lunes, 21 de mayo de 2012

¿Por qué rechazamos sexualmente a las personas con las que hemos convivido desde la infancia y la adolescencia? La endogamia y la exogamia.

En primer lugar, vamos a definir que entendemos por endogamia. La RAE define endogamia como:

1. f. Práctica de contraer matrimonio personas de ascendencia común o naturales de una pequeña localidad o comarca.

2. f. Actitud social de rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo o institución.

3. f. Biol. Cruzamiento entre individuos de una raza, comunidad o población aislada genéticamente.


Por su parte en la Wikipedia encontramos una definición similar: “endogamia (del griego Endon "dentro", y Gamos, "casamiento"): matrimonio, unión o reproducción entre individuos de ascendencia común; es decir, de una misma familia o linaje. Asimismo, se entiende como endogamia el rechazo a la incorporación de miembros ajenos a un grupo social en particular. En biología, la endogamia se refiere al cruzamiento entre individuos de una misma raza dentro de una población aislada, tanto geográfica, como genéticamente”.

Por lo que podemos entender la endogamia, como una manera de reproducción genéticamente limitada, puesto que esta se realiza entre miembros de la misma familia, siendo rechazados los genes extranjeros, los que no pertenecen a dicha familia o grado de parentesco.

Pero en el mundo natural, la endogamia no suele estar de moda, es más, gran número de especies se vuelven locas de alegría “sexualmente hablando”, cuando ven aparecer a un extranjero, es decir a un nuevo ser pero de otro linaje genético. Entre los humanos parece que también existe esta extraña manifestación y las personas nuevas suelen atraer, sobre todo en poblaciones pequeñas. Parece que “lo nuevo atrae”, lo que se conoce como “el efecto del extranjero”. Piense en una clase de Universidad, un centro de trabajo o un pueblo pequeño acostumbrado a ver siempre las mismas caras, los mismos gestos, los mismos cuerpos y lo que ocurre cuando, a esta clase o pueblo, aparece un ser diferente, extraño y novedoso. Esta novedad puede causar un efecto de atracción, puesto que quizás estamos predispuestos a que lo nuevo nos guste. Si bien el ser humano necesita también de cierta familiaridad para enamorarse, esta llegará después cuando la nueva persona se asiente, así aparte de la novedad, también empezará a causar el efecto de familiaridad que provocará una atracción más intensa.

La endogamia se entendía en la especie humana como mecanismo para  mantener el control, la riqueza y el poder, puesto que si pertenecemos a una familia rica y nos casamos con nuestros primos, nuestra riqueza de una manera u otra se mantiene en el hogar, a salvo de manos extranjeras, pero poner a salvo nuestra riqueza ¿perjudica a nuestros genes? Parece que sí, la endogamia genética provoca problemas, el cruce entre primos y hermanos empobrece el acerbo genético, provocando complicaciones en la descendencia e incluso abortos. La mezcla genética diversificada, la exogamia (prohibición de casarse con un pariente) favorece una mejor adaptación genética en el futuro de los nuevos descendientes, mejora su sistema inmunológico y previene de enfermedades genéticas. La exogamia es una de las formas preferidas que tiene la naturaleza para que nos reproduzcamos con mayor éxito.

Es por esta necesidad de exogamia, por la que no suelen atraernos los amigos de la infancia, puesto que nuestro cerebro se plantea, que si hemos estado con esta persona desde pequeños, quizás sea porque nos une un lazo genético más fuerte que con el resto de seres, es decir que si mantenemos relaciones eróticas con nuestro mejor amigo de la infancia, quizás estemos cayendo en la endogamia y eso a nuestros genes no les conviene y rechazamos con aprensión, cualquier manifestación de nuestra imaginación que nos muestre desnudos en la misma cama con nuestro amigo de juegos infantiles.

Nos suele repeler mantener contacto físico con personas con las que hemos jugado a “los médicos” en nuestra infancia, por una búsqueda natural de la exogamia. Nuestro cerebro y genes no quieren jugársela y habiendo tantos seres con genes diferentes, ¿por qué vamos a elegir a una persona que podría tener relación de parentesco? En la actualidad, este hecho puede verse como un absurdo sinsentido, pues diferenciamos con claridad quienes son familiares consanguíneos de amigos y vecinos,  pero tenemos que entender que algunas de nuestras manifestaciones conductuales, las arrastramos evolutivamente desde los tiempos de las cavernas, donde quizás si era más probable que nuestros compañeros de juegos fueran también nuestros hermanos o primos, por lo que todo cobra sentido si lo vemos desde la perspectiva evolucionista.

1 comentario:

Sahero dijo...

Me quedo con lo nuevo atrae, cuanta razon

DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
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