martes, 5 de noviembre de 2013

Indefensión aprendida, efecto "Double Bind" y relaciones de pareja. Cuando nuestra pareja critica todo lo que hacemos.

¿Qué ocurre cuando nuestra pareja, hagamos lo que hagamos, todo  le parece mal y nos critica? Cuando esto sucede podemos caer en la denominada indefensión aprendida.

Podemos definir la indefensión aprendida como el proceso de pensamiento por el cual una persona cree que las consecuencias son independientes de su conducta, pensando que son incontrolables, dando como resultado que su conducta sea no hacer nada al respecto: “haga lo que haga siempre obtendré el mismo resultado negativo”, así pues el sujeto aprende a comportarse pasivamente ya que tiene la sensación de no poder hacer nada al respecto.

Esta teoría fue desarrollada por M. Seligman, tras someter a un animal (perro) a descargas eléctricas sin que pudiera escapar, con el tiempo, este animal no realizaba ninguna conducta de escape y quedaba pasivo ante las descargas, incluso aunque la jaula quedara abierta.

Cuando nos sentimos tan indefensos ante resultados negativos que no esperamos, pues no son contingentes a nuestras conductas, aprendemos a no luchar y sí a dejarnos invadir por la pasividad. Si nuestra pareja, hagamos lo que hagamos, todo le parece mal, más temprano que tarde, provocará que no actuemos de ninguna manera, nos abandonaremos al vendaval de la descarga emocional negativa de ella, a la espera de que la tormenta antes o después se disipe, dejándonos mojar, con el riesgo de caer enfermos.

Unas personas son más influenciables y quedan atrapadas con mayor facilidad por esta indefensión aprendida, sobre todo sujetos que creen que las cosas malas que les ocurren se deben a su personalidad o inteligencia limitada, por ejemplo (factores internos): “se enfada conmigo porque me lo merezco ya que soy una persona muy estúpida”  y que las cosas buenas se deben al azar o la suerte, este tipo de personas caen con mayor frecuencia y de manera mas sebera en la indefensión aprendida.

La indefensión puede vincularse a otro término denominado “Double Bind” o “Doble Vínculo”, designado así por el antropólogo Gregory Bateson, este efecto se produce cuando nos demandan dos acciones que son incompatibles y no llevar a cabo una de ellas, provoca una consecuencia negativa, por lo que hagamos lo que hagamos, salimos perdiendo. Como afirman Allora et Al. en: Double Bind. Una introducción a Blue-collar Suite No.2: Lear’s Song[1]: “la base de un double bind es un mensaje con dos demandas contradictorias funcionando en niveles de lógica o discurso diferentes. El mensaje no puede ser ignorado, y cualquiera que sea la respuesta a una de esas dos demandas, implica automáticamente fallar a la otra”. Así pues, si nuestra pareja demanda un beso cada vez que llegamos a casa y a la vez quiere que hagamos otra conducta, como dejar los zapatos en el zapatero nada más llegar, se produce este efecto, ya que si hacemos la primera, se enfada pues llevamos los zapatos puestos, pero si hacemos la segunda, también se enfada porque no hemos ido corriendo a saludarla, resultado: hagamos lo que hagamos está mal, provocando al final un estado de indefensión aprendida.  

En definitiva, si nos enfadamos por todo lo que hace nuestra pareja, podemos producir en ella este efecto, no consiguiendo las metas que nos proponemos, que es que cambie la conducta que nos molesta o por lo menos que entienda lo que nos aflige, y tampoco podemos pedir imposibles, como dos acciones a la vez opuestas, pues todo esto al final provoca que nuestro amado/a se bloquee y no haga nada, solo esperar a que se nos pase el enfado, aunque por dentro sus niveles de ansiedad y frustración aumentarán y empezará a vernos como estímulos aversivos y esperará a que estemos durmiendo para entrar en casa, para no tener que ver nuestras caras de enfado, si es que antes no decide dejarnos de una vez por todas.

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