Y LOCURA

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