Es un poder, una fuerza, una atracción casi inevitable, confluyente, sinérgica, lúdica, erótica, una masa interna que envuelve toda tu presencia, cambia tu mirada, tus anhelos, tus pasiones, transforma a cada una de tus neuronas, convirtiéndolas en más pasionales, obsesivas, impunes, mágicas, modifica tu estatus, tu signo, tus ambivalencias. Es una energía mayúscula que se apodera de todo tu ser, si no sabes de lo que hablo es que nunca has estado enamorado.
Algunos no creen en esta fuerza, saben de ella por canciones, creen que es un mito, una utopía, dejar de ser persona para convertirse en otra cosa, en una energía que transforma todo lo que toca, no saben que aquello pueda existir y sobre todo no saben del poder de seducción y envolvimiento que otorga a quien lo tienta con un simple dedo.
Es puro, asombroso, una delicia para los sentidos, una delicia para la salud, pero también es voluble, cambiante, embaucador como el vino, pero provocador de terribles resacas, si no se usa con moderación. Es alto y bajo al mismo tiempo, es noble e impúdico, es apacible o se convierte en un vendaval intolerable, hace reír y llorar, te despreocupa o te tiene en vilo toda la noche. Es un juguete pero también una de las bombas más mortíferas, no tiene instrucciones pero son tan necesarias que sin ellas uno se siente perdido. Es el enamoramiento.
Unos no quieren encasillarlo, desean tenerlo en una burbuja de ensoñaciones románticas, no quieren saber que es producto de la química de nuestros cerebros, quieren cerrar los ojos y vivirlo, sin que nadie les cuente la película, sin que nadie les cuente el desenlace, no quieren instrucciones, quieren nadar sin manguitos y sin guía, pero corren el riesgo de ahogarse, de ser envueltos por la marea, de ser completamente destruidos, o de provocar la destrucción en los demás, se ciegan a sí mismos y a los que les rodean, viven de peligrosas falacias, como que el amor es sufrido para ser sentido, lo tienen en tan alto pedestal que pronto se desilusionan, porque el amado no cumple con las expectativas de lo que para ellos es el amor, lo ven un fraude, culpan al otro, en vez de a su creencia sobre este sentimiento, se autoengañan, siguen pensando que el amor es perfecto, que brilla por sí mismo, que tiene una batería inagotable, se equivocan porque no tienen el libro de instrucciones. No saben que el amor puede agotarse, que necesita ser recargado continuamente, que no brilla por sí mismo, que necesita de dos seres para hacerlo relumbrar, que es complejo, con miles de cables que significan miles de cosas y que provocan cambios constantes tanto internos como externos. Uno debe manipularlo con cuidado, debe nutrirse y equiparse antes de madurez, necesita poseer equilibrio, autocontrol, empatía y usar la razón. Si el corazón domina, también domina el impulso y con él la posibilidad de la lágrima y el dolor. El amor no es indomable, debe ser apaciguador y apaciguado para funcionar, cuando es entendido no provoca furia, ira, rabia, provoca anhelo, calma y serenidad mental.
Para amar hay que estar equipado, no protegido pero si equipado. Si te propones querer a alguien sin este equipaje corres el grave riesgo de desintegrare o desintegrar al otro en una espiral de desconcierto, lucha de egos y rabia contenida, pues lo que no se entiende, frustra y la frustración provoca enfado, dolor y cólera, siendo este coctel la semilla del fracaso. El amor es todo poderoso y por ello necesita corazones y mentes preparadas para saber sobrellevarlo y así poder disfrutarlo plenamente.
El amor es una energía ambivalente, capaz de provocar lo mejor y lo peor en nosotros, pero si sabemos encauzarlo, llegaremos al destino anhelado, la felicidad. Requiere esfuerzo, lucha y una gran dosis de fuerza, pero si se logra, este sentimiento rodara por ti suave e increíblemente revelador.
Delirios sobre el amor,el enamoramiento, la sexualidad, las relaciones interpersonales, los celos, el equilibrio, las emociones, el deseo, el humor, la imaginación y la conducta humana.
martes, 14 de febrero de 2012
miércoles, 8 de febrero de 2012
Los tres factores claves por los que abandonamos a nuestras relaciones amorosas.
Son diversas y múltiples las causas por las que podemos o elegimos abandonar el barco de una relación amorosa: diferencia de carácter, desajustes sexuales, celos, búsqueda de nuevas experiencias y un largo y casi inagotable sinfín de justificaciones más o menos elegantes y racionales.
Pero dentro de todas estas múltiples formas de huida, podemos enumerar tres factores que pueden ser determinantes a la hora de abandonar el nido de amor.
Estos factores son los siguientes:
• Refuerzo-castigo o coste-beneficio
• Cantidad de recursos empleados
• Otras alternativas
A continuación paso a describir y clarificar estos factores, para entender porque dejamos o somos dejados, con la frialdad de la razón como bandera.
1. Refuerzo-castigo o coste-beneficio
La idea central de este factor es que permanecemos en una relación que nos es reforzante y huiremos de las relaciones en las que nos sentimos castigados, inhibidos o menospreciados. Cuando nuestra relación empieza a costarnos energías y comprobamos que el beneficio (entendido este no como algo monetario, sino beneficio emocional sobre todo) está por debajo de nuestras expectativas, ilusiones o atribuciones, nuestra relación corre serio peligro de resentirse. Pasan entonces pensamientos por nuestras asombradas cabezas del tipo: “yo doy y doy pero no recibo nada a cambio” o “por mucho que dé en esta relación, no parece que este siendo compensado”. Empezamos a preguntarnos qué damos y qué nos dan a cambio, pues intuimos o certeramente comprobamos que no hay un equilibrio de fuerzas en el toma y da de la relación. Sí somos continuamente castigados o reprobados por nuestras conductas que parecen inadecuadas para nuestra pareja, sí cuando hacemos cosas positivas no nos vemos recompensados, ni con una mirada de agradecimiento, podemos sufrir un bloqueo al que Gottman denominaba actitud evasiva o distanciamiento, que se caracteriza por la pasividad ante las criticas, ya no se hace absolutamente nada, solo queda huir, para aliviar el estrés interno, pues uno se siente impotente y sin recursos para afrontar la relación y las criticas dolorosas. En este caso el cuarto jinete del apocalipsis de Gottman hace su aparición emborronando cualquier esperanza de una relación satisfactoria (para saber más sobre el tema leer el libro: Gottman, J. (2010). Siete reglas de oro para vivir en pareja .Debolsillo: Barcelona.)
Por último debemos decir que este factor por sí solo es necesario pero no suficiente para que una pareja rescinda su contrato de permanencia juntos, pues puede haber un desequilibrio en el toma y da y que este no afecte de forma profunda a la relación, es decir un miembro de la pareja puede dar muy poco a la relación y el otro mucho, pero no haber por ello ningún choque o escisión profunda, pues los tipos de personalidad influyen a la hora de que este factor sea determinante o no. Hay personas que les gusta dar mucho y recibir poco a cambio y por ello pueden mantener una relación desequilibrada (desequilibrio entendido en dar y recibir y no en términos de inteligencia emocional) por mucho tiempo o incluso por siempre.
2. Cantidad de recursos empleados
Otro factor clave, es la cantidad de recursos que hemos administrado en nuestra relación, si hemos gastado mucho tiempo, esfuerzo y dinero en ella, nos costará más dejar a la pareja. Siempre se suele recriminar, cuando somos dejados, este tiempo valioso que empleamos con el otro, con frases del tipo: “con todo lo que hemos vivido juntos y todos los planes que hemos hecho, cómo puedes dejarme tirado así sin más”. Suele ser uno de los factores que más duelen a la persona dejada, porque recuerda incesantemente todo lo vivido, que en términos materiales, es todo lo gastado en el otro: tiempo, esfuerzo y dinero, sobre todo. Una analogía para entender mejor este factor es el de la persona adicta al juego o ludopatía, en un primer momento uno juega una cantidad de dinero moderada pero conforme entra en la espiral de derrotas, el interés del adicto al juego ya no es ganar dinero sino recuperar lo invertido y perdido y es en ese instante cuando se establece el vínculo incesante y peligroso con la enfermedad. Por ello, a veces no dejamos a una pareja, no porque la queramos sino porque hemos invertido tanto en ella que uno siente que sino continúa se pierden todas las inversiones realizadas a lo largo del tiempo con el ser amado. Si percibimos que son mayores nuestras anisas de volar del nido que el coste que supone dejar a nuestra pareja, en términos de recursos empleados, podemos estar en disposición de abandonarla y comenzar un nuevo camino.
Nos damos cuenta entonces de la importancia de seguir gastando tiempo, dinero y esfuerzo en nuestras parejas, no vale relajarse, no vale dejar de hacer cosas junto al ser amado, sí comenzamos a detener o a acortar la cantidad de recursos que empleamos en la otra persona, esta quizás algún día le cueste menos dejarnos. Téngalo muy en cuenta.
3. Otras alternativas
En la vida hay muchos caminos por recorrer, muchas alternativas que elegir y muchos pasos por andar. Si estamos con una pareja pero de repente se nos cruza otra, que llama nuestra atención, que cambia nuestros esquemas mentales, que modifica nuestros sueños y que transforma nuestra realidad, podemos estar en disposición de abandonar a nuestro amado por una nueva y más emocionante relación. Las alternativas siempre están ahí, y como bien expresa la película “Closer”, siempre hay un punto que uno decide o no decide cruzar cuando se conoce a alguien nuevo y se tiene una pareja, siempre esta ese instante en el que te dejas llevar por lo nuevo o decides parar y cortar para regresar a casa con la persona a la que aún amas. Uno decide que otras alternativas tiene y qué prefiere, a veces acertamos pero en otras cometemos los mayores errores de nuestras vidas.
Estos factores afectaran de distinta forma y grado a nuestras relaciones, según lo sólidas que sean. Quizás solo baste uno de estos factores para romper una relación, como conocer a alguien nuevo, ello puede hacernos pensar que nuestra relación apenas si se sostenía, apenas si era algo real y tangible.
Una relación más solida necesitará de más factores para romperse: la relación se ha convertido en puro castigo, ya no se están empleando recursos para mantenerla, ya no se gasta tiempo ni dinero en la pareja, no se le sorprende con detalles, y encima tenemos otras alternativas con las que ilusionarnos, es en ese momento cuando podemos ponernos a temblar y a vaticinar que nuestra relación sufre un grave peligro de derrumbe.
Si le damos una visión positiva a todo lo mencionado hasta ahora, podemos hallar los factores por los que podemos mantener una relación de pareja más sana, tan solo debe pasar a positivo los factores mencionados. Tiene en sus manos unas breves indicaciones para ser más feliz, utilícelas como vea conveniente.
martes, 17 de enero de 2012
Un ser pequeñito
¿Cómo un ser tan pequeñito puede quitarme el aliento de esa manera?, no es posible que ese espejo que refleja juventud, por dentro esté tan cargado de sabiduría, no es posible que vuelva a suspirar por un bichito tan ideológico, tan parecido a mi estima, tan inspirador, tan complejo y tan adorable.
No es normal, tanta negación solo indica que quiero huir hacia delante. Hoy he pensado en ese bichito tantas veces que parece que se ha colado dentro de mi sistema nervioso, juega con mis neuronas como si las conociera de toda la vida, me habla perdiéndome el respeto con tanta gracia que solo puedo quedarme maravillado con su magia, con su desparpajo, ¿qué me está pasando? ¿Estoy rejuveneciendo? ¿Estoy enloqueciendo de nuevo como cuando era otro? Intento controlar utilizando el mando de la cordura, pero se ha quedado sin pilas, así que o bajo a comprar pilas nuevas o cierro los ojos y me imagino que todo cuadra.
Ella intuye que esta vez va a ser distinto, ella sabe que a partir de ahora empezará a faltarle algo cuando no le conteste, yo sé que estamos igual, pero nadie sabe lo atontados que podemos ser juntos y lo divertido que es sentirse entendido por alguien tan loco como uno mismo.
No es normal, tanta negación solo indica que quiero huir hacia delante. Hoy he pensado en ese bichito tantas veces que parece que se ha colado dentro de mi sistema nervioso, juega con mis neuronas como si las conociera de toda la vida, me habla perdiéndome el respeto con tanta gracia que solo puedo quedarme maravillado con su magia, con su desparpajo, ¿qué me está pasando? ¿Estoy rejuveneciendo? ¿Estoy enloqueciendo de nuevo como cuando era otro? Intento controlar utilizando el mando de la cordura, pero se ha quedado sin pilas, así que o bajo a comprar pilas nuevas o cierro los ojos y me imagino que todo cuadra.
Ella intuye que esta vez va a ser distinto, ella sabe que a partir de ahora empezará a faltarle algo cuando no le conteste, yo sé que estamos igual, pero nadie sabe lo atontados que podemos ser juntos y lo divertido que es sentirse entendido por alguien tan loco como uno mismo.
domingo, 8 de enero de 2012
Conducta de Flirt o semi-corte. Conducta sexual con fines no sexuales.
¿Por qué ocurre, con cierta frecuencia, que quedamos con
alguien con fines neutrales y acaban produciéndose confusiones de tipo sexual,
aun teniendo pareja?
La idea central es la siguiente: Todos los seres humanos
cuando quedan con alguien del sexo contrario (o del mismo sexo, según
preferencias eróticas) emplean elementos sexuales ya sean conscientes o
inconscientes a través de la comunicación no verbal, aunque no deseen hacer
nada de tipo sexual, es lo que se conoce como conducta de Flirt o semi-corte o encuentros semi-sexuales.

En español la conducta de Flirt, se conoce como flirteo,
para la Real Academia de la Lengua,
el flirteo se define como: “conquista
amorosa de transcendencia efímera”.
Sinónimos de flirteo serian: coqueteo, aventura, galanteo.
Simbolizan una especie de juego entre dos personas que aunque no desean nada
sexual, se provocan mutuamente, sobre todo de manera inconsciente y a través de
la comunicación no verbal.
Por último con encuentros
semi-sexuales, nos referimos a
encuentros neutrales, como pueden ser la
reunión de dos compañeros de trabajo que hablan de negocios, o dos compañeros
de clase que comentan un trabajo, o un profesor y una alumna que discuten sobre
algún tema o un terapeuta que explica lo que le sucede a su paciente, en estos
encuentros no se pretende a priori nada sexual, pero se producen sin embargo, a
través de signos corporales, un acercamiento de tipo semi-sexual, lo que puede
conllevar a errores cuando uno de los dos protagonistas se hace consciente de
que la otra persona esta flirteando y tendrá dos opciones: rechazarlo o seguir el juego.
Para rechazar
estas conductas y que la conversación se vuelva de nuevo lo más neutral
posible, el Doctor Albert E. Scheflen, especialista
en comunicación no verbal, propone que las personas pueden realizar alguna de
estas tres manifestaciones:
• Insistir de manera no ansiosa de que se trata de una
reunión de negocios, o de trabajo, de clase o una terapia, etc. Al insistir
hacemos consciente de que se trata de un acercamiento neutral, nadie pretende
otra meta que no sea solventar el problema de trabajo, de clase…
• Mandando señales de comunicación no verbal incompletas,
quizás ambas personas estén sentadas una enfrente de la otra, lo que provoca
sentimientos de intimidad, pero sin embargo tienen parte de su cuerpo enfocando
hacia otros miembros o hacia el resto de la sala.
• Negación formal, mencionando al novio/a o marido, para
que quede claro el mensaje: “somos
amigos, el hueco de amante ya está ocupado”.
¿No se ha sorprendido a sí misma/o, hablando a un compañero de su pareja, sin saber muy bien por qué lo menciona, pero siente la necesidad
de nombrarle y decir: “tengo pareja”?
Seguramente la respuesta provenga, de que percibe que hay
algo más que un encuentro neutral entre ambos y por ello siente la necesidad de
poner una barrera que prevenga de errores, mal entendidos e incluso de
sensaciones de atracción por parte de ambos.
La otra opción es seguir
el juego del flirteo, teniendo en cuenta de que si a ambos se les hace
consciente de que hay algo más allá que una reunión de compañeros, se pasará de
la semi-corte, directamente a la corte. Es por esto que es tan fácil que los
nuevos encuentros con gente que en un principio no nos atraían, puedan acabar
atrayéndonos, porque siempre hay un componente sexual en nuestras relaciones, citas
y conversaciones.
Debemos aclarar que, con lo mencionado hasta ahora, no
pretendemos provocar el caos en las parejas desconfiadas, pues lo expuesto,
para las personas recelosas puede ser una gran revelación y la excusa para
sentirse celosos con derecho y propiedad. Siempre hay que confiar en nuestra
pareja, la confianza es un paso seguro
hacia la salud psicológica.
En definitiva, se procede sexualmente cuando nos reunimos
con finalidades no sexuales a través de la comunicación no verbal, por señas
que muestran interés, que expresan: “Usted
me gusta. Míreme soy atrayente”. Y nunca hay garantía de que no se pase de semi-corte
a corte, en cualquier momento uno de los dos o ambos pueden ser conscientes de
este juego sexual y entrar a ello para ver qué ocurrirá después.
Por último, algunas explicaciones plausibles de porque nos
comportamos sexualmente aun cuando no deseamos hacerlo, pueden ser las
siguientes:
• Es una conducta
innata del ser humano, expresamos sexualidad, nuestra genética nos
predispone a que cada encuentro tenga un sentido sexual, en definitiva, a
nuestros genes no les gusta perder el tiempo.
• Lo utilizamos como método de influir en el otro, una de los elementos o comportamientos más
influyentes en el ser humano, es todo lo relativo al apartado sexual. Existen
investigaciones que estudian, a través de electrodos, que hace nuestro cerebro cuando
vemos sexo o imágenes sexuales y los resultados muestran que nuestros cerebros
se encienden como si de fuegos artificiales se tratara, surge una explosión de
conexiones neuronales y la atención se focaliza en los elementos sexuales. Por
lo que mandar mensajes de este tipo a otra persona la predispone a estar atenta
y dejarse influir.
• Con referencia a lo anteriormente dicho, podemos mandar
estas señas sexuales para llamar la
atención de la otra persona. Cuando en una reunión nos sentimos aburridos
y/o menospreciados, quizás podemos activar a los demás mandándoles señales
semi-sexuales y recobrar el interés de los demás en nosotros.
Parece que no podemos escapar al poder y la influencia
del sexo, ni siquiera, creyendo que para nada nos atrae cierta persona, pues
nuestros cuerpos, sin saberlo conscientemente, se estarán mandando señales que
al final pueden llevar a confusión o a un nuevo romance, así somos y así parece
que seguiremos siendo.
martes, 3 de enero de 2012
Entre la tristeza y yo.
Yo no entiendo de tristeza y parece que la tristeza tampoco quiere entenderme a mí. Somos dos indivisibles, no nos hablamos pero estamos todo el día juntos, agobiándonos mutuamente.
Quiero seguir adelante pero me corta el paso con sus pesadas ojeras, me detiene, con sus fuertes músculos, me contiene, esperando a que llore, pero hoy tampoco lo logrará.
Y es que hay caminos que ella cruza, irónicos pasos que hacen que mi vida tenga aun menos sentido; y yo sigo bebiendo a escondidas el elixir de la dependencia emocional, mientras ella vive grandes hazañas, nuevos retos y deja atrás lo nuevo viejo, para largarse con lo nuevo reciente, como si al final pudiera completar su vida, pero esta tan falta como yo, lo sé. Pierde el rumbo cada vez que cree alcanzar un nuevo paraje, se deja impresionar con facilidad, es una sensible inconsciente, pero al final acaba haciendo daño con su delicada forma de no enterarse de nada, pues solo vive, solo sueña, y cuando lo hace lejos de uno le hiere, porque promete cosas que cree que puede cumplir, pero se engaña a sí misma, engaña a los demás, y no podemos decirle nada porque lo hace con el corazón en la mano, ya que aun no se conoce lo suficiente como para ser responsable de sus actos.
Y volverá a herir a otro, volverá a sonsacar lágrimas incautas, porque es tan fácil enamorarse de ella, pues cuando te mira te derrite, tienes la sensación de querer protegerla de todo, incluso de ella misma, quieres arroparla, olerla, sentirla cerca con su sonrisa como aura y su aura como refugio eterno. Lo cruel es que es fugaz porque siente que se le escapan las horas, no puede entretenerse más de lo debido ya que siente que ese lugar esta expirando para ella y se agobia, se agita, se disuelve y desea correr al lado opuesto de la oscuridad. Se marcha, dejándote ese agridulce recuerdo, de quienes pudisteis ser y en quienes os habéis convertido.
Y me he despedido tantas veces de ella, pero tengo que seguir viéndola, otra mala ironía que purgó desde que no es la persona que conocí, sino otra opaca, dueña de su propio destino y tengo que seguir viéndola, despidiéndome por siempre y viéndola de nuevo, como un día eterno que pasa exactamente igual, una y otra vez y me nubla, porque creo saber llevarlo pero es la situación la que me lleva a mí, no es sano, cada una de las células de mi cuerpo lo sabe, que me estoy consumiendo, aun me agito por las mañanas pensando que ella ya no está dormida a mi lado, lo peor es que ya ha pasado el tiempo suficiente como para sentirme recuperado, pero no lo estoy logrando, pues mañana tendré que saludarla de nuevo…
Quiero seguir adelante pero me corta el paso con sus pesadas ojeras, me detiene, con sus fuertes músculos, me contiene, esperando a que llore, pero hoy tampoco lo logrará.
Y es que hay caminos que ella cruza, irónicos pasos que hacen que mi vida tenga aun menos sentido; y yo sigo bebiendo a escondidas el elixir de la dependencia emocional, mientras ella vive grandes hazañas, nuevos retos y deja atrás lo nuevo viejo, para largarse con lo nuevo reciente, como si al final pudiera completar su vida, pero esta tan falta como yo, lo sé. Pierde el rumbo cada vez que cree alcanzar un nuevo paraje, se deja impresionar con facilidad, es una sensible inconsciente, pero al final acaba haciendo daño con su delicada forma de no enterarse de nada, pues solo vive, solo sueña, y cuando lo hace lejos de uno le hiere, porque promete cosas que cree que puede cumplir, pero se engaña a sí misma, engaña a los demás, y no podemos decirle nada porque lo hace con el corazón en la mano, ya que aun no se conoce lo suficiente como para ser responsable de sus actos.
Y volverá a herir a otro, volverá a sonsacar lágrimas incautas, porque es tan fácil enamorarse de ella, pues cuando te mira te derrite, tienes la sensación de querer protegerla de todo, incluso de ella misma, quieres arroparla, olerla, sentirla cerca con su sonrisa como aura y su aura como refugio eterno. Lo cruel es que es fugaz porque siente que se le escapan las horas, no puede entretenerse más de lo debido ya que siente que ese lugar esta expirando para ella y se agobia, se agita, se disuelve y desea correr al lado opuesto de la oscuridad. Se marcha, dejándote ese agridulce recuerdo, de quienes pudisteis ser y en quienes os habéis convertido.
Y me he despedido tantas veces de ella, pero tengo que seguir viéndola, otra mala ironía que purgó desde que no es la persona que conocí, sino otra opaca, dueña de su propio destino y tengo que seguir viéndola, despidiéndome por siempre y viéndola de nuevo, como un día eterno que pasa exactamente igual, una y otra vez y me nubla, porque creo saber llevarlo pero es la situación la que me lleva a mí, no es sano, cada una de las células de mi cuerpo lo sabe, que me estoy consumiendo, aun me agito por las mañanas pensando que ella ya no está dormida a mi lado, lo peor es que ya ha pasado el tiempo suficiente como para sentirme recuperado, pero no lo estoy logrando, pues mañana tendré que saludarla de nuevo…
lunes, 26 de diciembre de 2011
Efecto Zeigarnik: La mejor manera para olvidar tus relaciones amorosas pasadas.
Kurt lewin (1890-1947), sus aportaciones e ideas influyeron considerablemente sobre la Psicología Social, aportando originalidad y autonomía a esta. De las aportaciones que hoy siguen vigentes y que se utilizan tanto en educación, como en marketing y de manera prosaica e inconsciente por todos nosotros, se encuentra este curioso efecto llamado Zeigarnik. El nombre proviene de la descubridora y alumna aventajada de Lewin, Bluma Zeigarnik.
De manera concisa puede definirse este efecto como la tendencia a recordar tareas inacabadas o interrumpidas con mayor facilidad que las que han sido completadas. Debido a que se genera una tensión psicológica, una preocupación basada en la motivación por terminar aquello que se empezó.
Bluma se interesó en este fenómeno al observar a un camarero que recordaba la lista de pedidos pendientes y sin embargo olvidaba con facilidad los platos que acababa de poner en las mesas. Por lo que más tarde decidió estudiar este fenómeno en el laboratorio, a través de un experimento, donde a una serie de sujetos se les daba unas tareas, la mitad de estas eran interrumpidas antes de que pudieran acabarlas, después se les pedían que recordaran la totalidad de las tareas llevadas a cabo. Los datos mostraban que estos sujetos recordaban más las tareas inacabadas que las acabadas. Como conclusión podemos decir que las personas recordamos mejor las tareas incompletas o a falta de termino que las completadas, debido a que se genera una tensión psicológica en nosotros, con ideas recurrentes y molestas a cerca de la tarea inconclusa, que solo es liberada cuando terminamos el ejercicio. Los seres humanos nos movemos por una motivación de terminación, necesitamos terminar aquello que hemos comenzado. No podemos dejar a medio una serie, pues el efecto “continuará…” provoca en nosotros una necesidad motivada por una tensión psicológica, que nos invita u obliga a ver otro capítulo, a ver terminar la película o terminar el libro de intrigas a las 3 de la mañana pese a que deberíamos dormir para ir a trabajar o a clase.
EFECTO ZEIGARNIK en educación.
Este efecto se utiliza en educación para provocar que los alumnos estén motivados, por ejemplo dejar una pregunta abierta al final de clase para que el alumno la tenga en mente hasta ser resuelta el próximo día. Resultan beneficiosos, en este ámbito educativo, los alentadores descansos de entre estudios, pues hacer un estudio de un tirón, una lección entera, bloquea este efecto, por lo que conviene mejor ir poco a poco y dejar algo a medio y descansar, pues nuestro cerebro seguirá en segundo plano trabajando con el tema inconcluso. Salir a hacer deporte, jugar a la videoconsola, charlar un rato antes de terminar un tema puede llegar a ser más beneficioso que terminar el tema de una sentada sin descansos. Estudia, descansa haciendo cualquier otra cosa o duerme un poco, antes de terminar una lección o tema, pues gracias al efecto Zeigarnik, retendrás mejor la información.
EFECTO ZEIGARNIK en Psicología clínica
En cuanto a posología clínica o psicopatología este efecto también se tiene en cuenta a la hora de tratar los traumas. Pues para superar un trauma debemos ser conscientes de que hemos alcanzado una meta o hemos concluido definitivamente una etapa de nuestra vida, por ello solemos necesitar responder al porqué de los sucesos, para entenderlos y poder ponerles punto y final, necesitamos cerrar etapas y fases teniendo la información necesaria que produzca en nosotros la sensación de culminación. Piense que termina una relación amorosa de manera traumática, lo primero que necesita saber es el porqué de la ruptura, necesidad que se ve agravada por el efecto Zeigarnik, ya que nuestro cerebro necesita poner punto y final, sino estaremos torturándonos todos los días con pensamientos obsesivos, pues la puerta sigue sin cerrarse por falta de información pertinente. Por ello para dar por terminada una relación y que no suponga un trauma indefinido, debemos tener la sensación de fin de etapa, nunca se puede terminar una relación teniendo la sensación de que se puede volver, pues no dejaremos descansar a nuestra mente, ni a nuestro cuerpo, exponiéndolo a dosis desenfrenadas de dopamina y estrés.
EFECTO ZEIGARNIK en marketing, películas y series de TV
Por último este efecto se utiliza en marketing y publicidad, en series y películas. Las series más recordadas son aquellas que nos dejan capitulo a capitulo una tensión, una necesidad de saber lo que va a pasar, la necesidad de terminar aquello que se empieza, (recuerde las temporadas de Lost, como cada capítulo te dejaba nuevas incógnitas que te alentaban e incluso obligaban a ver otro capítulo). Para muchos el final de Lost, les provocó una sensación de frustración y tomadura de pelo y en esta sensación entra en juego el efecto Zeigarnik, pues muchas de las incógnitas lanzadas se quedaron sin respuesta para siempre, provocando que nuestro cerebro no pueda cerrar esa fase, esa serie, con la posterior frustración y desencanto. Sobre esta última cuestión el efecto Zeigarnik, nos lleva a otro efecto o situación relacionada llamado: cliffhangers.
Los cliffhangers
Los cliffhangers (literalmente: “al borde del abismo”) es una frase o imagen que utilizan las series, películas y videojuegos para engancharnos a ellos, es un efecto shock que genera el suspense necesario para motivarnos a saber qué ocurrirá a continuación, es el efecto de no poder dejar de ver el siguiente capítulo de una serie, eso es un cliffhangers. Estamos genéticamente diseñados para que estas situaciones nos atraigan, necesitamos saber cómo acaban las cosas que vemos empezar, necesitamos cerrar fases y etapas. Esta necesidad la desata la dopamina que estimula los centros del placer y de búsqueda de recompensa, convirtiéndonos en adictos al fin y al cabo de una serie que nos abruma con incógnitas, desenlaces abiertos y sorpresas de última hora. Un capitulo malo que no cumple nuestras expectativas, provoca que generemos menos dopamina y por ello no lo apreciamos como emocionante y reforzador o por lo menos no tanto como otros capítulos. Como todas las drogas, existe el efecto de habituación, por lo que necesitamos mayor cantidad de alicientes para sentir el mismo placer que las primeras veces. Es por lo que muchas series suelen venirse abajo para nosotros, pues deben seguir proporcionándonos placer, siendo cada vez más geniales, de lo contrario nos habituamos y perdemos el interés. Así funcionan las series, las drogas y el amor.
Por todo lo explicado hasta ahora concluyo que es normal que cuando un amor nos deja, solamos engancharnos a otras cosas que nos vuelvan a producir felicidad (emisiones continuas de dopamina), unos utilizan drogas (sabiendo que las drogas tienen un gran efecto adverso a medio plazo), otros se regocijan en series o películas, otros hacen deporte y otros comen chocolate….
Deja solo a medio aquellas cosas que quieras recordar por siempre, culmina lo que no quieras recordar.
Según lo expuesto y teniendo en cuenta el efecto Zeigarnik, te lanzo una pregunta para que reflexiones y la comentes en el futuro: ¿cuál parece la mejor manera de olvidar una relación amorosa infructuosa?
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Dos Planetas
Pese a que éramos dos seres de dos planetas distintos conseguimos atraernos mutuamente, no dimos importancia a que tu vivías en un entorno de viento frio y húmedo y yo en un hábitat de viento cálido y seco, pensamos que eso no tendría relevancia y continuamos besándonos, abrazándonos, intercambiando sensaciones, fluidos y agitando nuestros sistemas nerviosos, tan distintos y dispares como la noche y el día, en la noche más oscura y el día más radiante.
Continuamos, sabiendo que algún día uno de los dos decidiría volver a su planeta, volver a su vida normal, a sentir el frio o calor de su estado lúcido, de su existencia vacía.
Poco a poco, los besos se dicotomizaban, explosionaban, se separaban, mi calor interior se hacía evidente y tu frio genético también y esos besos se resbalaban inevitablemente en una sensación de beso en un espejo y no en un rostro humano. Sabíamos al fin que aquello no podía continuar, pese a que yo cerraba los ojos para no verlo, pues aun sentía que era cómodo vivir sin saber la verdad, pero ella estaba allí, evidente, clara, absoluta, despeinándonos, jugando con nuestros cuerpos y separándonos al fin, como un ente travieso, que confirma nuestra sospechas.
Somos de dos planetas tan distintos, que solo nosotros creímos que funcionaria y solo nosotros comprobamos que no sería así.
domingo, 13 de noviembre de 2011
La Paradoja de la Espontaneidad
Para describir con claridad en qué consiste esta paradoja recurriré a un ejemplo sencillo y de fácil entendimiento. Imagínese que a usted le encantan las flores y tiene una pareja/amig@ intim@ que desearía que un día viniera con un ramo de rosas para agasajarle, pero ese día nunca llega por lo que decide dar un paso y decirle la siguiente frase: “nunca me regalas flores”. A la mañana siguiente su pareja vuelve a casa con un ramo de rosas para usted y la paradoja de la espontaneidad hace su efecto, en vez de estar alegre y sentirse querida/o, se frustra y no le agrada el ramo, pues cree que ha sido porque usted le ha incitado y no por decisión natural, espontanea de su pareja, puesto que lo ve al fin y al cabo como algo falso e impuesto. Pretender que alguien haga algo espontaneo pidiéndoselo provoca un efecto adverso y contrario, pues lo percibimos como falso y desnaturalizado.
Ahora bien, ¿es lógico creer que la otra persona debe percibir lo que queremos a cada instante sin pedirlo explícitamente?
No es lógico, es un error de atribución, una distorsión cognitiva. No podemos pretender que la otra persona haga cosas por nosotros si no sabe que tal cosa puede sernos agradable, siempre es preferible pedir que esperar en silencio, porque de lo contrario nuestras expectativas nunca se cumplirán y provocaremos en nuestra pareja una sensación de indefensión aprendida (haga lo que haga está mal, así pues no haré nada)y como resultado nos mostraremos irritados, frustrados, dolidos y decepcionados y nuestra pareja se sentirá indefensa, sin saber que ha pasado, pues no conoce ciertamente nuestras apetencias y gustos, ya que no se lo comunicamos explícitamente, este efecto de creer que la pareja debe leer nuestra mente para satisfacernos es uno de los problemas más comunes y dañinos de las parejas con mala comunicación.
Entonces, sí pedimos algo que deseamos que hubiera sido espontaneo y provocamos la paradoja de la espontaneidad o sí no lo pedimos y nos frustramos porque nuestra pareja no hace lo que pretendemos para satisfacernos, ¿estamos ante un callejón sin salida? No estamos ante un callejón sin salida, debemos tener claro en primer lugar que las cosas que se quieren o se desean deben de ser factibles para ser realizables por tu pareja, no tengas pretensiones inalcanzables. Por otro lado la opinión de algunos expertos y de la cual yo parto, es que es más útil y sano pedir lo que deseamos sabiendo que al principio parecerá que nuestra pareja lo hace de forma forzada, pero se trata de un aprendizaje del que participaremos ambos miembros de la pareja.
Aprendemos a expresar lo que deseamos, a escuchar al otro, a obsequiarlo de manera efectiva, si mostramos lo que queremos, nuestra pareja aprende a satisfacernos y a la larga lo que parece forzado y no natural se convierte en espontaneo y verdadero. Por último debemos evitar actitudes encaminadas a la pretensión de cosas (deseos) que provoquen una situación paradójica, como la de querer algo anhelado, que una vez que se obtiene, se rechaza, “si pretendes que te quiera, cuando te quiera, no vas a querer creértelo”.
Ser comunicativos, expresar sentimientos, evitar tener la creencia de que nuestra pareja debe saber lo que deseamos sin pedirlo y evadir en la medida de lo posible la paradoja de la espontaneidad, puede llevarnos sin duda alguna a mantener una relación más sana y feliz.
Ahora bien, ¿es lógico creer que la otra persona debe percibir lo que queremos a cada instante sin pedirlo explícitamente?
No es lógico, es un error de atribución, una distorsión cognitiva. No podemos pretender que la otra persona haga cosas por nosotros si no sabe que tal cosa puede sernos agradable, siempre es preferible pedir que esperar en silencio, porque de lo contrario nuestras expectativas nunca se cumplirán y provocaremos en nuestra pareja una sensación de indefensión aprendida (haga lo que haga está mal, así pues no haré nada)y como resultado nos mostraremos irritados, frustrados, dolidos y decepcionados y nuestra pareja se sentirá indefensa, sin saber que ha pasado, pues no conoce ciertamente nuestras apetencias y gustos, ya que no se lo comunicamos explícitamente, este efecto de creer que la pareja debe leer nuestra mente para satisfacernos es uno de los problemas más comunes y dañinos de las parejas con mala comunicación.
Entonces, sí pedimos algo que deseamos que hubiera sido espontaneo y provocamos la paradoja de la espontaneidad o sí no lo pedimos y nos frustramos porque nuestra pareja no hace lo que pretendemos para satisfacernos, ¿estamos ante un callejón sin salida? No estamos ante un callejón sin salida, debemos tener claro en primer lugar que las cosas que se quieren o se desean deben de ser factibles para ser realizables por tu pareja, no tengas pretensiones inalcanzables. Por otro lado la opinión de algunos expertos y de la cual yo parto, es que es más útil y sano pedir lo que deseamos sabiendo que al principio parecerá que nuestra pareja lo hace de forma forzada, pero se trata de un aprendizaje del que participaremos ambos miembros de la pareja.
Aprendemos a expresar lo que deseamos, a escuchar al otro, a obsequiarlo de manera efectiva, si mostramos lo que queremos, nuestra pareja aprende a satisfacernos y a la larga lo que parece forzado y no natural se convierte en espontaneo y verdadero. Por último debemos evitar actitudes encaminadas a la pretensión de cosas (deseos) que provoquen una situación paradójica, como la de querer algo anhelado, que una vez que se obtiene, se rechaza, “si pretendes que te quiera, cuando te quiera, no vas a querer creértelo”.
Ser comunicativos, expresar sentimientos, evitar tener la creencia de que nuestra pareja debe saber lo que deseamos sin pedirlo y evadir en la medida de lo posible la paradoja de la espontaneidad, puede llevarnos sin duda alguna a mantener una relación más sana y feliz.
El pescador
Y soy aquel pescador, paciente, inmóvil, tranquilo, que descansa bajo la sombra viendo como la tempestad arrasa con mis esperanzas de lograr un sustento. Los demás pescadores, uno a uno van abandonando su puesto, pues saben que con este tiempo nada se puede hacer pero yo me he negado en rotundo, no creo en tiempos, ni en lugares, ni en épocas mejores, creo en el mañana, imagino que el rio, la mar, vuelve a su cauce, a su dulzura natural, al salitre embaucador y que el sol brilla, que yo también brillo.
Pero el mar, el rio, anda muy revuelto, sin esperanzas y yo sin el cebo que atraía al mejor pescado, a las mejores ideas, a las más nobles intenciones, me quedo solo, con una botella medio vacía que representa mi estado mental, mi situación agónica personal, porque no sirvo para otra cosa, no se me dan bien otras labores que no sea esperar pacientemente a encontrar lo que un día hallé, a esperar de nuevo lo que ya ha zarpado a otros mares y ríos menos revueltos, más novedosos, menos parecidos a mí esencia, a mi olor, a mi tiempo, a mi ser.
Y debo levantarme y recoger mis enseres, debo claudicar por fin, pues la lluvia esta borrando lo poco que quedaba de mi y siento como me evaporo, como me transformo en un ser escamado, resentido, apocopado, hundido, como las piedras que voy tirando al mar, al rio, en forma de despedida amarga. Ya no volveré a pescar en este mar, en este rio que tanta riqueza y abundancia me dio en su día. Emigro a otras rutas y me duelen los pies pues mis botas estan ya viejas y quebradizas por haber visitado a otros tantos ríos y mares que creía idóneos y que al igual que este se volvieron bravos, extraños y distantes.
Quizás mi destino no sea el de pescador, quizás sea el de lobo solitario, terrestre y taciturno, que no encuentra nunca una luna que le acoja, quizás sea un ser errante y errático o tal vez un alma de difícil comprensión que añora la simpleza pero que solo se conforma con lo complejo.
Me despido de una vez por todas del mar, del rio y me alejo, dándole mi última lagrima como despedida silenciosa pero despedida al fin y al cabo….
domingo, 16 de octubre de 2011
El tacto. Hambre de piel.
Investigaciones sobre distintas culturas demuestran que italianos y españoles son más táctiles, es decir, los españoles tendemos a tocarnos más entre nosotros, que otras regiones como los norteamericanos, canadienses o los bretones, pero aun así ¿nos tocamos los unos a los otros lo suficiente? ¿Necesitamos ser tocados más a menudo? ¿Estamos satisfechos con la calidad táctil de nuestras relaciones?
El tacto es el sentido más antiguo del ser humano, recorre nuestra basta existencia, nos recubre por completo, nos acoge y delata. Es uno de los grandes centros del placer, solo piense en la última vez en la que alguien recorrió suavemente con la boca, su indefensa oreja, recordará como se le erizaban los pelos de la parte del cuerpo correspondientes al lado de esta oreja, recordará un inmenso, agradable, silencioso y acogedor placer táctil, una delicia para los centros de placer de su cerebro. El tacto representa la sensualidad y por ello no nos tocamos con la suficiente calidad temporal, pues el tabú del sexo recorre nuestro sistema de creencias absurdo y nos encauza hacia una postura reacia sobre el tacto, incluso podríamos decir que esta sociedad es más sexual que sensual, más directa que táctil. Y es una pena, porque nos obliga a caer en los que algunos investigadores han denominado “hambre de piel”, la necesidad imperiosa de querer ser tocados y de tocar a los demás, de reunirnos con otros seres humanos con la excusa de sentirnos unidos, porque el contacto nos hace conscientes de que existimos y de que los demás también existen y con el tacto nos hacemos visibles a ellos.
La falta de sentirnos tocados puede inducir al consumo de drogas, pues con los psicotrópicos se abren ante nosotros centros placenteros de nuestro organismo, experiencias extrasensoriales, táctiles y reveladoras. El “hambre de piel” puede estar detrás de la necesidad de muchas personas de utilizar drogas para suplirlo o calmarlo. Como puede comprobar creo que la opción más correcta seria relajar el tabú sexual del tacto y potenciar en todos los individuos unas creencias favorables hacia tocar y ser tocados como algo común, normal y natural.
Nos tocamos al saludarnos, mostrando que no somos peligrosos, que somos de fiar, porque solo tocamos a personas que nos parecen no agresivos, individuos que sabemos que no nos harán daño. Nos tocamos para despedirnos, indicando que queremos volver a vernos, que seguimos unidos a pesar de la distancia que comenzará a rondar justo cuando nos separamos, nos tocamos cuando queremos sexo, porque es imprescindible, sensual y necesario, nos tocamos poco, no queremos demostrar vulnerabilidad ante los demás, somos fuertes, no necesitamos abrazos, besos ni caricias, pero a la vez esta postura nos devuelve un puñado árido de soledad, vacio y “hambre de piel”.
Reivindico la necesidad de abrazarnos más, de sentirnos unidos como una energía sinérgica, donde el todo es mayor que la suma de las partes, donde nos sintamos vivos, cómodos con la sensualidad, donde dar besos en la frente, mejilla, ojos o boca no sea solo como un indicador de sexo, sino de unión entre personas que se reconocen mutuamente, que desean expresar que están vivas, que quieren, que nos son cobardes, me indigna pensar que una persona pueda sentirse incomoda por ser besada en la frente, y no porque invada su espacio vital, sino porque se sienta vulnerable, necesitamos mitigar nuestra hambre de piel, necesitamos por fin estar más unidos ante las dificultades, ante las injusticias, ante la desesperación, necesitamos por ello ser sinceros, abiertos y completamente táctiles.
Abraza, besa, toca a los demás y deja que ellos te toquen, porque al fin serás visto, sentido y querido como persona, como la persona que merece ser entendida en todos los niveles y sobre todo a nivel afectivo. Toca y deja tocar y empezaras a ser tu mismo.
El tacto es el sentido más antiguo del ser humano, recorre nuestra basta existencia, nos recubre por completo, nos acoge y delata. Es uno de los grandes centros del placer, solo piense en la última vez en la que alguien recorrió suavemente con la boca, su indefensa oreja, recordará como se le erizaban los pelos de la parte del cuerpo correspondientes al lado de esta oreja, recordará un inmenso, agradable, silencioso y acogedor placer táctil, una delicia para los centros de placer de su cerebro. El tacto representa la sensualidad y por ello no nos tocamos con la suficiente calidad temporal, pues el tabú del sexo recorre nuestro sistema de creencias absurdo y nos encauza hacia una postura reacia sobre el tacto, incluso podríamos decir que esta sociedad es más sexual que sensual, más directa que táctil. Y es una pena, porque nos obliga a caer en los que algunos investigadores han denominado “hambre de piel”, la necesidad imperiosa de querer ser tocados y de tocar a los demás, de reunirnos con otros seres humanos con la excusa de sentirnos unidos, porque el contacto nos hace conscientes de que existimos y de que los demás también existen y con el tacto nos hacemos visibles a ellos.
La falta de sentirnos tocados puede inducir al consumo de drogas, pues con los psicotrópicos se abren ante nosotros centros placenteros de nuestro organismo, experiencias extrasensoriales, táctiles y reveladoras. El “hambre de piel” puede estar detrás de la necesidad de muchas personas de utilizar drogas para suplirlo o calmarlo. Como puede comprobar creo que la opción más correcta seria relajar el tabú sexual del tacto y potenciar en todos los individuos unas creencias favorables hacia tocar y ser tocados como algo común, normal y natural.
Nos tocamos al saludarnos, mostrando que no somos peligrosos, que somos de fiar, porque solo tocamos a personas que nos parecen no agresivos, individuos que sabemos que no nos harán daño. Nos tocamos para despedirnos, indicando que queremos volver a vernos, que seguimos unidos a pesar de la distancia que comenzará a rondar justo cuando nos separamos, nos tocamos cuando queremos sexo, porque es imprescindible, sensual y necesario, nos tocamos poco, no queremos demostrar vulnerabilidad ante los demás, somos fuertes, no necesitamos abrazos, besos ni caricias, pero a la vez esta postura nos devuelve un puñado árido de soledad, vacio y “hambre de piel”.
Reivindico la necesidad de abrazarnos más, de sentirnos unidos como una energía sinérgica, donde el todo es mayor que la suma de las partes, donde nos sintamos vivos, cómodos con la sensualidad, donde dar besos en la frente, mejilla, ojos o boca no sea solo como un indicador de sexo, sino de unión entre personas que se reconocen mutuamente, que desean expresar que están vivas, que quieren, que nos son cobardes, me indigna pensar que una persona pueda sentirse incomoda por ser besada en la frente, y no porque invada su espacio vital, sino porque se sienta vulnerable, necesitamos mitigar nuestra hambre de piel, necesitamos por fin estar más unidos ante las dificultades, ante las injusticias, ante la desesperación, necesitamos por ello ser sinceros, abiertos y completamente táctiles.
Abraza, besa, toca a los demás y deja que ellos te toquen, porque al fin serás visto, sentido y querido como persona, como la persona que merece ser entendida en todos los niveles y sobre todo a nivel afectivo. Toca y deja tocar y empezaras a ser tu mismo.
miércoles, 21 de septiembre de 2011
El Lek (zona de juego).
La palabra lek es una palabra que deriva del sueco y significa juego. Es el territorio donde los machos se exhiben para atraer a las hembras. Estos leks han sido estudiados por zoólogos y etólogos durante décadas. En los rituales humanos también se observan estas zonas de juego, un lugar por excelencia catalogado como lek, es la discoteca. Ya en la adolescencia humana podemos observar comportamientos característicos, pues es en esta época donde las hormonas recorren el cuerpo de forma más evidente y voluptuosa, provocando que los jóvenes se junten en plazas y parques y actúen de forma característica, exhibiéndose, gritando, haciendo alardes de fuerza y en definitiva haciéndose notar y provocando que las jóvenes les miren, mientras estas aparecen sentadas tranquilas y observadoras. Esa imagen pictórica y llamativa es un autentico lek, una zona de juego, de exhibición, de conquista, de dejarse ver y en definitiva una zona de poder y dominio. Porque un lek es un lugar donde hay dominantes y dominados, los dominantes en la especie animal se denominan machos alfa, son los fuertes o los más hábiles, los más llamativos o los que mejor cantan, según a la especie animal a la que nos refiramos. En los humanos, es en la adolescencia la época que mejor queda representado el lek. Para los adultos, este proceso es más sereno y requiere de otros espacios mejor definidos, como una discoteca. La discoteca es una zona de juego por excelencia, esto es tan así que incluso las personas que no quieren jugar, por el hecho de formar parte de ese entorno ya están jugando consciente o inconscientemente. La única forma de no participar es no entrando en la discoteca. Para algunas personas saber conscientemente que una discoteca es una zona de juego, les puede deprimir, enfadar e incluso crearles frustración, llegando a pensar que los hombres son simples y burdos y las mujeres malas y arpías, dado que al entrar a la discoteca forman parte de un juego al que no quieren participar, pero es una realidad, si entras estas en el juego, eso se debe asumir, para evitar frustraciones y malos estados de ánimo. Pues incluso siendo consciente de que no se va a participar, ya es una manera de entrar y participar en el juego. Un ejemplo seria un chico que decide entrar en una discoteca con la intención única de tomar una cerveza, se sienta, no mira a nadie, esta relajado y en ese momento entra una chica que cansada de lo que se cuece siempre en las discotecas decide que también está harta dejugar, no quiere más moscardones, solamente tomarse un cubata . Ambos están cerca, relajados, sin ganas de conocer a nadie, sin querer participar, pues en el momento en el que sus miradas se crucen, sin ninguna otra intención que el mero conocimiento de quien tienen al lado, en ese instante están más que dentro del juego, están jugando. No se puede evitar el juego, por mucho que uno quiera huir de él, la única forma es no entrar. Incluso cuando yo mismo decido que no quiero entrar en el juego se que de una manera u otra estoy jugando a no jugar, por el hecho de que mi sola presencia provoca cambios en los demás. Provoca miradas, pensamientos, gestos. No deseo jugar pero los demás ya me han incluido en el juego, pues estoy dentro.
Y como todo juego tiene sus reglas. La regla básica es que es una competición, una lucha no salvaje, un hacerse notar por encima de los demás. Quien no entienda esta regla, no sabe jugar, se frustra al ver a otros pisarles objetiva o subjetivamente, consciente o inconscientemente, suave o bruscamente, se enfada cuando después de unos minutos u horas de conversar con una chica, llega un chico y en cinco minutos se eleva por encima de los demás y es elegido como la mejor opción del momento. Una discoteca es un lek, un lek es un juego de exhibición, poder y dominancia, un terreno llamado a la lucha intelectual y emocional por la conquista.
Mucha gente al hacerle consciente de que una discoteca es un lek, suelen enfadarse, suelen verlo machista, escandaloso, animal, pueril, retrogrado e incluso enfermizo. No son conscientes de que el ser humano es un animal territorial que busca pareja a través de la muestra de lo que es y de lo que puede conseguir. Estas personas no quieren oír hablar de la comparación del hombre con el animal, son dos conceptos que no les casan, que no deben ir juntos. Piensan en la superioridad del ser humano, piensan erróneamente.
Los hombres se exhiben a las mujeres, con su físico, su intelecto, su inteligencia emocional, las mujeres se exhiben también y a la vez eligen, si les apetece, al mejor postor que se encuentre disponible en aquel momento. Nos seducimos mutuamente con miradas, con gestos, abrazos y palabras. Es un juego con reglas casi siempre implícitas, excitantes, llamativas y duras. No es apto para los que no saben perder, para los que se frustran con facilidad, para los débiles emocionales. Se debe aceptar el juego y dejarse fluir por él como una gota más de un inmenso rio de sensaciones, neurotransmisores, de juegos no verbales y verbales, un juego de seducción, dominancia y sobre todo de autoestima.
Y como todo juego tiene sus reglas. La regla básica es que es una competición, una lucha no salvaje, un hacerse notar por encima de los demás. Quien no entienda esta regla, no sabe jugar, se frustra al ver a otros pisarles objetiva o subjetivamente, consciente o inconscientemente, suave o bruscamente, se enfada cuando después de unos minutos u horas de conversar con una chica, llega un chico y en cinco minutos se eleva por encima de los demás y es elegido como la mejor opción del momento. Una discoteca es un lek, un lek es un juego de exhibición, poder y dominancia, un terreno llamado a la lucha intelectual y emocional por la conquista.
Mucha gente al hacerle consciente de que una discoteca es un lek, suelen enfadarse, suelen verlo machista, escandaloso, animal, pueril, retrogrado e incluso enfermizo. No son conscientes de que el ser humano es un animal territorial que busca pareja a través de la muestra de lo que es y de lo que puede conseguir. Estas personas no quieren oír hablar de la comparación del hombre con el animal, son dos conceptos que no les casan, que no deben ir juntos. Piensan en la superioridad del ser humano, piensan erróneamente.
Los hombres se exhiben a las mujeres, con su físico, su intelecto, su inteligencia emocional, las mujeres se exhiben también y a la vez eligen, si les apetece, al mejor postor que se encuentre disponible en aquel momento. Nos seducimos mutuamente con miradas, con gestos, abrazos y palabras. Es un juego con reglas casi siempre implícitas, excitantes, llamativas y duras. No es apto para los que no saben perder, para los que se frustran con facilidad, para los débiles emocionales. Se debe aceptar el juego y dejarse fluir por él como una gota más de un inmenso rio de sensaciones, neurotransmisores, de juegos no verbales y verbales, un juego de seducción, dominancia y sobre todo de autoestima.
viernes, 29 de julio de 2011
Capitulo dos: Mi primer pasado.
Me solía despertar continuamente en casas ajenas, de chicas que sucumbían a mi verborrea nocturna, que se sentían seguras conmigo, solían decirme que nada más conocerme era como si ya me conocieran de hace tiempo, se sentían a gusto, relajadas, incluso hasta las más tímidas, esa era mi especialidad, mi tela de araña confeccionada con esmero y sabiduría, la prisión psicológica que las envolvía y las hacía sentirse distintas pero seguras. Y por ello dormía con frecuencia en casas ajenas, me gustaba quedarme mirando los cuadros, los escritorios, como estaban colocados los libros, los detalles, pensando que estaba en aquel extraño sitio y que seguramente jamás volvería a pisar esa casa, esa habitación llena de una vida en concreto, de un mundo personal intransferible, me gustaba observar, quedarme tumbado en la cama semidesnudo observando los cuartos ajenos de las chicas dormidas. Tenía sexo, sexo que solía ser regular, porque las noches siempre se acompañaban de abundante alcohol y eso mermaba mi capacidad de deleitarme y de sentir plenamente. Pero no me interesaba el sexo, no era un Casanova, sino más bien un Don Juan, no buscaba sexo sino no sentir la soledad de mi cuarto, no sentir que no había alguien que se había fijado, aunque fuera una noche fugaz, en mí. El sexo era secundario, a veces casi innecesario, solo lo usaba como arma para que después me dejaran dormir abrazado a ellas, como si fueran los mejores amores de mi vida, a pesar de que apenas las conocía, que apenas sabía nada de ellas y que tampoco me interesaba saber más allá de cómo eran los detalles de su cuarto. Aun tengo recuerdos nítidos de los lugares en los que he estado durmiendo, en los que he entregado mi cuerpo por dormir arropado a un olor femenino, lugares que jamás volveré a pisar.
Cuando no conseguía embaucar a ninguna chica solía recurrir a amigas que me dejaban un trocito de su cuerpo, un trocito de su cama y un trocito de su olor, y me quedaba tan relajado, como un niño pequeño en brazos de su madre, de su apego seguro, dormía con una sonrisa apacible, descansaba de la soledad una noche más. Cuando tampoco tenía a esas amigas “salvanoches” y sabia que esa noche dormiría solo, me entraba una gran tristeza interior, me sentía derrotado, acabado, solo, tremendamente solo y apenas podía reconciliar el sueño, me acurrucaba tenso, desesperado y en posición fetal, a la espera de una mañana mejor.
He vagado tantas noches en busca de amor, mis dos compañeros de viaje en aquellas épocas eran la seguridad en mí mismo y el alcohol. Bebía tanto como deseaba encontrar a alguien, bebía para embaucarlas con mayor seguridad y ellas también bebían, bebían mucho. El alcohol potencia en las mujeres las ganas de sexo y apretando teclas adecuadas se puede conseguir dormir abrazado a cambio de su deseo sexual exacerbado por el consumo de copas.
Incluso mucho después de estos inicios que estoy relatando, cuando ya estaba más sano mentalmente, he seguido utilizando el alcohol para enamorar mejor a las chicas que ya sí que quería tener conmigo por siempre jamás, no fallaba, pues solíamos pasarlo genial acompañados de una buena copa, pero esa es otra historia que ahora no toca contar porque debo ir por pasos.
Mi primer pasado se basó en la búsqueda desesperada de una cama y una chica bonita para no quedarme solo, para no sentir que mis huesos se helaban a causa de la soledad. El alcohol era mi escudero fiel, mi fuente de soltura y creatividad.
Cuando no conseguía embaucar a ninguna chica solía recurrir a amigas que me dejaban un trocito de su cuerpo, un trocito de su cama y un trocito de su olor, y me quedaba tan relajado, como un niño pequeño en brazos de su madre, de su apego seguro, dormía con una sonrisa apacible, descansaba de la soledad una noche más. Cuando tampoco tenía a esas amigas “salvanoches” y sabia que esa noche dormiría solo, me entraba una gran tristeza interior, me sentía derrotado, acabado, solo, tremendamente solo y apenas podía reconciliar el sueño, me acurrucaba tenso, desesperado y en posición fetal, a la espera de una mañana mejor.
He vagado tantas noches en busca de amor, mis dos compañeros de viaje en aquellas épocas eran la seguridad en mí mismo y el alcohol. Bebía tanto como deseaba encontrar a alguien, bebía para embaucarlas con mayor seguridad y ellas también bebían, bebían mucho. El alcohol potencia en las mujeres las ganas de sexo y apretando teclas adecuadas se puede conseguir dormir abrazado a cambio de su deseo sexual exacerbado por el consumo de copas.
Incluso mucho después de estos inicios que estoy relatando, cuando ya estaba más sano mentalmente, he seguido utilizando el alcohol para enamorar mejor a las chicas que ya sí que quería tener conmigo por siempre jamás, no fallaba, pues solíamos pasarlo genial acompañados de una buena copa, pero esa es otra historia que ahora no toca contar porque debo ir por pasos.
Mi primer pasado se basó en la búsqueda desesperada de una cama y una chica bonita para no quedarme solo, para no sentir que mis huesos se helaban a causa de la soledad. El alcohol era mi escudero fiel, mi fuente de soltura y creatividad.
sábado, 23 de julio de 2011
Cuatro historias de amor
A continuación una historia en capitulos, basada quizás en hechos reales o completamente ficticia....
Capítulo uno. Primeras reflexiones
Cuando basas tu vida en el amor solo pueden pasarte cosas o muy buenas o muy malas, no hay término medio. Entre las buenas está ser ese centro de atención, ser la prioridad para otra persona, su primer y último pensamiento, el disfrute del buen sexo, las caricias, la dopamina levitando incansable por tu sistema nervioso, la alegría de sentirte vivo, alcanzar la sensación de poder llegar a ser tú mismo. Luego viene el bajón como si de cualquier tipo de droga se tratara, viene la desilusión, el desengaño, la pérdida de idealización, la realidad y es cuando te abandonan, te dejan atrás como un pequeño recuerdo que apenas se recuerda por la falta de entusiasmo y la indiferencia. Y si a eso le sumamos que a veces te dejan por otros más activos, más emocionantes, descubrimientos nuevos, el bajón se hace tan insoportable como el mono de una potente droga, como el delirium tremens del alcohol, con las convulsiones mentales de un ser abocado al fracaso emocional. Lo peor de todo es que la gente normal, la gente que no basa su vida en el amor, puede reponerse con mayor facilidad, puede pasar página haciendo otras tantas cosas que puedan llenarles, el problema de basar la vida en el amor es que cuando lo pierdes te sientes perdido demasiado tiempo, o quizás un breve espacio de tiempo pero demasiado profundo, ensordecedor y caótico, perdido en el abismo más oscuro de la oscuridad más tenebrosa.
Cuando basas tu vida en el amor, estas abocado al sufrimiento, a la desesperación ,a la continua búsqueda de felicidad inalcanzable más allá de los meses necesarios para que descubran que esa emoción se evapora y es momento de avanzar hacia nuevas casillas, nuevas vidas por descubrir, nuevos trenes a los que subirse.
Yo he basado mi existencia en el amor, en el chute de sustancias cerebrales, en la sensación de ser admirado, querido, adorado, idolatrado, idealizado, sucumbido al deseo más animal. Esta es la droga que me ha mantenido vivo desde los 17 años más o menos, la droga que me ha matado tantas veces.
Y en todo este juego no hay término medio, y no lo hay por la sencilla razón de que al inicio es todo una inmensa alegría, el descubrir a la otra persona continuamente, que poco a poco se vaya habituando a ti y tu a ella, esa emoción inicial que siempre parece la mejor de todas, pues crees estar con la mejor persona del mundo, esa emoción ilusoria que te llena de vida, de fuerza, de esperanza, y todo esto solo puede ser algo muy bueno y buscado como refuerzo positivo por nuestro cerebro, el está contento contigo y tú con la vida. Demasiada felicidad que solo puede llevar al final a demasiada desilusión, tristeza y abandono. Porque la vida es una sucesión de prioridades que van cambiando a lo largo de la existencia y el amor también es una prioridad momentánea, todo muta, del bien al mal, del mal al bien, del todo a la nada y de la nada se vuelve a comenzar de cero.
No llevo bien esa premisa básica de la vida, no me gustan los cambios drásticos, ni saber que uno es una prioridad para alguien hasta que la moda interna de su pequeño cerebro le indica que es momento de avanzar dejando los lastres que te hunden, y no me gusta sobre todo cuando ese e lastre soy yo.
Y yo he jugado mucho, nunca me dejaba vencer, siempre estaba atento a las señales del fin para precipitarme como grasa resbaladiza antes de que me dejaran atrás a mí, solía ser lo que se llama un rompecorazones, utilizaba todo lo que iba aprendiendo del amor para conseguir mis propósitos y que las personas incautas se enamorara de mí y en eso era realmente bueno. Me jactaba de no haber sido nunca el abandonado, siempre era el “abandonador” malvado, el cruel pero con clase, el que necesitaba el cambio, el que pronunciaba frases del tipo: “no eres tu soy yo”. Leía todo lo que la ciencia moderna investigaba sobre el amor, me levantaba pensando en el amor y me acostaba penando en el amor, mi cerebro solo tenía conexiones neuronales basadas en la premisa: “conocimientos sobre el amor”, el resto de neuronas no servían para nada. Solo era feliz cuando conseguía enamorar a alguien, era un ser triste cuando me sentía solo, cuando nadie quería marcar mi número de teléfono para saber cómo estaba, sin amor era un ser completamente desequilibrado, un ente paralizado, una masa que se deformaba a cada minuto, que se restablecía para ir a la caza de la siguiente víctima a enamorar. Con el amor a mi lado me equilibraba, me volvía sensato, incluso independiente, era capaz de dejar de pensar en el amor, solo lo vivía, me sentía libre, feliz, lejano a la soledad y a la muerte, me sentía yo mismo. Como algunos alcohólicos que piensan que cuando no beben no son ellos mismos porque están cohibidos y taciturnos y que cuando le dan los primeros tragos empiezan a sentirse alegres, vivos y saben desenvolverse en la vida con soltura, sintiéndose ellos mismo con una fuerza embaucadora, ese era yo cuando estaba enamorado, un ser real, equilibrado, capaz de hacer cosas con alegría, motivado, creativo, vivo.
Continuará....
Capítulo uno. Primeras reflexiones
Cuando basas tu vida en el amor solo pueden pasarte cosas o muy buenas o muy malas, no hay término medio. Entre las buenas está ser ese centro de atención, ser la prioridad para otra persona, su primer y último pensamiento, el disfrute del buen sexo, las caricias, la dopamina levitando incansable por tu sistema nervioso, la alegría de sentirte vivo, alcanzar la sensación de poder llegar a ser tú mismo. Luego viene el bajón como si de cualquier tipo de droga se tratara, viene la desilusión, el desengaño, la pérdida de idealización, la realidad y es cuando te abandonan, te dejan atrás como un pequeño recuerdo que apenas se recuerda por la falta de entusiasmo y la indiferencia. Y si a eso le sumamos que a veces te dejan por otros más activos, más emocionantes, descubrimientos nuevos, el bajón se hace tan insoportable como el mono de una potente droga, como el delirium tremens del alcohol, con las convulsiones mentales de un ser abocado al fracaso emocional. Lo peor de todo es que la gente normal, la gente que no basa su vida en el amor, puede reponerse con mayor facilidad, puede pasar página haciendo otras tantas cosas que puedan llenarles, el problema de basar la vida en el amor es que cuando lo pierdes te sientes perdido demasiado tiempo, o quizás un breve espacio de tiempo pero demasiado profundo, ensordecedor y caótico, perdido en el abismo más oscuro de la oscuridad más tenebrosa.
Cuando basas tu vida en el amor, estas abocado al sufrimiento, a la desesperación ,a la continua búsqueda de felicidad inalcanzable más allá de los meses necesarios para que descubran que esa emoción se evapora y es momento de avanzar hacia nuevas casillas, nuevas vidas por descubrir, nuevos trenes a los que subirse.
Yo he basado mi existencia en el amor, en el chute de sustancias cerebrales, en la sensación de ser admirado, querido, adorado, idolatrado, idealizado, sucumbido al deseo más animal. Esta es la droga que me ha mantenido vivo desde los 17 años más o menos, la droga que me ha matado tantas veces.
Y en todo este juego no hay término medio, y no lo hay por la sencilla razón de que al inicio es todo una inmensa alegría, el descubrir a la otra persona continuamente, que poco a poco se vaya habituando a ti y tu a ella, esa emoción inicial que siempre parece la mejor de todas, pues crees estar con la mejor persona del mundo, esa emoción ilusoria que te llena de vida, de fuerza, de esperanza, y todo esto solo puede ser algo muy bueno y buscado como refuerzo positivo por nuestro cerebro, el está contento contigo y tú con la vida. Demasiada felicidad que solo puede llevar al final a demasiada desilusión, tristeza y abandono. Porque la vida es una sucesión de prioridades que van cambiando a lo largo de la existencia y el amor también es una prioridad momentánea, todo muta, del bien al mal, del mal al bien, del todo a la nada y de la nada se vuelve a comenzar de cero.
No llevo bien esa premisa básica de la vida, no me gustan los cambios drásticos, ni saber que uno es una prioridad para alguien hasta que la moda interna de su pequeño cerebro le indica que es momento de avanzar dejando los lastres que te hunden, y no me gusta sobre todo cuando ese e lastre soy yo.
Y yo he jugado mucho, nunca me dejaba vencer, siempre estaba atento a las señales del fin para precipitarme como grasa resbaladiza antes de que me dejaran atrás a mí, solía ser lo que se llama un rompecorazones, utilizaba todo lo que iba aprendiendo del amor para conseguir mis propósitos y que las personas incautas se enamorara de mí y en eso era realmente bueno. Me jactaba de no haber sido nunca el abandonado, siempre era el “abandonador” malvado, el cruel pero con clase, el que necesitaba el cambio, el que pronunciaba frases del tipo: “no eres tu soy yo”. Leía todo lo que la ciencia moderna investigaba sobre el amor, me levantaba pensando en el amor y me acostaba penando en el amor, mi cerebro solo tenía conexiones neuronales basadas en la premisa: “conocimientos sobre el amor”, el resto de neuronas no servían para nada. Solo era feliz cuando conseguía enamorar a alguien, era un ser triste cuando me sentía solo, cuando nadie quería marcar mi número de teléfono para saber cómo estaba, sin amor era un ser completamente desequilibrado, un ente paralizado, una masa que se deformaba a cada minuto, que se restablecía para ir a la caza de la siguiente víctima a enamorar. Con el amor a mi lado me equilibraba, me volvía sensato, incluso independiente, era capaz de dejar de pensar en el amor, solo lo vivía, me sentía libre, feliz, lejano a la soledad y a la muerte, me sentía yo mismo. Como algunos alcohólicos que piensan que cuando no beben no son ellos mismos porque están cohibidos y taciturnos y que cuando le dan los primeros tragos empiezan a sentirse alegres, vivos y saben desenvolverse en la vida con soltura, sintiéndose ellos mismo con una fuerza embaucadora, ese era yo cuando estaba enamorado, un ser real, equilibrado, capaz de hacer cosas con alegría, motivado, creativo, vivo.
Continuará....
domingo, 3 de julio de 2011
Concepto de Androgínia.
¿Qué es la androginia?
Entendida como la posibilidad de que un hombre o mujer pueda mostrar características femeninas o masculinas según las circunstancias que le rodean, la capacidad de entender mejor al otro sexo, compartiendo formas de pensar y actuar. Es decir los seres humanos ya no son dicotómicos u opuestos o bipolares, sino que se acercan, se mezclan y se entrelazan.
Bem, (1974), reintrodujo el concepto de Androginia psicológica. Definió la androginia como: “la capacidad de un individuo para exhibir rasgos y comportamientos "instrumentales" o típicamente masculinos (independencia, asertividad, liderazgo,) y "expresivos" o típicamente femeninos (contacto social, sensibilidad, empatía) observando que quienes tienen esta capacidad de comportarse androgínicamente, son psicológicamente más saludables”.
La evolución de la humanidad está dando un paso más allá al comprender la relevancia de este concepto. Pues tener la capacidad de mostrar rasgos femeninos y masculinos positivos, conduce a un pensamiento y actitudes más sanos y completos, pudiendo llegar a empatizar con ambos sexos, alejándose de los extremos peligrosos de lo esencialmente masculino y femenino. Para matizar un poco esta evolución, debemos saber que la genética y el dimorfismo sexual siguen presentes tanto en el hombre como la mujer y que partimos de una base genética diferenciada, con lo que la sociedad debe ir reeducando para adaptar la biología a las características socialmente aceptadas.
Y si nunca existió un hombre completamente masculino o una mujer completamente femenina, en la sociedad actual es aun más difícil ver alguno de estos extremos en estado puro.
Es en el Postmodernismo cuando empezamos a observar con fuerza este concepto de androginia, para Iris Luna esta etapa de la historia permite “el surgimiento de una sociedad en la que los rasgos o atributos antes asignados a cada sexo, se presenten indistintamente en ambos géneros (…) La androginia cobra una especial importancia, pues permite que los individuos presenten un abanico amplio de posibilidades que les hacen más fácil adaptarse al convulsionado medio contemporáneo en el que los roles tradicionales y los estereotipos dejan de ser funcionales; no se trata sólo de la profusión de imágenes externas ya habituales en nuestra cultura (varones usando cabellos largos, zarcillos, ó mujeres con pelo corto, cuerpos escuálidos y atuendos antes masculinos), también se puede evidenciar cierto malestar de encarnar un modelo binario "hombre" o "mujer", el rechazo claro de identidades prefijadas, y la necesidad de desarrollar múltiples y variadas estrategias de funcionamiento”.
Hoy hombres y mujeres somos más parecidos que nunca, tenemos los mismos derechos, deberes y libertades y nuestros comportamientos son más homogéneos, somos seres socialmente andróginos. Esta reflexión nos puede conducir a plantearnos la siguiente pregunta:
¿Cuáles son las características masculinas y femeninas deseables para nuestra sociedad actual?
Si bien como vengo comentando, nuestros comportamientos y características se están homogeneizando, podemos reflexionar sobre cuáles son las características masculinas y femeninas más positivas que deben tener los seres humanos en general, ya seamos varones o mujeres.
1. Características positivas de carácter típico masculino
• Liderazgo, entendido este como capacidad de hacer lo correcto y lo positivo para los demás, además de saber guiar al grupo a la consecución de metas positivas y relevantes.
• Originalidad/ creatividad, la capacidad inventiva y creadora masculina
• Tenacidad: la perseverancia es uno de los rasgos positivos de las características típicas masculinas.
2. Características positivas de carácter femenino:
• Ternura, afectividad, sensibilidad: capacidades básicas positivas
• Empatía, la capacidad de conectar con los demás, de ponerse en el lugar del otro.
• Solidaridad, la capacidad de altruismo y colaboración.
• Madurez, la madurez es un aspecto característico femenino.
Estas son algunas de las características básicas que tanto hombres como mujeres deben poseer en nuestra sociedad actual.
Para autores como Michael Sky (1993), la sociedad está en plena transformación y afirma que debemos pasar del pensamiento típico masculino de individualidad, agresividad, dominación a un pensamiento más cargado de atributos femeninos como: la empatía, la colaboración, el dialogo y la comunicación. Para él las sociedades han sufrido mucho, han soportado el abuso de poder, la violencia, el individualismo característico del pensamiento masculino y que ya es hora de dejar paso a un pensamiento más femenino cargado de empatía y colaboración altruista, que conllevará la modificación de pensamientos egoístas a pensamientos más sociales y comprometidos.
Estos argumentos nos llevan a reflexionar sobre cuáles son esas características indeseables y que conviene erradicar de nuestras sociedades.
1. Características negativas de carácter masculino:
• Competitividad, debemos erradicar el pensamiento competitivo y transformarlo en pensamiento colaborativo-cooperativo
• Agresividad, eliminar la agresividad y transformarla en diálogo constructivo
• Egocentrismo/ Individualidad, disminuir la individualidad y trabajar más en colaboración a través de la comunicación positiva
• Dominancia, erradicar el sentimiento de poder y dominancia típico masculino y transformarlo en empatía, colaboración y descentralización del poder.
Opino lo mismo que Michael Sky, ya es hora de cambiar estos atributos masculinos como la competitividad, la agresividad, la individualidad y el placer por el poder y el dominio y transformarlos en un pensamiento de corte femenino, como son la solidaridad, la empatía, la colaboración y la comunicación positiva. Bastante ha sufrido la humanidad con el abuso de poder, el individualismo y las continuas competiciones absurdas. Es la hora del entendimiento, de la comunicación y de la colaboración.
Pero también se le achaca un potencial negativo a algunas de las características tradicionales femeninas, que además deben ser erradicadas en la sociedad actual.
2. Características negativas de carácter femenino:
• Pasividad, debemos pasar de la pasividad a una actitud activa prococial
• Dependencia, de la dependencia típica femenina debemos pasar a la interdependencia de hombres y mujeres en un continuo estable.
Debemos erradicar estos comportamientos o atributos tanto en hombres como en mujeres, pues nuestras sociedades actuales demandan otros tipos de roles en los seres humanos, somos más abiertos, plurales, comprensivos, alejados de lo puramente femenino o puramente masculino, eliminando las barricadas que producen los extremos opuestos y alcanzando y desarrollando individuos con características positivas más entremezcladas y homogéneas, respetando las barreras de lo que los hombres desean en las mujeres y viceversa.
Tanto hombres como mujeres tienen atributos deseables, por lo que debemos apostar por el carácter andrógino del ser humano pues tiene un poder positivo ya que ayuda a empatizar mejor con el sexo opuesto, ayuda a mejorar la comunicación, a eliminar barreras sociales y a alcanzar una mejor colaboración y cooperación.
Para terminar y con el propósito de aclarar términos expongo las definiciones de feminidad y masculinidad que se pueden encontrar en Wikipedia:
Feminidad: es el conjunto de cualidades que se manifiestan en mayor medida en las mujeres en una cultura particular. Es un concepto que alude a los valores, características y comportamientos tanto aprendidos, como a características especificamente biológicas.
Se entiende por feminidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría mujer. Algunos ejemplos de esos atributos son la comprensión, la debilidad y vulnerabilidad, la muestra de afecto, la educación y los cuidados de la descendencia, etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las mujeres han sufrido una gran presión social para responder delante de las demás con comportamientos asociados a esos atributos.
Masculinidad: Se entiende por masculinidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría hombre. Algunos ejemplos de esos atributos son la fuerza, la valentía, la virilidad, el triunfo, la competición, la seguridad, el no mostrar afectividad etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las personas consideradas hombres han sufrido una gran presión social para responder con comportamientos asociados a esos atributos.
Feminidad y masculinidad son en definitiva dos formas de pensar, actuar y sentir que ha de tener cada sexo según el rol al que pertenecen, como hemos visto las particularidades que conllevan ambos conceptos son modificables, no son inmutables, pues las sociedades van evolucionando arrastrando a estos conceptos y modificándolos, alcanzando en la actualidad al concepto de androginia ya comentado.
La androginia es positiva, salvando siempre los rasgos masculinos y femeninos deseados por el otro sexo como atractivos. Debemos erradicar una serie de atributos de ambos sexos para que la sociedad evolucione favorablemente y debemos mantener otros, que son los que nos dirigen a sociedades más plurales, comunicativas y colaborativas. Tenemos la obligación de pasar de un modelo contaminado masculino a un modelo de preferencias femeninas, para alcanzar las metas de una sociedad democrática, tolerante, altruista y empática.
Entendida como la posibilidad de que un hombre o mujer pueda mostrar características femeninas o masculinas según las circunstancias que le rodean, la capacidad de entender mejor al otro sexo, compartiendo formas de pensar y actuar. Es decir los seres humanos ya no son dicotómicos u opuestos o bipolares, sino que se acercan, se mezclan y se entrelazan.
Bem, (1974), reintrodujo el concepto de Androginia psicológica. Definió la androginia como: “la capacidad de un individuo para exhibir rasgos y comportamientos "instrumentales" o típicamente masculinos (independencia, asertividad, liderazgo,) y "expresivos" o típicamente femeninos (contacto social, sensibilidad, empatía) observando que quienes tienen esta capacidad de comportarse androgínicamente, son psicológicamente más saludables”.
La evolución de la humanidad está dando un paso más allá al comprender la relevancia de este concepto. Pues tener la capacidad de mostrar rasgos femeninos y masculinos positivos, conduce a un pensamiento y actitudes más sanos y completos, pudiendo llegar a empatizar con ambos sexos, alejándose de los extremos peligrosos de lo esencialmente masculino y femenino. Para matizar un poco esta evolución, debemos saber que la genética y el dimorfismo sexual siguen presentes tanto en el hombre como la mujer y que partimos de una base genética diferenciada, con lo que la sociedad debe ir reeducando para adaptar la biología a las características socialmente aceptadas.
Y si nunca existió un hombre completamente masculino o una mujer completamente femenina, en la sociedad actual es aun más difícil ver alguno de estos extremos en estado puro.
Es en el Postmodernismo cuando empezamos a observar con fuerza este concepto de androginia, para Iris Luna esta etapa de la historia permite “el surgimiento de una sociedad en la que los rasgos o atributos antes asignados a cada sexo, se presenten indistintamente en ambos géneros (…) La androginia cobra una especial importancia, pues permite que los individuos presenten un abanico amplio de posibilidades que les hacen más fácil adaptarse al convulsionado medio contemporáneo en el que los roles tradicionales y los estereotipos dejan de ser funcionales; no se trata sólo de la profusión de imágenes externas ya habituales en nuestra cultura (varones usando cabellos largos, zarcillos, ó mujeres con pelo corto, cuerpos escuálidos y atuendos antes masculinos), también se puede evidenciar cierto malestar de encarnar un modelo binario "hombre" o "mujer", el rechazo claro de identidades prefijadas, y la necesidad de desarrollar múltiples y variadas estrategias de funcionamiento”.
Hoy hombres y mujeres somos más parecidos que nunca, tenemos los mismos derechos, deberes y libertades y nuestros comportamientos son más homogéneos, somos seres socialmente andróginos. Esta reflexión nos puede conducir a plantearnos la siguiente pregunta:
¿Cuáles son las características masculinas y femeninas deseables para nuestra sociedad actual?
Si bien como vengo comentando, nuestros comportamientos y características se están homogeneizando, podemos reflexionar sobre cuáles son las características masculinas y femeninas más positivas que deben tener los seres humanos en general, ya seamos varones o mujeres.
1. Características positivas de carácter típico masculino
• Liderazgo, entendido este como capacidad de hacer lo correcto y lo positivo para los demás, además de saber guiar al grupo a la consecución de metas positivas y relevantes.
• Originalidad/ creatividad, la capacidad inventiva y creadora masculina
• Tenacidad: la perseverancia es uno de los rasgos positivos de las características típicas masculinas.
2. Características positivas de carácter femenino:
• Ternura, afectividad, sensibilidad: capacidades básicas positivas
• Empatía, la capacidad de conectar con los demás, de ponerse en el lugar del otro.
• Solidaridad, la capacidad de altruismo y colaboración.
• Madurez, la madurez es un aspecto característico femenino.
Estas son algunas de las características básicas que tanto hombres como mujeres deben poseer en nuestra sociedad actual.
Para autores como Michael Sky (1993), la sociedad está en plena transformación y afirma que debemos pasar del pensamiento típico masculino de individualidad, agresividad, dominación a un pensamiento más cargado de atributos femeninos como: la empatía, la colaboración, el dialogo y la comunicación. Para él las sociedades han sufrido mucho, han soportado el abuso de poder, la violencia, el individualismo característico del pensamiento masculino y que ya es hora de dejar paso a un pensamiento más femenino cargado de empatía y colaboración altruista, que conllevará la modificación de pensamientos egoístas a pensamientos más sociales y comprometidos.
Estos argumentos nos llevan a reflexionar sobre cuáles son esas características indeseables y que conviene erradicar de nuestras sociedades.
1. Características negativas de carácter masculino:
• Competitividad, debemos erradicar el pensamiento competitivo y transformarlo en pensamiento colaborativo-cooperativo
• Agresividad, eliminar la agresividad y transformarla en diálogo constructivo
• Egocentrismo/ Individualidad, disminuir la individualidad y trabajar más en colaboración a través de la comunicación positiva
• Dominancia, erradicar el sentimiento de poder y dominancia típico masculino y transformarlo en empatía, colaboración y descentralización del poder.
Opino lo mismo que Michael Sky, ya es hora de cambiar estos atributos masculinos como la competitividad, la agresividad, la individualidad y el placer por el poder y el dominio y transformarlos en un pensamiento de corte femenino, como son la solidaridad, la empatía, la colaboración y la comunicación positiva. Bastante ha sufrido la humanidad con el abuso de poder, el individualismo y las continuas competiciones absurdas. Es la hora del entendimiento, de la comunicación y de la colaboración.
Pero también se le achaca un potencial negativo a algunas de las características tradicionales femeninas, que además deben ser erradicadas en la sociedad actual.
2. Características negativas de carácter femenino:
• Pasividad, debemos pasar de la pasividad a una actitud activa prococial
• Dependencia, de la dependencia típica femenina debemos pasar a la interdependencia de hombres y mujeres en un continuo estable.
Debemos erradicar estos comportamientos o atributos tanto en hombres como en mujeres, pues nuestras sociedades actuales demandan otros tipos de roles en los seres humanos, somos más abiertos, plurales, comprensivos, alejados de lo puramente femenino o puramente masculino, eliminando las barricadas que producen los extremos opuestos y alcanzando y desarrollando individuos con características positivas más entremezcladas y homogéneas, respetando las barreras de lo que los hombres desean en las mujeres y viceversa.
Tanto hombres como mujeres tienen atributos deseables, por lo que debemos apostar por el carácter andrógino del ser humano pues tiene un poder positivo ya que ayuda a empatizar mejor con el sexo opuesto, ayuda a mejorar la comunicación, a eliminar barreras sociales y a alcanzar una mejor colaboración y cooperación.
Para terminar y con el propósito de aclarar términos expongo las definiciones de feminidad y masculinidad que se pueden encontrar en Wikipedia:
Feminidad: es el conjunto de cualidades que se manifiestan en mayor medida en las mujeres en una cultura particular. Es un concepto que alude a los valores, características y comportamientos tanto aprendidos, como a características especificamente biológicas.
Se entiende por feminidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría mujer. Algunos ejemplos de esos atributos son la comprensión, la debilidad y vulnerabilidad, la muestra de afecto, la educación y los cuidados de la descendencia, etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las mujeres han sufrido una gran presión social para responder delante de las demás con comportamientos asociados a esos atributos.
Masculinidad: Se entiende por masculinidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría hombre. Algunos ejemplos de esos atributos son la fuerza, la valentía, la virilidad, el triunfo, la competición, la seguridad, el no mostrar afectividad etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las personas consideradas hombres han sufrido una gran presión social para responder con comportamientos asociados a esos atributos.
Feminidad y masculinidad son en definitiva dos formas de pensar, actuar y sentir que ha de tener cada sexo según el rol al que pertenecen, como hemos visto las particularidades que conllevan ambos conceptos son modificables, no son inmutables, pues las sociedades van evolucionando arrastrando a estos conceptos y modificándolos, alcanzando en la actualidad al concepto de androginia ya comentado.
La androginia es positiva, salvando siempre los rasgos masculinos y femeninos deseados por el otro sexo como atractivos. Debemos erradicar una serie de atributos de ambos sexos para que la sociedad evolucione favorablemente y debemos mantener otros, que son los que nos dirigen a sociedades más plurales, comunicativas y colaborativas. Tenemos la obligación de pasar de un modelo contaminado masculino a un modelo de preferencias femeninas, para alcanzar las metas de una sociedad democrática, tolerante, altruista y empática.
jueves, 30 de junio de 2011
La seducción: ¿debemos enseñar a seducir?
Si Erich Fromm nos convencía de que amar es un proceso artístico, saber amar es un arte, de la seducción podemos decir exactamente lo mismo, la seducción es un arte que se ha de ir trabajando a lo largo de la vida.
Para la Real Academia de la Lengua Española, seducir significa:
(Del lat. seducĕre).
1. tr. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo.
2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual.
3. tr. Embargar o cautivar el ánimo.
Estas definiciones de seducción nos pueden llevar a creer que la seducción solo es un engaño, que conlleva un propósito concreto, obtener placer sexual y nos empuja a cautivar al otro. Entonces, ¿deberíamos enseñar a las personas, a nuestros hijos, adolescentes y mayores a saber seducir? Si lo apreciamos desde este ángulo del engaño, parecería que la respuesta debería ser negativa, no obstante saber atraer a las personas no ha de conllevar una malicia o persuasión maligna. Parece aquí que enseñar a seducir se podría traducir como a enseñar magia negra, una magia maligna que provoca que los demás se enamoren en contra de su voluntad. Pero también podemos entender la seducción como magia blanca, como una forma normal de acercamiento entre dos seres humanos, positiva, placentera y beneficiosa.
Otras definiciones de seducción pueden acercarnos de forma más sistemática a la realidad de lo que consiste y conlleva seducir:
Una definición la podemos obtener de la página web: www.psicologiacientifica.com, donde seducción significa:
“Un conjunto de expresiones y manifestaciones, aspectos psicofísicos y comportamentales, que emanan de la forma de ser de la personas (nadie da lo que no tiene), con el fin de conseguir una interacción con los otros. Todas las personas pueden ser seductoras, deseamos gustar a los demás, ser queridas y reconocidas, ser valoradas, como padre o madre, como profesional, como amiga o amigo.
Para seducir empleamos el arte de sugerir, mostrar o insinuar, para ello utilizamos miradas, palabras que acarician, silencios persuasivos, gestos y contactos oculares, etc.
Como vemos la seducción tiene un carácter universal, seducir está inscrito en la naturaleza humana y sus señales son instintivas, además de poder moldearlas y modelarlas a través del aprendizaje. El proceso de la seducción es una forma de llamar la atención, una disposición que activa la conducta y promueve actitudes para conectarse con el otro desde uno mismo a través de la comunicación verbal y no verbal.”
Desde este punto de vista parece que seducir es un proceso normal, universal, que forma parte de todos los seres humanos y que conlleva tanto un trazado innato como un bagaje que ha de ser aprendido, para mejorar los resquicios innatos de nuestro fuero animal. No se observa señal alguna de esa magia negra que empecé comentando, sino que se toma como un proceso normal que puede ser aprendido para mejorar nuestras relaciones o inicios de relaciones posteriores. La seducción se produce por la necesidad de conexión con los demás, de querer mostrar como somos, la necesidad de ser aceptados y de sentirnos especiales a través de la comunicación tanto verbal como no verbal.
La autoestima influye directamente en el placer de la seducción, con una autoestima adecuada podemos hacer frente a esa forma especial de comunicación, podemos mostrarnos como somos y actuar con confianza, produciendo un efecto atractivo a los ojos de los demás. Debemos perder el miedo de lo que piensan los demás sobre nosotros para poder seducir.
La página web: www.psicologiacientifica.com, concluye:
“Consideramos que la seducción implica la manifestación de nuestra intimidad ya que representa un conjunto de manifestaciones y expresiones del yo, una serie de actos expresivos, comunicativos y relacionales, cuya intencionalidad es interactuar con los otros. Se trata, pues, de una comunicación auto reveladora en la que se exteriorizan aspectos de uno mismo, como son: pensamientos, sentimientos, emociones y deseos, poniendo en evidencia del otro la disposición activa de los mismos. Por ello el proceso de seducción puede darse en cualquier ámbito de la vida (…).
A la hora de seducir es necesario conocerse uno mismo, con las aptitudes y limitaciones de nuestro propio yo, reflexionando sobre la propia seducción, sin frenarla, sino encauzándola como un proceso más del hecho de ser persona.”
Para Carlos Yela las pautas de seducción que conducen al enamoramiento implica (Yela, 2000):
“Aumentar en la frecuencia de encuentros con esa persona, compartir situaciones de alta actividad fisiológica y potenciar el atractivo físico propio teniendo en cuenta los gustos del otro sexo. Para ello, los esfuerzos se centran en mostrar una adecuada comunicación no verbal, un lenguaje un tanto ambiguo y lúdico, características sociales deseables (simpatía, prestigio, relevancia social), características personales deseables por el otro, similitudes de actitudes, gustos, opiniones y que los deseos y necesidades de uno y otro son complementarios, y se llevan a cabo progresivas autorrevelaciones personales de forma paulatinamente creciente tanto en frecuencia como en profundidad.”
La seducción implica pues, mostrar lo mejor de nosotros mismos, intentando ser lo más parecido al otro en aspectos lúdicos y relevantes, se puede entender como un engaño encubierto, al mostrar solo nuestra parte buena visible, dejando nuestras oscuridades en el fondo del baúl, provocando que la otra persona nos idealice, nos magnifique y acabe enamorándose, con las consiguientes frustraciones a largo plazo, de ver como se desvanece ese ser maravilloso cuando la realidad pesa más que la seducción, el autoengaño y la idealización.
Por ello es importante educar a los jóvenes en el arte de seducir, no solo para que sepan interactuar con el sexo que les atrae, sino para que también tengan en cuenta, que la seducción conlleva, un pequeño engaño perceptivo, una idealización y una actitud de solo observar lo positivo que hay en el otro, para que sepan que el tiempo y la comunicación continua modifica estos patrones ideales y seductores, mostrando a cada uno como es en realidad. Efecto que no ha de ser positivo ni negativo, es tan solo un hecho que acontece en la vida de las parejas de modo natural, el conocimiento otorga la razón y el entendimiento de saber en verdad como son los demás una vez pasada la época de la seducción y la idealización. La otra persona tiene más formas de ser de las que nos creíamos en un primer momento y este proceso tan complejo han de aprenderlo nuestros adolescente, para no vivir una vida de continuos fracasos amorosos cuando descubren que el otro está cambiando, pues el cambio es un proceso normal y la seducción es el primero de los procesos que se han de conocer y aprender.
En este momento estoy en disposición de ofrecer mi propia definición del concepto de seducción basándome en lo comentado hasta ahora:
“La seducción es un proceso básico de las relaciones humanas, basado en patrones tanto universales como aprendidos, cuya finalidad es lograr una conexión especial con otro ser humano, promoviendo sensaciones de autorrealización, intimidad, acercamiento y de unión. Este proceso provoca que nos mostremos socialmente aceptables, deseables, potenciando nuestro atractivo físico y social de cara a la persona que queremos seducir. Puede inducir a la idealización y a una visión reduccionista de las características del otro.”
La seducción es un proceso básico, quiere decir que es un continuo, que se ejerce a lo largo del tiempo, que va modificándose como se modifican las etapas de las relaciones, es básico porque acontece a todos los seres humanos de manera natural y universal.
También es un proceso aprendido, pues si bien se parte de una base innata, debemos practicar el arte de la seducción para mejorar y alcanzar un mayor conocimiento propio, un conocimiento de los demás y de las relaciones de pareja optimo. Aprender a seducir mejora la calidad de las relaciones y de las interacciones con el sexo que nos interesa.
La finalidad es lograr una conexión con otro individuo, una comunicación especial, que nos refuerza y alimenta, para sentirnos unidos y realizados.
Conlleva una parte de engaño, pues solo mostramos aquello de nosotros que nos interesa dar a conocer, potenciamos nuestro atractivo social y físico pudiendo provocar una idealización en el ser a seducir y una visión reducida de cómo somos en realidad.
Esto último nos puede inducir a pensar que el término seducir puede tener una connotación negativa, según se considere mayor o menor cantidad de engaño. Si el engaño no pasa del simple juego del coqueteo, de mostrar uno algunas cartas que le interesan y no hace daño a terceras personas, debemos entender que la seducción es tan solo una parte más de las relaciones de pareja, que alimenta el contacto y es un aliciente reforzador para seguir conociendo al otro.
Por ello creo firmemente que las personas, nuestros jóvenes y no tan jóvenes deben aprender pautas de seducción que les ayuden a mejorar sus interacciones con los demás, que sepan usar esas armas en pro de mejorar la calidad de sus relaciones y no como mero divertimento donde alguien pueda salir mal parado. Debemos enseñar que ofrece la seducción y como esta pasa también por etapas, que los jóvenes sepan que es un proceso más de la evolución de una pareja y sobre todo hacerles entender que el comportamiento de una persona que seduce, es solo una mínima parte de su forma de ser, siendo esta parte un juego de pequeños engaños perceptivos y que con el paso del tiempo la persona que seduce pasara a un estado más relajado y no por ello está engañándonos vilmente, ni es una mala persona, haciéndonos llegar a pensar que la relación deba acabar. Pues con este pensamiento los jóvenes verán frustradas muchas relaciones, por esta distorsión cognitiva de creer que la persona que seduce, realmente es así y todo el tiempo, como un rasgo estable de personalidad.
Para no dejar que los jóvenes se confundan y se frustren debemos enseñar pautas de seducción y todo lo que implica seducir a alguien.
Para la Real Academia de la Lengua Española, seducir significa:
(Del lat. seducĕre).
1. tr. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo.
2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual.
3. tr. Embargar o cautivar el ánimo.
Estas definiciones de seducción nos pueden llevar a creer que la seducción solo es un engaño, que conlleva un propósito concreto, obtener placer sexual y nos empuja a cautivar al otro. Entonces, ¿deberíamos enseñar a las personas, a nuestros hijos, adolescentes y mayores a saber seducir? Si lo apreciamos desde este ángulo del engaño, parecería que la respuesta debería ser negativa, no obstante saber atraer a las personas no ha de conllevar una malicia o persuasión maligna. Parece aquí que enseñar a seducir se podría traducir como a enseñar magia negra, una magia maligna que provoca que los demás se enamoren en contra de su voluntad. Pero también podemos entender la seducción como magia blanca, como una forma normal de acercamiento entre dos seres humanos, positiva, placentera y beneficiosa.
Otras definiciones de seducción pueden acercarnos de forma más sistemática a la realidad de lo que consiste y conlleva seducir:
Una definición la podemos obtener de la página web: www.psicologiacientifica.com, donde seducción significa:
“Un conjunto de expresiones y manifestaciones, aspectos psicofísicos y comportamentales, que emanan de la forma de ser de la personas (nadie da lo que no tiene), con el fin de conseguir una interacción con los otros. Todas las personas pueden ser seductoras, deseamos gustar a los demás, ser queridas y reconocidas, ser valoradas, como padre o madre, como profesional, como amiga o amigo.
Para seducir empleamos el arte de sugerir, mostrar o insinuar, para ello utilizamos miradas, palabras que acarician, silencios persuasivos, gestos y contactos oculares, etc.
Como vemos la seducción tiene un carácter universal, seducir está inscrito en la naturaleza humana y sus señales son instintivas, además de poder moldearlas y modelarlas a través del aprendizaje. El proceso de la seducción es una forma de llamar la atención, una disposición que activa la conducta y promueve actitudes para conectarse con el otro desde uno mismo a través de la comunicación verbal y no verbal.”
Desde este punto de vista parece que seducir es un proceso normal, universal, que forma parte de todos los seres humanos y que conlleva tanto un trazado innato como un bagaje que ha de ser aprendido, para mejorar los resquicios innatos de nuestro fuero animal. No se observa señal alguna de esa magia negra que empecé comentando, sino que se toma como un proceso normal que puede ser aprendido para mejorar nuestras relaciones o inicios de relaciones posteriores. La seducción se produce por la necesidad de conexión con los demás, de querer mostrar como somos, la necesidad de ser aceptados y de sentirnos especiales a través de la comunicación tanto verbal como no verbal.
La autoestima influye directamente en el placer de la seducción, con una autoestima adecuada podemos hacer frente a esa forma especial de comunicación, podemos mostrarnos como somos y actuar con confianza, produciendo un efecto atractivo a los ojos de los demás. Debemos perder el miedo de lo que piensan los demás sobre nosotros para poder seducir.
La página web: www.psicologiacientifica.com, concluye:
“Consideramos que la seducción implica la manifestación de nuestra intimidad ya que representa un conjunto de manifestaciones y expresiones del yo, una serie de actos expresivos, comunicativos y relacionales, cuya intencionalidad es interactuar con los otros. Se trata, pues, de una comunicación auto reveladora en la que se exteriorizan aspectos de uno mismo, como son: pensamientos, sentimientos, emociones y deseos, poniendo en evidencia del otro la disposición activa de los mismos. Por ello el proceso de seducción puede darse en cualquier ámbito de la vida (…).
A la hora de seducir es necesario conocerse uno mismo, con las aptitudes y limitaciones de nuestro propio yo, reflexionando sobre la propia seducción, sin frenarla, sino encauzándola como un proceso más del hecho de ser persona.”
Para Carlos Yela las pautas de seducción que conducen al enamoramiento implica (Yela, 2000):
“Aumentar en la frecuencia de encuentros con esa persona, compartir situaciones de alta actividad fisiológica y potenciar el atractivo físico propio teniendo en cuenta los gustos del otro sexo. Para ello, los esfuerzos se centran en mostrar una adecuada comunicación no verbal, un lenguaje un tanto ambiguo y lúdico, características sociales deseables (simpatía, prestigio, relevancia social), características personales deseables por el otro, similitudes de actitudes, gustos, opiniones y que los deseos y necesidades de uno y otro son complementarios, y se llevan a cabo progresivas autorrevelaciones personales de forma paulatinamente creciente tanto en frecuencia como en profundidad.”
La seducción implica pues, mostrar lo mejor de nosotros mismos, intentando ser lo más parecido al otro en aspectos lúdicos y relevantes, se puede entender como un engaño encubierto, al mostrar solo nuestra parte buena visible, dejando nuestras oscuridades en el fondo del baúl, provocando que la otra persona nos idealice, nos magnifique y acabe enamorándose, con las consiguientes frustraciones a largo plazo, de ver como se desvanece ese ser maravilloso cuando la realidad pesa más que la seducción, el autoengaño y la idealización.
Por ello es importante educar a los jóvenes en el arte de seducir, no solo para que sepan interactuar con el sexo que les atrae, sino para que también tengan en cuenta, que la seducción conlleva, un pequeño engaño perceptivo, una idealización y una actitud de solo observar lo positivo que hay en el otro, para que sepan que el tiempo y la comunicación continua modifica estos patrones ideales y seductores, mostrando a cada uno como es en realidad. Efecto que no ha de ser positivo ni negativo, es tan solo un hecho que acontece en la vida de las parejas de modo natural, el conocimiento otorga la razón y el entendimiento de saber en verdad como son los demás una vez pasada la época de la seducción y la idealización. La otra persona tiene más formas de ser de las que nos creíamos en un primer momento y este proceso tan complejo han de aprenderlo nuestros adolescente, para no vivir una vida de continuos fracasos amorosos cuando descubren que el otro está cambiando, pues el cambio es un proceso normal y la seducción es el primero de los procesos que se han de conocer y aprender.
En este momento estoy en disposición de ofrecer mi propia definición del concepto de seducción basándome en lo comentado hasta ahora:
“La seducción es un proceso básico de las relaciones humanas, basado en patrones tanto universales como aprendidos, cuya finalidad es lograr una conexión especial con otro ser humano, promoviendo sensaciones de autorrealización, intimidad, acercamiento y de unión. Este proceso provoca que nos mostremos socialmente aceptables, deseables, potenciando nuestro atractivo físico y social de cara a la persona que queremos seducir. Puede inducir a la idealización y a una visión reduccionista de las características del otro.”
La seducción es un proceso básico, quiere decir que es un continuo, que se ejerce a lo largo del tiempo, que va modificándose como se modifican las etapas de las relaciones, es básico porque acontece a todos los seres humanos de manera natural y universal.
También es un proceso aprendido, pues si bien se parte de una base innata, debemos practicar el arte de la seducción para mejorar y alcanzar un mayor conocimiento propio, un conocimiento de los demás y de las relaciones de pareja optimo. Aprender a seducir mejora la calidad de las relaciones y de las interacciones con el sexo que nos interesa.
La finalidad es lograr una conexión con otro individuo, una comunicación especial, que nos refuerza y alimenta, para sentirnos unidos y realizados.
Conlleva una parte de engaño, pues solo mostramos aquello de nosotros que nos interesa dar a conocer, potenciamos nuestro atractivo social y físico pudiendo provocar una idealización en el ser a seducir y una visión reducida de cómo somos en realidad.
Esto último nos puede inducir a pensar que el término seducir puede tener una connotación negativa, según se considere mayor o menor cantidad de engaño. Si el engaño no pasa del simple juego del coqueteo, de mostrar uno algunas cartas que le interesan y no hace daño a terceras personas, debemos entender que la seducción es tan solo una parte más de las relaciones de pareja, que alimenta el contacto y es un aliciente reforzador para seguir conociendo al otro.
Por ello creo firmemente que las personas, nuestros jóvenes y no tan jóvenes deben aprender pautas de seducción que les ayuden a mejorar sus interacciones con los demás, que sepan usar esas armas en pro de mejorar la calidad de sus relaciones y no como mero divertimento donde alguien pueda salir mal parado. Debemos enseñar que ofrece la seducción y como esta pasa también por etapas, que los jóvenes sepan que es un proceso más de la evolución de una pareja y sobre todo hacerles entender que el comportamiento de una persona que seduce, es solo una mínima parte de su forma de ser, siendo esta parte un juego de pequeños engaños perceptivos y que con el paso del tiempo la persona que seduce pasara a un estado más relajado y no por ello está engañándonos vilmente, ni es una mala persona, haciéndonos llegar a pensar que la relación deba acabar. Pues con este pensamiento los jóvenes verán frustradas muchas relaciones, por esta distorsión cognitiva de creer que la persona que seduce, realmente es así y todo el tiempo, como un rasgo estable de personalidad.
Para no dejar que los jóvenes se confundan y se frustren debemos enseñar pautas de seducción y todo lo que implica seducir a alguien.
viernes, 24 de junio de 2011
Dejadme olvidar
Dejadme, dejadme, estoy bien. No me hagáis más hablar del mismo tema, ¿es que solo existe esa cara de estupefacción en todos los rostros que saben lo que ocurre? ¿Es que solo hay un tema del que se me puede hablar? Solo hace aumentar mi frustración y tristeza. Soy más cosas que un trozo de carne pegado a ella. Soy una persona, un ente, pero ahora estoy infravalorado. No hay conversaciones en las que no salga un mismo nombre, con una misma problemática y una falsa esperanza, que todo el mundo me da, diciéndome: “esas cosas que te cuentan ahora de ella no son tan verdad como parecen”. Porque nadie quiere creerlas, ya que piensan que si una pareja así acaba de esa forma tan triste, es que el amor está muerto, que todos corren el mismo riesgo y por ello nadie lo acepta. “Una pareja modelo”, no paran de decirme, ejemplares, cariñosos, perfectos. Nadie lo cree y va a pasar ya un mes. Ya casi me sentía alegre, como que por fin sacaba un brazo del fango, como que podía ver un nuevo cielo azul hay fuera en la oscuridad, pero me traéis un nefasto regalo cuando me preguntáis como estoy o si se algo de ella, o si una extraña viene a contarme lo feliz que es ahora ella sin mí, o como cuando me recordáis las cosas que le gustaban, o cuando bromeáis con mi nombre y el suyo, o cuando tan solo me miráis con cara de pena, o cuando el maldito facebook me la escupe, día tras día, cruel y exasperante. Así no se puede avanzar, así solo estoy triste de nuevo, así no puedo sonreír sincero. Y me quedo quieto oyendo como me decís, “estáis matando el amor verdadero”. Como si yo fuera participe de los últimos acontecimientos, yo ya estoy fuera de todo, incluso de mi mismo. También veo su mundo pasar y saludarme, la gente con la que ella va, con la que en ese momento no está y eso también me pone triste. La veo feliz con mis amigos, como si nada hubiera pasado y eso también me pone triste. Y no sé que es peor, marcharme para olvidar todo esto que me pone triste a un lugar que me pondrá triste porque ella no estará o quedarme viendo como me recordáis a ella, sin querer, como si yo ya estuviera recuperado y feliz. No sé que es peor. S i me voy sé que al principio sufriré porque no me acompaña, pero sé que el paso del tiempo borrará mi tristeza y empezaré a vivir cosas nuevas allí, relegando su trazo a mero recuerdo borroso. Si me quedo, lo estaría haciendo por ella, por la incapacidad de no poder irme. Ya incluso había dejado de escribir, de necesitar desahogarme, porque me estaba apaciguando, con vuestra ayuda, vuestras conversaciones al Messenger, con vuestras cervezas al son de la noche, con vuestro calor, con vuestras historias, con vuestras esperanzas. Pero dejar de preguntarme por ella y si yo lo hago no contestarme nada, esperad a que se me pase y callaos. Gracias por vuestras conversaciones reponedoras, sé que no estoy solo, que hay mas mundos dentro de mi pequeño mundo, que todos podemos volver a ser felices, solo hay que reposar, aceptar y olvidar.
lunes, 20 de junio de 2011
Game over
Juego a olvidarte, a cambiar de nombre por si aun sigo siendo el mismo, en el mismo lugar, la misma ciudad y la misma cara de tonto que se me quedó al conocer la verdad. Juego a ir a los sitios solo o acompañado por otras sonrisas, a los mismos sitios que pisamos, que tocamos. Juego a mirar como si nada pasara, como ausente y dispuesto a cualquier plan que me haga ser más fuerte. Juego a querer hacer fuego poniendo una papeleta en blanco, por si tengo la mala suerte de que no se me cumple de nuevo mi deseo. Juego a estar bien por fuera, a cambiar mis logos, mis premisas y mis pasiones. Juego a equivocarme gravemente, mientras me bebo unos tragos de algo que me despeje la conciencia. Juego a convertirme en alguien cordial, que sonríe de nuevo, que expresa confianza en sí mismo, alguien que no ha sido abandonado. Juego a hablar despreocupado, como si no me afectara nada ya, juego a imitarte en eso. Juego a juegos venenosos, que no van a ningún lado, juego a engañarme creyendo que el afecto esta en otras partes, me creo mis propias mentiras y dejo de confiar en la buena suerte. Juego antes de que ponga Game over definitivamente.
jueves, 16 de junio de 2011
El país de las decisiones difíciles.
Ella estaba dejando de ser feliz, no lo entendía pues tenía todo lo que deseaba, todo menos una cosa, poder salir a conocer el mundo, ser independiente. Tenía algo que mucha gente lleva añorando toda su vida encontrar a una persona que la quisiese de verdad, absolutamente entregado, cariñoso y real, muy real. Pero ella estaba desconcertada porque quería vivir y sabia que sino salía al exterior por el tiempo que fuera necesario se arrepentiría toda la vida, pero claro si salía podría perder a la persona que mejor la había tratado desde entonces. Tuvo que trasladarse del país de la felicidad y despreocupación al país de las decisiones difíciles. Serian muchos consejos los que oiría, como: “chicos hay a montones pero experiencias de la vida a esas edades no tantas”, lo que no sabía era que el amor no se encuentra tan fácilmente como uno piensa, que el olor que te transporta a la calma placentera no lo tienen todos los chicos que conocerá, que las frases mágicas no puede pronunciarlas cualquiera y es que en la vida al final solo se acaban conociendo dos o tres personas realmente importantes como para vivir con ellas por siempre. Pero ella se ahogaba, tuvo que parar, cerrar sus ojos y decidir.
Ahora comienza a ser libre, a dejar atrás lo que llegó a ser, a empezar a ser otra nueva persona transportando sus antiguos aprendizajes, volviendo a sonreír. Deja atrás paralizado a aquel chico que había decidido compartir su vida, no mirar más allá de los ojos de ella, un chico alegre, noble y fiel.
Ella a veces piensa como hubiera sido su vida con él. Él piensa, piensa y piensa en cómo rehacer su vida de nuevo.
Ahora comienza a ser libre, a dejar atrás lo que llegó a ser, a empezar a ser otra nueva persona transportando sus antiguos aprendizajes, volviendo a sonreír. Deja atrás paralizado a aquel chico que había decidido compartir su vida, no mirar más allá de los ojos de ella, un chico alegre, noble y fiel.
Ella a veces piensa como hubiera sido su vida con él. Él piensa, piensa y piensa en cómo rehacer su vida de nuevo.
miércoles, 15 de junio de 2011
Burbuja de recuerdos
Me siento raro, como dentro de una burbuja de recuerdos, por las calles que paso queda una esencia de lo que fui en cada lugar, de la esquina donde conocí a quien quiso saber de mi poco más tarde. Y paso por allí muy a menudo apenas lo pensaba, pero hoy me quedado mirando la calle por si te volvía a ver y te enamoraba de nuevo o para saber si ese no era el día correcto para pasar por allí. ¿Siempre estará ese lugar en mi retina guardado? ¿Se modificaran mis visiones a lo largo del tiempo? ¿Mantendré la esencia de un recuerdo único de mi vida? ¿Pasearé por allí inconsciente?
Solo si el sol derrite mi mente o si una nube descarga su rayo en mi o si un científico loco decide cortarme cachitos de mi memoria, solo así podré olvidar lo que significo aquel lugar, para dos insignificantes transeúntes alocados que no sabían a lo que se enfrentarían dos años más tarde.
Es una burbuja de recuerdos, que me atormenta a la vez que me devuelve a la añoranza de un pasado feliz. Una burbuja que puede que explote algún día o por el contrario se solidifique convirtiéndose en una parte más de mi existencia.
Solo si el sol derrite mi mente o si una nube descarga su rayo en mi o si un científico loco decide cortarme cachitos de mi memoria, solo así podré olvidar lo que significo aquel lugar, para dos insignificantes transeúntes alocados que no sabían a lo que se enfrentarían dos años más tarde.
Es una burbuja de recuerdos, que me atormenta a la vez que me devuelve a la añoranza de un pasado feliz. Una burbuja que puede que explote algún día o por el contrario se solidifique convirtiéndose en una parte más de mi existencia.
lunes, 13 de junio de 2011
Cosas que he aprendido y reaprendido últimamente.
1. He aprendido a que las cosas que parecen inmutables pueden llegar a modificarse en cualquier momento.
2. He aprendido a que en cualquier instante todo puede cambiar, para bien o para mal, lo que pasa es que si cambia para mal deja unas secuelas en el cuerpo transcendentales y dolorosas
3. He aprendido a creer en las palabras solo en el momento en el que son dichas, no más allá. Porque las frases eternas tampoco existen y si crees en ellas, te harán mucho daño cuando la persona que la pronuncio ya no la quiere cumplir.
4. He reaprendido a que los “nunca haría” tal cosa es una más de las falacias de la existencia humana.
5. He aprendido que las personas geniales también son humanas
6. He aprendido que la diferencia de edad mal llevada es un problema importante en la pareja
7. He aprendido que las pequeñas diferencias se hacen grandes cuando decae la pasión
8. He aprendido a no sobrevalorar tanto el amor y el enamoramiento
9. He aprendido que las personas se van volviendo más egoístas conforme pasa el tiempo en una relación, van primando mas sus necesidades personales que la de la pareja, no es malo ser egoísta, cada uno ha de elegir que quiere en cada instante, pero si es perjudicial para tener una pareja estable en el tiempo
10. He aprendido a hacer caso más a mi instinto, porque puedo ser capaz de oler los problemas mucho antes de que estos se manifiesten dolorosamente, se leer los rostros y cuerpos, aun incluso cuando ellos ni siquiera saben que piensan en verdad, aunque a veces me equivoque, pero en las grandes causas suelo acertar.
11. He aprendido a no sobrevalorar el sexo cuando no aparece lo suficiente, a ser paciente y entender a la otra persona, cuando sufre una crisis pasional normal
12. He aprendido a querer y sentir cosas que nunca creía que sentiría, eso me hace a la vez feliz y desdichado.
13. He aprendido que el alcohol destruye las relaciones de pareja a medio plazo, pues aumentan las discusiones y hace enardecer a las personas de manera estúpida.
14. He aprendido a valorar los conocimientos de las otras personas, como a usar mejor mi ordenador o tener inquietudes que nunca creí que tendría
15. He aprendido que la confianza es difícil de mantener cuando la vida te da palos, pero que no se puede juzgar a los nuevos amores por el mismo rasero que a los anteriores, apartar los aprendizajes negativos y las generalizaciones banales
16. He aprendido a echar de menos sin rencor.
17. He aprendido que soy una persona valiosa, aunque ahora mismo no lo sienta.
18. He reaprendido a reír y a llorar por amor
19. He aprendido a tener una visión más real de cómo funcionan las parejas, espero que no influya negativamente en mi pasión y entrega posteriores.
20. He reaprendido a querer a una persona más de tres míseros meses, a saber entregarme a ella y ser fiel
21. He aprendido a ser yo mismo
22. He aprendido que la rutina es tan placentera como castigadora cruel
23. He aprendido a que tendré que seguir aprendiendo cosas nuevas y reaprendiendo otras continua e incansablemente.
24. He aprendido a no viciar mi relación con pensamientos negativos, premoniciones y con ideas que acabo inculcando en mi pareja y provocando que al final yo tenga razón porque se cumplen
25. He aprendido a que no debo boicotear una relación que me importa superlativamente
26. He aprendido a no odiar, aunque me hagan el daño más profundo y mortal
27. Tengo que reaprender a reconducir mi vida lo más pronto posible.
2. He aprendido a que en cualquier instante todo puede cambiar, para bien o para mal, lo que pasa es que si cambia para mal deja unas secuelas en el cuerpo transcendentales y dolorosas
3. He aprendido a creer en las palabras solo en el momento en el que son dichas, no más allá. Porque las frases eternas tampoco existen y si crees en ellas, te harán mucho daño cuando la persona que la pronuncio ya no la quiere cumplir.
4. He reaprendido a que los “nunca haría” tal cosa es una más de las falacias de la existencia humana.
5. He aprendido que las personas geniales también son humanas
6. He aprendido que la diferencia de edad mal llevada es un problema importante en la pareja
7. He aprendido que las pequeñas diferencias se hacen grandes cuando decae la pasión
8. He aprendido a no sobrevalorar tanto el amor y el enamoramiento
9. He aprendido que las personas se van volviendo más egoístas conforme pasa el tiempo en una relación, van primando mas sus necesidades personales que la de la pareja, no es malo ser egoísta, cada uno ha de elegir que quiere en cada instante, pero si es perjudicial para tener una pareja estable en el tiempo
10. He aprendido a hacer caso más a mi instinto, porque puedo ser capaz de oler los problemas mucho antes de que estos se manifiesten dolorosamente, se leer los rostros y cuerpos, aun incluso cuando ellos ni siquiera saben que piensan en verdad, aunque a veces me equivoque, pero en las grandes causas suelo acertar.
11. He aprendido a no sobrevalorar el sexo cuando no aparece lo suficiente, a ser paciente y entender a la otra persona, cuando sufre una crisis pasional normal
12. He aprendido a querer y sentir cosas que nunca creía que sentiría, eso me hace a la vez feliz y desdichado.
13. He aprendido que el alcohol destruye las relaciones de pareja a medio plazo, pues aumentan las discusiones y hace enardecer a las personas de manera estúpida.
14. He aprendido a valorar los conocimientos de las otras personas, como a usar mejor mi ordenador o tener inquietudes que nunca creí que tendría
15. He aprendido que la confianza es difícil de mantener cuando la vida te da palos, pero que no se puede juzgar a los nuevos amores por el mismo rasero que a los anteriores, apartar los aprendizajes negativos y las generalizaciones banales
16. He aprendido a echar de menos sin rencor.
17. He aprendido que soy una persona valiosa, aunque ahora mismo no lo sienta.
18. He reaprendido a reír y a llorar por amor
19. He aprendido a tener una visión más real de cómo funcionan las parejas, espero que no influya negativamente en mi pasión y entrega posteriores.
20. He reaprendido a querer a una persona más de tres míseros meses, a saber entregarme a ella y ser fiel
21. He aprendido a ser yo mismo
22. He aprendido que la rutina es tan placentera como castigadora cruel
23. He aprendido a que tendré que seguir aprendiendo cosas nuevas y reaprendiendo otras continua e incansablemente.
24. He aprendido a no viciar mi relación con pensamientos negativos, premoniciones y con ideas que acabo inculcando en mi pareja y provocando que al final yo tenga razón porque se cumplen
25. He aprendido a que no debo boicotear una relación que me importa superlativamente
26. He aprendido a no odiar, aunque me hagan el daño más profundo y mortal
27. Tengo que reaprender a reconducir mi vida lo más pronto posible.
ESCALOFRÍO
Nunca antes había sentido tanto dolor como el que siento, la razón es porque nunca antes había sentido tanta alegría de vivir, tanto equilibrio, tantas ganas de hacer cosas con una persona en concreto. Me estremezco y no es una manera de hablar, me estremezco y me entran escalofríos muy extraños, supongo por la falta de sueño y de alimento. He dicho tantas tonterías últimamente para intentar recuperarla que incluso la he alejado más, jugársela a la última carta no se lo recomiendo a nadie, si quieres que aun conserven una buena imagen de ti. Pido perdón absoluto y espero que el tiempo pase y borre mi error y que al final gane lo positivo que un día vio en mí sobre las tonterías últimas que he cometido. No quiero divagar filosóficamente, no quiero metáforas, ni hipérboles, esto es solo dolor sincero, duro y agónico.
Todas las personas de mi alrededor, se quedan incrédulas al saber nuestro fracaso, no se lo esperan, creen que éramos perfectos el uno para el otro y lo éramos salvo en la diferencia horaria de nuestras vidas. No sé si algún día estas dos vidas de tiempos separados puedan llegar a correlacionarse, a ir a la par, ni siquiera sé si ella lo desea ya, pues su idea romántica en un principio fue esa, alejarse, vivir y volver para quedar serena y en paz consigo misma y conmigo.
Todo está lejano y solo quiero dormir, dormir 8 meses y despertar sano, alegre, pensando solo en las cosas buenas del pasado y olvidando los desperfectos de no ser seres perfectos.
Y miro a mi hurón, el también se ha quedado sin novia, sin amiga de juegos, sin compañera de paseos, él no lo sabe, pero seguro que lo intuye mientras salta juguetonamente.
Y miro la cartelera del festival al que fuimos y falta la estrella más importante que hace que los conciertos tengan sentido.
Y miro las carteleras del cine y ya ninguna película es lo suficientemente buena para entrar.
Y miro como se aleja queriendo besar otros labios que no son los míos, esos labios que decían palabras sin sentido como tachiseti o chililio o hachimomo, nuestro propio vocabulario enriquecido con sonrisas cómplices.
Y no quiero que me traigan esa pizza que inventamos, con los ingredientes perfectos, porque ya no tengo hambre.
Y no quiero bañarme en la playa donde comíamos patatas de bolsa, mientras escuchábamos reggae.
Y no quiero subir a la casa que olía de aquella manera especial, olía a felicidad, esa casa ahora vacía, con una jaula menos y un hueco más.
Y no quiero pensar que me olvida o que me odia o que no siente nada de nada si le hablo, no quiero pensar que me borra, que le da a eliminar a todas las fotos digitales que nos hicimos, eliminar el tuenti, Messenger o facebook, que se vaya de mis delirios, de mi vida.
Quiero recoger las maletas y salir hacia otro mundo, pero ahora estoy estancado en la parálisis de mi dolor, de mi pena y sobre todo de mi gran decepción porque ella ya no es ella, sino su sombra borrosa y cambiante. Cuando te vuelva a ver no seremos iguales a quienes fuimos.
Todas las personas de mi alrededor, se quedan incrédulas al saber nuestro fracaso, no se lo esperan, creen que éramos perfectos el uno para el otro y lo éramos salvo en la diferencia horaria de nuestras vidas. No sé si algún día estas dos vidas de tiempos separados puedan llegar a correlacionarse, a ir a la par, ni siquiera sé si ella lo desea ya, pues su idea romántica en un principio fue esa, alejarse, vivir y volver para quedar serena y en paz consigo misma y conmigo.
Todo está lejano y solo quiero dormir, dormir 8 meses y despertar sano, alegre, pensando solo en las cosas buenas del pasado y olvidando los desperfectos de no ser seres perfectos.
Y miro a mi hurón, el también se ha quedado sin novia, sin amiga de juegos, sin compañera de paseos, él no lo sabe, pero seguro que lo intuye mientras salta juguetonamente.
Y miro la cartelera del festival al que fuimos y falta la estrella más importante que hace que los conciertos tengan sentido.
Y miro las carteleras del cine y ya ninguna película es lo suficientemente buena para entrar.
Y miro como se aleja queriendo besar otros labios que no son los míos, esos labios que decían palabras sin sentido como tachiseti o chililio o hachimomo, nuestro propio vocabulario enriquecido con sonrisas cómplices.
Y no quiero que me traigan esa pizza que inventamos, con los ingredientes perfectos, porque ya no tengo hambre.
Y no quiero bañarme en la playa donde comíamos patatas de bolsa, mientras escuchábamos reggae.
Y no quiero subir a la casa que olía de aquella manera especial, olía a felicidad, esa casa ahora vacía, con una jaula menos y un hueco más.
Y no quiero pensar que me olvida o que me odia o que no siente nada de nada si le hablo, no quiero pensar que me borra, que le da a eliminar a todas las fotos digitales que nos hicimos, eliminar el tuenti, Messenger o facebook, que se vaya de mis delirios, de mi vida.
Quiero recoger las maletas y salir hacia otro mundo, pero ahora estoy estancado en la parálisis de mi dolor, de mi pena y sobre todo de mi gran decepción porque ella ya no es ella, sino su sombra borrosa y cambiante. Cuando te vuelva a ver no seremos iguales a quienes fuimos.
jueves, 9 de junio de 2011
HOY
Hoy estoy roto, completamente roto, sin fuerza, triste como nunca, trágico. Porque te recuerdo con fuerza, porque hoy es un día clave, no es ayer, ni es mañana es simplemente hoy, 9 de Junio. No me quedan fuerzas, ni una lagrima más. Me quedo mirando la pantalla de mi ordenador, taciturno, expectante, silencioso, no ocurre nada, absolutamente nada. Y pierdo la noción de la existencia, te echo de menos, quizás creías que me iría enseguida a ser aquel que fui antes de conocerte, pero mi interior te espera, pausado, cansado, pero con una ilusión extraña, casi mágica, que es lo que me mantiene en pié. No vas a acertar, no me dirás te lo dije, sabias que harías eso. No. Te respeto y aguardo porque fuera pese ser casi verano, para mi hace frio, la gente está congelada, es de mentira, esta borrosa, no es gente.
Hoy es un día triste, porque me recuerda que no podré batir mi record de felicidad, no podrás ser la primera que más tiempo estuvo a mi lado, sonriente, abrazable, somnolienta.
Debo dejarte tranquila. Al menos me queda mi rinconcito de delirio, para soltar lo que mi cerebro no deja de decirme, para escaquearme de mi mismo, pensando en mi mismo.
Espero que se apacigüe pronto este estado de tristeza que parece infinita, bien porque me seguirás siendo fiel bien porque habré aceptado la derrota. Pero hoy es un día triste, muy triste.
Hoy es un día triste, porque me recuerda que no podré batir mi record de felicidad, no podrás ser la primera que más tiempo estuvo a mi lado, sonriente, abrazable, somnolienta.
Debo dejarte tranquila. Al menos me queda mi rinconcito de delirio, para soltar lo que mi cerebro no deja de decirme, para escaquearme de mi mismo, pensando en mi mismo.
Espero que se apacigüe pronto este estado de tristeza que parece infinita, bien porque me seguirás siendo fiel bien porque habré aceptado la derrota. Pero hoy es un día triste, muy triste.
martes, 7 de junio de 2011
En la espera
Mosaico de desilusiones rondan mi percepción, inestabilidad latente, oscura, extensa, sin nombre, sin lugar. Obsesión por saber donde esta mi me mente porque mi cuerpo vaga a la deriva, con el hambre del que no desea comer porque hasta incluso respirar se lo debía al pasado, con la sed del que no desea beber pero que lo necesita para embriagar su estado. Melancolía por saber que lo mejor se pierde poco a poco, se desgrana, se desanima, se inunda de otros pensamientos que no están en mí. Quizás aun sufra pero parece que el tiempo se lo lleva, leve, calmado, distante, quizás mañana se vuelva con fuerza, pero ese quizás me ahoga, me desintegra, me marchita y me anima a seguir con vida, como un autómata de las nuevas tecnologías, no olvido. Si supiera rezar rezaría, por nuestros cuerpos, porque se unan, sean individuos, indivisibles. Me duelen hasta los codos de esperar una señal de salida o de entrada o de mención honorifica por el que sufre por la inquietud de lo joven. Necesito una noticia como el reportero que se queda sin trabajo, necesito un fuego como el bombero que no sabe que apagar, necesito una luz como el barco a la deriva, necesito un beso como el enamorado que añora. Mañana de nuevo a pelear por seguir con vida, por no morir desalentado, por intercambiar colores grises con lilas, con fotos que esperan a seguir donde le corresponde, a mirar el perfil de la vida que ya no me pertenece, por momento o por toda la eternidad, lejano pero cada vez más cerca de la verdad. Y mientras escribo, me olvido, es extraño pero cierto, olvido que estoy triste, mientras escribo viajo, me desnudo y camino, mientras escribo no estoy en mi mente sino en mis palabras, pero como todo lo bueno también esa sensación se diluye cuando no me queda nada que decir y vuelve la espera, la espera, la espera. Un día más un peldaño menos. Y el verano se acerca con ganas, con sol, con su alegría intrínseca, con su mar, con las colchonetas de colores, con las ganas de pasear donde sea hasta la hora que sea y tú, tú seguramente lejos, disfrazada de otra, jugando a otros juegos y bailando nuevas canciones que no están en mí ambiente.
sábado, 4 de junio de 2011
Empezar de cero
Empezar de cero, no se puede empezar nunca de cero cuando se llevan ya tantos números a la espalda, pero tengo que respetarte y respetarme a mí mismo. Hemos sido uno, indisolubles, inalterables, inmutables, con derecho a más que a roce, a más que a todo lo que se le permite a un desconocido. Pero hoy empezamos a ser desconocidos el uno para el otro.
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DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas
Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.