lunes, 9 de septiembre de 2013

Templanza

Si la obsesión es un caramelo amargo que induce a la pérdida del sentido de la mesura, no debería quedarme quieto entre atónito y taciturno, tendría que salir a distraerme de los restos de tu aroma que aun asoman por mi costado.

Y hoy te despiertas distraída, extraña y fugaz, como si no quisieras pronunciar las palabras que me susurraste ayer; y yo no voy a llamarte, aunque odio estar incomunicado para ti. Siempre disponible, esa es la mayor enfermedad que corroe al deseo y por ello me escondo, por si te das cuenta que mi escondrijo es el silencio y descubres como hacerme hablar, llamándome tibiamente como casi sin que importara mucho si no estoy disponible, porque si no me hablas ahora sabes que lo podrás hacer después.

Y no encuentro la templanza que hasta ahora me ha caracterizado contigo, mis labios ya no quieren mesura , desean fervor  y descalza mi lengua te llama a golpe de saliva, pero la apago estrangulando fuertemente mis ganas de ti, hoy quiero estar lejos en la superficie aunque dentro estas pegada, aferrada a la única neurona que me quedaba sana.

Y no tenemos templo donde adorarnos, tendremos que correr por las calles como de pequeños, o esconderte bajo las faldas de la discreción. No puedo dejar de pensar en tus gritos ahogados a veces, afanosos y salvajes casi siempre, como te agarras a mi cuerpo y te balanceas rítmicamente, hasta que explotas, de nuevo vuelves en sí y me dices que me quieres. Es efímero pero verdadero.

Y no tengo templanza en mis cavidades, mi frontal ha dejado de gobernar, se deja llevar por la amígdala y me seduce la idea de salir a cazarte, pero me volveré a quedar quieto, desenmarañando este estado hasta volver a la paz interior y dormiré plácidamente, esperando que mañana vuelva a ser el chico sano y moderado que no se deja impresionar.

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DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.