jueves, 24 de abril de 2014

Neotenia y pedomorfismo. La juventud del ser humano como fuente de atracción y deseo.

Las marcas publicitarias nos venden tres características que aparecen unidas,  indisolubles y ensambladas: belleza, juventud y éxito  junto, por supuesto, al producto a vender. Y ¿qué ideas puede aportar la ciencia al respecto? ¿Los seres humanos conservamos un aspecto o al menos más características juveniles que otras especies? En caso afirmativo ¿para qué necesitamos mantener un aspecto jovial? Parece que en gran medida la respuesta se encuentra en el deseo y atracción física.

La neotenia es el proceso que estudia como ciertas características de un organismo siguen manteniéndose jóvenes, conservando una tipología infantil, esta prolongación de rasgos juveniles en la vida adulta se denomina pedomorfismo.

Algunos rasgos físicos humanos como  nuestra cara pequeña, la voz más aguda de la mujer y su tamaño más pequeño con respecto al hombre, son signos de pedomorfismo que activan fisiológicamente el deseo sexual. La ausencia de vello corporal, es otro factor si lo comparamos  con el resto de especies animales cercanas.  Parece que los signos infantiles, como caras pequeñas, ojos grandes y pupilas dilatadas (estudios realizados al respecto han demostrado que nos atraen las personas con pupilas grandes, pues es signo de que nosotros también le interesamos, ya que estas se agrandan cuando vemos un estimulo llamativo) nos atraen desde la época de los protohomínidos. La antropología, psicología evolutiva y la etología, intentan descubrir porque ciertos rasgos infantiles nos cautivan  y entre los diversos intentos de respuesta se halla la idea  de que en un principio nos atraían los seres que no parecían peligrosos, sino dóciles, amables e inofensivos, por ello estas características infantiles, podrían llevarles a la creencia de que el ser que tenían delante no era peligroso, más bien sociable.

Otras características que prolongamos desde que nacemos son: el juego y la necesidad de sentirnos protegidos y queridos.

Somos de las pocas especies que seguimos jugando a lo largo de todo nuestro ciclo vital como una manera más de relacionarnos, socializarnos y utilizar el pensamiento abstracto a través del uso de la imaginación y la creatividad. Muchas especies al llegar a su vida adulta extinguen su necesidad de juego, el ser humano la conserva hasta el último día de su existencia.

El apego que mantenemos, en un principio con la madre y después con nuestra pareja, es otra característica neoténica más. La mayoría de especies, solo guardan una relación de apego con la madre mientras precisan cuidados, una vez que estos no son necesarios, el apego desaparece para siempre, incluso no sustituyen el apego materno con ningún otro miembro de su especie, al contrario que nosotros. El ser humano comienza manteniendo un tipo de apego con su cuidador para más tarde entre la adolescencia y la edad adulta, sustituir este apego primario (que suele ser materno), por un apego entre iguales.

En definitiva, el ser humano conserva  algunos de sus rasgos y características infantiles en la adultez con el fin de atraer, de despertar el deseo, fomentar la socialización y mantener un vínculo cercano de confort y seguridad con otros miembros de su especie. Las campañas de publicidad explotan estas características biológicas humanas, aunque en más de una ocasión tergiversen y distorsionen estas particularidades en pro de alcanzar un beneficio concreto. 

4 comentarios:

BIOLOGIA dijo...

muy interesante la verdad

Jose dijo...

¡Fascinante! ¡Más ejemplos de pedomorfismo humano, por favor!

Unknown dijo...

Esto explica hasta cierto punto por que algunos hombres y/o mujeres son pedofilas y/o hebefilas.

Anónimo dijo...

MUY INTERESANTE EL PEDOMORFIP

DELIRIOS Y LOCURA

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Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.