jueves, 2 de octubre de 2014

Cinco reglas básicas para ligar por internet. Las redes sociales y la seducción.

No hay nada como el cara a cara para iniciar el emocionante acto de la seducción. Las fases de un cortejo tradicional conlleva poder llamar la atención del otro desde el sentido de la visión, son los ojos los que empiezan el juego, los que dan el pié hacia el “sigamos jugando”, pero la actualidad exige que nos modernicemos. Ahora pasamos bastante tiempo delante de una pantalla y gran parte de ese tiempo lo usamos para socializarnos con los demás y por supuesto para ligar.

Y la pregunta necesaria es la siguiente: ¿Hay pautas concretas para ligar por internet chateando? La respuesta está clara, sí.

Hay diversidad de técnicas y estrategias para enganchar a la otra persona y conseguir que desee seguir conociéndonos y que sienta curiosidad e incluso erotismo al entablar una conversación virtual con nosotros, pero de entre la multitud de caminos para la seducción en la red, cinco son las estrategias básicas que debemos tener en cuenta:

1.      Sentido del humor:

Este maravilloso sentido te abrirá las puertas de cualquier conversación, pues con él conseguimos sorprender a la otra persona. Hay muchos tipos de humor: “humor absurdohumor blancohumor hackerhumor crudohumor negrohumor secohumor verde o humor duro[1], lo importante en este caso son dos premisas: 1.) Averigua cuál es el estilo de humor de la otra persona 2) Intenta compaginarlo con tu estilo de humor. Pues resulta que si tu estilo de humor es muy diferente al de la persona a conquistar, corres el riesgo de que esta sienta estupor ante tu mordacidad e incluso llegue al punto de no retorno de la vergüenza ajena, y si este punto aparece estamos perdidos. Recuerda dos anotaciones: las investigaciones científicas indican que las personas positivas y con sentido del humor hacen más amigos puesto que provocan que nos contagiemos de estas emociones y sentimientos positivos, por lo que todo el mundo desea de una forma u otra estar cerca de una persona sonriente (sincera), afable y positiva. Y por otro lado como decía Goleman: “la risa puede ser la distancia más corta entre dos cerebros”.

2.      Pregunta e interésate:

 La clave de esta estrategia es el uso de la escucha activa, en este caso de la lectura activa de lo que la otra persona escribe sobre sus gustos y anhelos. Interésate activamente por estos, elogia los logros y siéntete orgulloso de sus progresos, no ridiculices, pues por un chat una broma mal colocada puede ser un jarro de agua fría para el otro. No hables más de ti que la otra persona de sí misma, deja que el misterio te envuelva un poco y que sea el otro el que sienta curiosidad, las preguntas que te hagan te van a servir para orientarte sobre que va buscando y que le interesa conocer de ti, si lo primero que te pregunta es si estás trabajando o cuántos hermanos tienes, podrás intuir que le importa a esta persona. Recuerda: “deja que el misterio te envuelva”, pero tampoco te cierres en banda, sino perderá el interés rápidamente, míralo como un tira y afloja entre lo que cuentas y lo que callas.

3.      Juega a ser simpátic@ y a la vez borde picaron/a.

Cuando “le regalamos” el oído a alguien se nota mucho que estamos interesados en caer bien y el otro acaba dándose cuenta y deja de tomarnos en serio. Por ello la mejor fórmula es jugar al toma y daca  entre ser agasajadores y ser bordes picarones, como dice Vallejo-Nágera, un buen seductor: “alterna momentos de sintonía total con otros de frialdad, inyectando en el destinatario el pánico a la pérdida y, con ello, garantizando su apego psicológico”.

  1. Vete en el momento más álgido de la conversación.
No hay nada peor al principio de conocer a alguien que los momentos de silencios incómodos, para evitar que esto acontezca usa esta nueva estratagema. Esta estrategia reúne a las tres anteriores, cuando el buen humor se hace patente en la conversación, estáis interesados mutuamente, mostrándote simpático pero con toque borde y la otra persona está en completa sintonía contigo, no esperes a que este momento decaiga y márchate de la conversación durante unas cuantas horas o incluso el resto del día ( excusas hay miles, pero usa alguna que te haga parecer más interesante), pues te irás y la otra persona se quedará con ganas de mucho más, y además provocarás en su cerebro el conocido como Efecto Zeigarnik: toda cosa que dejamos a medio provoca que nuestro cerebro piense en ello, en primer o segundo plano, hasta que  lo soluciona, así pues te quedarás anclado en su mente y tendrá ganas de saber de ti, pronto.

  1. No seas impaciente.
Se paciente, que no parezca que estás ansioso/a por quedar con la otra persona, esta ansiedad por quedar puede darte una apariencia de desesperado/a que va a quitarte todo el sexapil o erotismo que hayas podido alcanzar. Espera prudentemente y sabrás por intuición cuando ambos estáis al mismo nivel de ganas de quedar en persona, y si no percibes este interés espera porque antes o después la pregunta saldrá a la luz: "¿quieres que quedemos?"

Utilizando estas pequeñas reseñas  para ligar por internet y algunas que poseas en tu manga, podrás establecer una interacción seductora con toda aquella persona que creas conveniente, pero utilízalo con ética y no hagas daño a nadie, no estamos en este mundo para hacérselo pasar mal a la gente, bastante tenemos con la vida cotidiana.

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DELIRIOS Y LOCURA

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Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.