miércoles, 29 de abril de 2009

Corriendo hacia ella

Estoy en la puerta de este pubs de pié seguro de lo que por fin deseo, sé que no debía de haberlo hecho pero me ha servido para constatar lo que realmente quiero.
Hace una hora estaba fuera en la calle con ella, sentados en un parque hablando de nosotros, indagando sobre el corazón ajeno que queríamos invadir poniendo nuestra banderita anclada, bien clavada en su trozo de ser, banderita con nuestro nombre, yo en el corazón de ella y ella en mi destartalado bombeador de sangre, susurrándonos amor, implorándonos caricias sinceras, todo un espectáculo de empalagosidades varias como si nos hubieran regalado un par de helados con dos bolas grande de chocolate bañadas en leche condensada, miel, caramelo y azúcar glas y se lo estuviéramos dando suavemente al otro, tantas palabras románticas no caben en un solo discurso, pero así estaba siendo nuestra conversación, ningún transeúnte extraviado que pasara por allí y nos oyera creería lo que después iba a acabar haciendo.
Y es que me ocurre que cuanto más hablo de amor sincero más temo a mí ser. Ella se marchó con una amplia sonrisa y mirándome enamorada, yo me quedé de pie viéndola alejarse, paralizado, trastocado, petrificado, tenía la necesidad de huir justo hacia el lado opuesto de donde ella estaba, huir hacia atrás, salir corriendo, siempre que hablo de amor con esa intensidad me viene de pronto unas ganas terribles de huir lejos de donde ella se encuentra y por ello marché hacia el pubs más alejado de la ciudad.
Entré, una extraña me sonrió, le seguí el juego y poco después estábamos besándonos como si nos conociéramos de hace tiempo, necesitaba evadirme de mis ganas de huir, huyendo a otros brazos desconocidos, pero en ese instante en el que nuestras lenguas se juntaban me recorrió un miedo terrible y sofocante, pensé que podía estar viéndome alguna amiga de la chica con la que me empalagoseé una hora antes, y cavilé que ese podía ser el fin de mi historia con ella, por ello deje a medio besar a la desconocida y salí corriendo hacia la puerta del pubs, la extraña se me quedó mirando como no comprendiendo, ella no sabía que sus labios sí que me habían hecho entender que era lo que por fin quería, quería correr hacia su lado, hacia donde mi empalagosa amante estaba, ya no quería huir sino amarla por siempre.
Sé que es triste entender lo que uno quiere besando a otra persona desconocida, quizás soy un ridículo y triste personaje mundano, no lo dudo pero necesitaba unos labios ajenos para comprender que ahora por fin quiero correr hacia donde ella se encuentra.

miércoles, 15 de abril de 2009

Un año de Delirios.

Parece mentira pero Delirios cumple hoy un año. Un año de intensas situaciones reales que he tratado de transmitir, vivencias imaginarias que he relatado con mi estilo peculiar de contar las cosas y cotilleos varios al puro estilo hogareño.
Quiero dar las gracias a esa poca gente que me lee o en algún momento me ha leído, gracias por aguantar mis DELIRIOS.
Agradecimientos especiales a:
Sabina, que no tiene blog pero siempre que puede me deja algo en los mensajes instantáneos.
Javi, que también sigue mis andanzas cuando puede y me deja algún mensaje
NTQVCA por ser de las primeras en comentar en este blog y que se alegra de mis alegrías.
Amorexia , por sus palabras siempre acertadas
More , que de vez en cuando me dice cosas locas por aquí
Sandra, que ella es la loca
Juanmi que se unió al mundo del blog para desahogar paranoias
Sin aditivos, que de vez en cuando se deja caer por aquí
Todo sobre chocolate, por sus lindos comentarios
Quesquehabiamuerto, que últimamente está desaparecida pero que la estimo igualmente.
Aspirante, porque una vez me dejó un comentario.
Y en definitiva a todos aquellos que pasaron unos instantes leyendo DELIRIOS.

sábado, 11 de abril de 2009

bolsillos, predicciones y naranjas.

Os presento esta especie de video arte, dedicada a la trilogia de bolsa del director Angel Morenilla. Espero que sepais valorarla. Es mi primera obra publica


jueves, 9 de abril de 2009

Eso es exactamente lo que quiero hacer.

Él le dijo: dime qué quieres saltar conmigo en la cama hasta que se rompa el suelo y caigamos encima del cielo.

Ella le respondió: eso es exactamente lo que quiero hacer.

Así una noche más ambos viajaron entre los aspavientos de los molinos que convertían las manzanas en minúsculas grietas de ternura, hasta llegar a cruzarse, mirarse y concretar nuevamente la promesa de nunca prometerse nada por si fallaban y estropeaban aquel galáctico encuentro ya que las promesas destruyen más que las verdades a medias y que las mentiras enteras.
En el equipaje de aquel sueño real se encontraba una luciérnaga que les guiaba el paso por el infinito, ancho y recóndito universo, sabían que el día que esa luciérnaga dejara de transmitirles luz se perderían y cada uno por separado vagaría sin remedio y con desdicha por aquel paraje oscuro hasta encontrar un bar donde olvidar lo que les llevó a entrar en él.
Pero ahora no era momento de pensar en finales, sino reconocer que cada encuentro era un nuevo inicio hacia lo sutilmente conocido y lo ampliamente inexplorado, un viaje que al fin y al cabo no les llevaba más de unos pocos kilómetros de terreno y unos cientos de miles de kilómetros de ilusión.

Ella le dijo: sígueme.

Él le respondió: eso es exactamente lo que quiero hacer.

martes, 7 de abril de 2009

Reir

Y nos reímos de todo. Con mirarnos sabemos más cosas que miles de eruditos encerrados en bibliotecas. No necesitamos mucho más, algo líquido para aclarar la garganta, un cigarrito de liar y pasear por el mundo agarrados a sonrisas y canticos al buen hacer de nuestras bocas. Sigue sonriendo y riéndote de todo lo que nos ocurre, que eso me hace sentir bien. Me chupo los dedos y me saben a ti, a tus caricias escondidas, a tus destellos de locura, a tu no a la tristeza, a tu si a mis besos. Da igual donde vayamos que siempre nos acompaña ese aura de pureza y positivismo que nos hace invadir cada sitio que pisamos, da igual aquí, que montados en un autobús, que comiendo tortilla, da igual porque siempre estamos contentos y eso nos hace felices. Hoy la felicidad no nos asusta por eso no dejamos de reir.

martes, 31 de marzo de 2009

Entre hamburguesas y croquetas.

Entre hamburguesas y croquetas se declaro ese duendecillo de orejas extrañas a su pequeña hada de cabellos embalsamados. No se declaro como un duende cualquiera, no dijo las palabras exactas ni se abrió ninguna puerta mágica, pero los ojos de ella se iluminaron como candelas ansiosas por saber más. No se declaro en ningún castillo encantado ni en ningún valle frondoso, lo hizo en la taberna de los troles barbudos, entre cervezas, croquetas y hamburguesas con sabor a morcilla. Les dio la risa al oírse diciendo cosas amorosas y siguieron bebiendo, sabiendo eso si que allí se estaba fraguando algo grandilocuente y misterioso. Les daba vergüenza sentirse queridos por el otro y demostrar el amor cerca de aquellos troles que moqueaban a cada paso que daban, pero sus miradas eran cómplices de la locura que estaban cometiendo, ambos se estaban enamorando. Se enamoraron de las rarezas, de los dientes pequeños, de las sonrisas mutuas, de los cabellos enraizados, de las bocas dulces, de la complicidad en sus miradas, se enamoraban de lo oculto, de la libertad de elegir, de las sospechas que se cernían sobre ellos, de lo próximos que se sentían aun cuando estaban lejos, de las risas que les provocaban sus eternas conversaciones, se enamoraron y por eso el se declaro delante de una croqueta y una hamburguesa porque daba igual el lugar, ya que el hecho en sí lo convertía todo en algo realmente mágico. Salieron a mojarse con la lluvia de las musas del bosque y se besaron hasta acabar saciados, mojados y resfriados. Mañana despertaran con una sonrisa aceitosa pero complaciente. Nunca antes nadie se había declarado teniendo como testigos a dos croquetas, una hamburguesa y un par de cervezas medio vacías, eso es lo maravilloso de ser un duende de orejas raras y un hada de cabello embalsamado.

lunes, 30 de marzo de 2009

Se libre junto a ella

Sonríes pero al mismo tiempo sientes el miedo del abismo, del no saber para qué, ni cómo, ni por qué, del no saber simplemente, no sabes bien si te queda el suficiente valor en el bolsillo como para jugártela a una carta y por eso te reservas el comodín de la indiferencia por si las cosas se te tuercen. Se valiente, solo perderás un trozo más de ese desgastado corazón, una yaga más que importa, en verdad sabes que si que importa porque una herida quizás no te mate pero veinte pueden acabar contigo. Y estas arto de derrotas pero la miras y sabes que quieres jugar aunque ella lleve una metralleta y tú una pistola de agua. No deberías ver el amor como una guerra, ni como un juego, simplemente como algo grande que ilumina aunque a veces se apague o se atenué, algo que te hace mostrar los dientes, no para morder sino para sonreír, algo por lo que despertar mañana. Ella aunque tú no lo creas tiene el mismo temor a ser herida, la misma incertidumbre de lo que puede o no pasar, pese a su libertad esta cautiva por la duda, la diferencia es que ella lo lleva mejor que tú la mayoría del tiempo, pero has de saber que el fuego quema a todos por igual, sin embargo unos llevan mejor el dolor que otros.
Mírala mañana y no la temas, sonríele y déjate llevar por su brisa, las cosas saldrán bien pase lo que pase, porque ocurra lo que ocurra una vez a ella se le escapó un beso en tu dirección y tu lo recibiste con una amplia sonrisa, los dos habéis ganado al destino, ambos tenéis la fuerza para haceros el bien y protegeros de lo que no ofrece bondad.
Sal mañana a la calle en su busca y bésala de nuevo y a ambos os coronaran con la bendición de lo que sin saber si es correcto o no, es lo acertado para ese momento. Se libre junto a ella.

viernes, 27 de marzo de 2009

Roberto recuerda

Roberto pasó por delante de aquella farmacia y le vino a la memoria un pasado recuerdo. Recordó cuando entraba con ella a comprar condones, se acordó de esa cara de complicidad cuando entraban juntos a comprarlos, esos ojos vivos que sentían cierta vergüenza, aquel instante en el que ella se abalanzaba al mostrador algo nerviosa y pedía la caja que a él le gustaba, aquella roja. A él le encantaba verla pedir los preservativos, esa tímida voz que salía de ella, esa mirada hacia atrás sonriéndole, era un momento tan de ellos dos, con tanta complicidad que sentía que aun la amaba más. La joven dependienta evitaba sonreír pero era inevitable porque se palpaba la torpeza de lo vergonzoso, sí, van a hacer el amor nada más llegar a casa, es cierto, se les nota, lo saben todos los presentes.
Hoy Roberto mira hacia el interior de la farmacia pero ya no la oye pedir los condones, ya no está esa mirada cómplice por ningún lado y quizás son otros ojos los que la ven pedirlos y sonrojarse, otros ojos cómplices que no son los de Roberto, por ello hoy Roberto recuerda y eso le pone triste. Mañana no pasará delante de aquella farmacia.

domingo, 22 de marzo de 2009

De cervezas y tabacos.

Me han contado un secreto, un secreto con sabor a cerveza y tabaco. Las calles nos respiran mientras andamos riendo por lo bajo sobre aquello que vimos a la vez en lugares distintos, nos ponemos serios durante diez segundos para recordar que no estamos solos aquí, que los demás pueden vernos. Tapate la boca y no vuelvas a decir eso que puede acabar siendo cierto, mientras pide otra cerveza que esta se está secando.

martes, 17 de marzo de 2009

El viejo guerrero.

Se acabó el silencio de la madrugada y aunque sigo sin oír nada por dentro de mi brota una humeante sensación de victoria, miré mi cuerpo, lo sentía, estaba vivo, conseguí salir indemne, al fin y al cabo aquellas heridas no me mataron, solo me desangraron en parte, expulsando tras de sí el veneno de la indiferencia, del odio y de la desesperanza.
Hoy me alisto en una nueva batalla, una batalla de desconocidos secretos, inexploradas miradas y nuevos aconteceres, llevo mi casco de las grandes cruzadas, esta vez me protegeré con un escudo de cautela y un traje de serenidad encubierta en una amplia sonrisa, soy ya un viejo guerrero que sabe lo que es sufrir la maratón de la espera, el desgarro de la desilusión y la punzante aguja de la nueva verdad que te arranca una lagrima y te desgarra las costillas hasta hacerte suplicar clemencia por esa mirada de desprecio.
Este guerrero que se había cansado de batallar, que no encontraba sentido ya al sabor metálico de la sangre, que los golpes no le provocaban arrebatos salvajes de adrenalina, que se canso de ir a lomos de su caballo llamado Incondicional, este guerrero se enfunda de nuevo su espada de alegría, su hacha de esperanza y su coraza de vida y se dirige hacia los labios de ella lentamente, suave, eterno….

sábado, 14 de marzo de 2009

Ocultando mi rostro

Tapo mi boca para contenerla, para que no comunique lo que está sucediendo, tapo mis labios que se curvan en una dirección que hacía ya tiempo que no se dirigían, es extraño y a la vez tan placentero que incluso me perturba amablemente, por ello intento tranquilizarme y ocultar mi semblante y mis palabras entre mis oscuros devenires pero no puedo evitarlo se me va a notar, lo van a saber, reconocerán mi nuevo rostro, esa luz tenue pero visible que amenaza con delatarme…
Para el ojo que aun no se ha percatado de lo que me está sucediendo, se lo diré: es simple y complejamente que estoy sonriendo de nuevo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Besos por piedras

No lo volveré a hacer, no volveré a cambiar besos por piedras. Se me secaron los labios por regalar tanto beso a tanta persona desconocida, la cual a cambio me regalaba piedras con sabor a solido, pétreo, insípido y áspero. Yagas supuran pidiendo clemencia, no malgastes mas besos o te quedaras seco, vacio, taciturno y vencido. No des dones preciados por desaboridas prestaciones, no dones suaves mordiscos húmedos por desecas y banales rozaduras labiales, ten en cuenta que cada beso lleva tu firma, tu esencia, tu aprecio y en pequeños destellos en cada beso va anclado tu ser, tu alma, así que deja de regalar tanto bien a quien no te conoce, basta de creer que con besos se llega a conocer a alguien, basta de pretender conocer a alguien y de creerle cuando a los pocos meses te dice te quiero como si eso fuese verdad, basta de ser incauto, basta de cambiar besos por piedras. Soy feliz llegando a conclusiones de las que todo el mundo ya se aguarda de tenerlas para sí y que yo por confiado nunca creí que las usaría, aprendo despacio lo que muchos aprenden a saltos, no quiero aprender, quiero ser un incauto continuamente, pero sabiendo que no quiero saber luego no puedo quejarme por lo que debí aprender y no quise atender.

lunes, 16 de febrero de 2009

El ignorante que creabas ignorantes.

Fue concebido con tan solo un fin, una única meta, un único sentido, crear ignorantes.
Sale a trabajar todos los días, con sus instrumentos malvados, cargados de punzantes amenazas, de agudos encantos empapados en mentiras deliciosas que vuelven a uno temerariamente ignorante. La ignorancia aporta esa felicidad relativa, ese no saber, ayudándote a esquivar la realidad, ese no sufrir por desconocer, pero es un simple parche, un remiendo ilógico, traumatizante y enraizado en el llanto, una broma que se vuelve seria, una rama de enredadera indefensa que empieza a comprimirte mientras se desplaza milimétricamente por tu cuerpo, hasta que sin saberlo te a recubierto el organismo y ha absorbido tu sabia a la que ahora le pertenece, te conviertes en parte de la ignorancia.
Mira esa sonrisa, se nota que vive idiotizado, amamantado de ignorancia, mírale mirarla, mírale cuidarla o tener la sensación equivocada de que la cuida, mírale, ¿le envidias o le compadeces o inevitablemente ambas? No importa su sonrisa en el tiempo, no importa por el motivo por el que sonríe, no importa porque es efímero, aunque dure años, es efímero y ridículo.
Él sigue trabajando para idiotizar a los demás, saca su flecha, sonríe, apunta y una nueva persona ignorante más, un ser que empieza a sonreír y a hacer estupideces por aquella acción a la que llaman amor y yo llamo ignorancia. Se feliz ignorante mientras te dure la estupidez, ¿pero qué harás después cuando de una bofetada te despierte la realidad? ¿Llorarás por amor, por tristeza, por qué se fue y aun no sabes por qué?
Esquivo la ignorancia añorando ser redescubierto, soy un hipócrita hoy y mañana quizás un ignorante más….

miércoles, 11 de febrero de 2009

El lugar mas maravilloso del mundo.

Pensareis que estoy loco, quizás lo estoy ,a estas alturas no lo dudo, pero el lugar más maravilloso de mundo está más cerca de lo que pensáis, si está ahí, ¿no lo veis?, cerca , cada noche os lo encontráis, ese lugar te lo trae Morfeo, vuestros sueños.
Cuando sueño soy realmente feliz, me paso unas ocho horas durmiendo y hasta hoy no me había dado cuenta, solo soy feliz mientras duermo. ¿Por qué? Muy sencillo, porque cuando duermo ella está ahí, si está y me besa, me acaricia, me pregunta, se preocupa por mí.
Antes cuando me despertaba y sabia que había soñado con ella, me levantaba de mal humor, “otra vez ha salido en mis sueños” me decía cabreado y me juraba a mi mismo “no volveré a soñar sobre ella”. Pero estaba tan equivocado.
Esta noche volveré a soñar y la estaré esperando, con una sonrisa, como solía hacerlo cuando quedábamos, le sonreiré y ella me besará como si nada hubiera pasado y yo seré tan feliz, no os lo podéis imaginar, tan feliz como el que besa por primera vez a su amor de verdad, como el que besa pensando que nunca más besará otros labios, como el que besa sabiendo que va su vida en ello, así la volveré a besar, después me despertaré y viviré unas cuantas horas hasta dejar llegar la noche para volver y encontrarme con ella, mi sonrisa mas verdadera habita en la oscuridad, cuando la veo venir, cuando noto su olor, cuando se acerca a mí y me vuelve a besar, solo en ese momento soy feliz, asique para que vivir despierto si durmiendo soy feliz.

jueves, 5 de febrero de 2009

Igual


Me gustaría decir lo contrario, quizás por eso he dejado de escribir en este blog, porque no quiero seguir hablando sobre lo mismo, como si una única musa hubiera picado, mordido o atravesado mi lóbulo frontal y no me dejara pensar en otras cosas que no sea aquello por lo que no quiero segur escribiendo. Me gustaría contarte que me río con la gente, que no me quedo callado oyendo hablar a los demás pero mi cerebro me incapacita para ello, me deja atorado, paralizado, inundado de pensamientos, tantos que no puedo mantener una conversación normal, por ello si me ves a tu lado sin hablar es porque seguramente estoy viajando en un mar de palabras impregnadas de mas palabras y todas con sabor a derrota. Me gustaría contarte que mi sonrisa es verdadera y no una simple mueca con la que salir del paso para que nadie note mi confuso estado, me gustaría decirte que ya no pienso en ella, que nada de lo que hace me duele, pero sigo de duelo si ella no me mira cuando paso cerca, me gustaría decirte que paseo tranquilo por la calle y que no miro hacia atrás por si me la cruzo sin querer, pero siempre me veras con e cuello doblado, me gustaría decirte que ando pensando en una nueva cara sonriente que inundó de sorpresa mis días encharcados, pero esa cara nueva nunca aparece, me gustaría decirte que tarareo otro nombre, un nombre que me sabe a dulce pero todo lo que tarareo tiene el sabor apagado de la insípida supervivencia del olvido del recuerdo, me gustaría decirte que el invierno se ha ido ya, que no necesito mecerme entre mis sabanas para entrar en calor, que el sol me espera con fuerza ayudándome a recordar que si que soy feliz, pero he vuelto a subir la persiana y una nube negra me ha mirado sin pretensión ninguna de querer marcharse, me gustaría decirte que mi blog respira alegría, que por fin ya no quedan tristezas en mi frigorífico, solo una manzana pocha que he decidido tirar, me gustaría pedirte que bailaras conmigo para ahuyentar malos espíritus, que me sonrieras tan plácidamente que me quedara dormido suavemente en tus latidos.

Por ello hasta que no lleguen esos días voy a seguir sin escribir nada aquí, por que hoy todo sigue igual.

lunes, 5 de enero de 2009

Sobre la felicidad.

Aquella extraña, con nombre alegre, difícil de alcanzar pero alcanzable a ratos, huidiza, blanca, resplandeciente, de pequeños pasos o de grandes proezas, que cada uno la siente a su manera o dice a verla sentido alguna vez, cuando era joven, cuando estaba enamorado, hoy mismo a las 15.33 cuando recibió esa noticia, ayer.

Pero ¿qué pasa con aquellos seres infelices que solo son felices cuando se sienten infelices por qué cuando son felices sienten que algo falla y no saben vivir?.

Solo encuentran la felicidad sintiéndose infelices, acobardados, tristes, mal consigo mismos, pero con esa cierta sabiduría de que así están tranquilos porque conocen muy bien a la tristeza, a esa compañera de viaje y ya no pueden separarse de ella porque si lo hacen se sienten mal, desnudos, a la intemperie, desprotegidos de su manto de infelicidad. Se vuelven creativos, mágicos, audaces cuando esa tristeza les invade de nuevo, vuelven a ser ellos mismos, se sienten fuertes siendo tan débiles y frágiles, tan acabados pero tan llenos de creatividad, se aposentan en sus bares a beber, a regozijarse en su dolor, saben que están tan mal como cómodos, los infelices que solo son felices siendo infelices.

Peor aun ¿qué pasa con los neutros, con los que no quieren ser felices por no ser infelices en potencia?, esos seres vacíos, neutros, los medio muertos, los zombis, ese submundo, esa subespecie, los que son realmente tristes por dentro porque prefieren no vivir a vivir mal, los quietos, los detenidos en el tiempo, los que no sonríen para mañana no tener que llorar, ¿qué ocurre con ellos?, son los seres más inhóspitos, para ellos la felicidad supone un obstáculo, una infelicidad posterior, no seas un casi muerto, no lo prediques entre los tuyos, no lo contagies como un virus mortal.

La felicidad es una extraña que duerme en casa ajena. Es una cautivadora, un sueño fugaz, algo relevante para despertar cada mañana, una ilusión, es la manera elegida para vivir o soñar que la vives. La felicidad solo existe en los cerebros de los que están predispuestos a sentirse felices.

sábado, 3 de enero de 2009

Agotado



Agotado, confuso, desolado, castrado, apagado, huido hasta de mi mismo, son las tantas de la mañana y no puedo cerrar ninguno de los dos ojos pero si puedo pasar más de una hora hablando con ella, de cosas serias, de bromas, banalidades, alegrías y tristezas, de la nada y del todo, cuelgo... YA QUIERO SABER DE ELLA NUEVAMENTE. No puedo besarla, no debo besarla, no quiero besarla, ella tampoco, solo hablar, comentar cualquier cosa, solo palabras, entran, salen, algunas se quedan como revolotenado, otras profundizan, habla conmigo, se va con él y vuelve para hablar conmigo, yo lo provoco, ella lo provoca, la inocencia lo provoca, deja de ser inocente cuando hay algo más detrás escondido, lo prohibo, deja de pensar en ella, el código lo prohibe, su manos lo prohiben, por ello estoy agotado, mañana habrán más palabras o tal vez menos o ninguna, pero estaré agotado igualmente.

Ahí fuera ya no hay nadie que me haga detenerme, que me detenga el corazón, que me levante un suspiro, no queda nadie, se fueron o están pero no los consigo ver, no quiero verlos tampoco, a ella si quiero verla pero no puedo cogerla de la mano ¿qué pensaría?, si solo quiere ser amable, deja de fantasear y vuelve aquí abajo o por descuidado te atropellará un coche o una bici o te chocarás con ella sin querer ¿o la ibas buscando?, se nota demasiado tu despistada cara de búsqueda entre las sombras, se empieza a notar que sientes algo por ella, páralo antes de que también aparezca en tus sueños, ahí en ese momento estás perdido y no habrá vuelta atrás, te verás atrapado en el liquido infinito de lo imposible y como duele lo imposible, daña, te deja indefenso, lo imposible es verla y no poder acercarte, tienes que verla a la fuerza así que olvida ese pensamiento de querer tenerla en tus brazos, eso me esta agotando aun más.

Por impulsivo le mande un mensaje a la olvidada que reaparece entre la niebla de los lugares que una vez pisamos juntos, después de hacerlo me quedé tranquilo, hice lo que tenia que hacer, la echaba de menos en ese instante y quería que lo supiera, no hay contestación y tampoco la buscaba, entre tanto mi nueva fantasma imposible sigue desaparecida a la espera de que sin querer pero realmente queriendo con mucha fuerza, la encuentre deshaciendo las maletas de su viaje lejos de mi, lejos de todo, pero ya está aquí para seguir agotándome, el pasado me cansa y el presente me agota porque tengo que luchar contra ambos, !!si me dejaras un escudo al menos para protegerme!!, en verdad estoy luchando contra mi mismo, y se donde hacerme daño, así que seguro que esta noche volveré a soñar con ella, soy un masoquista que se le va a hacer.....

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Tomando unos tragos con ella.

Me senté en la barra de mi bar preferido. Es mi preferido porque nos suele haber mucha gente alrededor, por lo menos entre semana, es un lugar oscuro, a uno no le gusta que le vean en sus horas bajas, no entro a este lugar a conocer gente si no ha olvidarme de quien soy, de quién fui, de qué tuve y qué perdí.


El camarero me conoce, solo he de sentarme en la silla alta pegada a la barra y él me pone mi vodka con unos hielos pequeños, que hacen ese ruidito al chocar con el vaso que tanto me relaja, "el sonido de la victoria" suelo pensar mientras muevo mi vaso haciendo sonar los hielos.




El lugar esta casi desierto, solo una pareja de novios estraviada anda dándose carantoñas en el rincón oscuro del bar y un hombre gordo con barba conversa alegremente con otro hombre con chaqueta, no hay nadie más a parte del camarero por supuesto.




Otra persona decide entrar también a aquel lúgubre lugar, se sienta al lado mio, el camarero le pone lo mismo que a mi, se acomoda extrañamente con la misma postura que yo, parecemos un espejo y su reflejo, él mira todo el rato su copa y mueve el vaso como me gusta hacerlo a mi, esta situación se convierte en algo desconcertante, de repente gira su cabeza me mira y me dice:




"¿Te gusta la vida que llevas?".




De mis labios no podía salir ninguna frase coherente, no sabia que decir, no era el momento de ponerse filosófico pensé y seguí bebiendo como si no lo hubiera oído.




"Te gusta la vida que llevas?"


Me insiste. No deja de mimarme fijamente, sus ojos parecen incluso poder leer mi mente, me quedo perplejo y algo asustado, pero se que si hablo mis palabras sonaran tan bordes y sucias como mi alma se encuentra, prefiero seguir en silencio.




"Quizás estés a punto de morir, ¿no te importa?".


Sigue intentando intercambiar palabras conmigo. Esa frase si que me toca y hace que un escalofrío recorra mi piel, desde la coronilla hasta la planta de mi pies.




"¿Quién eres tu?", me atrevo a preguntarle.




Esa pregunta necesitaría horas y horas para poder ser respondida de manera satisfactoria aunque te lo puedo resumir en una pequeña pero contundente frase:




"Soy la muerte"




Mientras sus labios terminan de pronunciar la palabra muerte, este personaje extraño acerca el vaso lentamente hasta su boca y le da un gran trago a la copa de vodka con los hielos pequeños. Me puedo ver reflejado en él, es como si fuese yo pero con la cara difuminada, incorrecta, imposible de adivinar como son sus rasgos, solo sus ojos penetrantes son lo suficientemente nítidos como para dejarme helado, petrificado en la silla alta del local.




"Debo ir ya muy borracho" pensé, mientras le daba otro sorbo a mi copa.


Si en verdad es la muerte, ¿qué hace aquí?, la respuesta es bastante obvia, viene a verme como mínimo.


En ese momento pensé que pregunta querría hacerle todo el mundo a la muerte si la tuviera delante como yo, era una oportunidad única, no podía desperdiciarla, así que giré mi cabeza, le miré a esos profundos ojos y le pregunté:




"¿Qué es la muerte?".




Él sonrió, quedó unos segundos callado y al fin escupió una frase en forma de pregunta:




" ¿Recuerdas lo qué hiciste antes de nacer?.




" Desgraciadamente no, no lo recuerdo."




"Pues querido amigo eso es la muerte, cuídate, solo he venido a saludarte, ah por cierto deja de beber tanto o la bebida te matará." En ese instante se levantó de la silla dando el último trago a su copa y se marchó.




Es eso, me quedé pensando, solo eso, la perdida de conciencia, eso es la muerte, no hay nada más, uno deja de ser consciente de que está vivo y es cuando muere, no hay nada más. Antes de nacer no era consciente de donde estaba así que que más da donde me hallara y moriré porque volveré a dejar de ser consciente y dará igual a donde me dirija.


En ese momento de mis reflexiones profundas alguien se acordó de mi, me llamó y me pregunto donde estaba y qué hacia, yo solo pude responderle "aquí en el bar tomando unos tragos con ella".






domingo, 7 de diciembre de 2008

Top ten musical.

Vengo de nuevo a poner un mes más mi top ten musical, pese a las criticas a mis gustos musicales, que han sido varias, variadas y aceptadas. Una vez más las canciones mas significativas de mi mes:
1. Morena de Kafu banton feat Almirante, reggae







2. No deberías de El Roockie, reggae






3. Qué pasará de Panteón Rococo, reggae




4. Bombo clap (versión reggae) de Kase O, reggae.







5. Magic city de Buju Banton, reggae






6. yo palè we, palé kwe de Yaniss Odua, reggae







7. Let me know de collie budz, reggae







8. Tratando de cambiar de Los Nadie con Goy de Karamelo Santo, reggae





9. Me equivocaría otra vez de Fito y Los Fitipaldis, rock






10. No, no, no de Damian Marley feat Eve, reggae


miércoles, 3 de diciembre de 2008

Mis datos



La historia que voy a narrar a continuación pudo haber sucedido o quizás es pura invención, antes de que la juzguen recuerden, que las situaciones y hechos que parecen más lógicos resultan ser cuanto menos falsos o engañosos y sin embargo los hechos inverosímiles acaban siendo los más certeros y más cercanos a la realizad, la siguiente historia que voy a contarles puede tener un poco de ambas, juzguen ustedes mismos.

Hay muchas veces que ya no se qué cenar, me apetece algo distinto, algo que no coma todos los días, por eso de vez en cuando decido bajar a la calle en busca de un kebab a la Tienda del Kebab.
Entro en la tienda, suele haber poca gente entre semana y me atienden rápido, les pido mi Kebab y espero a que me lo cocinen, en ese instante en el que me siento aguardando la llegada de mi cena, dos hombres vestidos de calle se aproximan a mí, uno de ellos saca de su bolsillo una placa, me la enseña y me dice:

“Buenas noches, soy agente de policía, ¿me puede enseñar su documentación por favor?”.

Me quedo sorprendido, por unos segundos no reacciono y el policía secreta al ver mi estado catatónico me dice:

“No se preocupe, es una inspección de rutina, estamos buscando a un sospechoso y por ello le pedimos la documentación, si es tan amable de enseñármela”

Vamos que este hombre sospecha que soy el maleante al que andan buscando, rebusco en mi bolsillo mi dni, y se lo muestro, el policía lo coge lee los datos y le dice a su compañero que aguardaba más atrás:

“¿Tienes la libreta que anote sus datos?
“Me la he dejado en el coche, tengo un bolígrafo”, contesta su compañero.

En ese instante el policía coge una servilleta del servilletero, y anota mis datos en ella:

“Lo anoto aquí mismo”.

Una vez anotados mis datos en la servilleta, el policía me devuelve mi carné de identidad y me dice que espere un momento que tiene que verificar, ambos se retiran hacia la entrada de la tienda, se ponen en contacto con la central y el secreta que anotó mis datos, se los indica a la central y esta le devuelve una respuesta que apenas alcanzo a escuchar, oigo algo así: “luz verde”, es decir que se han confundido de persona, vamos que soy inocente, no tengo antecedentes y por supuesto no soy ningún maleante peligroso, en ese momento empiezo a preguntarme si eso es legal, entrar a una tienda pedir una documentación, anotarla en una servilleta y hacerme esperar, no lo entiendo, ojala supiera algo de abogacía, miro al tendero con una mirada cómplice como pidiéndole ayuda pero el parece casi tan sorprendido como yo, no entendemos nada.
¿Y por qué anota mis datos en una servilleta?, supongo que para quedársela por si tiene que utilizar esa información más adelante.

El policía se acerca a mí y al estilo de policía modélico se disculpa y se marchan, esa disculpa suena a escuela de policía, a adoctrinamiento de cómo ser un buen madero más que a una disculpa sincera y eso me molesta, incluso más que qué me haya pedido mi documentación y la haya anotado en una servilleta.

Me quedo sentado en la silla de aquella tienda con cara de estúpido preguntándome a mi mismo que ha pasado.

Ambos policías se marchan tranquilamente, el secreta arruga la servilleta hasta hacerla una bola y la tira al suelo, ya no necesitaba mis datos porque ya no era peligroso.
En ese momento un muchacho pasea a su perro, un perro joven, que lo olfatea todo, que juega con todo lo que se encuentra a su paso, todo lo chupa y todo lo muerde, este perro ya le dio un susto a su dueño por comerse las guarrerias que se encuentra por el suelo y se puso enfermo con una gastroenteritis grave por ello el muchacho está atento a todo lo que olisquea su mascota.

Al pasar por la servilleta, al perro le llama la atención y la recoge con su boca, el dueño alerta, rápidamente se acerca al hocico del can y antes de que este la chupe, la muerda o se la trague, se la retira y le reprende diciéndole cosas del tipo: “perro malo, eso no se come, dame lo que has cogido”.

El chico tiene la servilleta convertida en bola en su mano, decide tirar el chicle que estaba masticando dentro de la servilleta, sobre todo porque no quería tirarlo al suelo para que el perro no se lo comiera o cualquier otro perro que fuera como el suyo, por ello decide abrir la servilleta, coge su goma de mascar y antes de depositarla lee mi nombre y mi primer apellido apuntados allí, se extraña, le suena:

“Alejandro López, no puede ser…. ¿qué hace el nombre de este apuntado en una servilleta?”.

Parece que me confunde con algún amigo suyo, por ello guarda la servilleta en su bolsillo y continua paseando al perro, cruza una calle y llega hasta un parque donde hay unos jóvenes bebiendo litros de cerveza, el muchacho y su perro llegan hasta ellos y decide preguntar por Alejandro, parece que no está pero si se encuentra allí la novia de Alex, se acerca a esta y le enseña la servilleta:

“¿Este no será Alejandro verdad? Le pregunta el chico.

Ella se queda extrañada y duda:

“Se que es Alejandro López pero de lo que no estoy segura es del segundo apellido, en todo caso ¿qué hace el nombre de mi novio apuntado en una servilleta?”

En ese momento un mensaje llega al móvil de la chica, es su novio que está en una cafetería cercana a aquel parque, ella guarda la servilleta en su bolsillo, se despide de los chicos que bebían cerveza y también se despide del muchacho y de su perro.
Sabe que lo primero que hará cuando vea a su novio será mostrarle la servilleta, incluso antes que darle un beso, necesita resolver ese misterio. Se aleja del parque, cruza una calle y llega hasta la cafetería donde se encuentra su novio con unos amigos, al llegar ella busca una silla libre, pide permiso a una pareja sentada al lado para coger la silla vacía que ellos poseen, la pareja le da el permiso, coge la silla y se sienta al lado de su novio, saca de su bolsillo la servilleta arrugada y se la muestra:

“¿Estos son tus datos?, ¿Qué hacen en una servilleta?”

El chico lee los datos, Alejandro López, de momento todo concuerda y empieza a extrañarse pero se relaja cuando lee el segundo apellido y el DNI ya que ambos datos no son los correctos:

“Yo no soy Noguera de segundo apellido, mi segundo apellido es León y el DNI es otro, asique no soy yo”

El muchacho se enfada de broma con su novia y le recrimina por no saberse los apellidos de él ya que llevan el tiempo suficiente como para que ella se los hubiera aprendido, ambos se ríen, la servilleta vuelve a su estado de bola arrugada y a modo Trainspotting, el chico lanza la servilleta hacia atrás sin mirar, con tan mala suerte que cae en la mesa de una pareja.

La bola cae cerca de la chica, en ese instante le viene viejos recuerdos de la época del instituto que para mandarse mensajes, solían escribirlos en una servilleta u hoja de papel hacerlos una bola y tirarlos a la persona a la que iban dirigidos, por ello en un impulso proveniente del pasado la chica coge la servilleta y la abre, lee los datos y queda sorprendida, mira a alrededor una y otra vez, no ve ninguna cara conocida, y murmura “no puede ser”, su acompañante al verla alterada le pregunta lo que ponía en esa servilleta, ella algo colorada le responde:

“Son los datos de mi ex novio”.

Ambos estiran sus cuellos para saber de dónde provenía ese proyectil con datos.

Yo mientras tanto ajeno a todo, terminaba de comerme mi kebab, siempre acabo pidiendo ración de patatas, conforme entro en la Tienda , me voy preguntando a mí mismo “pido patatas o no, ¿las pido?, si, no , si, no…” , al final acabo pidiéndolas y la mayoría se quedan luego allí sin ser engullidas, no sé porque pido tanta comida.

Salgo de allí aun desconcertado, con la cabeza gacha, despacio, recordando y preguntándome por qué ese tío me pidió los datos, ¿me parecería al sospechoso que andaban buscando?, sigo caminando yo y mis cavilaciones peligrosas, voy a cruzar la calle para llegar a un parque y por ser un idiota preocupado, no miro a mi izquierda y en ese momento un coche se acerca hasta mi, choca conmigo y en ese instante noto la fría acera en mi cuerpo, me acaba de atropellar un coche, siento mucho dolor en mi pierna, mucho, casi puedo soltar una lagrima, como duele que te atropellen. El ruido de un atropello provoca siempre un cierto morbo por el cual la gente siente el impulso de acercarse a ver que ha pasado, desde el suelo veo como un grupo de jóvenes que bebían cerveza en el parque se acercan hasta aquí. Les acompaña un muchacho con su perro alocado, muy poco después se acerca una pareja, de la cual la chica no se sabía bien los apellidos de su novio, que saluda a los chicos y al muchacho del perro y noto como todos me miran, del coche que me atropelló sale una pareja, el chico que conducía resultó ser el nuevo amigo de mi ex novia y como no podía ser de otra manera la copiloto que me acaba de co-atropellar es mi ex, que humillante que te atropelle tu ex con su nuevo amiguito. Allí estaba yo en el suelo con toda aquella gente mirándome, de repente aparecen dos personas vestidas de calle que merodeaban por allí y dicen ser agentes de policía, que ellos controlan la situación, al ver que en verdad el accidente no ha sido muy grave, supongo que una torcedura o contusión, pero como duele, mi ex decide acercarse hasta mi, se agacha y me da la servilleta arrugada, la cojo, la abro y veo mis datos en ella, que hace mi ex con mis datos, en ese momento recuerdo como el policía apuntaba mi nombre en la servilleta, ¿cómo puede ser que mi ex tenga esa servilleta y me la esté dando en este momento?.
Una mano toca mi hombro, es uno de los dos hombres que dicen ser policías, le miro y me dice:

“Perdona ¿puedes darme tus datos para registrar lo sucedido?

Observo al policía secreta y le sonrió con cierta ironía y con mucho dolor por cierto, estiro mi mano y le doy la servilleta, el madero extrañado mira la servilleta, la abre y ve mis datos y recuerda quien soy.

En el momento en el que el secreta recoge de nuevo la servilleta con mis datos se cierra el círculo.

Me viene pensamientos de frases del tipo, el mundo es muy pequeño, el mundo es un pañuelo o en este caso el mundo es una servilleta con mis datos dentro.

Si me preguntáis por mi pierna, ahora me encuentro perfectamente pero si me preguntáis por la servilleta, le perdí la pista en el momento en el que se la entregué al policía, a saber si anda todavía por ahí danzando entre bolsillos y esperando a encontrarme en cualquier otra situación embarazosa para volver a mí. El mundo es una servilleta.

DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.