¿Qué ocurre cuando nuestra
pareja, hagamos lo que hagamos, todo le
parece mal y nos critica? Cuando esto sucede podemos caer en la denominada indefensión aprendida.
Podemos definir la indefensión aprendida como el proceso de
pensamiento por el cual una persona cree que las consecuencias son
independientes de su conducta, pensando que son incontrolables, dando como
resultado que su conducta sea no hacer nada al respecto: “haga lo que haga siempre obtendré el mismo resultado negativo”,
así pues el sujeto aprende a comportarse pasivamente ya que tiene la sensación
de no poder hacer nada al respecto.
Esta teoría fue desarrollada por M. Seligman, tras someter a un animal
(perro) a descargas eléctricas sin que pudiera escapar, con el tiempo, este
animal no realizaba ninguna conducta de escape y quedaba pasivo ante las
descargas, incluso aunque la jaula quedara abierta.
Cuando nos sentimos tan
indefensos ante resultados negativos que no esperamos, pues no son contingentes
a nuestras conductas, aprendemos a no luchar y sí a dejarnos invadir por la
pasividad. Si nuestra pareja, hagamos lo que hagamos, todo le parece mal, más
temprano que tarde, provocará que no actuemos de ninguna manera, nos
abandonaremos al vendaval de la descarga emocional negativa de ella, a la
espera de que la tormenta antes o después se disipe, dejándonos mojar, con el
riesgo de caer enfermos.
Unas personas son más
influenciables y quedan atrapadas con mayor facilidad por esta indefensión
aprendida, sobre todo sujetos que creen que las cosas malas que les ocurren se
deben a su personalidad o inteligencia limitada, por ejemplo (factores
internos): “se enfada conmigo porque me
lo merezco ya que soy una persona muy estúpida” y que las cosas buenas se deben al azar o la
suerte, este tipo de personas caen con mayor frecuencia y de manera mas sebera
en la indefensión aprendida.
La indefensión puede vincularse a
otro término denominado “Double Bind”
o “Doble Vínculo”, designado así por el antropólogo Gregory Bateson, este efecto se produce cuando nos demandan dos
acciones que son incompatibles y no llevar a cabo una de ellas, provoca una
consecuencia negativa, por lo que hagamos lo que hagamos, salimos perdiendo.
Como afirman Allora et Al. en: Double
Bind. Una introducción a Blue-collar Suite No.2: Lear’s Song[1]:
“la base de un double bind es un mensaje
con dos demandas contradictorias funcionando en niveles de lógica o discurso
diferentes. El mensaje no puede ser ignorado, y cualquiera que sea la respuesta
a una de esas dos demandas, implica automáticamente fallar a la otra”. Así
pues, si nuestra pareja demanda un beso cada vez que llegamos a casa y a la vez
quiere que hagamos otra conducta, como dejar los zapatos en el zapatero nada
más llegar, se produce este efecto, ya que si hacemos la primera, se enfada
pues llevamos los zapatos puestos, pero si hacemos la segunda, también se
enfada porque no hemos ido corriendo a saludarla, resultado: hagamos lo que
hagamos está mal, provocando al final un estado de indefensión aprendida.
En definitiva, si nos enfadamos
por todo lo que hace nuestra pareja, podemos producir en ella este efecto, no
consiguiendo las metas que nos proponemos, que es que cambie la conducta que
nos molesta o por lo menos que entienda lo que nos aflige, y tampoco podemos
pedir imposibles, como dos acciones a la vez opuestas, pues todo esto al final
provoca que nuestro amado/a se bloquee y no haga nada, solo esperar a que se
nos pase el enfado, aunque por dentro sus niveles de ansiedad y frustración
aumentarán y empezará a vernos como estímulos aversivos y esperará a que
estemos durmiendo para entrar en casa, para no tener que ver nuestras caras de
enfado, si es que antes no decide dejarnos de una vez por todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario